Bun´ei (1274) y Hakata (1281) los Samurais y los Mongoles

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LA INFANTERÍA EN JAPÓN   -CONSIDERACIONES GENERALES-

 La Infantería (Inf.) en Japón tenía un nombre colectivo, los Ashigaru o "pies ligeros", y era el nombre general para cualquier soldado que no tuviera montura y que además no tuviera la condición de samurai "aquellos a quien sirven".

 Parece ser que los ashigaru tienen su origen en la época del emperador Tenmu (673-686 d.C.) que fue el primer rey que intentó un ejército basado en la recluta de ciudadanos, transformados en soldados de infantería. Este plan parece que no fructificó por las deserciones masivas, de súbditos granjeros o aparceros o por no tener mentalidad castrense.

 Sobre el S. XIII el ejército nipón parece ser que se constituia sobre todo por Jinetes Samuráis, los cuales operaban con la recluta ocasional de Inf. Esta Inf. se nutría sobre todo de los estratos más bajos de la sociedad feudal nipona, que solían trabajar en las tierras de los nobles.

 Pero fue la aparición de la Arquería en masa, la que resucitó la leva de Infantería, sobre la segunda mitad del S. XIII, devolviendo a los ashigaru a las primeras líneas de combate. Se necesitaba contrarrestar la arquería selecta y certera de los jinétes samuráis con la arquería masiva de los ashigaru, que aunque de menor precisión, sus salvas masivas tenían gran valor táctico en combate.

 Los Daimyô o Señores nobles o guerreros feudales, encontraron una bolsa de recluta en los trabajadores empleados en sus tierras.

-Daimyô Chosokabe Motochika, un honorable y arquetípico señor feudal japonés-

 Otra bolsa de recluta era la masa de agricultores y trabajadores que sin tierras o medios de subsistencia, buscaban un empleo remunerado.

  Un empleo remunerado era un fortísimo aliciente para alguien sin medios o tierras para ganarse la vida.

  Con el paso del tiempo, los ashigaru fueron aumiendo una responsabilidad en combate, debido a que las armas arrojadizas se fueron haciendo propias de éste tipo de Infantería. Los Daimyô fueron reforzando el armamento y armadura de los ashigaru. Al principio los ashigaru iban con escasa armadura (o ninguna o meramente circunstancial) y con aperos de labranza al combate, como azadones, o lanzas de bambú. Como Infantería de leva era tratada como algo ciertamente casi  prescindible. Pero la condición de ashigaru fue adquiriendo status debido a la Lanza, como la de asta larga o la nagae yari o la lanza de hoja curva y afilada, la naginata, la cual sería muy común. Y el arco o yumi. El yumi, el arco había sido el arma tradicional de los guerreros samurais, pero empezó a desplazarse hacia los ashigaru, y el samurái empezó a combatir desmontado, lo cual eliminó otro signo de distinción samurái, el jinete.

 -Ilustración de Osprey en la que se muestran los típicos guerreros de un ejército feudal nipón, entre ellos es destacable un yumi, un samurái y un monje guerrero-

El ashigaru, cogió el legado en parte del samurai: La Naginata, la Nagae Yari y el Yumi.

 

La Obra de Sun-Tzu, el Arte de la Guerra (o el compendio de tácticas de generales chinos en una época muy convulsa, según versiones) fue un libro sobre el cual es muy dificil exagerar, en cuanto a su influencia en Japón (y el resto de Asia). Durante más de 1.000 años, éste libro fue tal referente, para los Daimyô, que se estudiaba por los Oficiales e incluso los samurais se reunían a veces para leer en público pasajes de él, como una disciplina teórica de la milicia.

  Si bien, parece cierto, que esta obra no llegó a las masas analfabetas, sus principios eran aplicados en Japón por los Daimyô y los oficiales (o samurais de alto rango).

 En estos siglos los ashigaru, no puede decirse que tuvieran una uniformidad en vestimenta o armadura, incluso es díficil en cuanto al armamento, aseverar esto. Dependiendo, como levas feudales, normalmente, de las capacidades económicas de sus señores o del esmero por equiparlos bien.

 Se podría decir, en terminos generales, que los ashigaru, como lanceros eran vitales para las tácticas niponas. En filas apretadas, daban una defensa óptima contra los ataques de caballería o de la infantería samurái, y en el ataque, eran ideales, como lanceros para arrollar al enemigo, como formación algo similar a la falange (aunque sólo para ejemplificar vale el símil) y poder tomar las posiciones en la batalla, como infantería que es.

 La panoplia estándar de un ashigaru, podríamos citar:

-Ilustraciones japonesas de época que muestran guerreros blandiendo una katana y una naginata respectivamente-

 Lanza o Nagae-yari (si es larga de astil y hoja, pero más tardía, que ésta época) o la mochi-yari (si es más corta de ambos) o la Naginata (de hoja curva). La hoja se cubría con una funda para preservarla de los elementos.

 La protección de la cabeza es el típico casco cónico llamado Jingasa (con una insignia frontal pintada del Daimyô, en épocas más tardías), casco que daba una protección somera, al estar hecho en madera, mimbre, bambú, etc y en épocas más tardías en metal lacado y eran ya resistentes a tajos directos.

 Solía vestirse con un impermeable de paja, es decir, haces de paja atados por el cuerpo, en forma descendente y proporcional, que daban una protección somera a los elementos y a golpes no muy contundentes.

 Portaban, en épocas tardías (cuando hay más información de la panoplia ashigaru) la katana y la wakizashi o daga. En estadios iniciales, se supone que el ashigaru portaría según la generosidad del Daimyô, si bien se puede suponer, que al menos una espada portaría, aunque de fabricación tosca.

 En las piernas, calzando sandalias, el ashigaru usaba unas polainas confeccionadas de mimbre o bambú que le podían alcanzar hasta las rodillas, y que como polainas y "cuasi-grebas" daban una somera protección ante golpes indirectos relativamente eficaces, pero a un coste bajísimo.

Se podría decir que la panoplia y vestimenta de la Infantería (ashigaru) dependió de la época, del conflicto y su relevancia (grandes confrontaciones previstas de antemano) y el satus del soldado (ashigarus permanentes o de  levas).

 Podría decirse que los ashigaru que provenían que provenían del campo y eran de levas o reclutados para campañas solían ser quienes carecían por completo de armadura alguna o de equipo especializado. Tanto la armadura como el armamento era una inversión costosísima y no estaba al alcance financiero de los campesinos o la mayoría de ellos, con una economía de subsistencia.

 Hay ilustraciones niponas que representan a los soldados con sus ropas civiles, como una túnica ligera, pantalones de algodón y sandalias y polainas. Así hay ashigarus que van descalzos con sus ropas de trabajo harapientas y otros ashigarus con vestimentas muy elaboradas y armadura completa al estilo samurái.

 El hecho que que sean ashigaru y no samuráis viene por el detalle de un desaliño en el vello facial, motivo artístico nipón para resaltar a los individuos de una clase social inferior. Y parece deducirse, o colegirse de las investigaciones, que la mayoría de las armaduras de estos ashigaru, se debe al saqueo de los cuerpos de samuráis muertos en el campo de batalla.

 Cuando los Daimyô empezaron a dar importancia al ashigaru, por diversos motivos, como el tener un ejército más numeroso, y profesional, que no sólo se podría nutrir de samurais o que el señor tuviera más disposición de inversión financiera, empezaron a encargar a los armeros unas armaduras, las "okashi gusoku" o armaduras prestadas (subvencionadas por el Daimyô y por tanto equipamiento feudal), que consistían en unas armaduras básicas para el cuerpo, llamadas dô.

 Las dô eran armaduras de torso, de tiras de metal encajadas unas con otras que formaban un corpiño protector para el torso, o bien de una sola chapa al estilo europeo.  Otro tipo de armadura del dô, muy popular por su bajo coste, eran tiras de metal unidos unidos a una armadura de malla.

 En un nivel de protección inferior estaba la armadura kusazuri, que era una falda corta hecha de tiras con hierro que proporcionaban protección a la ingle y la parte superior de los muslos, obviamente la parte más expuesta o que era de más atención por las lanzas enemigas.

 La armadura, en las más avanzadas y costosas, estaba lacada para darle alguna protección contra la corrosión, así como el color de la laca era una identificación del soldado y su Daimyô.

 Los cascos, como vimos, eran el jingasa, ya desde madera o cuero duro hasta de metal en los más caros. El casco que portaban cuando no podían permitirse el jingasa, era el hachimaki, que no era sino un pedazo de malla encajado en una cinta de pelo, para dar algo de protección ante los tajos de espada, pero que sin embargo no daba protección ante los traumatismos de los golpes de contusión.

 Los ejércitos levantados por recluta entre la población agrícola, no podían dar de sí más que lo que podían, portando a la batalla, incluso los aperos como guadañas y azadones. Esto  era asumido por los samuráis, quienes eran los encargados de formar la recluta, para ello vamos a dar una instrucción de una recluta, algo más tardía, pero que puede valer para la época que tratamos, es una instrucción de recluta por el samurái Hyjy Ujimasa en 1560, sobre lo que deben aportar los ashigaru en el campo de batalla:

 " Todos los hombres, incluidos los de la clase samurái de éste distrito rural, tienen la orden de venir y registrarse en el vigésimo día de este mes. Deberán traer una pistola, lanza, o cualquier tipo de arma (en el caso que posean alguna) sin temor a verse envueltos en problemas...... Los hombres deberán llegar al punto de reunión asignado debidamente armados con cualquier cosa que tengan, y aquellos que no tengan un arco, lanza o cualquier tipo de arma regular deberán traer azadones y hoces."

 Esto es unos 300 años despues de la época que tratamos, pero que aún así se conforman con azadones y hoces, como infantería de masa.

 


O Fortuna, velut Luna, statu variabilis.    Semper crescis aut decrescis, vita detestabilis.    Nunc obdurat et tunc curat, ludo mentis aciem.
Egestatem, potestatem, dissolvit ut glaciem.   Sors immanis et inanis, rota tu volubilis. Status malus, vana salus semper dissolubilis.  Obumbrata et velata, midhi quo que niteris. Nunc per ludum dorsum nudum, fero tui sceleris.  Sors salutis et virtutis, midhi nunc contraria, est affectus et defectus, semper in angaria.     Hac in hora, sine mora, corde pulsum tangite. Quod per sortem, sternit fortem, mecum omnes plangite.

 

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Las lanzas usadas por los ashigaru como a naginata, nagae yari, nagamaki, etc estaba muy relacionada con el ataque de los samuráis como jinetes, y por tanto estas armas enastadas eran usadas para derribar a los jinetes enemigos desde una distancia segura. Debido a la lanza de los ashigaru, se reforzó la panoplia del samurái, empezando por las grebas de los que iban a caballo.

 Los ashigaru estaban adiestrados en cuanto a tácticas y formaciones:

-Ashigaru en proceso de entrenamiento, en este caso son yami ashigaru o ashigarus lanza, están siendo enseñados en formaciones defensivas-

  Así en defensa podían formar filas de lanceros de rodillas con las lanzas elevadas hacia arriba en ángulo de formación compacta. Este ángulo estaba pensado para atacar el pecho de las monturas y o mataba al caballo o lo hacía retroceder o tiraba al jinete.

  Contra otra infantería, se colocaban de pie y presentaban una maraña de puntas al avanzar al ataque. Esto era importane, no sólo para el combate y dar lanzazos y tajos sino que servía para el objetivo táctico de fijar al centro enemigo, mientras que la caballería, en los flancos, flanqueaban o maniobraban buscando la ocasión táctica. De ello que los ashigaru, normalmente formaran en el centro.

 Las espadas de los ashigaru tienen que ver entre los ashigaru profesionales o permanentes de los Daimyô y las levas ashigaru, que la final eran los campesinos incluso mal calzados que vimos antes. Solían llevar una pareja de espadas, a imitación de los samuráis, que colgaban del cinturón uwa-obi, la katana y la wakizashi, las cuales juntas eran conocidas como daishô, pero sólo parecidas en la manufactura, a la de las samuráis, no en la calidad, ya que estas eran para armar en masa a los contingentes, y por tanto eran encargos a armerías o armeros masivos y sin requisitos de calidad óptima.

 Tambien estaba la tanto o daga, con una hoja de 30 cms. de longitud, pero cuya difusión no está clara. Pero parece que en sus formas básicas o de daga "para todo" o para comer o de vida diaria, pudo tener una amplia difusión, ya que todo soldado o campesino tendría una daga para sus necesidades cotidianas.

 El arco clásico nipón era el yumi, al principio relacionado con el samurái a caballo, pero que luego se relacionó con los ashigaru, desde que los samurái usaron más la lanza y las espadas. Este arco de gran elasticidad y potencia, formado por una tira noble madera, como el zumaque, entre dos tiras de bambú, luego una cubierta de ratán era usada para reforzar el pegamento, y luego el arco era recubierto con una laca impermeable. Su longitud variaba entre los 0,60 mts. y los 2,40 mts. Así los pequeños eran hechos ex-profeso para combatir a caballo a cortísima distancia y estaban hechos de hueso de ballena o de cuerno, en vez de madera, esto era algo muy samurái. Y los grandes, diseñados para ser usados en salvas masivas y con toda la potencia posible, debido a su gran estructura. Porque el objetivo de las salvas de los ashigaru eran el alcance y la potencia de fuego, y no la precisión de los disparos a objetivos individuales que era lo que buscaban los guerreros samuráis, por esto el arco grande era el más común en la infantería.

LOS NO COMBATIENTES

 Existía una soldadesca que no luchaba y eran las masas de infantería que transportaban los víveres y materiales de guerra hacia el campo de batalla. Importantes cuando el ejército se movía en campaña o en las operaciones de asedio que requerían líneas de abastecimiento regulares. Así los suministros como el arroz (algo que es innecesario destacar), las armaduras, flechas, utensilios de cocina y ropa eran transportados a caballo o por la soldadesca que usaban mochilas o arcones especiales que colgaban de palos y eran llevados por dos hombres.

 Estos no-combatientes o combatientes no sólo eran sacados de los escalones más bajos de los ashigaru (más avanzados en edad, jóvenes, requisitos físicos no cumplidos,etc), sino que los nobles y oficiales tenían su propio séquito de tropas que actuaban como guardias de corps y asisentes.

 Hay un antecedente de estos no-combatientes que eran los genin (asistentes del guerrrero), aunque estos combatían en caso necesario para salvar la vida de su señor, eran usados como porteadores y escuderos.

 Hasta el ocaso del samurái, strictu sensu, ya por el siglo XVI y el Edicto de Separación, esta clase se amplió mucho, dando los siguientes tipos:

 Zori tori: los que llevaban las sandalias, llevaban las sandalias de repuesto para el samurái. Normalmente para los samuráis más adinerados o más prominentes.

Mochiyari gumi: el portador de lanzas, el más prestigioso de los asistentes que llevaba el mástil del samurái o insignia y actuaba como guardaespaldas, en caso análogo al escudero.

Uma jirushi: llevaba el estandarte del samurái en el campo de batalla (insignia del caballo significa la palabra). Esta insignia representaba el mando y control y tambien la presencia cercana del samurái, por lo que la vida del uma jirushi era más bien corta en épocas guerreras, y aunque no era un puesto de combate strictu sensu, era un puesto muy respetado y se pedía a alguien con mucho coraje y voluntad para meterse en lo más recio del combate.


 

Hasta el Edicto de Separación 1591, por Toyotomi Hideyoshi y su "caza" de la espada, instaba a todos los campesinos nipones a entregar cualquier arma que tuvieran. Esto trajo que los Daimyô tuvieron una menor bolsa recluta, aunque y esto era lo característico de Japón, un Daimyô que hubiera ganado a otro, podía reclutar ashigaru vencidos para sus filas, así un Daimyô era más fuerte con cada victoria.

 Así un ashigaru o un samurái no podía volver a ser un campesino y un campesino no podría aspirar a ser ashigaru o samurái. Y la profesión de un campesino en caso de guerra era sólo servir como porteador llevando el equipo de los soldados.

 Y los ashigaru fueron desplazados a una orden militar parecida a la de los samurái.

 Pero antes del Edicto, los ashigaru se reclutaban normalmente por un Daimyô que llamaba a los hombres a las armas, mediante la movilización de los criados de los samuráis, que llevaban más o menos hombres dependiendo de su riqueza.

 Stephen Turnbull explica ésto así:

 "El número de hombres suministrados y el equipo dependían de la riqueza registrada del samurái, que se expresaba en términos de la cesión evaluada de los campos de arroz que poseía. Estos activos eran medidos tradicionalmente en "koku", una cantidad de arroz pensada para alimentar a un hombre durante una año..... El samurái conocía exactamente cuantos hombres le eran requeridos para ir con él a la campaña de guerra. Algunos serían otros samuráis que estaban relacionados con él de alguna manera, mientras que el resto eran ji-samurái (samuráis a tiempo parcial) o campesinos que no habían tenido largas conexiones familiares, pero a que medida que pasaron los años y el reclutamiento esporádico se hizo menos frecuente, se fue desarrollando una tradición de servicio a una familia samurái particular."

 No había unidades de ashigaru en servicio permanente antes del Edicto, pero muchos Daimyô mantenían de su peculio unidades de guardaespaldas personales, formadas por hombres que eran guerreros con experiencia y entrenados. Algunas unidades incluso alcanzaban tamaños de miles de hombres, para los señores más acaudalados o prominentes.

 Tambien había unidades de ashigaru "latentes" prestas para la campaña, que podían reunirse en un tiempo inaudítamente rápido para situaciones de emergencia, como una invasión.

LOS SAMURÁIS

  Básicamente el samurái tiene el mismo status que el caballero medieval, siendo así su fortuna o tierras. Habiendo disparidad de samuráis, más prósperos o dependientes de otros samuráis.

 Como antes se describió la panoplia de los ashigaru, la de los samurái sería básicamente la misma, sin embargo la panoplia sería de la más alta calidad y de la mejor manufactura.

 Los samuráis, desde muy temprano relativamente, se empezaron a acorazar profusamente. Tanto por ser su panoplia algo de su peculio, como por la característica propia de combate del samurái: el combate individual.

 Un samurái podría armarse desde sus primeros tiempos, como arqueros a caballo, como despues en su evolución, guerreros acorazados desmontados y con lanzas y espadas.

 A la armadura completa de un samurái se la llama: totsei gusoku, la cual es una armadura realizada a partir de placas de metal lacado remachadas o encajadas juntas. Esta armadura incluye protección para  los antebrazos y hombros, formadas por mallas metálicas y placas o según la época y moda predominante. Esta armadura hecha con una combinación de tejidos, cuero curtido y metal lacado, proporcionaba a la vez ligereza y flexibilidad y protección, siempre dependiendo de las calidades.

 La armadura del samurái del S.XIII:

 La armadura, que podía estar hecha de cuero lacado por abaratamiento de costes, estaba unida por secciones y era más sólida por delante, el peto, que por detrás, el espaldar. Esta de cuero, la llamada O-yoroi, era muy popular en el siglo XII en adelante.

 Partes de la O-yoroi:

 Do: Armadura del torso.

O-sode: Hombreras y parte superior del brazo.

Sendan no ita: Placa de refuerzo del pecho izquierdo.

Kyubi no ita: Placa de refuerzo del pecho derecho.

Wakidate: Armadura del estomago.

 

 El casco o Kabuto:  era un casco que protegía la nuca, con una luneta trasera o con placas que cubrían el cuello y se extendían desde el borde del casco y una visera que protegía asímismo parte del rostro. El interior del casco solía estar cubierto con cañamo para una mayor comodidad.

 Tambien se usaban mascaras de metal lacado con motivos antropomorfos e incluso bigotes, para el realce de la máscara.

 Sus armas enastadas serían las mismas que los ashigaru, como la naginata, yari, etc.

 Las espadas eran la Wakizashi, algo más corta que la katana y era como un arma de ultima ratio o para el seppuku. La Tachi, espada más larga que la katana y hay diferentes posturas si se llevaba con el filo hacia abajo o hacia arriba, colgando del cinturón. Y la katana, más corta que la tachi y que fue la que al final se impuso.

 Y los samuráis, al igual que ashigaru portaban las raciones de arroz de campaña en una especie de bolsas atadas entre sí que asemejaban unas trinchas y eran embrazadas alrededor del cuerpo.



 




 

 


O Fortuna, velut Luna, statu variabilis.    Semper crescis aut decrescis, vita detestabilis.    Nunc obdurat et tunc curat, ludo mentis aciem.
Egestatem, potestatem, dissolvit ut glaciem.   Sors immanis et inanis, rota tu volubilis. Status malus, vana salus semper dissolubilis.  Obumbrata et velata, midhi quo que niteris. Nunc per ludum dorsum nudum, fero tui sceleris.  Sors salutis et virtutis, midhi nunc contraria, est affectus et defectus, semper in angaria.     Hac in hora, sine mora, corde pulsum tangite. Quod per sortem, sternit fortem, mecum omnes plangite.

 

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LOS MONGOLES

 Todos los hombres de 16 a 60 años estaban disponibles para la milicia. Estos nómadas de las estepas, eran personas habituadas a una vida dura y de inclemencias y en absoluto contacto con la naturaleza y sus adversidades.

-Gengis Khan, nacido Temujin, líder estapario y fundador de un descomunal imperio que abarcaba desde Rusia a China-

 Así Gengis Khan realizaba, para probar a sus guerreros, las dos grandes cacerías al año, las nerge. Cacerías enormes, donde los animales eran conducidos hasta valles o precipicios. Cuando todos los animales se habían embolsado o se había configurado ya la escena, el Gran Khan disparaba la primera flecha como señal de empiezo de la cacería, empezaba la matanza.

 Lo terrorífico es que las nerge, las matanzas, eran ensayos o modelos para las futuras campañas militares.

 El guerrero mongol, avezado jinete, subsistía con una dieta escasa a base de mijo, leche cuajada, carne seca curada y kuomiss o leche de yegua fermentada. En casos de necesidad extrema se le abría una vena en el cuello del caballo y se bebía su sangre.

 Desde la niñez los mogoles no es que fueran entrenados a montar a caballo y disparar con el arco, sino que era algo intrínseco a su vida nómada y guerrera. Pero se les podía una cosa más, que cabalgasen y disparasen el arco a la vez, en armonía.

 El Arco compuesto es el arma Mongola por excelencia y el pilar más importante de Gengis Khan en sus triunfos. El arco era compuesto de tendón, cuerno y madera. Y de los arcos compuestos más prominentes de Asia, el arco escita, el arco compuesto turco, el arco mongol, la versión mongola del arco compuesto perfeccionaba a los otros dos modelos, pero se parecía mucho al arco escita, el cual precede al mongol en 2.000 años. Y el arco compuesto turco se mostró devastador contra los cruzados pero no contra los mongoles o su arco compuesto mongol.

 Estaba hecho de madera flexible con los puntos de tensión reforzados con cola de pez y un hueso para mayor eficacia. Dispone de mayor presión que el arco ingles o Long bow (45-68 kilogramos) y el doble de alcance, con una trayectoria más plana y una tensión más regular.

 James Chambers describe así el arco compuesto mongol:

 "El arco era el arma más importante de los mongoles. El arco largo medieval inglés tenía una potencia de 34 kgs. y un alcance de hasta 229 mts., pero los arcos más pequeños que usaban los mongoles tenían una potencia de entre 45-68 kgs y un alcance de más de 320 mts. La velocidad fue aumentada por la difícil técnica conocida como "el anillo pulgar mongol", la cuerda era tensada con un anillo de piedra llevado en el dedo pulgar que la soltaba con más rapidez que los dedos. Un soldado podía curvar y tensar un arco en la montura, colocando un extremo entre su pie y el estribo, y lo podía disparar en cualquier dirección a todo galope, temporizando su tirada entre los pasos de su caballo, de forma que su objetivo no fuera desviado cuando los cascos del caballo golpeaban el suelo."

-Hulagu Khan portando un arco mongol compuesto, entre otra cosas-

 Los arqueros europeos usaban los dedos para tensar la cuerda, pero los mongoles tuvieron una brillante idea que mejoró notablemente el alcance y potencia y por tanto el poder de penetración de la flecha. El pulgar es el dedo más fuerte de la mano y tiene más tirada que el resto de los dedos. El lanzamiento fue mejorado con el uso de un anillo que podía ser de varios materiales, desde cuero hasta metal.

 El jinete-arquero mongol realizaba muchas funciones como soldado: Explorador, arquero, guerrillero,etc y así cada jinete llevaba dos o tres arcos para disparar a corta y larga distancia. Estaba equipado con tres carcajs, cada uno con 30 flechas, para que no se quedase sin flechas e igualmente cada jinete tenía dos o tres monturas en campaña, para tener siempre monturas frescas.

 Las flechas mongolas tambien tenían truco y es que las puntas de hierro eran calentadas al rojo vivo y luego enfriadas en agua salada para endurecerlas, así más duras las puntas, eran capaces de perforar armaduras.

 Para distancias cortas usaban flechas con cabeza grande y ancha, y de lejos se usaban las flechas con cabeza pequeña, que se vieron que eran más eficaces.

 El jinete arquero nunca debía enredarse con el enemigo en combate cuerpo a cuerpo, sino que tenía que inmovilizar al enemigo y acosarlo con constantes descargas de flechas.

 El combate cerrado, el combate cercano estaba para la Caballería pesada Mongola, que llevaba armadura laminada e iba armada con lanzas. Su armadura, muy parecida a la escita o sármata de siglos atrás, estaba hecha de metal ligero o cuero endurecido, cubierto con una laca de brea negra. La montura tambien era acorazada con la misma armadura laminar. Cada jinete llevaba un casco pequeño de metal y armaba una daga turca pequeña o una espada, una lanza larga con punta de acero, un garfio para derribar al enemigo y una maza para el combate cerrado. Aunque  podría ser que la maza o el garfio fueran optativos.

 La silla arzonada mongola, tenía unas perillas altas o arzones en cada extremo, para permitir que el jinete luchara de cerca con espada o maza, dandole una mejor y más estable plataforma, mientras realizaba esto o disparaba con el arco


 

La panoplia  de un jinete mongol básica consistiría en:

 Unas botas de cuero de media o caña entera, flexibles. El arco compuesto. Las flechas y el carcaj, con hasta 16 tipos de punta de flechas diferentes, para según qué objetivos o alcance que se pretenda. El abrigo mongol y el anillo del pulgar.

 En un jinete pesado mongol, podía portar desde un abrigo hasta una armadura laminar, junto a un pequeño escudo circular, un casco de metal, una cimitarra o espada de estilo turco y la montura protegida tambien por una armadura laminar o una armadura de cuero reforzada con hilo de metal.

 Las monturas mongolas eran el caballo de la estepa o mongol, pequeño, casi comparable con un pony moderno. Con una gran resistencia, capaz de cubrir distancias de 210 kms. en dos días y subsistir con una dieta exigua.

 El ejército mongol tenía su nucleo en la guardia del Khan, pasando de 1.000 hombres en 1206 a 135.000 hombres en 1227 a la muerte de Gengis. La disciplina era draconiana y las faltas como dormirse o desobediencia eran castigadas con la ejecución inmediata.

 El ejército estaba  organizado en sistema decimal:

 10 hombres - 1 arban (el cual era como el contubernio del mongol, sus camaradas)

 10 arban - 1 jegun (100 hombres)

 10 jegun - 1 minghan (unidad básica de batalla) 1.000 hombres

 10 mingham - 1 tumen

 2 o 3 tumen - 1 cuerpo de ejército

 Entraban en combate en filas de 5 mingham:

 2 filas de caballería pesada de frente con 3 unidades de caballería ligera detrás.

 Los arqueros eran posicionados en los huecos entre las líneas de caballería pesada y disparaban sin cesar salvas.

A la par, los arqueros hacían un barrido (tulughma) en ambos flancos del enemigo.

 Estos movimientos eran controlados por banderines blancos y negros y se hacía un silencio absoluto. Cuando los naccara o tambores de guerra pesados que eran llevados en camellos sonaban era la señal del ataque.

 Ahora, gritando y aullando atacaban, lanzando una lluvia de flechas al enemigo. El enemigo caía en una trampa como el nerge, donde se le dejaba una ruta de escape para huir. Esta era la trampa mongola, ya que el enemigo con la opción de huir, evitaban la batalla, lo cual les permitía perseguir y masacrar al enemigo durante días o incluso semanas durante incluso cientos de kilometros. 

Las 16 Tácticas Militares Mongolas de "La Historia secreta de los mongoles":

1- Soldados rectos y estrellas dispersas.

 Al dividir la fuerza mongola en pequeñas unidades impedía que las tropas fueran cercadas, mientras que los mongoles aparecían de improviso en la batalla y se retiraban raudo tan pronto como acababa.

2- Carga de caballería.

 Una carga directa contra una línea enemiga era la preferida y despues era continuada por cargas sucesivas, si era necesario. A una señal predeterminada, la caballería mongola cargaba simultáneamente desde todas partes.

3- Táctica de los arqueros

 Mientras que algunos disparaban sus arcos desde el caballo, otros, protegidos por pequeños escudos, desmontaban para disparar. Una vez que los disparos se habían cobrado su cuota de víctimas, cargaba la caballería.

4- Provocación de desorden

 Los mongoles llevaban a veces caballos o bueyes contra las líneas o fortificaciones del enemigo para generar confusión.

5- Táctica del agotamiento

 Contra una posición fuerte, continuaban disparando flechas, pero esperaban a que el enemigo se viera obligado a situarse de nuevo debido a la escasez de provisiones antes de lanzar el ataque definitivo.

6- Confusión e intimidación

 Encendían muchas hogueras en sus campamentos, enviaban caballos para levantar grandes nubes de polvo y montaban mujeres o niños en los caballos para crear la ilusión que eran más.

 Esta era una táctica muy habitual.

 7- La retirada simulada

 Los mongoles tenían exito en alargar las líneas enemigas muchas millas y aparentaban huir. De este modo atraían a sus enemigos, los fatigaban y desunían para combatir en terreno favorable.

8- Tácticas de formación en arco

 Al enviar dos unidades de caballería en formación de arco para realizar barridos mientras que una fuerza permanecía oculta al centro del enemigo, los mongoles atacaban desde tres puntos por lo menos.

 9- Flanquear

 A veces dejaban una fuerza simbólica frente a una formación enemiga, y mientras los generales enviaban a la caballería contra la retaguardia enemiga, a traves de caminos de montaña y senderos abiertos por animales salvajes, tomaban al enemigo por sorpresa a su espalda.

10- Rodear

 Los mongoles sacaban provecho de los flancos expuestos del enemigo o de las zonas de retaguardia sin defensa para rodear al enemigo en el campo de batalla o en ciudades

11- Táctica del extremo abierto

 Dejar al enemigo una ruta de escape contribuía normalmente a su derrota, y permitía a los mongoles caer sobre los aterrorizados supervivientes y matarlos en gran número, por el alcance en retirada.

12- Combinación de espadas y flechas

 Los mongoles evitaban el combate cuerpo a cuerpo siempre que fuera posible y preferían usar el arco a distancia. Una vez que los arqueros habían inflingido serias pérdidas, las unidades más pesadas derrotaban totalmente al enemigo.

13- Persecución en caliente y Tácticas de Dispersión

 Durante el transcurso de una victoria los mongoles eran implacables y bárbaros en las persecuciones de sus enemigos en el intento de aniquilarlos por completo.

  Si tenían que hacer una retirada, los mongoles se dispersaban en todas direcciones para evitar ser rodeados y sufrir una derrota total.

14- Táctica del Grupo de Arbustos

 Sin perder el contacto, pequeños grupos de soldados avanzaban bajo cubierto, a menudo sin ser vistos. Estas tácticas eran muy eficaces por la noche y con poca luz.

 15- Flanqueo Estratégico

 Los mongoles eran implacables en sus esfuerzos por flanquear al enemigo, incluso manteniendo una batalla frontal durante un periodo de tiempo, mientras que otras fuerzas adicionales marchaban cientos de kilometros por las estepas, o incluso por el desierto, para realizar una maniobra de flanqueo estratégico.

16- Atracción a la Emboscada

 Usada sobre todo en los asedios o en terrenos difíciles o estrechos, los mongoles atraían a sus enemigos fuera de sus posiciones fuertemente defendidas con una retirada lenta y deliberada. Despues en el momento adecuado, volvían sobre sus perseguidores y los atacaban.


 

 

 


O Fortuna, velut Luna, statu variabilis.    Semper crescis aut decrescis, vita detestabilis.    Nunc obdurat et tunc curat, ludo mentis aciem.
Egestatem, potestatem, dissolvit ut glaciem.   Sors immanis et inanis, rota tu volubilis. Status malus, vana salus semper dissolubilis.  Obumbrata et velata, midhi quo que niteris. Nunc per ludum dorsum nudum, fero tui sceleris.  Sors salutis et virtutis, midhi nunc contraria, est affectus et defectus, semper in angaria.     Hac in hora, sine mora, corde pulsum tangite. Quod per sortem, sternit fortem, mecum omnes plangite.

 

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 Las Guerras Genpei de 1180 a 1185 llevaron a que Yoshinaka Minamoto (1154-1184) ocupara la capital imperial de Kyoto y se autoproclamara como el primer Shogun japonés (palabra que viene de la china para general jiang jung). Estas guerras vieron al Samurái a caballo en su esplendor.

  Por el comercio con Corea y el Imperio Song, los nipones sabían del poder Mongol y como se habían hecho dueños de Asia, así como de la dinastía Yuan en China que era Mongola, pero aún así, para la mentalidad nipona, los mongoles no suponían una amenaza para su isla y una invasión mongola ni se la pasaban por la cabeza.

 La guerra en Japón era un asunto muy ritual y de castas, de combate individual y de honor. Pero esta forma de combatir se vería que sería fatal para un combate valiente, pero poco cohesionado, cuando se enfrentaran a las disciplinadas formaciones mongolas o Yuan.

 Una flota de 900 barcos, con 15.000 marinos coreanos y unos 25.000 soldados mongoles y chinos, zarparon en dirección a Japón. Desde las cercanias de Pusan, en  Corea, en octubre de 1274 y cruzó los 177 kilometros del estrecho de Tsushima.

 El Shogun, desde su campamento de campaña( Bakufu),en Kamakura, no pudo sino reunir un contingente apresurado de unos 8.000 soldados nipones, para impedir la invasión de Kyushu.

 El Desembarco en la Isla de Tsushima - 3 de octubre de 1274 -

 Los invasores desembarcaron el 3 de octubre en la isla de Tsushima. Y los  nipones intentaron repeler el desembarco con cargas de Samuráis arqueros a caballo, pero sus cargas terminaron en unas derrotas aniquiladoras. En un ataque que realizó un escuadrón de 100 samurais, sólo uno volvió con vida.

 Los Samuráis no podían hacer nada contra los muros compactos de escudos de la infantería Yuan, la cual formaba en falanges muy apretadas. Y tampoco contra la potencia del arco mongol, que sobrepasaba al yumi en alcance y potencia.

 Antes que los samuráis a caballo tuvieran a distancia de alcance del yumi a las fuerzas mongolas, los mongoles ya llevaban tiempo sometiendo a los samuráis al fuego intenso y potente de sus arqueros.

 Samurái Takekazi Suenaga, que combatió a los mongoles en 1274:

 "Primero iba mi abanderado. Su caballo fue alcanzado y él fue derribado. Mis tres asistentes y yo fuimos heridos. Justo después mi caballo fue alcanzado y yo fuí derribado, Michiyasu atacó con un escuadrón formidable de caballeros y los mongoles se retiraron...."

 Los mongoles usaban flechas envenenadas, jabalinas, vasijas de explosivos y granadas (cogido a los chinos) para acribillar a la caballería japonesa. A una señal de los tambores, las salvas eran disparadas en sucesivas tandas contra los samuráis.

 Tras infructuosas cargas y casi la aniquilación completa de los contingentes samuráis en Tsushima, los mongoles pudieron hacerse con el campo de batalla.  Después de haber perdido unos 1.000 soldados, los mongoles saquearon  Tsushima y masacraron a unos 6.000 civiles.

 El samurái, el arquero a caballo y el yumi no podía parar al arco compuesto mongol y la infantería Yuan.

 La Invasión de la isla Iki - 14 de octubre de 1274 -

 Iki cayó con incluso más facilidad que la anterior, y las cargas de samuráis disparando el yumi tuvieron el mismo pobre efecto que en Tsushima.

La invasión en la Bahía de Hakata en Kyushu  - 19 de octubre de 1274-

 Tras 5 días de avituallar el ejército, hacer recuento de los heridos y preparase, se decide realizar un viaje cadencioso, pues el tiempo y la mar estaba algo tormentosa, la flota Mongola llega a la Bahía de Hakata, en la Isla de Kyushu.

 El Gobernador del Shogun, Shoni-kakye, tenía sólo 3.000 soldados, entre ashigaru y samurái, pero escasa caballería. Parte de la caballería que faltaba estaba en los campos de batalla de Tsushima e Iki.

 La Táctica de Shoni-kakye era retardar lo más posible el desembarco mongol, para dar tiempo a que se congregaran los contingentes que estaban de camino hacia Kyushu.

La Batalla desde el 19 de octubre, con su climax el 20 y hasta la retirada mongola el 22 de octubre.

 Shoni-kakye pudo reunir unos 6.000 combatientes, entre samuráis, ashigaru y otros guerreros del Shogun, llamados gokenin.

 Los Mongoles, desembarcando de los numerosos barcos, fueron formando en falanges, la infantería yuan, que asemejaba a las falanges griegas, por los prietas de las filas, disparando desde este cobijo, las salvas de flechas con las que herían a los samuráis desde fuera del alcance del yumi.

 Los mongoles, luchando con las formaciones compactas de infantería Yuan y con las salvas  masivas de arquería desestabilizaban la mentalidad de combate del guerrero samurái, acostumbrado a otro tipo de  táctica: el combate indivudual que buscaban con sus pares y el honor. La doctrina samurái, su código de honor y tradición decían que los samuráis debían enfrentarse a un enemigo de rango similar y entablar combate individual.

 Los mandos japoneses no tenían experiencia en combate a gran escala, como la de enfrentarse a cerca de 40.000 soldados entre marinería e infantería, y la mentalidad samurái no estaba familiarizada con unas tácticas ajenas al uso nipón.

 Desde el día 19 de octubre se hacían pequeños combates, para poder contener al ejército invasor y así reunir los refuerzos, que llegaban tarde al campo de batalla.

 Stephen Turnbull describe como la superioridad mongola y sus tácticas eran arrolladoras para con los samuráis:

 "Los relatos sobre la primera invasión mongola de Japón en 1274, dan una excelente idea del modo en que los mongoles combinaban las acciones navales y terrestres en lo que pueden denominarse operaciones anfibias. Cuando los barcos mongoles estaban cerca de la playa, los trabuquetes de tracción efectuaban un bombardeo costero de bombas explosivas con carcasa de hierro. Esta fue la primera experiencia que tuvieron los japoneses con las armas de pólvora y uno quedó tan impresionado que incluyó deliberadamente un grabado de una de ellas en el manuscrito pintado que encargó. La naturaleza del arma como una bomba fragmentaria es claramente visible. Cuando los mongoles desembarcaron lucharon desmontados y en falanges compactas, disparando nubes de flechas. Este punto de detalle fue añadido sin duda al relato japónes por el contraste que presentaba frente al modelo tradicional de combate japónes, que prefería el combate individual ante todo."

 Durante años los historiadores han debatido estos aspectos extraños de la batalla, los marinos desde los barcos disparaban unas catapultas rudimentarias que lanzaban bombas huecas y proyectiles rellenos de metralla a las líneas japonesas.

 Es indudable que los nipones debían de estar aterrorizados o asombrados ante estas nuevas armas y sus efectos.

 Pero aún así, se pudo dar el combate individual que tanto buscaban los samuráis, y que era su única baza.

 El día 20 de octubre es cuando se da la mayor batalla, cuando los mongoles, desembarcan enfrente de la población de Hakata.

 1- La infantería de los mongoles desembarca y forma en falanges compactas, atacando a los japoneses, que son inferiores en número, en un ataque coordinado.

2- Las fuerzas samuráis pueden entablar un combate cerrado contra las falanges chino-mongolas.

 El samurái Takezaki Suenaga, un líder samurái que combatió en primera línea, estaba ansioso por entrar en combate, y poder demostrar su valor y honor. Como éste, sería la norma habitual entre los samuráis, deseosos de entrar en combate, para que con las naginata o los tachi, pudieran hacer valer su calidad individual en combate individual.

3- Los refuerzos nipones llegan a cuentagotas y las líneas niponas se tienen que retirar a sus defensas del pueblo de Dazaifu, a escasos kilometros tras el pueblo costero de Hakata, tras poder infligir graves perdidas a los mongoles, al poder llegar al combate cerrado, si bien los nipones tienen a su vez perdidas considerables.

 Takezaki Suenaga, ante las órdenes de retirarse del combate, gritó:"Esperar al general no hará entrar muy tarde en batalla. De todos los guerreros del clan, yo ,Suenaga, seré el primero de Higo en luchar".

 Pero ante la presión, los nipones tuvieron que retirarse, porque no podían mantener más tiempo las líneas y situarse en Dazaifu, la capital de Kyushu.

 4- Los mongoles no persiguieron a los nipones en la retirada y se limitaron a quemar la ciudad costera de Hakata y haciendo rapiña con todo el botín que pudieron obtener, pero parece ser que eran conscientes que estaban a punto de llegar refuerzos a los nipones desde el otro lado de la montaña, y desconocedores del terreno, no persiguieron a los japoneses que huían.

5- Al caer la tarde, ambos bandos habían sufrido muchas bajas, pero se desconoce el número exacto de muertos y heridos.

 Ante el empeoramiento del tiempo y como presagiaba una gran tormenta las negras nubes, los mongoles, tras la batalla del día 20 de octubre, decidieron retirarse de la isla de Kyushu.

 Pero a pesar de esta retirada, los vientos huracanados que se desataron en la Bahía, azotaron la flota y alrededor de un tercio de los 900 barcos se hundieron. Las estimaciones calculan que murieron alrededor de 13.500 soldados en la tormenta.

 Este viento huracanado del tifón fue llamado Kamikaze o "viento divino" por que salvó in extremis a Japón de ésta invasión mongola.

 Sin embargo Kublai Khan tambien tiene su responsabilidad, porque ordenó una flota en breve tiempo y para ello no desdeñó cualquier embarcación disponible, y al parecer muchos barcos eran fluviales o de mares interiores y por tanto no eran adecuados para mar abierto. No disponían de quillas curvas, y las que disponían de quillas planas volcaban más fácilmente en los océanos, ante los vientos huracanados.

 

CONSIDERACIONES DE LA BATALLA DE BUN´EI

  En 1268, cuando Kublai Khan estaba aniquilando las últimas resistencias Song de China, fue cuando llegaron los emisarios a la isla de Kyushu, con las misivas al rey de Japón. Tanto el lenguaje florido como las alusiones a la liberación de Corea por los mongoles, no pasaron realmente desapercibidos a los nipones, los cuales estaban acostumbrados a las amenazas en lenguaje florido, por los siglos de luchas intestinas, aunque los emisarios mongoles no tuvieron una respuesta oficial.

 Kublai, con la anexión de Corea, se hizo con las fortalezas y fundiciones de esta región, y se hizo el líder de las aspiraciones coreanas, un tanto hartas de los piratas nipones (wako) por sus costas.

 Pero Minamoto, con su llegada al Shogunato, intentó, para llevarse bien con Corea y como gesto de apoyo al comercio fluido entre el continente y Japón, la eliminación de los piratas, wako, con la conquista de sus puertos en la costa japonesa. Luego, esta aniquilación de los piratas nipones, se mostraría como arma de doble filo, porque en la movilización nipona, ante el esperado desembarco mongol, los nipones se habían privado a sí mismos de una fuerza irregular que podría haber avisado de los movimientos de la flota de invasión, que podría haber realizado funciones de patrulla, de hostigamiento o de otro tipo, buscando los puntos débiles mongoles como los barcos de transporte o de suministro.

 Al final el Shogun, en nombre  del emperador, sólo pudoi invocar a los samuráis a defender su nación. Como vimos en la isla de Tsushima, el Daimyô Sukekuni, del clan Taira, defendió su feudo aislado, de la manera tan pertinaz como para provocar la masacre de casi todos sus habitantes, algo que consideraron los mismos nipones, salvaje. La isla de Iki, como se vió, tampoco salió mejor parada.

 Pero estas dos defensas puntuales de las islas habían retrasado la invasión mongola, permitiendo que el primer ejército nipón reunido en 50 años, se pudiera reunir, y encaminarse al sur.

 Este ejército,aunque exiguo comparado con las fuerzas mongoles de  invasión, fue al menos lo justo para poder contener a las fuerzas mongolas de  desembarco cerca de la flota y no se aventuraran dentro de la isla. Un ejército nipón exiguo, no más o aproximadamente sobre unos 6.000 hombres, pero que por nervio de combate, mantenía a las fuerzas mongolas, cerca de sus barcos.

 Entre otras cosas, porque los mongoles habían disparado tal cantidad de flechas, que los suministros enviados hasta la costa, desde los barcos, siempre eran los justos y nunca demasiados, y ya, al final de la batalla, despues del día 20, apenas quedaban reservas de flechas, tal era la cantidad de flechas disparadas, por los mongoles desde Tsushima hasta Kyushu.

 El tifón, el kamikaze, sorprendió a la flota mongola cuando enfilaba hacia mar abierto, maniobra que parece que duró dos días, desde el 20 de octubre hasta el 22 de octubre, aproximadamente.

 Pero cuando las noticias del desastre le llegaron a Kublai Khan, éste parece ser que se mantuvo muy sereno, y que su obstinación era la conquista de Japón.

 Volvería a intentarlo, otra vez más, pero mejor preparado.

 Los samuráis sabrían que volverían los mongoles, y la cita sería en el mismo lugar, donde la batalla había quedado en tablas. Ningún ejército quedó derrotado, y el kamikaze fue el que puso punto final a éste encuentro.

 Kublai Khan volvería a intentar la invasión en 1281, con una nueva flota, mejor preparada, y los nipones tambien estarían preparados.

 En 1279, Kublai empezó a asignar directamente presupuestos y recursos para el segundo intento de conquistar Japón. Japón, el Shogun, había ejecutado a todos los emisarios mongoles que habían sido enviados.

 Mientras Kublai dedicaba parte de la tesorería china a preparar una flota, los nipones se dedicaron a fortificar las alturas alrededor de la bahía de Hakata y a construir unos Juncos pequeños, para poder tener unas embarcaciones, capaces de poder atacar a los barcos mongoles en la bahía.

 El envío de los mensajeros mongoles exigiendo la sumisión, convenció al shogun que los mongoles volverían, y seguramente por el mismo sitio que antes.


 

LA BATALLA DE LA BAHÍA DE HAKATA -1281-

 Siete años despues del desastre de la flota de Kublai, donde  se perdieron la tercera parte de los barcos mongoles y sus efectivos, Kublai Khan ya tenía preparado la nueva Flota de invasión del Japón. Sería por el mismo sitio que antes, la ruta más corta entre Corea y Japón, pero los efectivos, serían muy, pero muy distintos.

Esta flota y éste ejército era simplemente algo atronador, inmenso, diseñado para aniquilar todo a su paso, para no dejar opción de salvación a los isleños barbaros de ese trozo del archipielago que se resistía a la majestad del Khan. Japón iba a ser destrozado con los siguientes medios:

 Una Flota Coreana se armó y se unió  a todos lo barcos que se pudieron obtener de la flota mercante fluvial del Yangtsé y de los comerciantes de la costa, que fueron sus barcos requisados o contratados para esta magna expedición.

 Kublai pensaba transportar una cantidad multiplicada por cinco, respecto a la invasión anterior, que de por sí era apabullante.

 La Flota Coreana estaba formada por 900 barcos, que con 17.000 marinos coreanos, transportaban a 10.000 soldados coreanos (la mayoría de nueva recluta) y 30.000 mongoles, así como todos los abastecimientos y pertrechos necesarios para una larga expedición.

 La Flota China, formada por los restos de la Marina Song y la Flota del rio Yang-Tsé, estaba formada por alrededor de 3.500 barcos de guerra y transporte, de  todo tipo, que transportaban a 100.000 soldados mongoles y chinos.

 Las dos Flotas y sus contingentes daban,un ejército de proporciones inaúditas, algo simplemente aniquilador, contra la que los nipones, simplemente no tendrían otra opción que morir dignamente.

 En mayo de 1281, la Flota de invasión alcanzó nuevamente la isla de Tsushima e Iki, donde la resistencia samurái fue algo más tenaz que anteriormente, porque los nipones habían tenido tiempo de preparar las defensas costeras, pero aún así fueron simplemente barridas.

 El 21 de junio, la Flota Coreana, con sus 900 barcos llegaba a la isla de Kyushu, el mismo lugar que la anterior y frustrada invasión.

 Sin embargo, los nipones, estaban preparados y las mejores defensas posibles fueron realizadas en las costas de la bahía de Hakata. La Flota Coreana, no pudiendo desembarcar en la costa, se retiró hacia la isla de Hirado, pequeñísima isla situada en la bahía de Hakata, para unirse al resto de la Flota, la China-mongola, y realizar la invasión conjuntamente.

  Desde la isla, los mongoles (chinos y coreanos) contemplaban las defensas costeras efectuadas por los nipones estos años de espera latente, reafirmada por los enviados mongoles de Kublai.

 El Shogun había ordenado levantar una empalizada de madera, que recorría toda la costa de Hakata, detrás de esta empalizadas se encontraban las fuerzas que todos los Daiymô habían congregado, ante la convocatoria del Shogun.

 ATAQUE SAMURÁI A LAS EMBARCACIONES MONGOLAS EN EL FONDEADERO DE TAKASHIMA

 La Flota conjunta Mongola se reunió y   fondeó en Takashima, a unos 48 kms. de Hakata, pueblo costero de la bahía de Hakata.

 Tras la unión de las Flotas, se dirigieron a la Bahía de Hakata, cerca de 4.000 barcos Mongoles cubrían toda la bahía de Hakata, asemejando una ciudad dentro del mar.

 Los samuráis, tenían preparada una sorpresa, para los mongoles:

 Los samuráis, en los pequeños Juncos que habían construido, se acercaban de día o de noche, mediante los remos de los Juncos, abordando a los barcos Mongoles individualmente y entablando combates, donde los samuráis con sus armaduras y katanas, eran simplemente arrolladores.

 Barcos enteros mongoles y sus tripulaciones aparecían al día siguiente desolados tras los abordajes de los samuráis, donde las cabezas cortadas de los coreanos o chinos eran visibles en las cubiertas, así muchos barcos cayeron ante la estrategia samuráis de llevar el combate individual ante el enemigo, sembrando la costa de Takashima de barcos fantasmas, a la deriva, con las tripulaciones decapitadas.

 Los mongoles contraatacaron de una manera que parece ser China y no Mongola. Reunieron a los barcos de la Flota y unieron estos en una cadena, así los samuráis no se enfrentarían a barcos aislados y pasto de la katana y la armadura samurái.  Formaron una especie de fortalezas flotantes, mediante la unión de los barcos, y así poder disparar los trabuquetes y los arcos contra los pequeños juncos a remo, cuando los samuráis intentaban asaltar los barcos fondeados.

 Parece ser que esta situación de asedio naval duró unas dos semanas, donde los samuráis no daban tregua: Se acercaban en los pequeños juncos a remo, saltaban entre las placas de unión de lso barcos o a los barcos e intentaban un combate cerrado brutal, donde el combate samurái, era arrollador contra las levas coreanas o chinas, pobremente armadas o entrenadas, respecto al samurái, su equipo, su entrenamiento, su disciplina y su honor.

 Ningún contendiente tenía inención de retirarse, ni los Mongoles se iban del fondeadero, ni los samuráis desistían de atacar una y otra vez a los barcos. Sobre todo por la noche, donde sigilosamente, los samuráis se acercaban, y si lograban desembarcar en cubierta a un número holgado de samuráis, el barco era dejado desierto mediante la decapitación de todos sus tripulantes.

 Pero los Mongoles intentarían salir de este tiempo muerto, y realizar una invasión en la isla de Hakata, a pesar de las empalizadas construidas, que circundaban la bahía y no dejaban espacio para un desembarco numeroso de las tropas mongolas.

 Pero se haría el desembarco mongol.

 

DESEMBARCO MONGOL EN LA BAHÍA DE HAKATA

 La Flota Mongola, enmedio de los incesantes ataques sigilosos, sobre todo nocturnos, de los samuráis, intenta la invasión.

 Los miles de barcos se dirigen a la costa, por diversos puntos, superando abrumadoramente a los nipones en los puntos de desembarco. Pero sólo una cosa salva a las defensas samuráis, las empalizadas.

 Los mongoles, en los desembarcos, ante las empalizadas de madera en la costa, no les permite formar en falanges apretadas, y protegerse trás los esucudos yuan y así los mongoles poder lanzar las salvas de flechas de sus arcos compuestos, que masacran a los samuráis.

 Esta vez, los samuráis desmontados, trás los muros de madera, esperan a las levas coreanas y chinas, en sus desembarcos, apoyados por el fuego de los trabuquetes desde los barcos o por las salvas mongolas de  flechas, pero aún así, los coreanos, chinos y mongoles de infantería intentarán asaltar las empalizadas, para abrir brechas y poder consolidar una cabeza de playa.

 Los desembarcos son multitudinarios, los barcos chinos, fluviales y de poca quilla, no tienen impedimento en llegar a la costa, como barcos ideales de desembarco y desembarcar a contingentes tras contingentes de infantería china. Cerca de 100.000 soldados chinos, coreanos y mongoles estan listos para desembarcar, y en oleadas van haciendolo, por diversos puntos, para poder aprovechar toda la costa y utilizar el gran número de barcos.

 Pero a los samuráis les basta con la protección somera de la empalizada de madera, es lo único que necesitan para poder evitar la formación de falanges chinas o mongolas y las salvas del arco compuesto mongol. Es la ocasión que los samuráis estaban esperando: el combate individual que con tanto empeño se les negaba y ahora se les presenta.

 Los desembarcos, masivos y continuos, hacen llegar oleadas tras oleada de soldados chinos, coreanos y mongoles a las empalizadass, formando apresuradamente en las líneas estrechas de costa y asaltas las empalizadas.

 He aquí al samurái, ya lo tiene: saltando algunos las empalizadas y dirigiendose contra las hordas mongolas y aliadas empiezan el combate en el que llevan entrenando y mentalizandose de por vida, toda su regla de honor está presente en este momento, la defensa de su tierra sagrada contra la invasión mongola.

 


 


 

 


O Fortuna, velut Luna, statu variabilis.    Semper crescis aut decrescis, vita detestabilis.    Nunc obdurat et tunc curat, ludo mentis aciem.
Egestatem, potestatem, dissolvit ut glaciem.   Sors immanis et inanis, rota tu volubilis. Status malus, vana salus semper dissolubilis.  Obumbrata et velata, midhi quo que niteris. Nunc per ludum dorsum nudum, fero tui sceleris.  Sors salutis et virtutis, midhi nunc contraria, est affectus et defectus, semper in angaria.     Hac in hora, sine mora, corde pulsum tangite. Quod per sortem, sternit fortem, mecum omnes plangite.

 

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Los combates que se dieron en los puntos de desembarco en torno a las empalizadas, no permitían las tácticas mongolas de salvas masivas de flechas, porque las mesnadas de infantería mongola y aliada, asaltaban las empalizadas.

 Los samuráis (se desconoce el número que se reunió para la gran ocasión) ya por delante de la empalizada, saltando algunos para cobrar prestigio y realzar las banderas de su clan u otros esperando tras la empalizada, dieron con un combate tan mortífero que las oleadas mongolas y aliadas era lo único que mantenía vivo el ataque.

 El samurái de la época, acorazado con la armadura integral, de los pies a la cabeza, incluso con mascaras de metal lacado, y con los tachi o las katana o con las naginata, que eran lanzas de cuchilla curva, llegaban al combate de forma aislada, si querían buscar la atención de los ojos de otros clanes, otros samuráis o por convicción personal de lograr un triunfo de su clan en una ocasión magnifica. Otros, agrupados en clanes, bajo las banderas de su clan, atacaban por entre las empalizadas o tras ellas.

 Los invasores se encontraron con aquello que habían evitado, el samurái combatiendo en su terreno.

 Las cabezas decapitadas de un sól tajo con las naginatas o cuerpos casi partidos en la mitad por los tachi o las katanas afiladas en sus primeros tajos, eran los efectos de las primeras invasiones. A medida que los samuráis seguían combatiendo, las naginatas y los tachi iban perdiendo filo y ya no eran capaces de seccionar extremidades enteras de un sólo tajo. Pero la esgrima de estas armas samuráis, a dos manos, les hacía aún así, capaces aún de hacer tajos mutilantes.

  Las hordas invasoras no fueron capaces de traspasar  ni un sólo punto de las empalizadas, dejando cuerpos mutilados y decapitados y a los samuráis recolectando las cabezas de los enemigos que habían decapitado.

 Las hordas invasoras, al abrigo del fuego de cobertura de  los trabuquetes y arcos de los barcos, pudieron re-embarcar, escapando de la carnicería que estaban haciendo los samurais.

 Una vez que las hordas hubieron re-embarcado, la flota mongola siguió permaneciendo en la bahía de Hakata, las perdidas sufridas en la invasión no eran preocupantes para la inmensidad de la flota reunida y los cerca de 100.000 soldados que aún permanecían en los barcos esperando la siguiente ocasión.

 Pero aún así, los Juncos samuráis seguían acosando a la flota mongola, por la noche seguían atacando a los barcos mongoles.

 El 30 de julio de 1281, de nuevo un tifón azotó la bahía de Hakata, el kamikaze o viento divino.

 Los samuráis, abandonando las empalizadas, se retiraron al interior de la isla, pero los mongoles tenían un problema: habían unido sus barcos, creando una fortaleza naval. Ahora el tifón azotaba a la fortaleza naval, destrozando a casi toda la flota.

 Algunos barcos lograron escapar por la estrecha entrada de la bahía, cortando las amarras y saliendo de la trampa en que se había convertido la bahía.

 Los barcos que más sufrieron, como en la anterior ocasión, fueron los barcos fluviales chinos, de quilla plana, y más propensos a volcar, con la fuerte marejada y el viento. Sólo los barcos coreanos, más pesados y fuertes resisten este naufragio total.

 Alrededor de unos 1.170 barcos se hundieron seguro, lo más probable es que más. Gran parte de estos que se hundieron eran grandes juncos de guerra de unos 73 metros de eslora, los barcos de la marina Song o los barcos nuevos fabricados en Corea, ex-profeso para la invasión. Estos barcos necesitaban una tripulación de unos 60 hombres y llevaban una embarcación llamada batoru para desembarcar 20 soldados de infantería cada vez.

 Casi todos los barcos que se hundieron eran sampanes del río Yang-Tzé, que con su sóla llegada a las costas niponas, habían llevado hasta el límite sus cualidades de navegación.

 Tambien se hundieron unos 300 Juncos de guerra coreanos, de dos mástiles.

 Las estimaciones hablan de unos 100.000 hombres del ejército Mongol y aliado, entre ahogados y muertos en las costas.

 Kublai Khan falleció en 1291, pero estaba haciendo planes para una Tercera invasión de Japón.

 

 


O Fortuna, velut Luna, statu variabilis.    Semper crescis aut decrescis, vita detestabilis.    Nunc obdurat et tunc curat, ludo mentis aciem.
Egestatem, potestatem, dissolvit ut glaciem.   Sors immanis et inanis, rota tu volubilis. Status malus, vana salus semper dissolubilis.  Obumbrata et velata, midhi quo que niteris. Nunc per ludum dorsum nudum, fero tui sceleris.  Sors salutis et virtutis, midhi nunc contraria, est affectus et defectus, semper in angaria.     Hac in hora, sine mora, corde pulsum tangite. Quod per sortem, sternit fortem, mecum omnes plangite.