Grecia contra Roma: evolución del armamento y tácticas

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Grecia contra Roma: evolución del armamento y tácticas
 

En este trabajo pretendo analizar la evolución de las dos formaciones militares más importantes del Mediterráneo Antiguo: la legión y la falange, entendiendolas como un conjunto más o menos amplio de distintos tipos de tropas, ligeras y pesadas, montadas o a pie.

Haré especial incapié en la táctica que griegos y romanos utilizaron a lo largo de su historia, abarcando un extenso periodo, desde la constitución de la falange hoplita, allá a finales del Siglo VIII a.C., hasta los primeros choques entre ambas culturas, entre principios y mediados del Siglo II a.C. Sin embargo, no he pretendido ser excesivamente amplio en la descripción de las distintas armas, pero si de sus funciones, dada la estrecha relación que tiene esto con el uso táctico de las tropas que las portaban.

Debido a la extensión irá dividido en tres partes: por un lado la Evolución de los ejércitos, que se divide a su vez en Grecia y en Roma; y por otro La táctica y el combate.

 

EVOLUCIÓN DE LOS EJÉRCITOS

GRECIA

La supremacía de la falange hoplita

Desde finales del Siglo VIII a.C. se desarrolló en elcorazón de Grecia (concretamente en Corinto, Esparta y Argos) un nuevo estilode combate, la falange hoplita. En este desarrollo subyacen dos factoresprincipales, uno económico y el otro sociopolítico. En esta época la economíamejoró, por ello el número de hombres capaces de costearse armas y armadurascreció. Por aquella época también aparece la polis, que en palabras deAristóteles, era un Estado autonómico y autosuficiente, unido por un sentido dela comunidad y una idea compartida de finalidad, expresado en un conjunto deleyes y obligaciones cívicas que atañían a todo ciudadano por igual. Una deestas obligaciones era la defensa de la patria, así pues, el ejército era laciudad en armas.

Era esta falange hoplita una milicia ciudadana que combatía en formación cerrada de infantería de línea[1].Se caracterizaba por su pesado armamento defensivo, destacando el gran escudo circular cóncavo de 90-110 cm. de diámetro, el aspis; siendo el arma ofensiva principal una lanza empuñada de entre 2,3 y 3 metros de longitud. Tenía una formación simple, con armamento homogéneo y escasez de tropas auxiliares.

En los Estados democráticos, el general (estratego) eranombrado por elección. En Atenas, por ejemplo, se elegían diez generales, delos cuales normalmente sólo tres iban con el ejército. Uno de esos tres eranombrado comandante en jefe, o bien mandaba cada uno por turnos. El ejército sedividía en compañías (lochos), sirviendo los oficiales en el lado derecho decada una.

Formaban con una profundidad de múltiplos de 4, siendo lomás común 8 y 12[2]. Unaevidencia de la importancia del empuje en masa es la creciente profundidad dela falange con el avanzar de los tiempos. Aunque tan solo, como mucho, las dosprimeras filas luchaban activamente, como tenían que avanzar para relevar alcompañero caído, cuanta más profundidad, mayor eficacia para mantener una luchaprolongada. Por ello, aunque una falange no derrotara al contrario en el primerenvite, podría derrotarlo por desgaste.

La táctica más común era un simple avance hacia el contacto,con las mejores tropas en el lado derecho, el lugar de honor[3].Resolviéndose los encuentros en una mezcla de empujones, escudo contra escudo(othismos), y alanceamientos, hasta que uno de los ejércitos se abría paso.Esta simplicidad se debía a dos factores principalmente: durante los SiglosVIII al VI a.C. el hoplita, una vez entraba en combate, no podía recibir másórdenes a causa del yelmo corintio, que le tapaba oídos y prácticamente toda lavisión; añadido al hecho de que el general mismo se unía al combate en primeralínea[4].Además era arriesgado realizar movimientos envolventes para atacar los flancos;habría que girar la formación, lo que suponía cambiar el orden de marcha yadoptar la nueva posición, lo que podían aprovechar los enemigos paracontraatacar, con consecuencias desastrosas.

Los cambios de losSiglos V y IV a.C.

En los primeros tiempos el número de tropas auxiliares eraescaso o nulo, sin embargo esto cambió durante el Siglo V a.C. y,especialmente, durante la Guerra del Peloponeso. De entre todas las tropasauxiliares destacó el peltasta[5],tropa más ligera y móvil que los hoplitas, pero suficientemente protegidos comopara poder luchar también en formación[6].Ideales para escaramuzas y persecución, además de para operar en terrenoabrupto, dada la ligereza de su panoplia, para el hoplita se hacía imposibledarles alcance. Estos reforzaban a la falange de hoplitas y las tácticas sehicieron cada vez más complejas al añadirse este polivalente elemento. Normalmente,en conjunción con la falange, los peltastas se colocaban en las alas, tantopara protegerlas como para intentar realizar movimientos de flanqueo contra elenemigo.

También en esta época empezó a desarrollarse verdaderoscuerpos de caballería. Con el apoyo del Estado, aristócratas empezaron a luchara caballo como un cuerpo ligero, armado de jabalinas y sin ninguna protección;o como caballería pesada, con lanzas, jabalinas, cascos y corazas. Normalmentela caballería se desplegaba en los flancos. Salvo en Tesalia, ninguna ciudadcontaba con más de 1.000 jinetes, por tanto, era difícil que un número tanreducido tuviera demasiado impacto. Sus funciones eran las de aniquilar a lastropas ligeras y forrajeadores, y ocasionalmente podían desbordar los flancosenemigos.

Gradualmente la caballería se fue integrando con las tropasligeras para realizar ataques conjuntos. En Tebas se desarrolló una infanteríaligera especialmente diseñada para combatir, los hamippoi.

Estas nuevas tácticas más móviles, sumado a la necesidad decada vez más tropas, hizo que la panoplia hoplita se aligerara. Las corazas deplancha de bronce dejaron paso a las linothorax, e incluso para finales delSiglo V a.C. ya muchos tan sólo van armados con el aspis, la lanza, y el yelmo,que en ocasiones se trata sólo de un capacete de fieltro; o como muchoprotegidos por un jubón acolchado (spolas).

Poco a poco, las tropas ligeras y los peltastas seintegraron en los ejércitos griegos. El principal inspirador fue el ateniense Ifícrates, quien modificó el equipo de los peltastas para hacerlo más adecuadopara combatir en línea, a la par que mantenía sus ventajas de movilidad yligereza. Los peltastas llegaron a estar mejor entrenados que las milicias, eincluso eran capaces de derrotar a regimientos enteros de hoplitas.

No sólo cambiaron las tácticas y las tropas, también seasistió a un proceso en el cual se pasó de un ejército de milicia a uno cadavez más profesionalizado. Debido a la duración y complejidad de las campañas sehizo necesaria la dotación de una paga al ciudadano. Por el mismo motivo, sepotenció el mercenariado. El nuevo tipo de guerra hizo que creciera laimportancia de las tropas ligeras, los peltastas y la caballería, pero losciudadanos no se rebajaban fácilmente a descender de estatus militar; así quelos mercenarios rellenaron el hueco, primero extranjeros (como tracios oescitas) y luego también griegos. Tal es el grado de profesionalización, que por ejemplo en Atenas aparece la Efebía[7],un servicio militar obligatorio para todos los jóvenes, en el cual el Estadoles paga el equipo y la manutención; en el primer año recibían instrucciónmilitar y durante el segundo servían como guarnición.

A finales del primer tercio del Siglo IV a.C. se asistió auno de los avances tácticos más importantes de la historia militar, el avanceen oblicuo. Hasta ese momento,  lavictoria entre dos formaciones hoplitas se decidía por el número de hombres y loexperimentados que estos fueran en conjunto, en lo cual los espartanos erancasi imbatibles. Sin embargo, el tebano Epaminondas se dio cuenta del punto débil de la falange, tan sólo había que concentrar un gran número de tropas, aser posible de élite, en un punto concreto de la falange. Así en Leuctra (371a.C.) concentró en su extremo izquierdo un gran número de hombres, con 50 filasde profundidad y rehuyendo del combate en el resto de la línea. El ejército espartano al que se enfrentaba, mayor en número, fue roto en aquel punto y posteriormente barrido, apenas sin causar bajas a los tebanos.

La era de Alejandro

En el año 359 a.C. subió al trono de macedonia Filipo II, einició una serie de reformas militares, que convirtieron a una débil levaterritorial en un ejército cualificado. Filipo profesionalizó el ejército:introdujo una instrucción en tiempo de paz y un pago regular a sus hombres, asícomo garantías de tierras al terminar el servicio. A la par, impulsó reformasorganizativas, la principal fue una nueva infantería.

La falange se dividía en taxeis de 120-130 hombres, con unas10 filas de fondo. Filipo aglutinó en su falange las lecciones de Epaminondas eIfícrates. El mayor cambio respecto al hoplita era el uso de la sarissa, unapica enristrada con ambas manos, de unos 4,5-5,5 m.[8]Dado su gran tamaño, las picas de hasta la quinta fila sobresalían por delantede la primera; mientras los demás mantenían sus sarissas en posición oblicua enel aire para detener los proyectiles enemigos. Era difícil golpear con ella,bastaba con empuñarla firmemente y avanzar; y puesto que las dos manos estabanocupadas sujetando la sarissa, es escudo hubo de cambiar. Se aligeró y redujosu tamaño, pasando a ser de unos 60 cm. de diámetro, y siendo sujeto al brazoizquierdo y al cuello, mediante una correa.

Era una infantería demoledora en ataque frontal, pero débilpara defenderse por el flanco o la retaguardia, dada la lentitud para girartoda la formación. Para paliar estas debilidades, el ejército macedonio contabacon otras clases de infantería, como los hipaspistas. No existe una descripciónde este tipo de tropas, pero dada su posición en el campo de batalla y laimportante función que desempeñaban, actuando como “bisagra” entre caballería y falangitas, se deduce que era una infantería pesada, potente, pero más móvilque los falangitas. También se recurría a grandes cantidades de escaramuceadores,peltastas y tropas ligeras, sobre todo mercenarios, que comúnmente actuabanjunto con la caballería.

Macedonia ya contaba con una gran caballería formada por losnobles. Integró Filipo a caballería ligera de Tracia y otras regiones limítrofes. Los compañeros iban armados con lanza de 3 m., coraza y cascobeocio. Filipo también adoptó las formaciones de caballería de diversospueblos, como la cuadrada de los griegos y persas, la romboidal de tesalios y en cuña de los escitas. Esta última era la mejor para romper el frente debatalla enemigo, al concentrar gran cantidad de jinetes en un punto concreto.

El ejército de Alejandro Magno era una máquina de fuerzascombinadas e interdependientes de infantería pesada y ligera. Contaba con unacomplejidad nunca antes vista en Grecia.

La táctica era el avance en oblicuo de la falange y unhostigamiento continuo por parte de las tropas ligeras, lo que permitía a lacaballería pesada atacar, rompiendo uno de los flancos enemigos.

Los ejércitos helenísticos

Los ejércitos de los diádocos se basaban en el modelomacedonio, pero con variantes locales y con la sola constante del papel de lafalange. En Macedonia se produjo un gran declive de la fuerza de caballería,formando la infantería pesada falangita una cada vez mayor proporción en elejército, siendo el arma principal. Se rompió por tanto el equilibrio entrefalange, infantería ligera y caballería, basándose los generales cada vez más en asaltos de falange, y el colapso de esta conducía irremediablemente a la derrota.

Tanto antigónidas (Macedonia) como lágidas (Egipto) suplieron el problema de la caballería, potenciando la falange. Alargaron la longitud de las sarissas e hicieron más profunda la formación falangita[9],haciendo un frente más poderoso, pero también más rígido y menos maniobrable.Los seleucidas no sufrieron tanto el problema de la caballería, pues ante laescasez de macedonios, reclutaron jinetes asiáticos, de gran calidad. Incluía unidades de caballería de élite, compañeros, de origen macedonio, y la agema,reclutada entre los medos; siendo una caballería totalmente acorazada, muyeficaz en el choque directo contra infantería, aunque bastante lenta, con loque una caballería ligera bien entrenada, podía evitar el choque directo confacilidad y atacarlos por la retaguardia. Sobre todo en Macedonia, el rol de la caballería sufrió un retroceso, volviendo a las tácticas de hostigamiento yguarda de los flancos, con la única función de derrotar a la caballería enemiga. Ya no era aquel arma decisiva.

Los inconvenientes de maniobrabilidad de la falange se agudizaron debido al declive de la caballería, que al ser derrotada dejabaexpuestos los flancos de aquella. Para superar estos problemas, los generales crearon falanges “articuladas” en los que intercalaban taxeis entre otrastropas. Así Pirro, en sus campañas en Italia, intercaló tropas italianas confalange; en Magnesia, Antíoco III distribuyó su falange en bloques de 50 hombres de ancho, con dos elefantes por hueco.

Otro problema al que tuvieron que enfrentarse los sucesoresde los distintos reinos helenísticos fue el escaso número de tropas de origen macedonio, o al menos griego, las únicas que podían combatir con garantías como infantería pesada. En el Reino Lágida y el Imperio Seleucida se dio el fenómenode las colonias militares (cleruquías), intentando atraer al mayor número demacedonios y griegos a sus territorios. Se entregaban tierras de forma hereditaria a cambio de que ellos y sus hijos combatieran cuando fuera necesario. Pero este sistema acabó siendo un fracaso, pues estos hombres cadavez se fueron convirtiendo en más campesinos y menos soldados. Tal fue lac omplicación que tuvieron los ptolemaicos para reunir tropas macedonias que sevieron obligados a enrolar como falange a bárbaros egipcios, conocidos como machimoi epilektoi, con nefastas consecuencias sociales. Ambos reinos también contaban con tropas irregulares, asiáticas o africanas, como mercenarios,aliados o levas. Generalmente no estaban armadas, sirviendo como infanteríaligera, con poco entrenamiento, organización y entusiasmo; reclutados de los lugares cercanos a la guerra.

El uso del elefante como arma es una de las característicasde esta época. Alejandro Magno ya tuvo que enfrentarse con ellos en Gaugamela,tan sólo 15, y en su expedición en la India, 200 en Hydaspo. A su muerte, susgenerales se apresuraron para hacerse con esta nueva arma[10].Los elefantes tenían un impacto psicológico en la infantería, pero aún másdevastador era en la caballería, pues si el caballo no estaba acostumbrado alolor de los paquidermos, huían sin ni siquiera enfrentarlos. Su funciónprincipal era la de desordenar las líneas enemigas y como plataforma parainfantería ligera o piqueros. Mucho se ha hablado sobre el supuesto de que eranarmas de doble filo, que era fácil desbandarlos y entonces provocaban más bajasen las propias filas que en las del enemigo; pero de no haber estado probada sueficacia no habrían constituido parte de los ejércitos durante tan largoperiodo. Las tácticas para el uso de elefantes fueron mejorando con el tiempo,se añadieron torres a los lomos de los animales y se añadió una escolta deinfantería ligera, normalmente 50 infantes por elefante. Pirro los supoutilizar con inteligencia en sus campañas en Italia, colocándolos en reserva,junto con su mejor caballería; lo que contrasta con la utilización habitual,colocados al frente para comenzar el combate.

Para la misma tarea se empezó a utilizar en el ImperioSeleucida nuevamente el carro falcado, que parecía que había caído en desusotras la caída de los persas. Sin embargo, como había ocurrido repetidas veces,para tropas entrenadas era fácil deshacerse de esta arcaica arma.

En el Siglo III a.C. también se desarrolla otro tipo detropa, el tureoforo. Esta era una tropa muy similar a los antiguos peltastas yde idéntico uso, que terminó por sustituir a aquellos. Eran capaces de combatiren formación, en campo abierto, o en guerrilla por las montañas, por lo que supolivalencia las hizo muy útiles entre los reinos helenísticos. La diferenciacon el peltasta es el escudo, el tureos, de forma oval, parecido al scutumromano[11],se protegía también con yelmo de bronce, siendo tropas mejor preparadas para elchoque que sus predecesores, más ligeros, e igual de eficaz en los demásaspectos.

Tácticamente, la época posterior a los diádocos, siglo IIIa.C. fue un retroceso. El rasgo principal fue el abandono progresivo del ataqueen oblicuo de la infantería, ahora toda la masa de falangitas avanzaba a lapar, buscando el choque en toda la línea, convirtiéndose esta en la llave haciala victoria. En los reinos orientales, sobre todo el seleucida, aún se siguióconfiando en la fuerza de caballería, con apoyo de los elefantes, para resolverlas batallas, aunque sin la complejidad de movimientos de la época anterior. El importante uso táctico de los hipaspistas había desaparecido por completo, y ladesvinculación entre caballería e infantería trajo importantes desastres. Estees el caso de Antíoco III, que pese a romper el flanco enemigo, tanto en Rafia (217a.C.) como en Magnesia (190 a.C.), no pudo sacar ventaja de ello, perdiendo ambas batallas. También desaparece el uso táctico de las reservas, que tanútiles hubieran sido dada la enorme rigidez que había tomado la falange, quesin apoyo de caballería, infantería auxiliar de calidad, ni reservas, una vezrota quedaba expuesta irremediablemente a la derrota.

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[1]Tan sólo había una distancia de 90 cm. entre cada hoplita, tanto entre filascomo entre columnas.

[2]Los ejércitos espartanos, en cambio, formaban con una profundidad múltiplo de6.

[3]El extremo derecho de la falange hoplita era el más peligroso, ya que debido alas características del aspis, el infante quedaba desprotegido por su derecha.

[4]Sin embargo este último factor es menos decisivo, pues más adelante en eltiempo, el mismo Alejandro Magno se lanzaba al ataque y no por ello susejércitos se veían imposibilitados de realizar multitud de movimientostácticos.

[5]Infante característico de la región de Tracia.

[6]Estaban mejor protegidos que los psiloi (arqueros, honderos o jabalineros),pero eran prácticamente igual de ligeros y más fáciles de entrenar.

[7]Al menos desde el Siglo IV a.C., quizás desde antes.

[8]Las medidas son discutibles y en cualquier caso varían a lo largo del tiempo.

[9]En el manual de Asclepiodotus, se dice que la falange ideal estaba compuesta de64 batallones (syntagmas), compuestos por 256 hombres, 16 filas por 16columnas. Estos 16 hombres de fondo eran bastantes más que los 10 habituales entiempos de Alejandro, pero aún debió crecer más el número, y así se hicieronhabituales las formaciones de 24, 32 o incluso 48 de fondo.

[10]Primero únicamente el elefante indio, pero posteriormente también el elefantede bosque, de menor tamaño, por parte de los ptolomeos.

[11]Quizás por influencia celta, ya fuera en su invasión en el 280 a.C., o puedeque fuera adoptado algo antes.

 


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ROMA

El ejército etrusco-romano

En los primeros tiempos de la ciudad el guerrero contaba con armas de tradición lacial y villanoviana, luchando con espadas y lanzas, cascos de bronce de tipo casquete, armadura de peto y dos clases de escudo, uno grande y redondo de origen etrusco y otro oval. Los primeros ejércitos eran reclutados de las tres tribus que formaban la ciudad, cada una dividida en diez curias. Cada tribu aportaba unos 1.000 efectivos, con lo que Roma contaría con un pequeño ejército de 3.000 hombres, efectivo tan sólo para cubrir problemas locales.

A través de las ciudades estado griegas del sur de Italia, se adoptó en Etruria, hacia la segunda mitad del Siglo VII a.C. el armamento hoplita; y de aquí pasó a Roma medio siglo más tarde. El ejército etrusco-romano se basaba en el sistema de leva entre los ciudadanos varones adultos. Livio y Dionisio relatan que el segundo rey etrusco de Roma, ServioTulio, organizó la sociedad romana en clases según la riqueza y la posición social, dividiéndola en grupos votantes conocidos como centurias, donde cada clase estaba equipada para la guerra de acuerdo con una escala basada en sus medios económicos.

Los más acomodados, la Primera Clase, formaban 80 centurias, equipados con armadura y armamento hoplita completo, más otras 18 centurias de jinetes. La Segunda y Tercera clases formaban 20 centurias cada una de infantería de línea, con escudo oval en lugar de aspis y sin coraza. La Cuarta Clase formaba 20 centurias de infantería armada con escudo, lanza y jabalinas.Y finalmente, la Quinta, era 30 centurias de infantería ligera. La mitad eran iuniores, para el servicio activo; y la otra mitad seniores, veteranos en la reserva. Así pues, el ejército de campaña lo formaban unas 85 centurias de infantería, aunque el número de hombres por centuria es incierto, quizás, como apunta Peter Connolly, dependiera de las necesidades de la guerra.

Esta es seguramente una reconstrucción erudita, y probablemente solo se distinguiera caballería, infantería pesada e infantería ligera. De cualquier modo, en época algo anterior a Servio Tulio, los efectivos del ejército aumentaron hasta los 6.000 hombres. Y ya este rey los organizaría en 60 centurias de infantería pesada, apoyada por 25 de infantería ligera (un 40% del total), lo que suponía una fuerza formidable para la época.

La formación en el campo de batalla de este heterogéneo grupo de infantes ha suscitado numerosos debates. Siguiendo a los clásicos, la infantería se organizaría según su clase, estando la primera en el frente de batalla, y las más bajas detrás. Pero esto hace plantear varias dudas, ¿cómo prestaban apoyo las demás clases a los hoplitas de primera línea? ¿Esta supuesta organización sería sólo una reconstrucción basada en la posterior formación manipular vigente en la época en la que vivían los que describieron a esta? Si tomamos como base los ejércitos de Grecia (cuyo núcleo principal también era la falange hoplita), las mejores tropas se colocaban a la derecha,así pues, ¿se colocarían los hoplitas de la Primera Clase en el ala derecha, apoyados en su izquierda por las demás tropas de línea, precedidos todos por las tropas ligeras? Son cuestiones difícilmente contestables.

Los comienzos de la República

Tito Livio hace una descripción del ejército romano de mediados del Siglo IV a.C. Este ejército tiene similitudes con el que describe Polibio para principios del S. II a.C., pero con las suficientes diferencias como para considerarlo un punto intermedio entre aquel y el del periodo anterior. Su base ya no era económica, sono de edad y experiencia, en la que la falange hoplita se reorganizó en legiones, divididas en manípulos, cada uno formado por dos centurias. Cada legión constaba de 15 manípulos de hastati, con 20 infantes ligeros (leves) por manípulo (armados con lanza y jabalinas); les seguían otros 15 manípulos de príncipes, la flor y nata del ejército; y finalmente 15 manípulos de triarii. Livio también menciona dos tipos de tropas más, los rorarii y los accensi, situadas ambas tras la línea de triarii. Sin embargo, el armamento y el rol de los primeros es idéntico al de los leves, por lo que podría ser una confusión de Livio; y por su parte los accensi son interpretados como una leva de emergencia compuesta por clases bajas[1],que normalmente no formarían parte de la legión.

Tácticamente subordinaban el resto de las armas a la infantería pesada. Sus formaciones y tácticas se desarrollaron enfatizando la defensa en profundidad y la reserva de tropas durante la batalla. A pesar de haber desaparecido la falange hoplita, la estructura era de tipo falange, muy estática y poco maniobrable. La caballería no cumplía ningún papel importante, tan sólo exploración y hostigamiento por los flancos; y no era extraño que desmontara para luchar a pie. Las tropas ligeras tan sólo trataban de desgastar al enemigo antes de comenzar el combate.

En algún momento de este periodo nació la táctica manipular.La legión dejaba espacios vacíos entre los manípulos para poder intercambiar las líneas. Cada manípulo era formado por dos centurias, una detrás de la otra. Las tropas ligeras comenzaban el ataque para luego retirarse entre los huecos hasta situarse por detrás de los triarii. Entonces la centuria posterior de cada manípulo de hastati cerraba el hueco y toda la línea atacaba. Si los hastati no lograban la victoria se retiraban tras los príncipes por los huecos, y ahora estos formaban una línea continua del mismo modo que los anteriores. En el caso de que estos tampoco lograran batir al enemigo, todo el ejército se retiraba tras los triarii, que de igual modo cerraban los huecos, y todos se retiraban.

Dentro de cada manípulo los soldados formaban mucho más libremente que en cualquier otra formación de infantería pesada, lo que permitía a cada legionario utilizar su arma y su escudo cómodamente. Al parecer el arma ofensiva principal seguía siendo la lanza, haciéndose uso de la espada una vez aquella se rompiera. Poco a poco se fue incorporando a las legiones un nuevo arma, conocida desde hacía algún tiempo, pero aún no utilizada de forma sistemática, el pilum. Primero sólo entre los hastati, pues según Dionisio de Halicarnaso, en las guerras contra Pirro, los príncipes aún usaban lanza. Por último, el scutum se hizo universal en la infantería pesada en torno al año 400.

El mando recaía en magistrados electos anualmente; tenían experiencia previa de combate pero no necesariamente de mando, y no eran escogidos siguiendo criterios de competencia militar sino políticos. Por ello, algunos generales eran verdaderos incompetentes en el campo de batalla. Cada legión era mandada por seis tribunos, que recibían órdenes del cónsul; y bajo ellos estaban los centuriones, uno por cada centuria.

En esta época el ejército romano creció mucho, la continua adquisición de tierras, repartidas (a veces) entre los ciudadanos, hizo que cada vez más pudieran costearse el armamento necesario. Además, algunas de las ciudades sometidas eran incorporadas a la república, y sus ciudadanos[2]aunque no tenían los derechos civiles romanos, si que tenían las mismas obligaciones, y como no, una de ellas era contribuir en el esfuerzo militar. Entre 509 y 362 a.C. el ejército se dividió en dos legiones, tal vez inicialmente una para cada cónsul. Tras la revuelta latina del 340 a.C. más latinos fueron incorporados como ciudadanos y la Liga fue disuelta, remplazada por acuerdos bilaterales entre Roma y cada ciudad. Y con la expansión romana, no solo latinos tuvieron que proveer tropas, también sabinos, umbros, volscos, etc. Y así, según Livio, en el 311 a.C. se dobló el número de legiones reclutadas cada año, de dos a cuatro.

Las Guerras Púnicas

Con las Guerras Púnicas el ejército evolucionó. Seguía estando integrado por una milicia de ciudadanos de clase media-alta, que cumplían un servicio militar de 16 años (20 en casos de emergencia). Pero la naturaleza de esta milicia había cambiado: desde la guerra contra Veyes, a finales del Siglo V a.C. recibían un pago regular, alejándose de ser una mera leva. Esto y las largas guerras de los Siglos IV y III a.C. llevaron a muchos legionarios a convertirse, en la práctica, en soldados de carrera. Además, cada vez más se relajaron los requisitos de propiedad para formar en la legión.

Aunque algo posterior a este periodo, podemos adecuar la descripción de los ejércitos que hace Polibio para principios del Siglo II a.C. El núcleo básico de un ejército consular eran dos legiones de ciudadanos, a las que se añadían dos alae de aliados latinos de infantería armada a la romana, de tamaño similar, pero con el triple de caballería. A estas tropas romanas y aliadas se podían añadir otras unidades menos regulares de foederati o aliados itálicos, armados y organizados según sus costumbres. Solían formar con las legiones en el centro, las alae de socii a los lados, con la caballería en los flancos agrupada entre legiones y aliados.

La legión se había transformado, ahora cada una estaba compuesta normalmente por 4.500 hombres, divididos de la siguiente manera:1.200 hastati y príncipes, cuyo número en cada manípulo se había doblado desde el periodo anterior; 600 triarii; 300 jinetes; y una fuerza de quizás unos1.200 leves. Cada línea se dividía en 10 manípulos, compuesto por dos centurias cada una de 60 hombres, normalmente, las de hastati y príncipes, y 30 hombres las de triarii. Los efectivos podían aumentar hasta los 5.000 hombres en caso de emergencia, aumentando el número de hombres por centuria de infantería de línea, salvo en las de triarii, que siempre mantenían el mismo número.

Cada fila de hastati y príncipes se desplegaba de manera que cada hombre se separaba del de delante formando a 1 m., dejando espacio para lanzar los pila. Luego se estrechaban formando en orden cerrado, con normalmente 6 hombres de fondo. Con el enemigo conmocionado por la lluvia de proyectiles, las filas delanteras cargaban con la espada. A diferencia de la masa anónima del ataque en falange, la lucha resultaba en un mosaico de combates individuales.

Pese a todo, el ejército seguía siendo una milicia en la que cada hombre aportaba su propio equipamiento, con lo que era imposible una uniformidad en el armamento. El scutum se llevaba con una simple asa bajo el ombligo del escudo, reduciendo así la impedimenta con respecto al aspis, facilitando el lanzamiento de venablos y la lucha con espada, mejorando su uso ofensivo. Protegidos con petos, salvo los de cierta posición económica, queiban provistos de cotas de malla[3].Había tres clases de cascos: etrusco-corintio, ático y Montefortino[4]. Además, entre las tribus latinas era tradicional llevar una sola greba en la pierna izquierda, la que se adelantaba al luchar; aunque parece que se abandonó tras la Segunda Guerra Púnica. El uso de la espada puede reflejar la persistencia de un estilo tribal de guerrear y un carácter nacional más individualista que en el mundo griego.

El ejército romano del Siglo III a.C. era una estructura mucho menos elaborada que los ejércitos helenísticos: no empleaba artillería ni armas exóticas, sus generales eran amateurs en comparación y la profesionalidad del conjunto del ejército era mucho menor. Su fuerza venía dada por la tenacidad de la tropa, la veteranía de los oficiales de bajo rango, y sobre todo del potencial demográfico. (F. Quesada).

De hecho, tal era el potencial demográfico de la República de Roma, que en el año 206 a.C. tenía en pie de guerra nada más y nada menos que 25 legiones, unos 250.000 hombres aproximadamente. La superioridad numérica no se daba tanto en el campo de batalla propiamente dicho, sino en la reserva logística; siendo esto un rasgo característico de la Roma republicana.

Los detalles de las formaciones tácticas romanas hasta el momento de Cannas (216 a.C.) hacen pensar que la legión manipular era fundamentalmente de carácter administrativo, siendo su formación táctica mucho más masiva, rígida y similar a una falange (sistema que por otra parte Estrabon recomienda como el más apropiado contra bárbaros). La táctica romana, antes de las derrotas contra Anibal, era una acción de choque directa contra el centro enemigo. Los romanos contaban con que la mejor instrucción, agresividad y coraje de sus soldados fueran factores decisivos, muy por encima, en la práctica, de cualquier contribución de los tribunos, o más aún de los cónsules, meros generales amateurs. Sin embargo, en la segunda mitad del gran conflicto que supuso la Segunda Guerra Púnica se asiste a grandes reformas por parte de Escipión el Africano. Convirtió a los príncipes y triarii en una reserva móvil y formó el flexible instrumento articulado prefigurado de las batallas de Baécula (208 a.C.), Ilipa (206 a.C.) y Zama (202 a.C.).

Otros generales también acometieron reformas organizativas y tácticas que hicieron del ejército un arma mucho más flexible. Es así como en el año 211 a.C., ante las continuas derrotas sufridas por la caballería romana ante la de Anibal y sus aliados, se lleva a cabo un refuerzo en las tropas ligeras. Se crearon los vélites, armados con un escudo de 90 cm. de diámetro, espada corta y jabalinas. Aunque en un principio nacieron con la misión de apoyar a la caballería, tuvieron tanto éxito que pronto fueron incorporadas a la legión sustituyendo a los débilmente armados leves. Su fuerte armamento les confirió ventaja sobre otras tropas ligeras.

El ejércitoromano-helenístico

Este es un periodo estrechamente ligado al anterior, no se producen cambios en el seno de la legión, ni mejoras significativas en elarmamento del infante (exceptuando la incorporación del gladius hispaniensis, de origen hispano), pero la experiencia ganada en la Segunda Guerra Púnica conjuntamente con las influencias provenientes de los reinos helenísticos, dieron al ejército romano una nueva visión táctica.

La legión siguió siendo el pilar fundamental del ejército romano, pero experimentó ciertos cambios en esta época. El número de infantes creció, pasando de unos 4.000-4.200 hombres por legión a unos 5.000-5.2000. Además, desde finales del Siglo III a.C. se usó crecientemente la cohorte como unidad táctica, una formación constituida por un manípulo de hastati, príncipesy triarii. Así ya a finales del Siglo II a.C. la cohorte, y no la legión, pasó a ser la unidad principal de maniobra en los ejércitos de Roma. La creciente agilidad táctica de la legión sugiere, que además del manejo en las armas individuales, los soldados recibían instrucción como unidades. Por otra parte, la dispersa formación de los manípulos requería una cierta transferencia demando, y los romanos contaban con un complejo sistema de oficiales.

Debido a su débil armamento y la poca importancia que se le había dado, la caballería romana había sido siempre inferior a la de todos sus enemigos. Sin embargo, se reformó en algún momento del Siglo III a.C., quizás tras la guerra contra Pirro o tras la debacle contra Anibal. En cualquier caso, ahora se había constituido como una unidad de choque, no meramente hostigadora, mejor armada y mejor protegida. Aunque no llego a ser, ni de lejos, el arma de ruptura que era la caballería de Alejandro, y la infantería de la legión siguió siendo el elemento crucial en la táctica romana, la influencia helenística en el armamento y forma de combatir de los jinetes romanos era patente.

Con esta reforma de la caballería, junto con el mayor desarrollo de las tropas ligeras, en forma de los vélites, Roma contaba con un ejército más equilibrado de lo que nunca antes había tenido. Además, durante la lucha contra los cartagineses en Hispania, los generales romanos tuvieron que recurrir a una costumbre de sus enemigos púnicos: reclutar contingentes auxiliares y unidades de caballería indígenas. Esta tendencia fue incrementándose, y cuando Roma decidió expandir sus influencias por el Mediterráneo en el Siglo II a.C. utilizaron este modelo. En las grandes batallas contra los reinos helenísticos no vemos más de dos legiones en elcampo de batalla, sin embargo estaban apoyadas por gran cantidad de tropas aliadas, reclutadas de entre las regiones cercanas al conflicto. Por si fuera poco, los ejércitos romanos incorporaron elefantes[5], un arma de tradición helenística, donados por su aliado númida Masinissa. Esta evolución del ejército lo hacía tender a uno de tipo helenístico, salvando las diferencias; y aunque sus generales seguían siendo políticos en algún escalón del cursus honorum, la experiencia ganada durante la Segunda Guerra Púnica dotóa la República en este tiempo de verdaderos estrategas.

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[1]La descripción que da Livio es del ejército romano en 340 a.C., durante la Guerra Latina, puesto que Roma no podía contar con sus aliados latinos, puesto que se enfrentaba a ellos, tuvo que incorporar al ejército un mayor número de hombres.

[2]Ciudadanos “sine sufragio”.

[3]De origen celta.

[4]También de origen celta.

[5]Pese a haber aprendido a derrotarlos con facilidad, los romanos no dudaron en hacerse con esta poderosa arma, lo que es muestra suficiente para demostrar su eficacia en el campo de batalla.

 


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LA TÁCTICA Y EL COMBATE

Cada uno de los cuerpos que formaban los ejércitos en Greciay en Roma tenía una función más o menos específica. En un primer momento distinguiremosla infantería de línea de la infantería ligera. La infantería de línea nodependía de la cantidad de armamento defensivo, siendo su rol el de crear unfrente sólido, capaz de entrar en la lucha cuerpo a cuerpo con el enemigo, asípues huiremos del término infantería pesada. Por su parte, la infantería ligeraevitaba siempre que podía el combate cerrado, atacando preferentemente adistancia con armas arrojadizas. Mientras que la infantería ligera fue similaren Grecia y en Roma, aunque mucho más desarrollada hasta muy finales del SigloIII a.C. en la primera que en la segunda; la infantería de línea fue biendistinta.

El combate individual

En un primer momento tanto en una región como en otra, eranlos hoplitas los que dominaban los campos de batalla. Tácticamente, paraconstituir un cuerpo de hoplitas, estos únicamente necesitan de un aspis,escudo circular de gran tamaño que iba embrazado, y una lanza de acometida;aunque preferentemente, sobre todo en los primeros tiempos, contarían también conun pesado armamento defensivo compuesto por casco, coraza, grebas, etc. Además,contaban con una espada corta como arma muy secundaria, que no usarían a no serque la lanza se rompiera o perdiera. Era esencial que cada infante mantuvierasu puesto con firmeza, pues había que crear un gran muro de escudos y lanzas. Elapoyo en masa desde atrás era esencial para crear empuje y arroyar a laformación contraria. Era esta una formación y un tipo de lucha donde primaba ladefensa, ejemplificado en el escaso número de bajas en las batallas[1].

El infante legionario romano tiene un armamento distinto,formado por un scutum en forma de teja, que según Polibio protegía mejor en lalucha individual; una espada[2]y uno o varios pila[3]. Elescudo tenía un uso mucho más activo, usado para desequilibrar al enemigo alcargar y para golpearlo. Las protecciones corporales metálicas eran escasas,tan sólo y como mucho una placa de bronce en el pecho, de unos 23 cm. de lado,además del casco. Este y el escudo eran sencillos pero generalizados en toda latropa, lo que daba gran homogeneidad. Según las fuentes y como ha demostrado laarqueología, había dos tipos de pilum, uno pesado y otro más ligero; los cualesse lanzaban justo antes de cargar contra el enemigo. Pero, teniendo en cuentael alcance efectivo de este arma de unos 25-30 metros y que ambas formacionesavanzaban en busca del choque, ¿cómo daba tiempo a arrojar ambos antes dechocar contra el enemigo? Se han propuesto varias hipótesis para solucionaresta incógnita: una de ellas es que no se arrojaban al mismo tiempo, sino queuna se dejaba en retaguardia para su posterior uso. En cambio, ¿quizás lasfilas posteriores de cada centuria portaran un pilum más ligero, para tenermayor alcance, y las delanteras uno más pesado? En cualquier caso, estacombinación de armas ofensivas y defensivas implica que el modo de luchar dellegionario republicano no era igual al del Alto Imperio (como tantas veces seha trasladado), cuando luchaba encorvado, con optimización de casco y corazapara proteger los hombros y la espada era solo punzante; en cambio en lossiglos IV-III a.C. y sobre todo II a.C., el escudo es de mayores dimensiones (mayoral del Alto Imperio), con casco de corta guardanuca y espada tajante-punzante,lo que implica que luchaban erguidos, con una predisposición mucho más ofensivaque la de la falange.

Los falangitas (infantes de falange macedonia) no portabanarmas arrojadizas, apenas empleaban la espada, llevaban un escudo relativamentepequeño y combatían en formación mucho más densa y más profunda (F. Quesada). Lasprotecciones corporales fueron muy ligeras al principio, progresando a lo largodel tiempo, pero siempre estuvieron mucho mejor protegidos los infantes de lasprimeras líneas. Su rasgo más destacado fue la gran sarissa, larga lanzaempuñada con las dos manos. El peso y longitud de la sarissa hacia que fuera difícilgolpear con ella, siendo su función la de crear un gran muro inabordable depuntas de lanza contra el que se estrellarían sus enemigos. Con esta premisa,el combate individual quedaba totalmente descartado, cobrando sentido elinfante dentro de una densa formación en la que todos se apoyaban y protegían,perdiendo movilidad a cambio.

Hay grandes diferencias entre el equipo y la táctica de lasinfanterías de línea romana y macedonia. El factor decisivo es la diferenciaentre la pesada y larga sarissa y la combinación de pilum y espada. En lainfantería romana se incentivaba el combate individual, siempre dentro de unaformación más o menos cerrada pero móvil; en la macedonia era la densidad dehombres y el ataque en masa el factor decisivo.

La táctica de grupo

La formación manipular sugiere una alineación en tresbolillode los manípulos, dejando huecos de aproximadamente su mismo tamaño entreellos, que se cerrarían antes del combate. Para el relevo se abrían nuevamentey se intercambiaban las distintas líneas de la formación: hastati, príncipes ytriarii. A diferencia de la rígida formación que propone Connolly, Lendonsugiere una mucho más libre, formando los infantes en “blobs”, nubesrelativamente densas de legionarios agrupados de manera laxa en torno a suestandarte. La profundidad sería variable, dependiendo de la extensión delterreno y del tamaño del ejército enemigo. Goldworthy sugiera que podríanformar con una profundidad de 3, 4 o 6 filas. De este modo, el estandarte decada unidad táctica juega un papel decisivo como centro de cada una de estasnubes; de igual importancia serían los centuriones, que mantendrían la cohesiónde la línea, algo esencial para cualquier infantería de línea, incluso para unatan abierta como la romana.

La formación de la falange es mucho más simple en estesentido, no estaba ideada para el relevo de líneas, ni lo permitía dada la grandensidad de hombres y la rigidez de la formación. Como hemos dicho más arriba,y a diferencia de la formación romana, lo esencial era que la línea semantuviera firme y sin fisuras, que cada hombre mantuviera su posición. Loshombres de las cinco primeras filas mantendrían horizontales con el suelo sussarissas, apuntando al enemigo, los de detrás las colocarían en posiciónoblicua, para detener la mayor cantidad posible de proyectiles enemigos, dandoal conjunto el aspecto de un gran erizo. La función del conjunto de la taxeiera la de presentar un muro de lanzas que avanzara inexorable hacia el enemigo,anclándolo en el terreno o haciéndolo retroceder, siendo el yunque, del granmartillo que sería la caballería.

Táctica general.Evolución.

Grecia


Como vemos, en Grecia hasta el Siglo IV a.C. la tácticaconsistía en un simple avance de toda la línea de batalla hasta el choquecontra el enemigo. Hacia finales del Siglo V a.C. se fueron incluyendo diversoscuerpos auxiliares, tropas ligeras, peltastas y caballería, que si bien teníanuna función secundaria, marcaron el inicio de un desarrollo táctico quecristalizaría en el siglo posterior.

La táctica tebana fue una gran revolución, al avanzar enoblicuo se seleccionaba el flanco por el que se quería atacar, donde seconcentraban la mayor parte de las tropas y sobre todo las de mayor calidad;renunciando todo lo posible a la lucha en el otro ala. En esta época las tropasligeras cobraron aún más protagonismo, ya no sólo se usaban para proteger losflancos de la formación hoplita o la simple misión de dar comienzo a la batallacon el arrojo de unos cuantos proyectiles. Ahora hacían verdaderos movimientostácticos, retrasando el avance enemigo allí donde fuera necesario, realizandomovimientos de flanqueo, además de un hostigamiento mucho más selectivo einteligente.

El apogeo táctico en Grecia llegó con Filipo, Alejandro ylos diádocos. Supieron añadir a la masa de infantería de línea gran cantidad yvariedad de diversos tipos de tropas, tanto infantería como caballería, ligerosy pesados. Cada uno de estos cuerpos cumplía con una misión específica dentrodel complejo conjunto del ejército. El avance en oblicuo se mantenía, peroahora con una mayor potenciación de las acciones de caballería, apoyada porcuerpos de infantería ligera, peltastas e hipaspistas, que hacían de bisagraentre la falange y la caballería. Muy importante fue también la colocación deuna reserva, que acudiría allí donde pudiera existir el riesgo de ruptura delfrente. Al final del Siglo IV a.C. con la llegada de Alejandro a la India, seincorporó un nuevo arma, el elefante, cuyo empleo supieron perfeccionar losgenerales sucesores del Magno.

El siglo III a.C. supone un retroceso en los planteamientostácticos. Aunque Pirro de Epiro mantiene el importante rol de la caballería,las reservas tácticas y el ataque seleccionando un ala y rechazando el combateen la otra; hacia finales de la centuria, ya poco queda en este aspecto de laépoca de Alejandro. Podemos distinguir tres vertientes, dependiendo del reinohelenístico que se estudie.

El caso de Macedonia es alarmante, ante la pérdida deimportancia táctica de la caballería, se abandona también el ataque en oblicuoy la formación falangita se hace mucho más rígida, y por último se abandona laidea de las reservas. La batalla la ha de decidir el choque de infanterías delínea, volviendo prácticamente a los patrones tácticos de finales Siglo V a.C.

En el reino Lágida la evolución es similar, si bien semantiene la importancia de las tropas ligeras y de uso mixto, aunque lacaballería sigue el mismo destino que en Macedonia. Básicamente la táctica esla misma, se buscaba un choque directo contra el enemigo, aunque la mayordiversidad de tropas y sobre todo el empleo de elefantes, hacía algo máscompleja la táctica.

El caso seleucida es distinto, al no carecer de tropas decaballería de calidad, esta siguió siendo el arma llamada a decidir la batalla.A pesar de contar con gran número y variedad de tropas ligeras, los seleucidasno supieron darles un uso táctico relevante, y la falange, al igual que en losotros dos grandes reinos helenísticos, se veía en peligro de ruptura por losflancos.

Roma


Hasta el Siglo II a.C. la táctica romana siempre fue mássimple que en Grecia. Consistió en un avance en masa de toda la línea deinfantería, buscando la ruptura de la línea enemigo por el centro.

No es hasta avanzada la Segunda Guerra Púnica cuando losgenerales romanos empiezan a comprender las debilidades de este tipo detáctica. Empiezan, de la mano de Escipión el Africano, a realizar ataquesseleccionando las zonas idóneas para ello, primero más para evitar ser rodeadospor los mucho más móviles ejércitos púnicos, luego con una clara vocaciónofensiva. La incorporación de tropas auxiliares fue también una clave de estedesarrollo.

Una vez llegados al Siglo II a.C., la táctica romana se hacemucho más elavorada. Aunque sin la complejidad de la época de Alejandro, losejércitos romanos empiezan a buscar la lucha con un avance en oblicuo, siendoun ala la atacante y la otra la que mantenía la posición a la espera; teniendo ademásla caballería un papel más activo que en épocas anteriores.

 

BIBLIOGRAFÍA

-Variosautores; Técnicas bélicas del Mundo Antiguo.

-VíctorBarreiro; La guerra en el Mundo Antiguo.

-FernandoQuesada; Armas de Grecia y Roma.

-FernandoQuesada; De guerreros a soldados.

-Fernando Quesada; El legionario romano en época de las GuerrasPúnicas: Formas de combate individual, táctica de pequeñas unidades einfluencias hispanas.

-PeterConnolly; Los ejércitos griegos.

-PeterConnolly; Anibal y los enemigos de Roma.

-Peter Connolly; Greece and Rome atwar.

-PeterConnolly; Las legiones romanas.

-Duncan Head; Armies of themacedonian and punic wars.



[1]Aproximadamente un 5% en los vencedores y en torno a un 14% en los vencidos,cayendo la mayoría en la huida.

[2] En losprimeros tiempos de tipo griego, solo punzante, pero ya en el S. II a.C.adoptaron una de origen hispano, punzante y tajante y relativamente larga, querequería espacio para su manejo.

[3] Plural depilum.

 


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Comentarios del anterior foro:

 


Coracinero:

Epaminondas el artículo no es que sea bueno, es que es espectacular, qué nivelón!!

Un saludo Epa.


Epaminondas_II:

Muchas gracias Coracinero, me alegro de que te haya gustado, y viendo tus numerosos y buenos aportes al foro, significa mucho más. La verdad es que hay partes con las que no me he quedado contento del todo, aún hay mucho que aportar o corregir, y espero que lo hagais.

Un saludo.


miguelmmhart:

Esta muy bien, es un gran trabajo


GaetanoLaSpina:

Resumido, claro, despeja muchas dudas

TREEMENDO, DE LUJO.

Gracias Epa!!!! 1ok1adoracion


marvel77:

Muy bueno Epa!! muy completito....

Vos sabes que a mi mucho no me agradan las generalizaciones, pero en este caso tu trabajo es un muy buen punto de partida para debatir cosas puntuales luego.

A medida que lo iba leyendo, tambien iba recordando cosas, esos detalles que ayudan a comprender algunos aspectos aunque nunca definitivamente.

Con las falanges mas arcaicas, recordaba las guerras Lelantinas, con todos esos codigos de moral y condiciones acordadas para el momento de la batalla, muy caracteristico de aquellos primeros combates.

Otra caracteristica, que no aclaras tu, es que señalar que si bien existio un interesante desarrollo de la infanteria, no hubo a la par un desarrollo en el arte del asedio. La logistica tampoco estaba muy desarrollada. Recordemos los problemas que tuvieron los griegos en Platea.

 

bueno... luego comento mas

Saludos!!


Epaminondas_II:

Gracias miguel y Gaetano, fue mucho trabajo, al menos sirvió para algo jeje.

Cita:

Vos sabes que a mi mucho no me agradan las generalizaciones, pero eneste caso tu trabajo es un muy buen punto de partida para debatir cosaspuntuales luego.

Claro marvel, a mi tampoco me gusta la generalización, porque al final se pierde información muy importante. Pero creo que es interesante, como dices, tener un punto de partida para luego analizar más pormenorizadamente. Lo que pretendía con el trabajo era que se viera la evolución de los ejércitos en ambas regiones, al ser el tiempo estudiado muy amplio, no se puede ir a la exactitud.

Cita:

Otra caracteristica, que no aclaras tu, es que señalar que si bienexistio un interesante desarrollo de la infanteria, no hubo a la par undesarrollo en el arte del asedio. La logistica tampoco estaba muydesarrollada. Recordemos los problemas que tuvieron los griegos enPlatea.

Si, en un principio me plantee tratar esos temas también, pero ya me desbordaba la información, y el trabajo se hubiera hecho eterno. Así que solo me centré en lo que es meramente las batallas.

En Roma es interesante como después de la conquista de Veyes, su área de influencia crece considerablamente, y sus aspiraciones políticas con ella. Si hasta ese momento las guerras se limitaban a pequeñas batallas o escaramuzas contra volscos, ecuos, etc. A partir del año 400 o más bien del 390 a.C. tras la invasión gala, las campañas romanas se hacen más largas y complejas.

Lo mismo ocurre en Grecia pero un tercio de siglo antes, en la guerra del peloponeso. Antes de eso las campañas se limitaban a pequeñas batallas en primavera-verano contra las polis vecinas.

La profesionalización del ejército hizo posible campañas más largas, y a la vez las campañas largas demandaron más profesionalización del ejército. Esto ocurrió en ambas regiones, y más o menos al mismo tiempo, aunque en Grecia se llevó mucho más lejos en menos tiempo.

En cuanto las campañas se hicieron más prolongadas y los objetivos crecieron, pasando de arrasar con los campos de cultivo a tomar ciudades, la poliorcética mejoró considerablemente, así como la logística.

Como se ve, todo está interrelacionado.

Un saludo.


eljoines:

¡Bueno a rabiar, felicidades!, pero hay que leerlo poco a poco, que no es muy pequeño el trabajo. 1ok

 

 

saludos