Desde el comienzo de la contienda, ésta fue desigual: los confederados no poseían capacidad industrial, lo que redundó en la falta de un verdadero ejército y una inexistente marina. Por el contrario, la Unión obtuvo todos los buques que se estaban construyendo en astilleros ubicados en su territorio, y entre ellos había 42 unidades de guerra.
Los estados del Sur recurrieron a tácticas innovadoras, pero nunca pudo superar el desigual equipamiento. A pesar de todo, logró formar una pequeña flota requisando los buques nordistas que estaban en sus puertos.