El avance de los imperios coloniales europeos no estuvo exento de reveses. En el siglo XVII la holandesa Compañía de las Indias Orientales forjó un fabuloso y prospero imperio comercial para las Provincias Unidas. Una de sus colonias era la isla de Formosa (Taiwan) en frente de las costas de China. Isla que iban a perder a manos de uno de los más famosos “señores del mar” chinos: Koxinga.