Yakov, hijo primogénito de Stalin, fue capturado por la Wehrmacht en su avance hacía el este. El alto mando alemán, afectado por la catástrofe de Stalingrado, sugirió que Yakov fuera intercambiado a través de la Cruz Roja por el Mariscal de Campo von Paulus. Dicen que la respuesta de Stalin dejó frío al mismísimo Hitler: "Yo no tengo ningún hijo llamado Yakov".