La rebelión de los Turbantes Amarillos fue una de las mayores rebeliones campesinas de la Antigüedad y a la vez un importante movimiento daoísta que luchaba por construir un mundo utópico. Esta rebelión era un claro reflejo de la decadencia de la Dinastía Han y sirvió de prologo a su caída, que en cierto modo es el final de la Edad Antigua en China.