La espada ropera es la espada por excelencia de los siglos XVI y XVII. A lo largo del siglo XVI en Europa la espada perdió su puesto como arma primaria en la guerra convirtiéndose en un arma secundaria de defensa personal; pero a cambio se universalizó como arma civil para los lances de honor y pendencias callejeras (tirar de blanca). Asimismo también adquirió un uso más frívolo como complemento decorativo de la vestimenta para burgueses y nobles.