Actualmente está comprobado que las aves descienden de los dinosaurios, pero curiosamente no derivan de los ornitisquios o caderas de ave, sino de los saurisquios o caderas de reptil. Más precisamente de los terópodos (saurisquios carnívoros) tetanuros (colas rígidas) manirraptores. Estos eran pequeños animales no más grandes que una persona, muy estilizados y perfeccionados para la caza en velocidad y en grupo.