El 26 de Enero de 1930 el dictador Miguel Primo de Rivera, ante la pérdida de confianza por parte del Rey, envió una nota a los capitanes generales del ejército con el fin de recabar su apoyo y confianza.
Efectivamente, el rey, consciente de la creciente impopularidad de la dictadura, intentaba desde hace tiempo desligar el destino de su reinado a ella, lo que había agriado las relaciones con el dictador, que llegó a decir que “A mí no me borbone