Los reinos de taifas (3ª Parte): Las taifas menores
En el siguiente artículo se realiza un repaso histórico del discurrir de otros reinos de taifas más pequeños de Al-Andalus: Murcia, Niebla, Huelva, Algarve, Mertola, Silves, Alpuente, Albarracín, Ronda, Morón, Carmona, Tortosa, Arcos, Algeciras, Denia, Almería y Córdoba, la mayoría de los cuales terminarían absorvidos por los principales reinos cristianos y musulmanes.
8.- REINO DE TAIFA DE MURCIA
La inestabilidad del emirato de Córdoba, entre el 754 y el 929 y los numerosos conflictos sociales entre árabes y visigodos provocaron la destrucción de Eio, pero también la obligación por parte del emir Abderramán II de ordenar, al gobernador de Orihuela, en el año 825, de llevar a los antiguos habitantes de Eio, así como la capitalidad de la cora a Mursiya (actual Murcia), siendo la últimas de las grandes ciudades de la región en fundarse.
Durante la época pacífica del califato, entre el 929 y el 1031, la recientemente fundada Mursiya crece, próspera y consigue importancia en el Califato.
Esta época floreciente se ve frenada con el periodo de taifas, que es escenario de acciones beligerantes. Murcia fue la capital de la cora del mismo nombre hasta la disolución del califato y desde entonces capital del reino de taifas de Murcia. Su dominio fue cambiando de mano en mano entre los emires. Unida inicialmente a los eslavos de Almería, después a Denia y a Valencia, se independizó de este último en 1063 por obra de su gobernador Abd al-Rahman Ibn Tahir, de origen árabe, hasta que en 1078 son conquistados por al.Mu´tamid de Sevilla. En 1088 una hueste comandada por Alvar Fañez, lugarteniente del Cid, se apropia de la fortaleza de Aledo y saquea la zona, manteniéndose esta en rebeldía hasta que en 1091 es conquistada por los almorávides de Yusuf ibn Tashufin.
Después de que los almorávides consiguieran la unificación de Al-Andalus, del que Murcia permaneció bajo su dominio hasta que una rebelión en 1143 destruyó el poder almorávide y se colocó bajo el dominio de Ibn Admin de Córdoba. Cuando surgen los segundos reinos de taifas, Murcia alcanza una gran hegemonía, gracias a Ibn Mardanish, llamado el rey Lobo, quedándose como soberano independiente de Murcia y de todo el levante musulmán-español, además de mantener relaciones amigables con el reino de Castilla y organizando una resistencia contra los almohades entre 1147 y 1172.
Durante el reinado del rey Lobo, Murcia logra un esplendor inmenso, tanto que su moneda se convierte en referente en toda Europa. La `prosperidad de la ciudad se basó en la agricultura y, aprovechando el curso del río Segura, se crearon una compleja red hidrológica (acequias, tuberías, azudes, norias, acueductos), siendo la predecesora del actual sistema de regadíos de la huerta del Segura. La artesanía también era muy importante y de gran prestigio, tanto que la cerámica murciana se exportaba a las repúblicas italianas. A todo esto hay que añadir los numerosos lugares de ocio y cultura que se crearon como guinda de esta esplendorosa etapa del emirato murciano, que fue capital de Al-Andalus durante un tiempo.
Aproximadamente en esta época aparece en Murcia el cultivo de la seda, la fabricación de papel, e incluso una especie de fideos de pasta, llamados aletría.
Ibn Mardanish, el rey Lobo (Peñíscola 1124-Murcia 1172). Descendiente de una familia de aristócratas muladíes, pasó a la historia como uno de los hombres más polémicos de su tiempo, entre otras cosas por su carácter libertino. Hacia el año 1146 inicia su trayectoria política. Mardanish sucedió a su tío y fue nombrado rey de Murcia. Su capacidad como estratega le permitió defenderse en todo momento de los almohades. Pretendía conservar su independencia política respecto a los cristianos y almohades. A pesar de sus intenciones, no descartó realizar algunas alianzas con cristianos mercenarios que dirigieron sus ejércitos. En el año 1165 toma Córdoba y, en consecuencia, sufre el ataque de los almohades, que fueron ganando terreno. Su hermano Yusuf Ibn Mardanish le cedió la plaza de Valencia.
En 1172, su hermano Abd al Kamar Hillal, se sometió y entregó la ciudad de Murcia a los almohades. La región fue asignada a los catalanes por el tratado de Tudellen (1151), pero el de Cazorla (1179), firmado por Alfonso VIII y Alfonso el Casto, la adjudicó a la reconquista castellana.
En la época de los terceros reinos de taifas (1228-1266), se independizó Ibn Hud, convirtiendo de nuevo a Murcia en capital de Al-Andalus. Aquí comenzó el periodo en que la cultura murciana alcanzó su máxima grandeza, contrastando con su inestabilidad política, que se vio acentuada con la muerte de Ibn Hus en 1238.
En la década de 1230, el reino de taifa de Murcia pasaba por un período de desintegración, facilitando a los castellanos su avance por el sureste y la anexión de ciudades y territorios que antes habían pertenecido a los musulmanes.
Durante esos años reconquistan la Sierra del Segura, perteneciente a Jaén, mientras que tropas castellanas ocupaban plazas fuertes granadinas (Huescar, Orce, etc.), en un intento de separar físicamente el reino de Granda del emirato murciano.
En los años posteriores continuaron las acciones militares castellanas que continuaban anexionando nuevos territorios en perjuicio de Murcia.
En los inicios de 1243, el emir murciano envía a Toledo a sus representantes para entrevistarse con el infante Alfonso para pactar la forma de someterse al protectorado de Castilla.
En 1243, el emir de Murcia Mohamed ibn Alí, firmó las capitulaciones de Alcaraz acogiéndose con esta a un protectorado de los reinos de Castilla y León. Así, Murcia ganó una fuerte alianza para repeler a los aragoneses de Jaime I y a los granadinos de Ibn al-Ahmar. De esa manera Murcia se entregaba en régimen de sumisión a Fernando III el Santo. En contrapartida Castilla conseguía una salida al mar Mediterráneo.
En este pacto se acordó la entrega al monarca castellano de la mitad de las rentas del emirato y el permiso para establecer una guarnición militar en todas las fortalezas, a cambio de protección militar y respetar las propiedades de todos los musulmanes, así como el mantenimiento de su religión.
Sin embargo no todas las ciudades se unieron al pacto de manera amistosa: Cartagena, Lorca y Mula opusieron resistencia a los castellanos. Los primeros terminaron por rendirse tras las numerosas cabalgadas castellanas que devastaron el campo de Cartagena. Lorca terminó por pactar una rendición amistosa, mientras que Mula, que continuó resistiendo por un tiempo, terminó por someterse a los castellanos. Sin embargo, y debido a su oposición a los castellanos, los musulmanes de Mula fueron expulsados de sus tierras.
Bajo el reinado de Fernando III, y posteriormente con el de su hijo Alfonso X el Sabio, entre los años 1243 y 1264, comenzó una etapa próspera con una coexistencia pluricultural pacífica entre cristianos, musulmanes y judíos.
En 1244, con el tratado de Almizra entre Jaime I y el futuro Alfonso X, Murcia quedó dentro del área de conquista castellana. En 1263-64 se produjo una sublevación de la población musulmana debido a la intolerancia cristiana frente a sus costumbres y tradiciones. Además el reparto de tierras entre los colaboradores de la conquista se acelera con la subida al trono del rey Alfonso X, afectando de ese modo a los pobladores musulmanes que vieron como las condiciones establecidas en el pacto eran vulneradas sistemáticamente por los castellanos. La reina Violante (esposa de Alfonso X el sabio) pidió ayuda a su padre Jaime I. Entonces las tropas aragonesas mandadas por el infante Pedro (futuro Pedro III el grande) conquistaron el reino de Murcia en 1265. Este, tras aposentar 10.000 catalanes en la región, devolvió el territorio a Alfonso X el sabio.
En enero de 1266, la capital murciana terminó por rendirse en condiciones de respeto de vidas y costumbres, aunque esto último fue una vez más vulnerada al poco tiempo al consagrar la mezquita como iglesia catedral.
Conquistada Murcia, la caída de Alhama y las demás fortalezas hasta Lorca fue cuestión de días, finalizando de este modo la etapa de protectorado castellano y produciéndose la incorporación definitiva a la corona de Castilla.
9.- REINO DE TAIFA DE NIEBLA
La historia de Niebla, durante el periodo islámico, es muy brillante política, económica y culturalmente., admirada incluso desde el mismo Bagdad, Durante la fitna, desmembración que supone el final del califato omeya, la dinastía árabe de Banu Yahya se hace con el poder de la ciudad, convirtiéndose Yuhsubi en rey de taifa independiente en el año 1019.
Los árabes Yahsubies gobiernan esta plaza de fuertes murallas aún hoy conservadas, tres reyes se sucederán hasta ser dominadas por Sevilla en 1053-1054. Al-Yuhsubi (hasta el 1023), ben Uahya (hasta el 1041) y Ben Jalaf (hasta el 1051).
El ejército de Niebla destaca como aliado de los reinos de Mértola y Silves que, junto con el de Badajoz, se enfrentan al de Sevilla. Finalmente la ciudad acabó rindiéndose al al-Mu´ tadid, dejando de ser independiente al ser absorbida por el reino de Sevilla en el 1051.
En el año 1091, los almorávides, dominan todo al-Andalus, y la ciudad dejó de depender de al-Mu´tamid de Sevilla. En este periodo la ciudad alcanzará un alto grado de desarrollo, en el que mantiene con la tolerancia islámica un buen grupo de cristianos que conservan su fe y sus costumbres.
No obstante la presión ejercida por los almorávides, hizo que las aristocracias de al-Andalus buscaran la`proteción del nuevo poder almohade, ya que en ese momento, se habían adueñado de gran parte del norte de Africa. Niebla sería ocupada por sus tropas, aunque se rebelará después a la guarnición que en ella habían dejado. Por ello, en 1154 Ben Yumar, enviado por el emir almohade, tomó Niebla al asalto, donde se habían refugiado los habitantes de la antigua cora, pasando a cuchillo a todos los varones que habían defendido y vendido como esclavoa a mujeres y niños.
Antes de la conquista por los castellanos volvió a ser Taifa bajo Ibn Mahfot, extendiendo sus dominios a gran parte del Algarbe portugués.
Este monarca, que fue el último rey islámico, para evitar su conquista prestó vasallaje a Fernando III. Fue su hijo Alfonso X quién la reconquistó definitivamente en 1262, recibiendo el mismo fuero que Sevilla.
El asedio no fue fácil, ni para los sitiadores ni para los moradores islámicos, ya que por la importancia de las defensas de la ciudad, este asedio duró nueve meses y medio, teniendo que rendirse la población por hambre. Cuentan que Mahfpt, para demostrar que elsitio era inútil por hambre, trató de engañar al ejército cristiano enviándole un buey cebado. Por ello, la puerta más occidental, por donde había de salir el animal, se le denomina de El buey. También parece ser que apareció una invasión de moscas que se cebaron con los sitiadores y estuvo a punto de hacerles levantar el sitio.
En el asedio se utilizó por primera vez en occidente la pólvora con fines bélicos, al atacarse la ciudad con unos primitivos cañones.
10.- REINO DE TAIFA DE HUELVA
Durante la dominación musulmana Onuba fue llamada Welba o Gaelbath. En el año 1023 se erigió reino de taifa independiente bajo la dinastía de los Bakries, llamándose los señores de Umba y Xaitis, denominándose reino de taifa de Huelva y la isla de Saltés.
El reino fue económicamente seguro y fuerte hasta la guerra con el reino de Sevilla. En el año 1052 cae el reino de taifa de Niebla en manos de al-Mu´tadid y entonces el monarca onubense se vería confinado a la isla de Saltés.
Después fue conquistado por los almorávides en 1150 y los almohades en 1224.
En el año 1238 fue conquistada por Iñigo de Mendoza y por Alfonso X en 1262, pero unos años antes en 1257, Alfonso II de Portugal se hace dueño de Ayamonte y Cartaya y Sancho II y Alfonso III de Portugal guerrean al norte de las tierras de Huelva. Son momentos en que los límites entre los reinos de Portugal y Castilla no están aún fijados y parte de las tierras del norte de la actual provincia de Huelva se encuentran en manos portuguesas.
11.- REINO DE TAIFA DE STA. Mª DEL ALGARVE
La hoy ciudad de Faro se independizó con el muladí Ibn Harun en el año 1018 y gobernó hasta el 1041, sucediéndole, su hijo, al Mu´tasin hasta el 1051 sucumbió ante el imparable avance expansionista del sevillano al- Mu´tadid.
La palabra Algarbe viene del árabe al-Garb que significa “el occidente”.
12.- REINO DE TAIFA DE MERTOLA
Se encuentra situado al norte del anterior, en el bajo Alentejo.
Fue gobernada por un antiguo linaje árabe-andalusi y fue Ibn Tayfur hasta el 1044, en que fue conquistado por Sevilla hasta el 1091 en que los almorávides la tomaron hasta que se independizó por medio de Abu I Qasim Husaym b. Qasi entre el 1144-45 en que fue tomada por Badajo hasta el año siguiente en que se volvió a independizar de nuevo, mediante ben Wazir hasta el 1151.
13.- REINO DE TAIFA DE SILVES
Este pequeño estado, cercano a Faro, esta situado al oeste del Algarbe hasta el cabo de S.Vicente.
Silves se hizo taifa independiente bajo el notable Isa I que gobernó hasta el 1040, le sucedió Muhammad I hasta el 1048, le sucedió Isa II hasta el 1054, Muhammad II hasta el 1058 e Isa III hasta el 1063.
En ese año fue conquistado por el reino de Sevilla que lo mantuvo en su poder hasta el 1091 que fue conquistado por los almorávides hasta el 1144.
En ese año se volvió a independizar bajo el mando de al.Mundir hasta el 1151 que fue de nuevo conquistado por los almohades.
Los musulmanes la hicieron una gran ciudad, cuyo esplendor le hizo ganar la designación de “Bagdad de occidente”. El rey Sancho I dirigió personalmente el ejército que la conquistó en 1189. Dos años después la volvieron a conquistar los musulmanes hasta que en el 1242 Alfonso III la recuperó definitivamente.
14.- REINO DE TAIFA DE ALPUENTE
Se cree que Alpuente debe su nombre a un antiguo puente, bastante elevado, que unía el casco urbano con el impresionante peñón sobre el que se encontraba el castillo y que pudo encontrarse entre el llamado portal de la Torre Veleta y la Peña Redonda.
Tras formar parte de al-Andalus y con la desmembración del Califato de Córdoba, a principios del siglo XI y la aparición de los reinos de Taifas, Alpuente o Al-Sahla, es como la de Albarracín de asentamiento antiguo bereber. Pertenecía a una poderosa familia musulmana, los Ibn Qasim, se declaraba independiente, como la taifa de Alpont. Estaba formado por los términos de Alpuente, Aras de Alpuente, Troaguas y la Yesa, siendo un territorio muy codiciado por su posición fronteriza entre Aragón y Valencia.
Su primer monarca fue Abd allah II Qasin, que lo hizo desde el 1009 hasta el 1030. Le sucedió Mujammad I, que gobernó hasta el 1042 y a este le sucedió Muhammad II, hasta el siguiente año y después ABd Allah II hasta el 1106.
Entre medias, en el año 1089 fue tomada por el Cid, que sometió al rey de Alpuente, en la preparación de la toma de Valencia, imponiéndole un elevado tributo de diez mil dinares, igual a los pagados por Albarracín y superior a los pagados por Sagunto, Jerica, Almenara o Liria.
En el año 1107 fue tomada por los almorávides y posteriormente por los almohades, comienza después losintentos de conquista por parte de la Corona de Aragón, que en 1236 fue conquistada por Jaime I el Conquistador.
15.- REINO DE TAIFA DE ALBARRACÍN
Probablemente núcleo de población durante la dominación romana, empezó a cobrar importancia en época musulmana. Después de la revolución de Córdoba (1013), el territorio de Albarracín, poblado por beréberes Al-Banu Razin (los hijos de Razin), del cual deriva su nombre, se convirtió en un pequeño reino de taifas y en esa corte se refugió el filósofo Ibn al-Sid.
Esta tribu bereber, los Banu Razin, allá por el siglo XI, tras el ocaso del Califato de Córdoba, creó un pequeño reino de taifa, el más pequeño y probablemente el más pobre de la península Ibérica, consiguiendo hacer un reino independiente. Ese reino ocupaba toda la sierra y además las zonas del alto Jiloca y por eso además del reino de Albarracín recibían también el nombre de Asala, es decir, la llanura. Esa tribu vivían sobre todo de la agricultura y construyeron un magnífico castillo, ampliaron el reducto de Albarracín y dotaron a estas tierras de una organización política que duró prácticamente hasta el siglo XII.
Su primer monarca fue Huday Ibn Jalaf Ibn Razin (1012-1045), le sucedió su hijo Abd al Malik Huday (1045-1090), año en que fue ocupado por los almorávides. Después en 1170 las tierras de Albarracín se incorporaron a los reinos cristianos en concreto a un reino independiente, el de los Azagra que constituyeron un señorío por donación del rey Lobo de Murcia
En el año 1220 el rey Jaime I intentó conquistarla pero fracasó y fue en 1285 cuando Pedro III de Aragón la conquistó, pasando definitivamente a la corona de Aragón en 1300. Todo ello fue provocado por la importancia de la fortaleza y del sistema defensivo de Albarracín.
16.- REINO DE TAIFA DE RONDA
Ronda como tal fue fundada por los romanos, con el nombre de Arunda, que se caracterizó por ser una ciudad mercantil, debido a su posición estratégica en la Serranía.
Tras la desintegración del Imperio Romano, Ronda sufrió las invasiones germánicas entrando los visigodos. Con la llegada de los árabes, la ciudad, que pasaría a llamarse Izna Rand Onda, empieza a adquirir cierto protagonismo político y económico.
En el 711 se produce la invasión musulmana de la península y, en el 713, la actual Ronda abre sus puertas, sin presentar batalla, a los bereberes. La ciudad pasa a llamarse Izna Rand Onda (la ciudad del castillo), convirtiéndose en la capital de la provincia andalusí de Takurunna.
A finales del siglo IX y principios del X, toda la serranía vive con intensidad la insurgencia que Omar Ben Hafsun dirigía desde Bobastro contra el emirato cordobés.
Con la desintegración del califato de Córdoba, Ronda se convierte en un reino de Taifas independiente regido por Abu Nur Hilal Ben Abi Qurra, que entra en la ciudad y declara la ineptitud del califa Hixen II, y será durante ese periodo cuando se crea la mayor parte del patrimonio monumental con que cuenta el casco histórico y los arrabales, gobernando desde el 1039 hasta el 1053 por primera vez y desde el 1057 hasta el 1058 por segunda vez.
La ciudad pierde su independencia en el 1066, cuando pasa a depender del reino de Sevilla y por los almorávides en 1091
Pero el papel más significativo, y por el que es mejor conocida, le llegará con el reino nazari de Granada, ya que su proximidad a los territorios ocupados por los castellanos le supondrá eregirse, tanto a la ciudad como a la comarca, en enclave fronterizo de especial importancia.
Desde que fue conquistada por Sevilla hasta que en 1485 fue conquistada por las tropas cristianas, Ronda conoció periodos de expansión y prosperidad, estancamiento e incluso regresión.
Fernando III terminó el periodo islámico, el 22 de mayo de 1485, cuando tras un largo asedio, logró tomarla.
17.- REINO DE TAIFA DE MORÓN
La riqueza agrícola de los campos cercanos a Morón era importante. Grandes viñedos y olivares de daban la mano con el trigo y otros cereales que los musulmanes cosechaban con sobrada sabiduría.
Creció sin fuerza bajo la dominación musulmana. A este época hay que agradecer su fortificación militar, que luego se agigantó todavía más con la presencia cristiana. Desde estas murallas se fraguaron dos planes para derrocar al califa de Córdoba. Y tanta importancia llegó a tener bajo los musulmanes que, desde 1018 a 1061, fue reino de Taifa
Morón fue ocupada por los Dammaríes, rama de los bereberes Zanata, oriundos de Túnez y llegados en tiempos recientes, para formar parte del ejército de Almanzor.. Conoció a tres emires hasta que en 1066 son conquistados por Sevilla.
Estos emires fueron: Abu Tarid, que gobernó desde el 1013 hasta el 1041, después Ben Nuh, hasta el 1053 y después al-Daloa, hasta el 1066.
Pero la prosperidad de aquella fortaleza tenía los días contados cuando Fernando III decidió tomar el valle del Guadalquivir. El 22 de julio de 1240, el monarca castellano tomó el castillo.
Morón cayó en la zona morisca de la reconquista y vivió doscientos años en plena frontera con es guerra, siempre en la parte cristiana. Por lo anto su nombre está más que justificado: Morón de la Frontera.
Esa conquista y el hecho de hallarse en una frontera de un valor estratégico incuestionable, le dieron un nuevo impulso, ya que los reyes cristianos, para tenerlas muy pobladas daban a sus ciudades fronterizas claros privilegios fiscales. Sin impuestos y con una fuerte presencia militar, Morón aumentaría su importancia económica, social y defensiva.
18.- REINO DE TAIFA DE CARMONA
Ciudad de origen tartesso, aunque se han encontrado pruebas de su doblamiento por hombres de Cromagnon, los cartagineses fundaron una colonia a partir de ella a la que denominaron Kar-Hammon, “ciudad del dios Hammon”, nombre del que en definitiva procede el actual.
A partir del año 206 a.c., tras la derrota cartaginesa, se convierte en un importante municipio romano que participa activamente en la política hispana y que en el año 46 a.c. estará al lado de Cesar en la guerra civil contra Pompeyo. Por aquel entonces su nombre era Carmo y por allí pasaba la Via Augusta. Los árabes, a partir del 712, la llaman Karmonch.
Desde el siglo VIII hasta el fin del Califato de Córdoba, Carmona era cabeza de una cora. La de Carmona comprendía todo territorio limitado por Ecija, Setefilla, Sevilla y Morón.
El desmembramiento del Califato en numerosos principados lleva a Carmona a incorporar a Ecija en el ámbito de su taifa, dominada por el caudillo bereber Abd Allach, apoyado por su tribu y logrando hacer frente a las aspiraciones de Sevilla, hasta que en 1042 y después de un enfrentamiento, Carmona queda integrada en la taifa sevillana de los Abbadíes.
En el 1091 se produce la irrupción de los almorávides. Con el poder almohade procuró a la ciudad un corto periodo de estabilidad, al que sucedió una nueva etapa de conflictividad que se prolongará hasta la conquista cristiana en 1247, tras su toma por Rodrigo González Girón.
El monarca Fernando III la repobló y la dotó de fuero propio.
19.- REINO DE TAIFA DE TORTOSA
Tortosa fue posiblemente la ciudad de Hibera, capital del territorio ibérico de la Hercavonia. Es muy posible que el asentamiento principal estuviera en la colina que actualmente ocupa el castillo de la Zuda.
Con la segunda guerra púnica, en tiempos del emperador romano Augusto, alcanzó el título de Colonia Julia Augusta Dertosa.
Fue ocupada en el 714 por los musulmanes y paso a llamarse Turtusha. Fue ciudad fronteriza del reino musulmán durante la conquista de Barcelona por los cristianos. Va a mantener las murallas y una fortaleza, tenía una dársena y un puerto desde el 945, manteniendo un comercio activo y siendo un punto importante en el comercio de esclavos. Los judíos y los mozárabes eran considerados de la misma condición y normalmente vivían en los barrios separados de los musulmanes. Practicaban el culto públicamente, pero habían de pagar unos impuestos Durante más de cien años el gobierno de Tortosa ya a pasar por muchas manos.
Desde el 1009 hasta el 1060 se sucedieron cuatro reyes. El primero de ellos será Labib del clan de amiritas , hasta que en el 1061 pasó a depender de Al Muqtadir Ibn Hud de la taifa de Zaragoza y después de Al Mundir.
Con el cambio de siglo pasa a depender de los almorávides, terminando así su periodo de libertad, coincidiendo con su máximo esplendor cultural.
Fue conquistada por Fernando I el Batallador, hasta que en 1148 por el conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV, con la ayuda de la familia Montcada, la república de Venecia y la Orden de los Templarios, y la incorporó a la corona catalana-aragonesa. En 1294 Jaime I el Conquistador, desplazó a los Montcada y los templarios, y se quedó como único señor.
20.- REINO DE TAIFA DE ARCOS
Como la mayoría de las poblaciones de la provincia de Cádiz, su ubicación ha estado ocupada por el ser humano desde tiempos prehistóricos, teniendo Arcos por su propio enclave geográfico, un lugar estratégico privilegiado, dando cobijo a numerosas civilizaciones. Todo eso lo demuestran los hallazgos de hachas paleolíticas y los cuantiosos vestigios romanos y árabes encontrados en los alrededores de la población.
La leyenda del origen de la ciudad ha pasado a su escudo, en el que se lee: Rex brigus arcobrigam fundavit.. Atribuyendose su fundación al rey Brigo o Breogan, nieto de Noé.
Lo cierto es que el nombre de Arcos viene de la rañiz latina Arxacis, que significa fortaleza en la altura, por lo que se supone que pudo haber sido llamard Arcobrigan.
Se sabe que la ciudad de Medina Arkasch ayudó a Abderramán I, cuando se produjo el desembarco el primero de abril del 756, Perteneciendo a la cora de Medina Sidonia. Reinando Abderramán III sufrió, junto a Sevilla, Medina Sidonia y Cádiz los saqueos de los piratas normandos en el 844 y el 860, consiguiendo rechazar el ataque. También participó en las luchas contra Ibn Hafsun. Su magnífico emplazamiento, con dos profundos tajos que protegían sus flancos largos, facilitaba su defensa.
Al desmembrarse el califato, Arcos, se constituyó en taifa independiente, bajo las órdenes del wali o gobernador Mohamed ben Jazrum, de origen bereber.
A partir del 1069 fue conquistada por al Mu´tamid de Sevilla y a partir del 1090 por los almorávides.
En el año 1250 el monarca Fernando III se hizo dueño de la ciudad, el día 29 de septiembre, pero poco después se rebelaron, por lo que hubo de ser nuevamente tomada el 27 de octubre de 1264 por Alfonso X.
La condición de los musulmanes para rendirse fue que los dejaran marchar libremente. El rey dispuso que la ciudadela se repoblara con 50 caballeros sevillanos, partícipes con sus mesnadas.
21.- REINO DE TAIFA DE ALGECIRAS
Durante el siglo IX se establece la cora o provincia de Algeciras, germen del futuro reino de taifa de Al-Yazirat al-Hadra y del posterior reino meriní de Algeciras; la cora limitaba al norte con la cora de Takurunna con capital en Ronda, al este con la cora de Rayya con capital en Málaga y al oeste con la cora de Siduna con capital en Medina Sidonia. Estaba dividida en dos disdtritos, el de Aruh y el de al-Hadira, y en ella estaban incluidas las ciudades de Gibraltar, Tarifa, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera, Gaucín, Ojén, Maysur y Turrus, además de la capital Algeciras (Al Algeciras (Al Yazirat al-Hadra).
Fue fundada sobre la antigua ciudad romana de Julia Traducía. Las tropas de Tarik, tras desembarcar en Gibraltar y tomar Carteia, desembarcaron en una pequeña isla al oeste de la bahía de Algeciras y allí establecieron su base provisional. Pronto tuvieron que abandonar el lugar para enfrentarse a las tropas visigodas del rey Rodrigo, en la isla quedó un pequeño destacamento y la favorita de Tarik, Umm Hakim que dio nombre al lugar, Al Yazirat Umm Hakim (la isla de Umm Hakim). Tras la batalla del Salado las tropas árabes continuaron la conquista de la península y la pequeña base provisional de la isla se trasladó a la costa y allí se creó una verdadera ciudad llamada Al Yazirat al Hadra. Las fuentes castellanas se refieren a ella con varios nombres: Alxezira, Algezira Taladra, Gezira y las Algeciras (más usado por la existencia en aquella época de dos recitos amurallados diferentes).
En el año 879 se subleva en la ciudad al Yaziri como parte de la revueltas que por esa época protagonizan muladíes y mozárabes en contra de los altos tributos a que el emir de Córdoba obliga a pagar y el fin de estas insurrecciones era formar un estado independiente en las serranías penibéticas. Mujammad I envia a la ciudad a un ejército que somete a al Yaziri y lo lleva a Córdoba, pero seran otros algecireños los que pongan en jaque al emir y los que se unirán al poderoso caudillo rebelde Ibn Hafsun. Desde Córdoba nombran a gobernadores, pero en los castillos de la sierra son los rebeldes quien manda. Hasta que llego el año 888 cuando la ciudad de Algeciras se subleva contra el emir y expulsan al gobernador, entonces Hafsun comienza a utilizar el puerto de la ciudad para comerciar con el Magreb; en los años sucesivos la ciudad pasa de un bando a otro. Cuando llega al poder Abd al Rahman III, una gran parte del sur de Al-Andalus no reconoce su autoridad por lo que decide atacar con su ejército los castillos de la serranía de Ronda y entra en Algeciras donde emplaza su base de operaciones, construye una atarazanas para reparar los barcos capturados a Hafsun y es desde esta ciudad desde donde manda el ataque final contra Bobastro; unos años después Abd al Rahman pacifica definitivamente su reino y se nombrará califa.
Muerto Almanzor, en 1002, el Califato se desmembra en multitud de reinos de Taifas. En el año 1010 un ejército de bereberes procedentes de Córdoba, se enfrentan en las cercanías de la ciudad con las tropas del poder central, derrotándolas y entrando en la ciudad, allí mataron a todos los varons y apresaron a los niños y mujeres. Cuando Sulaiman al Mustian llega al trono de Córdoba yreparte los territorios entre sus aliados entregó la Cora de Algeciras a al Qasim; este señor de Algeciras fue llamado a ocupar el trono de Córdoba hasta que fue asesinado por Idris I, su sobrino, que marchó sobre Algeciras, anexionándolas a su reino. Sin embargo años más tarde los hijos de al Qasim apoyados por tropas leales a su padre toman de nuevo la ciudad proclamando el reino Hammudi de Algeciras.
Este reino fue gobernado por Muhammad al Qasim, hijo del asesinado quién mantuvo una política de apoyo a los diferentes territorios hammudíes quesocababa laexigua economía de su propia taifa. Le sucedió, en 1049, su hijo Al-Qasim ven Muhammad quién vió como el reino de Sevilla de Al Mu´tamid iba tomando las taifas de Ronda, Morón, y Arcos acercándose peligrosamente a su reino. La ciudad de Algeciras finalmente fue cercada en 1055 por tierra y mar hasta caer finalmente ante las tropas sevillanas.
Al Mu´tamid tuvo que pedir ayuda a los almorávides para hacer frente al rey de Castilla Alfonso VI. Al final los almorávides conquistaron todo Al-Andalus.
El gobierno de estos nunca fue popular, los algecireños entregaron la ciudad a los almohades en 1147 por descontento con sus anteriores gobernantes. Desde allí emprenden la conquista de al-Andalus, unificándola bajo una concepción férrea de la fe de Mahoma hasta ser derrotados en 1212 en las Navas de Tolosa, momento que marcó el rápido declive de los almohades hasta que en 1231 algeciras se levanta contra ellos apoyando a Ibn Hud que desde Murcia aspiraba a restaurar los antiguos reinos de Taifas.
A mediados del siglo XIII se funda el reino nazarí de Granada que abarcaba desde Almería hasta Algeciras, ante el avance castellano, los granadinos, los granadinos piden ayuda a los benimerines del norte de Africa, estos desembarcan en Algeciras en 1275 con 17000 caballeros. Ocuparon la ciudad y el territorio circundante con el permiso del rey de Granada y con la condición de proteger la frontera, convirtiendo así la ciudad en la capital de sus dominios europeos.
En 1278 Alfonso X llega a la ciudad con la intención de tomarla, bloquea su puerto y ordena al infante Don Pedro ue haga lo mismo por tierra. El asedio es largo y duro, los castellanos pasaran penurias durante más de un año; transcurrido ese tiempo el emir Abu Yusuf manda a su escuadra que derrota a la cristiana y manda degollar a todos los soldados; el infante don Pedro se da cuenta de que no podrá mantener el asedio y abandona el campamento con sus hombres.Viendo Yusuf que desde el lugar donde se habían asntado los cristianosse podría hacer mucho daño a la ciudad en el futuro, manda edificar allí una nueva villa conocida como Villa Nueva.-
Muhammad II entrega los términos de Algeciras al rey meriní Abu Yusuf Yacub que pasa a denominarse Rey de Algeciras y Ronda.
En 1294 losgranadinos recuperan Algeciras y Gibraltar a los merinies, sin embargo el 30 de julio de 1309 Fernando IV pone cerco terrestre a Algeciras con la ayuda de Fez mientras la corona de Aragón pone cerco marítimo, en esta ocasión el sultán de Granada promete la ciudad a los merinies que desertan del ejército sitiador y se sitúan junto a los granadinos. A principios de 1310 el rey de Castilla negocia levantar el cerco a la ciudadd si el nazarí le entrega Bedmar y Quesada.
Desde 1338 los meriníes emprenden diferentes campañas contra la frontera con Castilla, obligando a Alfonso XI a tomar la decisión desitiar la ciudad, al ser esta el punto deentrada de las tropas del norte de Afica.
En 1342 llegan a la ciudad las tropas de Castilla, Portugal, Aragón y Génova junto a cruzados europeos y con el apoyo del rey de Inglaterra y de Francia y de la Santa Sede, el asedio duró veinte meses, hasta ser anexionado a Castilla y como tal aparece en los títulos de los reyes de España desde entonces.
El 26 de marzo de 1344 la Villa Vieja fue entregada al infante don Juan Manuel y el día 28 entró Alfonso XI consagrando su mezquita mayor a Santa María de la Palma.
En 1369 Muhammad V de Granada reconquista la ciudad que apenas se hallaba protegida por una pequeña guarnición y pretende que recupere su antiguo splendor, pero Castilla ya se ha repuesto de sus luchas internas, el rey nazarí comprende que no podrá mantener la plaza mucho tiempo y decide destruirla en 1379 para que no vuelva a caer en manos cristianas y sus habitantes tienen que marcharse de ese peligroso territorio de frontera..
Tras la destrucción de la capital en 1379 los términos del antiguo reino de Algeciras pasan por diferente manos, pertenece a Tarifa, Jerez de la frontera y finalmente a Gibraltar.
22.- REINO DE TAIFA DE DENIA Y LAS ISLAS ORIENTALES
Los orígenes de la localidad levantina de Denia datan de la era de los poblados ibéricos, fenicios y romanos, que denominaron al lugar Dianum y lo convirtieron en el punto de conexión más importante entre Roma y el norte de Africa.
Otra localidad importante fue Játiva que fue fundada por los íberos, como Tibi o Saiti. Creció durante la época griega y fenicia. Durante el imperio romano se denominó Saetabis y se le añadió el título de Augusta en honor del emperador. Tuvo mucha importancia como nudo de comunicaciones. Durante la época visigoda sus obispos asistieron a los concilios de Toledo.
Entre los años 455 y 534 las islas Baleares formaron parte del reino vándalo, tribu germánica que formó un amplio imperio marítimo en le Mediterráneo occidental. Ya en el 425 habían desembarcado en ellas, las saquearon y destruyeron Pollentia, capital administrativa y el núcleo urbano más importante. A partir del año 534, Mallorca, entró a formar parte del imperio bizantino. Justiniano I emprende la expansión por todo el Mediterráneo y Apolinar, general bizantino, conquista las islas y las incluye en este imperio. De todos modos después de la expulsión de los bizantinos de la península y del norte de Africa, Mallorca quedó aislada y perdió todo el interés del lejano imperio de oriente.
La parte continental fue islamizada en el año 713, dándole el nombre de Denia.
Por tanto entre el 698 y el 903, las islas Baleares formaban parte del imperio bizantino, pero en la práctica disfrutaron de una gran independencia política y administrativa. Durante estos años las pequeñas comunidades cristianas mallorquinas recibieron numerosos ataques de los musulmanes y de los normandos, que sumergen a Mallorca en una profunda crisis. El año 903 se produce la incorporación de Mallorca en el mundo islámico después de una rápida conquista, por Hixam al-Jawlani, que solo encontró la resistencia de los cristianos alrededor de algunos castillos, como el de Alaró, donde resistieron más de ocho años. Desde este momento empiezan a ser las Islas Orientales de al-Andalus y su conquistador se convierte en el wali o gobernador que inició una política de reconstrucción, favoreciendo la inmigración de musulmanes de la península, rehaciendo el campo y la ciudad, reorganizando el comercio, etc. Mallorca quedó bajo el dominio de Córdoba y la dinastía Omeya, que utilizaba la flota y la situación geográfica isleña para realizare incursiones hacia el Mediterráneo cristiano del norte.
Los primeros gobernadores son de origen árabe oriental asentado en Al-Andalus. Son, pues, de cultura enteramente andalusí y que la impondrán en la sociedad balear y mezclándose con la cultura originaria de la isla. Forman en los siglos XI y XII el conjunto de la población insular andalusí, que opondrá una fuerte resistencia a los inmigrantes beréberes, procedentes de la península pero con costumbres magrebíes.
Después de una etapa de esplendor al-Andalus entró en crisis y se desmembró surgiendo los pequeños reinos de taifas, más débiles ante los ataques de los cristianos, pero con un alto nivel cultural y económico.
La Taifa de Denia (Al-Daniyya) fue creada en el año 1010, tras la desintegración del Califato de Córdoba, por el eslavo al-Amiri al-Muwaffaq al frente de un grupo de amiries. Fue el primer reino en declararse independiente de Córdoba. El reino musulmán de Denia era pequeño, incluía algunas comarcas muy fértiles y ciudades entre als que se encontraban Orba, Altea, Callosa, Sagra, Concentaina y Bocairente.
Se construyó en Denia una dársena militar que supuso un auge para el desarrollo de la ciudad. Abu-Abdalla define la comarca de esta manera: “Denia es una ciudad situada sobre la orilla del mar, muy poderosa y bella. A esta ciudad acuden muchas embarcaciones y hay un arsenal para su construcción”.
En el año 1011 se convierte en la primera taifa en acuñar moneda propia, en una casa de la moneda en la actual Elda.
En el año 1015, al mando de una poderosa flota naval (120 naves y 1.000 caballos), se hizo con las Baleares y la isla de Cerdeña, sobre la que mantuvo soberanía durante un año.
Durante los años siguientes, su escuadra con base en Denia y con apoyo en los fondeaderos de las islas Baleares, realizo diversas incursiones en las costas de Génova, Pisa, la Toscaza y Lombardía.
Respecto a la expansión terrestre, intervino en luchas particulares con los eslavos, lo que le permitió gobernar Valencia durante dos años. Hacia el sur conquistó Orihuela y extendió su reino hasta el río Segura.
A la muerte de al-Muwaffaq en 1045, se hace cargo del poder su hijo Alí Iqbal al-Dawla, nacido de madre cristiana. Supo mantener el legado de su padre durante treinta y un años.
En cuanto a Játiva, durante la época musulmana, se denominó Madinat Xateba, perteneciendo primero a Toledo, pasando después a Córdoba. También fue parte de Almería, del reino de taifa de Denia, de Murcia y de Valencia. Durante sus últimos años como ciudad islámica, fue capital de una cora: provincia sobre unas cincuenta poblaciones. En la época musulmana Játiva es conocida por algunos autores como la cuna del papel en Europa, por mano de Abu Masaifa.
Mientras las islas pertenecen a la taifa de Denia (1015-1087) fue de gran tranquilidad. La iniciativa en el mar no les fue arrebatada por las repúblicas italianas y se vieron libres de toda amenaza exterior. Probablemente parte de los cuantiosos botines proporcionados por la piratería fueron invertidos en la potenciación de la producción agropecuaria y manufacturera que tuvieron un gran desarrollo inmediatamente posterior cuando, perdida la supremacía naval, las islas tuvieron que sobrevivir con sus propios recursos.
La taifa de Denia fue conquistada por el rey Al-Muqtadir en el 1076, pasando a formar parte de la taifa de Zaragoza. Los territorios insulares formaron la taifa de Mallorca, cuya capital fue Madinat Mayurqa. La primera taifa de Mallorca tuvo su existencia desde el 1076 hasta el 1116, sucumbiendo primero a una cruzada cristiana y siendo posteriormente ocupada por los almorávides.
Tras un periodo en el que las Baleares estuvieron integradas en el imperio almorávide, este acabo disgregándose también en los segundos reinos de taifas.
Este periodo de taifa independiente fue marcado por una coyuntura precaria de falta de alimentos, que forzaba a sus habitantes a dedicarse a la piratería. El primer rey de la taifa de Mallorca fue Ibn Ablab al-Murtad que reinó hasta el 1093. Su sucesor fue Mubassir, hasta el 1114 y fue quién construyó las murallas de Madinat Mayurqa.
Las ciudades italianas de Venecia, Pisa y Génova, así como los normandos desde Sicilia, realizaban continuos ataques de corso por todo el Mediterráneo. La violencia precede siempre al comercio, lo fuerza. La estrategia italiana intentaba acaparar la mayor arte del tráfico de mercancías entre el oriente musulmán y el occidente. Ofrecían la seguridad de no ser atacados por ellos mismos al transportar al transportas las mercancías orientales. Pero el acuerdo siempre iba precedido por el ataque corsario. Entonces veían la piratería mallorquina como fuera de lugar.
Las continuas acciones de piratería de la taifa contra los países cristianos ribereños del Mediterráneo occidental, forzaron finalmente que en 1114 se organizara una expedición cristiana contra la isla. Esta expedición tuvo un carácter de cruzada ya que fue bendecida por el Papa Urbano II en Clemont-Ferrand, que incluye como tierras antiguamente cristianas situadas en Europa y ahora subyugadas a los infieles en Hispania incluyendo expresamente las Baleares y fue llevada a cabo de forma conjunta por los catalanes y los pisanos. El conde de Barcelona, Ramón Berenguer III, comandó la expedición. Los cristianos invadieron Mallorca e Ibiza, sitiando Madinat Mayurqa durante ocho meses y finalmente tomaron la ciudad en 1116, liberando a 30.000 prisioneros cristianos y haciéndose de un gran tesoro, del que parte se conserva actualmente en la ciudad de Pisa.
El rey mallorquín fue hecho prisionero en la toma de la ciudad. La invasión pisano-catalana significó el fin de la piratería balear y el de la independencia de las islas. Sin embargo el archipiélago no quedó bajo control cristiano ya que Ramón Berenguer tuvo que retirarse al continente a luchar contra los almorávides y estos aprovecharon su retirada para hacerse con el control de las islas, que quedaron integradas en el imperio almorávide sin apenas resistencia. El catalán aspiraba a anexionarse el archipiélago de forma definitiva; los italianos querían destruir la amenaza contra su comercio naval, pero su intención no era la de fundar una nueva comunidad. En ausencia de los catalanes, la flota pisana huyó a la vista de la escuadra almorávide enviada desde Africa. Mallorca fue la última taifa de al-Andalus en caer en manos de los almorávides.
Entre los siglos X y el XIII se desarrolló en Mallorca una rica agricultura de regadío, se construyeron acequias, fuentes, canales, etc. El campo estaba dividido en alquerías explotadas por un clan familiar de forma colectiva.
En Madinat Mayurqa, núcleo principal de la isla se concentraban los artesanos, los comerciantes, las clases dirigentes y la administración de la isla. La vida cultural y artística también floreció y Mallorca se convirtió en un centro de intercambio entre oriente y occidente, entre el mundo musulmán y el cristiano.
La segunda taifa de Mallorca (1147-1203), que acabaría siendo el último reducto de la cultura almorávide en Al-Andalus frente al avance de la secta almohade. Tras una dura lucha, los almorávides de Mallorca acabarían siendo conquistados por los almohades siendo integrado el reino en el imperio almohade.
En 1147 Muhammad ibn Ali ibn Ganiya que era el gobernador de Mallorca, proclamó su independencia reconociendo la autoridad del lejano Califa Abbasi. Muhammad era un ode los hijos del sultán almorávide Ibn Yusuf, por lo que su reino contaba con cierta legitimidad dinástica. Muhammad se convirtió en rey de un pequeño estado con capital en Palma de Mallorca y restringido a las islas Baleares. Estableció la dinastía Banu Ganiya que regiría este reino durante cincuenta años. A su muerte le sucedió su hijo Ishaq.
Tras la caída de Marrakech en 1147 los almohades fueron conquistando paulatinamente todos lo territorios almorávides en al-Andalus, sometiendo estos territorios a un nuevo gobierno central y a una reinterpretación más fundamentalista del Islam que la que tenían los almorávides. En 1172, los almohades, lograron el sometimiento del reino de Murcia, quedando de esa forma la taifa de Mallorca como el último reducto almorávide que no había sido sometido por el nuevo imperio almohade. Debido a ello las islas recibieron numerosos refugiados procedentes de Al-Andalus que huían del rigorismo islámico de los almohades. Estos dos hechos, unidos a que los Banu Ganiya eran descendientes del sultán almorávide Ibn Yusuf, contribuyeron a convertir la taifa de Mallorca en heredera de la tradición y legitimidad almorávides y la dotaron de cierta ambición por recuperar la hegemonía almorávide en al-Andalus y el Magreb.
Debido a su debilidad en el contexto del Mediterráneo occidental, los Banu Ganiya, trataron de buscar alianzas con las ciudades comerciales italianas de Génova y Pisa, que obtuvieron a cambio concesiones comerciales en la Baleares, con estas dos ciudades se firmaron tratados de no agresión. Por ello, los corsarios baleares disfrutaban de una situación ventajosa, que les permitió atacar en 1178 la ciudad de Tolón.
El rey mallorquín gobernó de forma despótica su reino, llegando a mandar asesinar a sus principales servidores almorávides. Eso hizo que su principal apoyo militar, el almirante Ibn Maymun, se pasara a los almohades. Debido a esa deserción la posición del monarca se debilitó sobremanera y se vio obligado a entablar negociaciones con los almohades. Sin embargo no pudo concluirlas porque murió asesinado en 1183 durante una sublevación cristiana. Le sucedió su hijo Muhammad II que continuó las negociaciones con los almohades.
Al año siguiente Muhammad fue derrocado por sus dos hermanos Ali y Yahya, partidarios del enfrentamiento con los almohades. Ese mismo año, cuando llegó la noticia de que los almohades habían sido derrotados por los cristianos en la batalla de Santarem y que el emir almohade había perdido la vida, el rey Ali pasó a la ofensiva y atacó a los almohades por su flanco más débil y desembarcando en Ifriqiya (Túnez), una zona donde el dominio almohade no estaba consolidado. La estrategia almohade consistió por un lado en frenar el avance almorávide reteniéndole en Ifraqiya y por otro lado, instigar revueltas anti almorávides en Baleares.
Muhammad aprovechó una de estas revueltas para hacerse de nuevo con el poder en las islas y reconociendo a Yusuf II como califa almohade. Cuando Yusuf II trató de hacer efectivo su dominio sobre las islas, Muhammad se retractó y con la ayuda del rey aragonés Alfonso II pudo resistir a los almohades. En 1187 Muhammad fue derrocado de nuevo, esta vez por su hermano Tasufin. Alí, queseguía luchando en Africa, envió un ejército a toda prisa a Mallorca para derrocar a Tasufin y poner en su lugar a otro hermano suyo, Abd Allah.
A pesar de contar con el apoyo de lass tropa beduinas, los almorávides, con Alí al frente, se enfrentaron finalmente con un gran ejército enviado por Yusuf II que les derrotó y rechazó hacia Libia. En 1188 murió Alí y su hermano Yahya prosiguió la lucha contra los almohades desde Libia.
En 1203, el archipiélago, cayó definitivamente en manos almohades, mientras Yahia que luchaba contra estos en el norte de Africa perdió los apoyos que le quedaban entre las tribus locales y quedó convertido en un simple bandido.
Ante los ataques de los piratas mallorquines, los mercaderes de Barcelona, Tarragona y Tortosa pidieron ayuda al monarca cristiano de Aragón para acabar con la amenaza y le ofrecieron sus naves, mientras los nobles catalanes acordaron participar a cambio del botín y territorios, en una reunión celebrada en Barcelona en 1228, mientras los nobles aragoneses aceptaron lo mismo en otra reunión en Lérida, aunque estos sugirieron que se hiciera con Valencia y por lo tanto la conquista de Mallorca correría a cargo de los catalanes y catalanes serían la mayoría de la repoblación posterior.
Las naves salieron desde Salou en 1229, desembarcaron en Santa Ponsa y derrotaron a los musulmanes, estos se refugiaron en las muralla de Palma de Mallorca y crucificaron a varios soldados aragoneses hechos prisioneros, ante la vista del rey Jaime I, poco después el monarca aragones tomó la ciudad y pasó a cuchillo a la población. En poco tiempo toda la isla salvo un pequeño reducto en la sierra de la Tramontana que resistió hasta 1232. Los pobladores musulmanes huyeron a Africa o fueron esclavizados, mientras la isla fue repoblada por catalanes.
23.- REINO DE TAIFA DE ALMERÍA
Almería tiene una larga historia marcada por la presencia de muy distintas civilizaciones. Aunque hay yacimientos paleolíticos en la provincia e importantes pinturas rupestres del Neolítico, es ya en la Edad de los Metales, en el periodo calcolítico, cuando surge la primera “ciudad” de la que tenemos noticia: el poblado de los Millares, con más de mil habitantes y una cultura basada en la metalurgia del cobre. En la edad del Bronce se desarrolla en el levante almeriense la importante cultura de El Argar.
Las colonias de Villaricos y Adra dan testimonio de la presencia fenicia . Estas poblaciones mantuvieron contactos con los griegos y se convirtieron en cartagineses. El enfrentamiento con Roma pondrá fin a la presencia cartaginesa y la llegada de los nuevos colonizadores. En Adra y en Almería se conservan restos de fábricas de salazones romanas y de un floreciente comercio basado en la producción de garum, salsa a base de pescado e hierbas aromáticas considerada una exquisitez en la época.
Tras la dominación romana, Almería fue ocupada por vándalos, visigodos y bizantinos. Sin embargo la civilización islámica es la que ejerció una influencia más importante.
A comienzos del siglo VIII, los árabes yemenís fundamentalmente y los beréberes llegan a tierras almerienses y comenzaron a desarrollar una agricultura que supondrá una modificación sustancial del paisaje y método agrícola. En el siglo IX, una torre vigía, hacía las veces de observatorio de Pechina. Además de esta atalaya que controlaba la intensa actividad comercial del puerto, existía un arrabal mantenido por el propio motor del comercio marítimo. Hasta tal punto de que se convirtió en una república marinera y tuvo, el califa, que convencerlos de que su unión al Califato de Córdoba sería positivo. En el año 933 existía un arsenal califal, encargado de aumentar la flota y repararla. Impresionantes son las noticias de al-Udri sobre las campañas llevadas a cabo por la flota omeya bajo el almirantazgo de Ibn Rumahis contra Cataluña (940), el Midi francés (943) e Ifiquiya-Túnez (945). En el año 955, Abd al Rahman III, ordena la construcción de la Alcazaba era contrarrestar la amenaza del califato fatimí de Túnez.
La misión más importante de esta flota era neutralizar la amenaza fatimí. El puerto de Pechina se localizaba en la actual Chanca, hasta que el creciente poder fatimí, obligó al califa a convertir el arrabal de Bayyana en una madinat, rodeando de murallas y reordenando sus defensas, levantando la Alcazaba. Así se fundó Al- Mariyya.
Es el nacimiento oficial de la ciudad de Almería, que hasta ese momento había sido un barrio portuario de Pechina. La nueva población se convertirá en el principal puerto del califato de Córdoba y desarrollará un importante comercio con el Mediterráneo oriental y el norte de Africa.
Pechina fue cuna del más importante sufismo ibérico. Emigraron los últimos discípulos del sufí cordobés Ibn Masarra: el almeriense Ibn Arif fundó la escuela de Almería por la que discurrieron Ismael al Rouayni de Córdoba, Abu Madyan y probablemente el murciano Ibn Arabi.
Sobre el significado de Al Mariyya, hay quién dice que significa en árabe “espejo del mar”, pero es mucho más probable de que provenga de la palabra “al Miraya”, que significa “torre vigía”. La verdad es que funcionó como puerto y defensa de una Pechina próspera en enriquecida, que se convertiría en uno de los centros comerciales más importantes de Al-Andalus.
La desintegración del califato cordobés da paso al reino de taifas de Almería con Jairan como primer rey importante. Al inicio de la fitna, el poder de la ciudad, estaba compartida entre Ibn Rawis (beréber) y Aflah (eslavo). Lógicamente las diferencias no tardaron en surgir y acabaron en una lucha abierta, que enfrentó a la Alcazaba con la Madinat. En el año 1014 llegó Jayran fue definitiva, estabilizándose la situación y asediando, a Allah y a sus dos hijos duramente, hasta que consiguió demoler la torre del pozo y ocupar la Alcazaba. Reconstruyó este monumento desde sus cimientos y le dio el perímetro que tiene ahora, afianzó dos nuevas naves a la mezquita y mandó cercar el arrabal de la Musaffa bajando la muralla desde la misma Alcazaba.
Con Jayran (1014-1028), la taifa de Almería se extendía desde los confines de la Mancha hasta la zona de Valencia, siendo las taifas limítrofes las de Granada, Valencia, Denia y Córdoba. A partir de ese momento el crecimiento de al Mariyya, produjo la decadencia de Pechina, cuyos habitantes ya empezaron a trasladarse al nuevo centro neurálgico. La ciudad siguió creciendo y desbordó el perímetro fortificado, teniendo que ampliar sucesivamente sus defensas.
Sobre Jayran no se sabe la fecha de su nacimiento, pero si que era un eunuco eslavo e importante oficial del ejército de Almanzor. Participó en numerosas campañas guerreras. Durante el saqueo bereber a Córdoba, se le creyó equivocadamente muerto en el campo de batalla. Malherido, regresó a la ciudad y se recuperó.
Respecto al desarrollo económico, dos productos, el mármol y las telas de lujo, se constituyeron en sus pilares esenciales. El primero procedente de las minas de Máchale y el segundo, generado de las hábiles manos de los maestros almerienses, cuyos tejidos de seda con brocados de oro y plata, eran solicitados en todo el Mediterráneo.
Le sucedió Zhary (1028-1038). Su autoridad se extendió tanto que cayó bajo su jurisdicción la ciudad de Córdoba y sus desdoritos. Realizó obras en la mezquita mayor de la ciudad. Ampliándolas por tres de sus lados e intervino en la muralla de la Musalla. Almería ya es una ciudad consolidada y de bello aspecto. A su antigua madinat se le han adosado ya dos arrabales más, el citado al-Musalla (oratorio) y al-Hawd (aljibe), Todo el complejo aparece fortificado.
En el 1038 se sometió al rey de Valencia Abd al-Aziz, nieto de Almanzor, que envió como gobernador al walí Man que se independiza a su vez encabezando una dinastía que se prolonga con su hijo y su nieto hasta que en el 1091 los imparables almorávides africanos acaban con la independencia de este reino.
El máximo esplendor de la taifa se vivirá con Al Mu´tasim (1052-1091), segundo de los monarcas tuyubíes, el rey poeta, de cuyo palacio se conservan restos en el segundo recinto de la Alcazaba. Corre el siglo XI y Almería basa su prosperidad en la exportación de la seda. Las Alpujarras se convierten en el centro de producción de la seda. Esta época da lugar a dos importantes escritores alpujarreños: Ibn Charaf e Ibn Omar.
Atraídos por la fama de la generosidad de al Mu´tasim llegó a Almería un cuantioso número de poetas. Los que eran acogidos en su corte se inscribían en su diwan poético, y el rey les asignaba con frecuencia una pensión de plata. Llegó a formar uno de los núcleos culturales más importantes de al-Andalus. Solo una objeción histórica recae sobre su memoria, la de no haber sabido defender sus posesiones, que quedaron reducidas a la provincia de Almería.
Durante su reinado se introdujeron avances en los sistemas de regadío; en la ciudad florecían los baños y las mezquitas y efervescía en el puerto el comercio de la seda, el aceite y la uva. De ella nos da buena prueba la obra de Al-Idrisi.
Ante el peligro de la reconquista cristiana solicitó ayuda, al igual que al Mu´tamid de Sevilla, al soberano almorávide Yusuf Ibn Tasfin.
En plena agonía, al Mu´tasin se da cuenta de su error, y cuando llegaban hasta él las voces de los que asediaban la ciudad, dijo: No hay más Dios que Alá, Todo ha sido duro para mi, hasta la muerte. Seguidamente susurró a uno de los presentes: Cuida tus lágrimas y no las malgastes pues tendrás que llorar largo tiempo.
Tres meses después de su muerte, ocurrida en la Alcazaba, la ciudad fue ocupada por los almorávides. Su familia tuvo que huir y dispersarse por el norte de Africa. Toda al-Andalus fue sometida a la fuerza del poder almorávide.
Contaba, para los tejidos de seda, con 800 talleres. Su puerto era frecuentado por embarcaciones procedentes de Alejandría y Siria y no había en toda al-Andalus población más rica ni dada al comercio y a la industria, como tampoco más inclinada a sacar beneficio de las fluctuaciones del libre comercio y de las reservas almacenadas. Pero esta situación iba a dar un giro brusco en el año 1147.
La invasión almorávide pone fin a la taifa almeriense pero la ciudad sigue siendo un emporio industrial codiciado por los reinos cristianos. Dada la posición estratégica y el desarrollo de dos siglos de comercio con los puertos del norte africano y del próximo oriente, Almería competía abiertamente con el comercio cristiano, fundamentalmente catalán y genovés. Por consiguiente, genoveses y catalanes por motivos económicos y Alfonso VII por motivos políticos, promueven una verdadera cruzada para conquistar la ciudad. Alfonso VII, ayudado por catalanes, genoveses, pisanos y francos, encabeza una cruzada contra Almería y conquista la ciudad en 1147. El cerco duró tres meses, tras los cuales un ataque por diversos flancos, hizo sucumbir a Al-Mariyya. Su dominio durará solo diez años y Almería volverá a ser musulmana bajo los almohades, pero nunca recuperará su antiguo esplendor.
Al Iddrisi nos dice textualmente, referente a la conquista cristiana: “Almería en la época en la que escribimos nuestra obra, ha caído en manos de los cristianos, quienes han hecho desaparecer sus encantos; sus habitantes han sido reducidos a la esclavitud; los edificios públicos han sido destruidos y ya nada subsiste de todo ello.
El nuevo régimen almorávide condena las divisiones de los príncipes de taifas, el lujo de sus cortes, su incapacidad de hacer frente a la amenaza cristiana, su alejamiento de las inquietudes religiosas y la ilegalidad de su sistema fiscal. Lógicamente con unos planteamientos como estos, el esplendor de la poesía y la literatura andalusíes que habían caracterizado el periodo anterior, se vio inevitablemente afectado. Sin embargo, bajo los almorávides, continuó el florecimiento de Almería, porque durante todo el siglo XI se habían consolidado una serie de factores que influyeron positivamente sobre el desarrollo económico y comercial de la ciudad, que llegó a convertirse en un emporio de riqueza.
En el siglo XIII, pasa a formar parte del reino nazarí de Granada, siendo gobernador Abbu Abbas, quién intentó reconstruir la ciudad sin demasiado éxito. Fue en parte responsable de ello una sequía que comenzó el año 1227 y desestabilizó gravemente la agricultura y el comercio de toda la región.
Esta sequía desestabilizó toda la región y provocó un descontento en la población que terminó en disturbios generalizados. Las sublevaciones se hicieron frecuentes en las regiones fronterizas de al-Andalus, y fundamentalmente dos focos, Murcia y Valencia, debilitaron el poder almohade, que diez años después daba paso al reino nazarí de Granada.
En la ciudad de Arjona (Jaén), se fragua el dominio de la dinastía nazarí. En el año 1232, fue proclamado sultán Muhammad Yusub, que extendió su dominio y autoridad sobre ciudades como: Jaén, Guadix, Baza y Córdoba. Seguidamente se declaró vasallo de Fernando III de Castilla y se dedicó a consolidar los dominios que serían la base del reino nazarí. En 1238 realizó su entrada en Granada y ese mismo año Almería era tomada por los nazaríes.
El carácter fronterizo de Almería con el reino cristiano de Murcia, obligó a reforzar todo tipo de defensas y surgen así numerosas atalayas, tanto en la costa como en el interior. Se reparan las defensas de la ciudad y las de la Alcazaba. En pleno apogeo nazarí, las alcazabas de Almería y Málaga y la Alambra de Granada fueron los tres vértices del reino granadino. Los puertos de Almería, Málaga y Motril siguieron siendo puntos importantes de transacciones comerciales hacia los reinos cristianos y el norte de Africa. Sin embargo la ciudad seguía su decadencia.
En 1309 la ciudad sufre un nuevo asedio. Jaime II, partiendo de Valencia, llegó por Torbas y Tabernas hasta Almería. Los nazaríes tuvieron que derribar las casas que entorpecían la defensa de la Alcazaba. Fue un largo asedió que duro casi seis meses, pero la ciudad resistió, postergando la conquista cristiana.
24.- REINO DE TAIFA DE CÓRDOBA
Los comienzos de la ciudad de Córdoba datan del año 152 a.c. En aquel año, Claudio Marcelo levantó un campamento militar, que posteriormente, se iba a convertir en una de las ciudades más importantes del imperio romano. Ya en el siglo I antes de Cristo, el senado de Roma había designado la ciudad con la capitalidad de la provincia Bética. Bajo el mandato de Augusto, la “Colonia Patricia Corduba” experimento un gran impulso. Surgieron edificios monumentales que en la actualidad ofrece a sus visitantes una fiel muestra de ese primer esplendor. De aquella época son el Puente Romano, que formaba parte de la Vía Augusta y unía ambas orillas del río, el templo romano en la calle Capitulares, el palacio de Maximiliano Hercúleo cuyos restos se hallaron durante los trabajos en la nueva estación de ferrocarriles y, un anfiteatro que fue el tercero más grande de todo el Imperio.
Sin embargo, a partir del siglo V, Córdoba vivió notables transformaciones. Tras la caída del imperio romano, las correrías de los pueblos bárbaros afectaron intensamente a las provincias. Córdoba, en un principio, se mantiene fiel a Roma, pero fue conquistada en el año 572 por Leovigildo. No obstante, de la ocupación visigoda no quedan apenas testimonios, ya que su dominio duraría algo más de un siglo. Debido a las constantes revueltas y luchas internas entre las diferentes familias dominantes por el poder, el reino visigodo no pudo resistir a la invasión musulmana que se produjo en el año 711. Durante el reinado del católico Recaredo, se construyó la basílica de San Vicente que según la leyenda fue levantada sobre un templo romano, y en el mismo lugar, en el que posteriormente se construiría la Mezquita aljama, que alberga hoy el Museo Diocesano.
En el año 711, Córdoba fue conquistada por los árabes, pero lo cierto es que más de una conquista se trató de una entrega voluntaria salvando de esta manera la vida de los habitantes. Solo había resistencia de unos cuatrocientos caballeros que se hicieron fuertes en la antigua Iglesia de Santa Victoria defendiéndose hasta su inevitable destino. A los cinco años de la conquista, los árabes distinguieron a la ciudad de Córdoba con la capitalidad de al-Andalus, que hasta ese momento había ostentado Sevilla.
Tras la pugna sangrienta entre los abbasies y los omeyas, el príncipe omeya y único sobreviviente de su dinastía llega a las tierras de al-Andalus. En el año 756, derrotó, en las puertas de Córdoba, al emir abbasi y se alzó, convertido ya en Abd al Rahman I, como la única autoridad de al-Andalus. A tres kilómetros del centro urbano construyó el palacio de la Al-Ruzafa, hoy parador nacional, donde al final de su vida se encerró por la nostalgia de la Siria de su infancia.
Este emir, en el año 785, inició la construcción de la Mezquita aljama. Para su construcción se utilizó materiales de la antigua basílica visigoda que había existido en este mismo espacio como los obtenidos de diferentes lugares. Debido a ese crecimiento demográfico de la población, la Mezquita vivió diversas ampliaciones.
En los primeros treinta años del siglo X, la ciudad de Córdoba había alcanzado enormes dimensiones. El Alcázar se había quedado pequeño para Abd al Rahman III que se proclamó califa en 929 recuperando de esta manera el título por el que su dinastía había sido desposeída por los por los abbasíes e hizo de Córdoba un califato independiente de Damasco. A ocho kilómetros de la capital construyó su residencia real, Madinat al Zhara, trasladándose allí su corte y además volvió a ampliar la Mezquita dotándola con un patio con pórticos.
Por aquellas fechas, Córdoba, era la ciudad más grande y bella de Europa. Durante esos momentos vivían en ella alrededor de 100.000 habitantes, había 1000 mezquitas y 800 baños árabes. La ciudad tenía, incluso, un alumbrado público, unos 700 años antes de que se instalara en Londres o París.
Finalmente, en el cenit del esplendor de al-Andalus, Almanzor amplió la Mezquita mayor de Córdoba por última vez, doblando sus anteriores dimensiones en solo unos meses. Pero la decoración de esta parte de la Mezquita fue menos suntuosa.
Después de la muerte de Almanzor empezaron a surgir las guerras civiles que acabaron con el poder central dejando de existir el califato en 1013. Los beréberes, ayudados por el rey Sancho de Castilla, se apoderaron de Madinat al Zhara, incendiándola y saqueándola, símbolo del esplendor califal, la saquearon e incendiaron y casi la redujeron al estado de destrucción en que se encuentra en la época actual. En la construcción de muchos edificios de Córdoba posteriores se utilizaron sillares procedentes de este palacio. Incluso las dovelas de la Giralda de Sevilla estuvieron antes en esta mansión cordobesa que igualaba en fantasía creativa a los palacios de las mil y un noches.
Son los beréberes, camitas y chiítas, quienes apoderándose de Córdoba y las ciudades palatinas de Madinat al Zhara y Madinat al Zahira, destruyen y saquean todo, dando lugar así a un gran terror, entre los años 1013 y 1031, en los que la población de Córdoba, compuesta por árabes, beréberes, eslavos, judíos y mozárabes pasaron verdadera hambre y calamidades de todo tipo. Realidad muy lejana a aquel idílico y gran oasis de buena política, religiosa y cultural de los árabes omeyas, importante centro cultural de occidente.
El escritor Ibn Hazm estaba refugiado en Almería por motivos políticos. En esos momentos tuvo noticias de que un viajero había llegado de Córdoba. Entonces le preguntó sobre lo que ocurría en la capital y sobretodo en los barrios occidentales, donde vivía su familia. El viajero le dijo que esos barrios eran los que más habían sufrido los avatares de la guerra y que donde antes había un vergel, ahora era un desierto. Hazm se dio cuenta de que su familia había muerto y con tristeza se marchó a Játiva, en cuyo castillo encontró la paz y tranquilidad suficiente para escribir “el collar de la paloma”,
Con la caída del califato y la siguiente aparición de los reinos de Taifas, la antigua capital perdió mucho de su importancia convirtiéndose a partir de ese momento en una taifa más.
Córdoba, como sede del califato, fue la última en proclamarse independiente como república en 1031. Regida por los Banu Yahwar, familia árabe asentada tres siglos antes, padre, hijo y nieto se sucederán en el gobierno hasta ser conquistada por los sevillanos, bajo el mando de al Mu´tamid, en el año 1070. A partir del 1091 los almorávides conquistan la ciudad y a partir del 1144, que durará poco ya que en el 1148 la conquistan los almohades.
La antigua cora de Córdoba, excepto su sector oriental, a partir de Almodóvar del Río inclusive, que fue anexionado por los Banu Birzal de Carmona, junto con la de Al Ballut, constituyeron la república de los Banu Yahwar, cuya capital era Córdoba. Sin embargo su zona norte fue, poco a poco, anexionada por la taifa toledana, que llegó a cercar la misma capital cordobesa. Durante el siglo XI el territorio de este pequeño reino cordobés sería anexionado por el reino de Sevilla (1070), para unos años más tarde pasar a poder de los Banu Dinnun de Toledo (1075), los cuales la perdieron definitivamente tres años más tarde a favor de Sevilla.
Este dominio de la taifa cordobesa por la sevillana, excepto su zona meridional que continuaba en poder del reino granadino, perdurará hasta el año 1091, cuando los almorávides conquistan la ciudad de Córdoba
La unificación de los territorios de los reinos de taifas, como corresponde a una unificación de tipo militar, hizo que las antiguas coras de Cabra y al Ballet vuelvan a depender del gobernador de la ciudad de Córdoba, el cual junto al resto de las distintas ciudades andaluzas estaban subordinados al wali nombrado por el emir africano.
El famoso viajero al Idrisi nos ha descrito las divisiones administrativas de los almorávides en iqlims, que tiene el sentido de región natural.
Respecto a la zona cordobesa menciona dos regiones: la Campiña (Qanbaniya) y al Balalatita (plural de al Balut). La primera corresponde a las poblaciones de Qurtuba (Córdoba), Madinat al Zahra, Istiya (Ecija), Bayyana (Baena), Qabra (Cabra), Al Yussana (Lucena), así como las plazas fuertes de Bulay (Aguilar de la Frontera), Montura (Monturque) y Santyala (Santaella).
La segunda, comprendía un extenso territorio por los castillos de Bitraws (Pedroche), His Harun (Aznahacon) y Gafiq (Belalcazar). Por ultimo las tierras más meridionales de la actual provincia de Córdoba las incluye en la región de Elvira.
La dominación almorávide, que duró poco más de medio siglo, sería decisiva para la centralización del poder en las capitales andaluzas.
Tras el resquebrajamiento del poder almorávide en la Península y el breve paréntesis de las segundas taifas, representadas en Córdoba por Ibn Admin. (1145-1146), asistimos en al-Andalus al dominio por los almohades.
Aunque no conocemos exactamente el sistema organizativo de las provincias del imperio almohade, los datos que nos aporta al-Magribi son vitales para ello. Los almohades mantuvieron una división administrativa en reinos (Mamalik), provenientes en parte del final de las primeras taifas, pero reformadas con espíritu centralizador.
La ciudad de Córdoba, que había permanecido durante un corto periodo de tiempo en poder de Ibn Ganiya, vasallo del monarca cristiano Alfonso VII (1146-1148), se convertirá en uno de los reinos almohades del sector occidental de al-Andalus: el reino de Córdoba (Mamlakat Qurtuba), estando regidos sus destinos políticos y militares por un gobernador.
Los once distritos en los, que según al-Iddrisi, se dividía el reino de Córdoba eran: Istiya (Ecuja), Bulkuna (Porcuna), al-Qysayr (Alcocer, que abarcaba las actuales poblaciones de El Carpio y Montoso), al-Mudawar (Almodóvar del Río), Murad (Moratalla, hoy comarca de Posadas y Palma del Río), Qabra (Cabra), Gafiq (Belalcazar), Kuzna (actualmente despoblada), Istabba (Estepa), Bayyana (Baena) Y AL Yussana (Lucena). Las tierras meridionales continuaron su tradicional vinculación con el reino de Granada.
Esta configuración del reino de Córdoba perdurará tras la caída del imperio almohade y la efímera vida de las terceras taifas (1224-1236), hasta la conquista del mismo por los cristianos. El monarca castellano-leonés Fernando III, artífice de la misma, dispuso que se respetasen las delimitaciones y organización territorial de los almohades.
El día 29 de junio de 1236, la ciudad cayó en poder de la dinastía castellano-leonesa encabezada por el soberano Fernando III. Después de firmadas las capitulaciones, la población musulmana, fue erradicada de la ciudad, sus tierras confiscadas y entregadas a los que ayudaron en la conquista. Por ejemplo, la tierras que van desde Madinat al Zhara hasta el río Wadi al Kabir fueron entregadas a la familia del monarca, lo que da una idea de la buena calidad de esas tierras, donde anteriormente había un asentamiento agrícola romano, llamado Qarabit.
Tras entrar en ella, la Mezquita fue consagrada como catedral y se comenzó a construir nuevas iglesias. En total se construyeron en esta época catorce parroquias que todas pertenecen al etilo fernandino y se caracterizan por la transición del románico monacal al gótico castellanizado. Debido a su situación fronteriza con el reino de Granada, la ciudad de Córdoba mantuvo cierta importancia en la política exterior.
En 1478, los Reyes Católicos, se trasladaron a la ciudad para preparar su campaña militar contra el reino de Granada. Durante una estancia de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla en 1486 se produjo un encuentro con Cristóbal Colón. Este les presentó a los monarcas su proyecto ultramarino que, en un principio fue rechazado por considerarse irrealizable. Finalmente, el 17 de abril de 1492, los Reyes Católicos y Colón firmaron el acuerdo de esa expedición.
Autor: histoconocer
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