El declive de Esparta
La verdadera pregunta es, ¿Cuándo empezó el declive de la ciudad?, bueno, quizá, al menos oficialmente habría que remontarse a el año 371 a. de C., cuando en la batalla de Leuctra, el ejército espartano perdió, no solo la batalla, sino la hegemonía en la Grecia continental, posición de liderazgo que había disfrutado tras la “Guerra del Peloponeso”.
Pero antes hablemos un poco sobre Esparta, antes de entrar en los años oscuros de su declive; si bien su creación pueda remontarse al siglo XI a. de C., el siglo VI a. de C., marcó el inicio del modo de vida de este pueblo por el que se hizo célebre.
El artífice de este suceso habría que achacársele a un hombre llamado Ligurco; este notable hombre, era un legislador de la ciudad de Esparta, de cuna noble y que impuso en la vida espartana un modo de vida sobrio y esforzado para convertir a sus habitantes, en todo un ejemplo, no solo para su pueblo, sino para toda Grecia.
Los principios fundamentales por los que quiso que se rigiera el pueblo espartano se podían resumir del modo siguiente:
- subordinación de todos los intereses privados al bien público.
- Imposición de una estructura social modelada sobre la vida militar, en la que la educación de los jóvenes estaba encomendada al propio Estado.
- Obligación de sobriedad en la vida privada.
Estos principios básicos, fueron los que se instauraron en la ciudad de Esparta y con alguna variación escasa, se mantuvo en el pueblo hasta el fin de sus días; la vida de los espartanos se transformó de un modo radical, en el que el principio de la vida militar, se convirtió en un todo para este pueblo.
Esparta, enclavada al sur de Grecia, en la región de Laconia, inició un despegue militar encabezado a establecer su hegemonía en las ciudades circundantes; principalmente, su hegemonía en toda la región del Peloponeso, (hasta su límite, en el istmo de Corinto, el cual conectaba con el resto de Grecia) fue una de las máximas aspiraciones del pueblo espartano.
Guerreros espartanos 470 a. de C.
Sin embargo, antes tendría que someter a los pueblos circundantes del Peloponeso, algo a lo que ellos lógicamente no se plegaron de buena gana; en particular, sus vecinos de la región de Mesenia, ofrecieron una seria resistencia motivo de lo cual, se produjeron una serie de guerras popularmente llamadas, “las Guerras Mesenias”.
La primera guerra mesenia (743 a. C. a 724 a. C.).
La segunda (685 a. C. a 668 a. C.).
La tercera fue del 468 al 458 a. C.
Esta última formó parte de una rebelión de los mesenios por sacudirse el yugo espartano, y no formó parte del plan de expansión espartano del siglo VII a. de C.; aunque tengamos en cuenta que la primera guerra mesenia se desarrolló en el siglo VIII a. de C., antes de que Ligurco entrara en escena, lo que demuestra que el expansionismo espartano se desarrolló antes de su llegada.
Las primeras dos guerra mesenias sirvieron para que Esparta se expansionara al sur del Peloponeso; subyugaron a los mesenios convirtiéndolos en esclavos “Ilotas”, los cuales nunca se plegaron a sus deseos y aprovecharon cualquier momento favorable para intentar escapar del modo de vida esclavo al que los espartanos les condenaron.
El resto de regiones del Peloponeso sufrieron más tarde el mismo destino, solo que quizá más suave que el de los mesenios; Arcadia, Argos, Elida y Acaya fueron sometidas, si bien no ocupadas militarmente y reconociendo la hegemonía de Esparta en el Peloponeso, con eso los espartanos se conformaron.
No así la región de Mesenia, la cual suministró sus habitantes esclavos a los espartanos y cuya región pasó a ser anexionada a la región de Laconia, la cual formaba parte del territorio natural de Esparta.
Estas guerras de expansión, sirvieron para forjar el mejor ejército hoplita de la Hélade griega; un ejército de infantería pesada hoplita, el cual, gracias a la formación compacta de sus tropas, no tenía rival en el mundo.
Si bien el soldado espartano individualmente era bueno; cuando los hoplitas marchaban en formación, formaban un bloque compacto y coordinado sobre el cual, no había ejército en el mundo capaz de abrir brecha en tal formación.
Los espartanos una vez que alcanzaron el istmo de Corinto en su plan de expansión, se sintieron satisfechos con lo obtenido y ya decidieron no emprender plan alguno de expansión; aun a pesar de que tenían un ejército para abatir a cualquier rival que se les opusiera.
Ligurco estableció un plan de ajuste en todo el modo de vida espartano, y a la vez, procedió a un restablecimiento del la propiedad de sus habitantes; los “espartiatas”, habitantes de pleno derecho de Esparta y que conformaban la élite del ejército espartano.
El territorio de Esparta fue dividido en partes iguales entre 9.000 espartiatas, cada espartiata recibía un lote de tierras en los que sustentarse él y su familia; esclavos ilotas se encargarían de las labores agrícolas de la propiedad del espartiata, ya que este se dedicaba por entero a la guerra o se entrenaba para la misma.
Leónidas en un fotograma de película
Los espartiatas formaban la columna vertebral del pueblo espartano, y la natalidad era pieza clave en la vida de este pueblo, ya que el relevo entre padres e hijos era fundamental para sus habitantes.
Sin embargo esto no sucedió así; la soltería estaba muy mal vista, pero esto no garantiza que no se produjera. Las guerras también se cobraron su precio y algunas veces, el no poder hacer frente a las deudas de las tierras que sustentaban sus individuos, hacían que las granjas se perdieran pasando estas al estado.
Los habitantes de Esparta se podían componer de la siguiente manera:
* Homoioi (los iguales). Espartanos de pleno derecho o espartiatas.
* Periecos Perioikoi. No son ciudadanos, pero se encargan de la vertiente artesanal y comercial de la economía.
* Hilotas. Esclavos del estado. Se trata del escalón más bajo de la sociedad espartana.
El tiempo fue pasando y la clase espartiata fue disminuyendo, aunque no su poder militar, incontestable que toda Grecia; cuando en el siglo V a. de C., los persas del rey Jerjes I invadieron Grecia en el 480 a. de C., una de los sucesos más amargos para Esparta fue la muerte de su rey Leónidas y sus 300 espartiatas que conformaban su guardia personal.
Sin embargo, el núcleo espartiata todavía contaba con un buen número de sus componentes, ya que al año siguiente en la batalla de Platea, el ejército espartano compuesto por 20.000 hombres, participó en dicho combate; dicho lo cual, 5.000 espartiatas formaban su núcleo de combate, sin contar con los que se quedaron en Esparta vigilando a los ilotas en prevención de una rebelión.
Sin embargo por aquellas fechas, Esparta no se había debilitado demasiado, antes de la invasión persa, el derrocado rey Demarato al servicio de los persas, informaba a Jerjes I que los hoplitas movilizables en Esparta eran algo menos de 8.000 espartiatas (Heródoto, VII, 234).
El año 464 marcó un punto de inflexión en la vida de Esparta; un terremoto despiadado se abatió sobre la región del Peloponeso, las muertes entre sus habitantes fueron terribles, y entre los espartiatas se cobró un precio alto.
También entre los esclavos ilotas hubo muchas muertes, pero estos eran infinitamente más superiores en número (el cual variaba entre 150.000 y 200.000 habitantes) a los habitantes espartanos y vieron en este caso una oportunidad única para sacudirse el dominio espartano de entre ellos.
Mapa de Esparta
Una rebelión, la cual se llamó la “tercera guerra mesenia”, hizo que los espartanos tuvieran que realizar un esfuerzo militar encomiable, sobre todo dado el alto número de bajas que sufrían.
La guerra duró diez años, del 468 a. de C. al 458 a. de C.; finalmente los ilotas fueron arrinconados en el monte de Itome por los espartanos tras grades esfuerzos, pero aquí los ilotas ofrecieron una resistencia increíble que los espartanos no pudieron sofocar.
Sitiados sin remedio, los ilotas aguantaron hasta que los espartanos, artos de serles imposible doblegar a los recios ilotas, pactaron con ellos su salida del Peloponeso, obedeciendo un oráculo de Delfos, el cual aconsejaba dejar marchar a los suplicantes de Zeus Itometa, un rasgo de magnanimidad que quizá escondía, el fracaso espartano en aplastar por completo la revuelta ilota.
En el año 456-455 a. C., el “estratego” (general) ateniense Tólmides asentará a estos mesenios en el estratégico enclave de Naupacto, en la vertiente norte del Golfo de Corinto. Los espartanos, a partir de este punto, realizaron sobre los ilotas que permanecieron sobre sus territorios una vigilancia asfixiante, dedicada a que nunca más se produjera una rebelión de estas características.
Sin embargo, los espartanos quizá tomaron conciencia de su fuerza; el pensamiento espartano basado en no expansionarse más allá del Peloponeso, empezó a no ver con malos ojos extender su influencia a otros territorios.
Esto chocó con la otra gran potencia de la Grecia continental, ¡Atenas!, la cual tenía establecido un imperio marítimo de respetable tamaño; estableciendo su influencia en zonas claves del mar Egeo, los atenienses crearon una confederación llamada “Confederación de Delos”, una alianza de ciudades e islas griegas sobre las que Atenas impuso su influencia y hegemonía a pesar en teoría ser todos aliados iguales.
Los espartanos también formaron su bloque, el cual se llamó la “Liga del Peloponeso”, formando con los estados del Peloponeso un bloque aliado; si bien estos estaban mucha más sujetos a Esparta que los aliados de Atenas a la misma.
Una especie de “guerra fría” se instauró entre ambos bloques, guerras indirectas con la participación de los mismos hasta que finalmente ambos bandos entraron en guerra; la llamada “Guerra del Peloponeso” 431-404 a. de C., sirvió para que uno de los dos bandos se impusiera al otro.
El núcleo espartiata combatiente en dicha guerra fue descorazonador, solo 2.000 de sus componentes estaban en liza participando en la guerra, lo cual, a pesar del triunfo espartano en dicha guerra (la cual fue muy dura porque si bien los espartanos dominaban en tierra, Atenas dominaba en el mar) había hecho que la columna vertebral de los espartanos hubiera descendido de modo alarmante, (si bien es cierto que la victoria fue conseguida en parte gracias al apoyo económico de los persas, esto no ocultaba una situación apurada).
Guerrero espartano
También en dicho conflicto Esparta sufrió algún disgusto; en el 425 a. C. se produjo la humillante derrota de Esfacteria, donde 120 espartiatas, pertenecientes en su mayor parte a las grandes familias de Esparta, fueron capturados en un islote.
Durante unos años los espartanos disfrutaron su hegemonía, si bien años más tarde surgió en la ciudad de Tebas, un hombre de notable resolución; Tebas, que hasta entonces formaba parte de la órbita de Esparta, se sacudió su hegemonía de modo resolutivo.
La Guerra de Corinto fue un conflicto en la Grecia antigua que transcurrió entre los años 395 a. C. y 387/6, en el que se encontraban involucrados, en un bando, Esparta y, en el otro, una "coalición" de cuatro grandes estados (Tebas, Atenas, Corinto y Argos), esta se cobró su precio entre los ciudadanos espartiatas, en continuo declive.
No obstante, la victoria compensó en parte las pérdidas, pero con esto se vio que el mantenimiento de la supremacía espartana en Grecia, le iba a resultar muy cara de mantener.
Los años setenta en el siglo IV a. de C., marcaron el intento de Tebas de sacudirse la dominación espartana; Epaminondas, un notable militar fue el artífice de crear un ejército eficiente, capaz no solo de ser autosuficiente, sino de disputar la supremacía de Esparta en Grecia.
En el año 378 a. de C. Tebas se alió con Atenas contra Esparta, en la batalla de Tegira en el 375 a. de C. los tebanos derrotaron a los espartanos, lo cual fue una aviso a Esparta de que no era invencible.
Los espartanos no se resignaron a perder su hegemonía en dicha ciudad, y aunque se firmó la paz en el 374 a. de C., al año siguiente se reanudó la guerra; finalmente en el año 371 a. de C., en la batalla de Leuctra en el 371 a. de C., los tebanos y espartanos se enfrentaron en una batalla en la que se dirimía la hegemonía en ambos contrayentes.
La derrota espartana fue total, incluso entre los espartiatas sus bajas fueron enormes, 400 de sus componentes sucumbieron, los cuales comparados con los efectivos totales espartiatas que disponían el ejército, eran unas pérdidas inasumibles, dado el declive del núcleo espartiata era continuo.
Pero Esparta no se resignó a la pérdida de su supremacía y siguió batallando de modo admirable; en el año 362 a. de C. el ejército espartano, haciendo un esfuerzo supremo por seguir manteniendo su liderazgo en Grecia y al mando de su notable rey Agesilao II, intentaron batir a las invencibles formaciones tebanas.
Espartanos en la batalla de Mantinea 418 a. de C.
Nuevamente Esparta fue derrotada; la pérdida dos años después de Agesilao II supuso el declive definitivo de la hegemonía espartana; a partir de entonces Esparta se convirtió en un estado de segunda línea sin poder de decisión en el conjunto de Grecia.
Esparta no estuvo ociosa, siguió manteniendo su poder en el Peloponeso, no sin realizar un esfuerzo extraordinario, ya que sus batallas perdidas con los tebanos hicieron que los estados griegos del Peloponeso intentaran sacudirse el yugo espartano.
Fueron años difíciles en los que los espartanos comprometieron todos sus recursos en el Peloponeso, por lo que le fue imposible intentar nuevamente, realizar un esfuerzo en reconquistar su primacía en el resto de Grecia.
En los años cincuenta del siglo IV a. de C., en la Grecia continental emergió un poder formidable en la mano del pueblo de Macedonia; este país de la mano de Filipo II, creo un ejército formidable, el cual durante el curso de los años, logró imponerse a los países vecinos.
Las potencias de Grecia, Atenas y Tebas, intentaron durante varios años imposibilitar a Macedonia que se convirtiera en la potencia más fuerte de toda Grecia; los esfuerzos de estos dos estados cayeron en saco roto y Filipo combinando sabiamente la política y la diplomacia, engrandeció sus territorios y se creó a su alrededor un número importante de países vasallos y aliados.
La batalla de Queronea en el año 338 a. de C., supuso el fin definitivo de la confrontación entre Macedonia, y la alianza de Atenas y Tebas, con el triunfo rotundo de Macedonia; los macedonios avanzaron en el sur llegando al Peloponeso, entrando en la región y si bien no entró en guerra con Esparta, si realizó una serie de cambios que no gustaron en absoluto a los espartanos, los cuales perdían también aquí su supremacía.
Pero no es menos cierto que los espartanos tampoco estaban en posición de hacer frente al ejército macedonio, el más fuerte con diferencia de Grecia; no obstante, los espartanos tuvieron una serie de contactos con los macedonios que hicieron probar a Filipo II que si bien Esparta había sido derrotada, su orgullo se conservaba intacto, ¡relatemos lo ocurrido!.
El rey macedonio llegó a las puertas del Istmo de Corinto y despachó a los espartanos una misiva "invitándoles" a someterse; Filipo recibió una respuesta, lacónica, en el mismo papiro en el que había redactado él la carta, un “NO” rotundo y de grandes dimensiones aparece escrito al final de esta.
Podía entenderse una declaración de guerra viendo esta respuesta a su misiva, los espartanos parecen decididos a sucumbir antes que a doblegarse. Invadió entonces Filipo Esparta, pero este admiraba a las glorias pasadas de este antaño poderosa ciudad, y le daba pena someterla sin darles oportunidad se atraérselos a su causa.
Ejército espartano en marcha
Volvió a escribirles, preguntándoles como querían recibirle en su tierra, como amigo o como enemigo, los espartanos respondieron, con otra lacónica respuesta “ni lo uno ni lo otro”.
Viendo la respuesta Filipo y dada su dignidad, podía interpretarse su coloquio con los espartanos como el dialogo de una comedia; pero el rey no había acudido al Peloponeso a la representación teatral divertida, así que decidió entonces arrebatarles una importante porción de terreno que entrego a sus rivales de Argos.
Finalmente el macedonio los dejara por imposibles, pues tampoco le interesaba a esas alturas en que está diseñando un nuevo orden para Grecia, terminar con una de las dos más afamadas ciudades de la Helade, (la otra Atenas, ya había sido convenientemente sometida a sus designios).
Filipo se contenta, con haberlos debilitado con esa incruenta incursión en sus dominios; los espartanos permanecerán desde este momento al margen del nuevo orden establecido con Filipo.
La muerte de Filipo II asesinado y la subida al poder de su hijo Alejandro Magno, hará que este realice un sueño de su padre, la invasión y sometimiento de Persia; la empresa en la que participó buena parte de los países aliados de Macedonia, fue ignorada por Esparta, país en que no deseó participar en dicha aventura.
Alejandro Magno al igual que su padre, admiraba profundamente a dicho país y cuando tomó el poder, no le hubiera costado someter por la fuerza a dicho país; pero decidió no someterlo y dejarle vivir en paz.
Esparta vivía con estoicismo, guardando un profundo rencor hacia Macedonia, ya que la expedición de Filipo años atrás, le había arrebatado el poco poder del que disponía, ¡su supremacía en el Peloponeso!; había quedado irremediablemente arrinconado a la región de Laconia, su territorio natal.
Alejandro progresó en Persia de modo admirable, batiendo a los ejércitos pesas y adentrándose profundamente en territorio persa; estos últimos, decidieron entablar conversaciones con los espartanos para establecer una alianza; estos, que odiaban profundamente a los macedonios y estando Alejandro lejos de su territorio natal, vieron una oportunidad para poder volver, no solo restablecer su primacía en el Peloponeso, sino poder a volver a intervenir en la política internacional de Grecia.
Sin embargo, en Macedonia regentaba con mano de hierro un general llamado Antípatro, cuyo poder era incuestionable; no solo en Macedonia, sino entre los países aliados de Macedonia (también con Alejandro lejos, podía algún país aliado sacudirse la dominación macedonia).
Mapa de Esparta
La derrota persa en la batalla de Issos en el 333 a. de C. precipitó el fin de las conversaciones entre ambos países; Persia había enviado una delegación a Esparta para tratar la alianza.
No obstante antes de partir, los persas dieron a los espartanos el dinero y naves de las que disponían: diez trirremes completas así como una subvención de 30 talentos de plata para ayudar a financiar la rebelión espartana.
La rebelión espartana tardó un poco en producirse, quizá querían asegurarse de que Alejandro estuviera bien lejos imposibilitándole en acudir en ayuda de Macedonia; aprovechando en el año 331 a. de C. en que se había internado Alejandro Magno profundamente en Persia, ya en los confines de la actual Afganistán; se lanzó a una revuelta general en la que esperaba recuperar su antiguo predominio.
Aliando por las buenas y por las malas algunos estados vecinos, Esparta pudo conformar un buen plantel de aliados en los que militaban buena parte de la zona del Peloponeso; la zona de la Elide, la liga Aquea y (excepto Pelene) la zona de Arcadia (salvo Megalópolis) se sumaron a la revuelta espartana.
Esparta conformó un importante ejército de 20.000 infantes y 2.000 jinetes; la rebelión se saldó con un rotundo fracaso gracias a la celeridad del regente de Macedonia Antípatro; la batalla de Megalópolis celebrada en el 330 a. de C., se saldó con un triunfo de Antípatro sobre su oponente el rey espartano Agis III.
La batalla en sí aunque se saldó con bajas serias para los macedonios, supuso un descalabro para las fuerzas espartiatas de Esparta; por aquel entonces, Esparta disponía de1.000 espartiatas en ese año 330 a. de C.
Las bajas espartiatas fueron considerables, un 25 % de las 5.300 muertes en el bando del ejército espartano eran espartanas propiamente dichas; aunque se incluían entre los espartanos ciudadanos espartanos de segunda, llamados “periecos” (Se cree que los periecos eran los habitantes de las ciudades costeras y de algunos asentamientos tierra adentro de Laconia conquistados por los espartanos pero no reducidos a la condición de ilotas) las bajas de los espartiatas fueron muy graves.
De hecho, Esparta nunca más volverá participar activamente en conflicto alguno, replegada en la propia Laconia, dedicará su vida a vivir pacíficamente, sin renunciar por ello al modo de vida espartano que había establecido hacía más de 200 años.
Sin embargo, se produjo un hecho anecdótico en el que Esparta demostró la casta y valía que había sido su sello de identidad durante muchos siglos; ya habían pasado desde la batalla de Megalópolis varios decenios de años y Esparta fiel a sus deseos, había visto muchos conflictos en Grecia, pero no tomó parte en ninguno de ellos.
Muerte de los últimos espartanos en las Termópilas 480 a. de C.
Sin embargo, un aventurero llamado Pirro, rey de Epiro, decidió sacar a Esparta de su ensimismamiento; estamos en el año 272 a. de C., y Pirro, que había puesto muy difíciles las cosas a Roma, la gran potencia de la península italiana (pero la cual derrotó a la expedición que Pirro había enviado en ayuda de la ciudad de Tarento, la cual temía el poder de Roma) había sido expulsado de Italia.
Pero Pirro era un aventurero al cual la profesión de reinar en su país de Epiro era una labor en la que no podía estar mucho tiempo ocupado, ansioso siempre de participar en nuevas gestas bélicas.
Cleónimo un antiguo rey espartano, había sido excluido del trono muchos años atrás y no le costó mucho convencer a Pirro para que le pusiera de nuevo en el trono, ganándose con ello la amistad y alianza de Esparta; ni que decir tiene que por entonces la potencia de Esparta era no de segundo, sino ya de tercer nivel, pero Pirro, siempre deseando participar en nuevas aventuras, no le fue muy difícil a Cleónimo convencerle de participar declarando la guerra a Esparta.
Hubo un suceso en el que Pirro recurrió a la astucia, los espartanos se lo echaron en cara, pero Pirro les supo replicar de manera adecuada, fue lo siguiente:
Pirro preparó la expedición al Peloponeso con eficiencia; entrando en la región peloponesa, recibió de inmediato varias embajadas, conscientes de la fama y poder de Pirro entre ellas había una espartana.
Prometió Pirro de buena voluntad enviar sus hijos a Esparta, para que fueran entrenados según los preceptos de Licurgo. Mientras los embajadores remarcaban la naturaleza pacífica y amigable de Pirro, éste marchó a Laconia en 272 a. C. con un poderoso ejército de 25.000 infantes, 2000 jinetes y 24 elefantes.
Cuando los enviados lacedemonios le reprocharon airadamente el modo de actuar poco caballeroso y el faltar a la palabra dada, Pirro respondió sonriendo:
“Cuando vosotros los espartanos resolvéis hacer la guerra, es vuestra costumbre no informar de ello al enemigo. No me acuséis, por tanto, de injusticia, si he utilizado una estratagema espartana contra los mismos espartanos.”
Los espartanos sabían que se encontraban con un rival formidable y que no se plegaría a la diplomacia; para colmo de males, el propio rey espartano llamado Areo, se encontraba realizando una expedición en la ciudad aliada de Esparta llamada Gortina de Arcadia, en la isla de Creta.
Agesilao en el centro de la imagen
La misma Esparta no estaba amurallada ni se había tomado medida defensiva de ningún tipo; la llegada de Pirro a las puertas de la ciudad se convirtió en un clamor de horror para los espartanos, pero inexplicablemente, Pirro optó por no entrar en la misma ciudad, dejando descansar a sus tropas para el asalto del día siguiente (también temía que si entraba en la misma ciudad por la tarde, podía ocurrir un descontrolado saqueo de la ciudad, algo que quería evitar a toda costa).
Los espartanos no permanecieron ociosos en la ciudad, se levantó un foso alrededor de la ciudad y numerosas carretas formaron un improvisado anillo defensivo en torno a la ciudad (alguna fortificación tenía la ciudad ciertamente, pero muy insuficiente para la tarea defensiva que se avecinaba); hombres, mujeres y niños participaron activamente en la realización de dichos preparativos.
La defensa y alma de la resistencia la dirigió un joven líder Acrótato, (¿fue quizá su segundo rey o solo existía ya uno?) las fuerzas defensivas eran modestas, comparadas con las abrumadoras fuerzas atacantes de Pirro, pero la moral de lucha espartana se multiplicó llegando a superar casi a la que desplegaron Leónidas y sus 300 espartanos.
Al día siguiente de la llegada Pirro atacó la ciudad, pero os espartanos se defendieron como leones, espoleados por sus mujeres, las cuales animaban ardorosamente a sus defensores y cuidaban de sus heridos.
Al día siguiente nuevamente Pirro asaltó la ciudad y nuevamente se estrelló ante la firmeza de sus defensores, La llegada del rey espartano Areo con 2000 cretenses y de Aminias de Focea, general de Antígono, con tropas auxiliares desde Corinto, obligó a Pirro a abandonar toda esperanza de conquistar la ciudad.
Pirro no abandonó su tarea por completo, pues resolvió pasar el invierno en el Peloponeso y prepararse para nuevas operaciones a la llegada de la primavera, pero lo importante era que Esparta se había salvado gracias al ardor de sus defensores, que bien es cierto, quizá no hubieran aguantado más envestidas de no llegar el rey Areo en su ayuda.
También circula otra versión, la cual afirma que los espartanos presentaron batalla a Pirro, junto a sus aliados argivos y mesenios, y fueron derrotados, tras lo que el epirota se contentó con saquear el campamento enemigo sin entrar en la ciudad; pero a mi particularmente me convence la primera versión, aunque cualquiera es libre de elegir la que quiera.
De cualquier manera, aunque Esparta se había salvado, su lento declinar no se detuvo, en la misma Esparta se veía que la aparición de Pirro no había conseguido que Esparta formara un ejército que oponer al invasor, sencillamente era algo que Esparta hacía mucho que ya no podía hacer, (tengamos quizá un poco en cuenta la expedición que el rey Areo había enviado a Creta).
Caballería espartana persiguiendo a un infante tebano 377 a. de C.
Solo la defensa recia de la ciudad con sus pocos defensores la había salvado del desastre y por supuesto, recurriendo a la totalidad de la participación de la ciudad de Esparta, hombres, mujeres y niños; en verdad, Esparta no estaba para realizar empresa alguna, casi ni para poder defenderse ella misma, y la situación con el tiempo siguió mermando.
La debilidad de Esparta permitiría ganar poder en el Peloponeso a la “Liga Aquea” (conjunto de ciudades del norte del Peloponeso), mientras que las revoluciones de los reyes espartanos Agis IV y Cleómenes III minaban las instituciones de la ciudad.
Este último se enfrentó con algún éxito a los aqueos, pero la intervención macedonia de Antígono III supondría la terrible derrota de Selasia, que condujo a la toma de Esparta, por primera vez el suelo espartano se veía ollado por un extranjero, lo cual supuso un gran golpe para la moral espartana.
El declive espartano siguió su curso, lento pero inexorable, en el 207 a. C. llegó al trono Nabis, que poco después se convertiría en tirano de Esparta y reiniciaría la guerra contra los aqueos. En el 205 a. C. Esparta se alió con Roma, modificando de raíz el equilibrio de fuerzas en la región.
Los aqueos se apresuraron a firmar también tratados con Roma, enemistada por entonces con Macedonia. En el 197 a. C. Roma, en alianza con las demás ciudades griegas, se volvió contra Esparta, que se vio obligada a firmar la paz en el 195 a. C.; los términos de la paz fueron duras para Esparta, perdió una parte importante de su territorio, el derecho a reclutar periecos, su puerto (en Gitión) y casi toda su flota.
Esparta recibió una nueva humillación, en el año 192 a. C. la Liga Aquea obligó a Esparta a ingresar en sus filas; los espartanos se vieron forzados a derruir sus muros (los primeros de su historia, que Nabis había mandado edificar), libertar a los ilotas, abolir la “Agogé” o educación específicamente espartana, etc., ¡en fin destruir la identidad que había hecho Esparta lo que era.
Mapa de Esparta
Se creó una situación de gran inestabilidad social que no se calmaría hasta el 180 a. C., cuando quedaron sin efecto las prohibiciones y regresaron los exiliados. Las tensiones con la Liga Aquea, sin embargo, no habían terminado.
En el 148 a. C. los aqueos atacaron y derrotaron a Esparta; Roma intervino, exigiendo que Esparta y Corinto quedaran separadas de la Acaya. Los aqueos, furiosos, retomaron las armas, pero fueron aplastados por Roma en el 146 a. C. Esparta se hallaba en teoría en el bando vencedor, pero en la práctica perdió sus ciudades periecas, que formaron por su cuenta la koinonía (alianza) de los Lacedemonios.
Esparta no era ya más que una ciudad insignificante, autónoma pero aislada, muy lejos de su esplendor de antaño y a merced de cualquier poderoso vecino; durante la dominación romana, ya sin ambiciones militares ni políticas, Esparta se concentró en lo que tenía de más específico: la educación espartana. Ésta se endureció, atrayendo a los “turistas”, ávidos de ritos violentos y extraños. De este modo, los combates rituales que tradicionalmente se habían disputado en el santuario de Artemisa Ortia, bajo la dominación romana pasaron a convertirse en la “dimastígosis”: los niños eran flagelados, en ocasiones hasta la muerte.
Cicerón lo relata en las Tusculanas (II, 34): la multitud que acude al espectáculo es tan numerosa que se hace necesario construir un anfiteatro delante del templo para acogerla. Este espectáculo atraerá turistas hasta el siglo IV de nuestra era, como lo testimonia Libanio (Discursos, I, 23).
Fue este un triste final para la antaño poderosa Esparta, ciudad que casi había influido en sus mejores tiempos sobre el conjunto de Grecia, pero que ahora era un títere sin pena ni concierto, el cual bailaba al son del poderoso que intentara someterlo.
Pero nosotros nos quedamos con sus gestas gloriosas que la hicieron antaño ser, ¡quizá!, la potencia más poderosa que hubo en la antigua Grecia, y que el ejército espartano en particular hizo sentir a cualquier rival que se opuso, no solo de Grecia, sino también de Persia.
Espartanos en la batalla de Platea 479 a. de C.
Autor: eljoines.
Bibliografía:
- Wikipedia.
- “Los griegos”, de Isaac Asimov.
- Satrapa1.
- http://www.portalplanetasedna.com.ar/espartanos.htm.
- http://www.cienciapopular.com/n/Historia_y_Arqueologia/Espartanos/Espartanos.php.
- eljoines's blog
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Sin duda fue un triste final para Esparta...
Pero siempre quedara el legado legendario de su formación castrense.
Y sin animo de generar polémica queda de manifiesto de que la supervivencia de toda nación militarizada pasa por el recambio generacional, la disminución de los verdaderos espartanos por guerras y baja natalidad es el ejemplo.
Lo mismo pasaría con el antiguo Reich aleman o el Japón militarista que pasaron de tener poblaciones populosas a ser paises altamente desarrolladas pero con habitantes ancianos "en vias de extinción"...
De los actuales griegos mejor ya no opinar...
Saludos ElJoines, este es uno de los temas "de mi estilo" (que es el tuyo, vaya), se agradece el tema y la calidad.
Yo no me acuerdo muy bien, y comento algo vagamente: La corrupción en Esparta empieza trás la Guerra del Peloponeso (crisis de la Constitución de Licurgo que tanto alababan los Filósofos) y es a resultas que un tal Epitadeo que rompe que los kleori pasaran de padre a hijo (y con ello la systitia, la no necesidad de dinero, los homoi,etc) que por lo visto era poderoso y por una pelea de tierras o algo así (Epitadeo era efóro´) se cambia el sistema rígido y se permite que se donen o se cedan o se vendan las tierras por testamento, y ya no era lo que Licurgo dejó.
Por lo que me acuerdo esto fue tras el 404, tras acabar la Guerra y se adoptó por codicia, parece ser, porque trocó el sistema que habia.
De ahí enlazamos a los mercenarios, los cuales, los Espartanos fueron los mayores exportadores justo tras la guerra y luego los mayores importadores, cuando la población de laconia se rebela poco a poco y pierde los focos de recluta.
En fin, no veo la disminución de población espartiata como el problema principal, porque siempre habia sido el problema de Esparta, si acaso uno más y agravado porque era aún menor.
Al final, Esparta se volvió dependiente de los mercenarios y con Cleomenes, adoptando la sarissa y combatiendo a los meacedonios, que hasta que perdieron en la última batalla esa de los montes, habian vencido contra los otros griegos.
¡Buen aporte Coracinero!, sin duda ese debió ser el inicio del fin para los espartanos; con las tierras de cada espartano sin poder venderse o transferirse, (solo a los hijos) el sistema de reclutamiento debió ser aceptable; pero ya con la venta de las parcelas, ya por no poder mantenerlas o por codicia de los espartanos más ricos, ya no valía la pena seguir con la natalidad si no podías legar tus tierras a tus hijos, máxime si habías perdido tu parcela por tal o cual causa.
Además las bajas espartanas se devieron multiplicar al intervenir en numerosos conflictos, mayormente en la época de la guerra del Peloponeso y posteriormente, donde debió sustentar su supremacia en el continenten griego peleando con denuedo; esto supuso una merma en su población y si se añade como a catastrofres naturales como en terremoto que sufrió Laconia en el 464 a. de C., pues fue otro añadido a su declive.
saludos
Comentar dos cosas sobre los espartanos:
- Padecían un problema de su organización política/económica, la llamada "oligantropía", o disminución de ciudadanos de primer orden. Por lo que he leído puede que la principal causa de esta disminución fuese el empobrecimiento de determinado ciudadano, de forma que no podía cumplir las obligaciones cívicas (principalmente las cenas comunales, las sisitias) y se convertía en ciudadano de segunda. Los espartanos no solían padecer grandes matanzas, pues estas se producían principalmente en la persecución del rival vencido tras romper su formación...cosa que no se vió en un ejército espartano hasta el 371 en Leuctra.
- ¿Cómo se empobrecían unos ciudadanos y otros no en una sociedad igualitaria y cuasi comunista, como nos la presentan muchos textos, resultado de seguir las leyes de Licurgo?. Pues parece que no todo debía ser tan idílico. La evidencia es esta acumulación de riqueza en cada vez menos manos...el dinero no debía ser tan despreciado en Esparta, lo que también se puede comprobar en las acusaciones de corrupción y "medismo" de varios de sus dirigentes, como Lisandro.
En gran medida Esparta fue un mito, una representación ideal construida a partir de ciertos elementos reales por los teóricos conservadores de otras ciudades griegas a la que se quería parecer. Los espartanos no dejaron apenas testimonio escrito. Es curioso ¿no?.
La mayoría de estas ideas las he sacado del libro de J. Negrete, "La gran aventura de los griegos".
Comentar dos cosas sobre los espartanos:
- Padecían un problema de su organización política/económica, la llamada "oligantropía", o disminución de ciudadanos de primer orden. Por lo que he leído puede que la principal causa de esta disminución fuese el empobrecimiento de determinado ciudadano, de forma que no podía cumplir las obligaciones cívicas (principalmente las cenas comunales, las sisitias) y se convertía en ciudadano de segunda. Los espartanos no solían padecer grandes matanzas, pues estas se producían principalmente en la persecución del rival vencido tras romper su formación...cosa que no se vió en un ejército espartano hasta el 371 en Leuctra.
- ¿Cómo se empobrecían unos ciudadanos y otros no en una sociedad igualitaria y cuasi comunista, como nos la presentan muchos textos, resultado de seguir las leyes de Licurgo?. Pues parece que no todo debía ser tan idílico. La evidencia es esta acumulación de riqueza en cada vez menos manos...el dinero no debía ser tan despreciado en Esparta, lo que también se puede comprobar en las acusaciones de corrupción y "medismo" de varios de sus dirigentes, como Lisandro.
En gran medida Esparta fue un mito, una representación ideal construida a partir de ciertos elementos reales por los teóricos conservadores de otras ciudades griegas a la que se quería parecer. Los espartanos no dejaron apenas testimonio escrito. Es curioso ¿no?.
La mayoría de estas ideas las he sacado del libro de J. Negrete, "La gran aventura de los griegos".
Hola charonte!
Es evidente que Esparta ha sido mitificado hasta la saciedad. Una sociedad de guerreros infalibles, que soportan todas las vicisitudes y que luchan y mueren con honor para defender el bien común, etc. Es demasiado perfecto para ser cierto, no? En cualquier caso, es posible que esto resultara real hasta que en un momento una pequeña grieta en la sociedad fuese creciendo hasta reventar la burbuja. Te planteo un paralelismo del que sí tenemos más fuentes: la república romana. En menos de un siglo se pasa de aguerridos propietarios de tierras que vencen en la segunda guerra púnica a una semi-revolución con las reformas de los Gracos porque los pequeños propietarios estaban arruinados. Otro siglo más tarde la república ya había desaparecido como tal tras dictaduras, episodios continuos de corrupción, golpes de estado, etc. Un dato curioso, un griego, Polibio, escribe que el sistema político de la República Romana es el ideal (en el momento en el que él lo conoce, claro), pocos años más tarde la corrupción y la avaricia provocan múltiples escándalos y conflictos.
En su momento algunos achacaron la decadencia que comenzaba a haber conquistado Grecia y haber importado sus costumbres (Catón acusando a los Escipiones, por ejemplo). Se te ocurre que la Guerra del peloponeso pudiese haber provocado esa misma "contaminación" en Esparta?
Buenas Merlin,
Está claro que tanto la república romana, como el estado lacedemonio alcanzaron la excelencia en ciertos aspectos. Evidentemente todo en esta vida pasa...y ningún estado de dominio se mantiene eternamente. Por otra parte, el que un "poder" logre una preponderancia militar o política superior a sus rivales no implica su superioridad en otros órdenes: moral, político, económico...
Esto último es muy evidente en el caso espartano. Tanto su esquema político como económico, totalmente inamovible, fue incapaz de adaptarse a los cambios. Esparta fue Esparta mientras hacía aquello para lo que su naturaleza (política) mejor la preparaba: controlar (sin ocupar) un imperio terrestre limitado, impidiendo todo tipo de cambio político contrario a sus intereses. Cuando desbordó sus propios límites, al participar y vencer en la Guerra del Peloponeso (algunos autores hablan de que es en ese momento cuando empieza a entrar dinero a Esparta y a corromper sus costumbres) todo su sistema de valores debió tambalearse.
Esta claro que, como planteas, debío ser un momento crucial...un antes y un después en la historia espartana. No obstante, creo que el citado descenso de ciudadanos por razones económicas, que llevaba décadas produciéndose, indica una tendencia a la acumulación de propiedades/riqueza que no cuadra con el retrato que nos muestran de los espartanos: individuos austeros que sólo piensan en el bien del estado. Por lo menos algunos pensaban también en otras cosas...
Hola!
La reducción del número de Espartiatas pudo deberse a la endogamia y a posibles problemas de esterilidad derivados de ella? Pregunto desde el desconocimiento, pero se me ocurre que en una comunidad limitda al cabo de los siglos, las pérdidas en combate lógicamente debieron de ser un factor muy importante, pero un descenso de la natalidad producido por problemas de consanguineidad también pudo afectar. Entiendo que los varones espartiatas sólo podían unirse a mujeres espartiatas, o estoy equivocado?
Hay algún estudio al respecto de las consecuencias de la endogamia?
Según tengo entendido respondía a causas económicas más que demográficas:
- Los espartanos nunca sufrían grandes pérdidas en batalla, de hecho sucesos muy excepcionales, como la batalla de Esfacteria, donde mueren algo más de 100 espartanos y son capturados casi 300 supone una conmoción enorme...precisamente porque nadie espera que ocurra algo así. Sobre las bajas en la guerra un par de apuntes más: en las batallas terrestres, el mayor número de bajas se produce en los ejércitos que huyen rompiendo la formación, cosa que los espartanos no tienen por costumbre hacer. Además, es en las batallas navales donde realmente las bajas se multiplican: un barco hundido puede dejar 200 almas si los supervivientes no son resctados, por lo que una batalla a gran escala deja fácilmente miles de víctimas. Los espartanos tampoco luchan en grandes batallas navales, pues no tienen flota para ello, hasta que la consiguen gracias al oro persa, al final de la Guerra del Peloponeso.
- Sobre la endogamia, a pesar de su rigidez proverbial, aceptaban a extranjeros viviendo entre ellos, y cuando la necesidad acuciaba "ascendian" a ciudadanos de segunda al rango de espartiatas. Por otra parte una comunidad de 8.000-5.000 espartiatas o iguales, con sus mujeres respectivas suponen una población de más de 10.000 individuos, la cual no creo que sea susceptible de generar problemas endogámicos.
En definitiva, seguramente hubiese suficientes individuos "susceptibles" de ser considerados espartiatas por su linaje, lo que pasa es que, debido a que la acumulación de tierras en manos de los más poderosos, no podían acceder a la propiedad de un lote de tierra que les permitiese cumplir sus obligaciones como espartiatas, lo que provocaría que aumentase el número de ciudadanos de segunda.
Según tengo entendido respondía a causas económicas más que demográficas:
- Los espartanos nunca sufrían grandes pérdidas en batalla, de hecho sucesos muy excepcionales, como la batalla de Esfacteria, donde mueren algo más de 100 espartanos y son capturados casi 300 supone una conmoción enorme...precisamente porque nadie espera que ocurra algo así. Sobre las bajas en la guerra un par de apuntes más: en las batallas terrestres, el mayor número de bajas se produce en los ejércitos que huyen rompiendo la formación, cosa que los espartanos no tienen por costumbre hacer. Además, es en las batallas navales donde realmente las bajas se multiplican: un barco hundido puede dejar 200 almas si los supervivientes no son resctados, por lo que una batalla a gran escala deja fácilmente miles de víctimas. Los espartanos tampoco luchan en grandes batallas navales, pues no tienen flota para ello, hasta que la consiguen gracias al oro persa, al final de la Guerra del Peloponeso.
- Sobre la endogamia, a pesar de su rigidez proverbial, aceptaban a extranjeros viviendo entre ellos, y cuando la necesidad acuciaba "ascendian" a ciudadanos de segunda al rango de espartiatas. Por otra parte una comunidad de 8.000-5.000 espartiatas o iguales, con sus mujeres respectivas suponen una población de más de 10.000 individuos, la cual no creo que sea susceptible de generar problemas endogámicos.
En definitiva, seguramente hubiese suficientes individuos "susceptibles" de ser considerados espartiatas por su linaje, lo que pasa es que, debido a que la acumulación de tierras en manos de los más poderosos, no podían acceder a la propiedad de un lote de tierra que les permitiese cumplir sus obligaciones como espartiatas, lo que provocaría que aumentase el número de ciudadanos de segunda.
Acepto tu argumento económico (similar al de la república romana como escribí ayer, donde al final hubo que profesionalizar el ejército).
En cuanto a la demografía, bueno, si se "ascendía" a espartiatas en caso de necesidad es posible que no constituyese tan problemático.
Como curiosidad, y para que no te tomes a la ligera lo de la endogamia, mira este link. En Islandia, con 318.000 habitantes, se preocupan de "cruzarse" con gente de su propia familia. Son 30 veces más habitantes que espartiatas, así que la endogamia está servida en tres o cuatro siglos... Que no fuese algo vital dado que se podía recurrir a "ascender" ciudadanos de segunda? OK, pero que debió de ser problemático si no se permitía la entrada de "sangre nueva" seguro.
http://www.rtve.es/noticias/20130416/aplicacion-previene-islandeses-liga...
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Lo curiosos Nelson es que al principio eran 9.000 espartiatas, pero luego declinó su número a ojos vistas, ¡y eso que no casarse y no tener hijos estaba muy mal visto!, ya que eran conscientes de que si la natalidad declinaba Esparta sucumbiría, pero aunque eran conscientes, parece que no lo llevaron a la práctica como se ve.
saludos