Cuando comienza la historia
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El otro día leí una frase que me gustó mucho: "La geografía se convierte en historia cuando aparece el hombre". Me parece una interesante reflexión: sencilla, sin artificios, pero contundente.
Saludos.
Yo creo que la historia empieza con la humanidad, no? Si el priemr "humano" es el homo sapiens de hace 70.000 años yo abogo por esa fecha. Por supuesto, si lo entendemos como "historia del ser humano"
Otra cosa es que la historia "fiscalizada" empiece con la escritura porque tradicionalmente se ha estipulado es el momento en el que podemos recoger testimonios, pero, no es tan buen testimonio un menhir o un ajuar fuenrario que una tablilla de cera con anotaciones de volúmenes de cebada?
Me gusta tu frase Lu, muy chula
El otro día leí una frase que me gustó mucho: "La geografía se convierte en historia cuando aparece el hombre". Me parece una interesante reflexión: sencilla, sin artificios, pero contundente.
Saludos.
¿O sea que si me pongo a mirar mapas de Europa desde el s III A.C., por poner un ejemplo, hasta hoy estoy estudiando historia?
Mmmm, me parece que en un gran porcentaje no pasamos de eso... Y en el colmo de la sofisticación, buscamos las causas del cambio del mapa.
Sí, me parece una frase brillante
Saludos
Me gustaría recordar que solo puede haber Historia si hay escritura.
La "sucesión sucesiva de sucesos sucedidos sucesivamente" no necesita a la escritura nada más que para documentarse, lo cual no es poco, pero eso no quiere decir que, no como disciplina si no como realidad, no existiese "nada" antes. O que lo que existiese fuese tan embrionario e indocumentado que no se pueda historiar; es evidente que eso no es así, la prehistoria, con sus búfalos y sus chamanismos, amén de sus restos arqueológicos, dejó vestigios para secuenciar su existencia. Ahí está la acción del hombre historiado, aunque no lo haya plasmado en carácteres escritos.
Saludos.
La historia se comienza a registrar en el momento que existe la escritura, pero es cierto que en algunos casos trata sucesos anteriores a esa fecha.
Con la invención de la escritura, los hechos, que por definición son locales y limitados en el tiempo, cobran vida y presencia mucho más allá de donde se produjeron. La cultura se materializa, se "solidifica": se asegura la vigencia de un idioma o de un sistema de valores, así como su comunicabilidad a través de las generaciones y los habitantes de un cierto espacio cultural mucho más amplio; es decir, se crean las bases de la "oficilidad" de la cultura y de la extensión de la misma más allá del poblado o de la comarca; se anticipa la fundación de un imperio multiétnico pero culturalmente integrado; en última instancia, será posible el Estado-nación, en el sentido de que todos sus habitantes comparten una misma cultura a pesar de vivir a cientos o a miles de kilómetros: aunque el populacho no sepa leer, las directrices y políticas de la capital (o de la metrópoli) son interpreadas por una clase dirigente culturizada capaz de aplicarlas en una provincia o en una colonia.
Pero a mí no me parece que este sea el hecho más relevante de la historia humana, ni el que sirva como acto fundacional de nuestra historia como especie o como colectivo. De hecho, el establecimiento de esta fecha, como muchos advertís aquí, no refleja nada más que una convención entre especialistas, fruto sin duda de una época más primitiva de la ciencia histórica en la que el elemento mismo del estudio era mucho más limitado y sus objetivos, mucho menos ambiciosos. Así pues, dado que la Historia como disciplina y como concepto ha sido enriquecida con muchos más ingredientes, gracias a la aportación de la arqueología, la antropología, la geografía e incluso la biología (a través de la filogénesis), sentimos que el concepto de Historia que se ha mantenido vigente en la cultura popular y en la mayor parte del período escolar se nos ha quedado pequeño, ya no nos basta.
Los que participamos en este debate sabemos de sobra que antes de la aparición de la escritura ya existían Estados, idiomas, prácticas de comercio, tecnología, asociación en el trabajo (especialización incluso), religión, y cientos de cosas más. Sabemos que todo esto está relacionado con el desarrollo de la vida en comunidad, pero que el origen de las cosas no se encuentra en la creación de los primeros Estados ni la entronización de los primeros reyes, que las Escrituras presentan como grandes organizadores de pueblos, a título personal, sino que todo esto tiene un origen mucho más lejano y mucho más oscuro: el desarrollo del individuo y de su sentido abstracto de la vida.
La Historia aparece así, no como la sucesión de sucesos sucedidos sucesivamente, como apunta Lu muy acertadamente, sino como el estudio de todo aquello que subyace, o que late, bajo la existencia animal, biológica, del hombre. Pero si nos dedicamos a estudiar solamente el desarrollo de la conciencia individual y del pensamiento abstracto, deberíamos empezar seguramente por la etapa de la historia en la que aparece el primer Homo, el Habilis. No obstante, en vista de que existen otros animales que también hacen uso de herramientas, cabe preguntarnos hasta qué punto es ésto una muestra de conciencia o de integración con el entorno, con la realidad que nos rodea, y hasta qué punto se trata simplemente del uso de unas facultades meramente intuitivas, relacionadas no tanto con el ingenio como con el instinto de supervivencia. Podríamos pasar luego por la era del Homo erectus, el primero que posee un idioma y quizá también una religión. Todos estos estudios tendrían un trasfondo más biológico que histórico, más psicológico que sociológico; en última instancia, más individual que colectivo. Estaríamos estudiando la historia del hombre, y no de los hombres. A fin de cuentas, ¿quién hace historia: un solo hombre, o un conjunto de los mismos? Parece evidente que, antes de vivir en comunidad y construir aldeas, el hombre (como individuo) necesita desarrollar un pensamiento abstracto y un conjunto de signos que le ayude a comunicarse con los demás, más allá del lenguaje meramente corporal. Es necesario que se realice un desarrollo individual, pero este no es el objeto de la historia, sino de la biología.
La Historia debe consistir en el estudio de la época en la que los individuos pasan formar parte de un colectivo mayor. Este punto no se encuentra en el Paleolítico, en el que las tribus y clanes familiares se dedican a cazar y a recoger bayas por el bosque. Eso lo saben hacer también los monos y los perros. Para mí, el nacimiento de la Historia del ser humano debe ser ubicado en lo más pleno de la Revolución Neolítica, en el momento en el que se deja de pensar en el bien personal o familiar y se pasa a la asociación libre por el bien común. Aunque ha sido demostrado que el desarrollo de la agricultura y la sedentarización no mejoraron la dieta de los hombres, antes bien la empeoraron, sí se puede decir que a partir de entonces todo aquel que formase parte de un grupo de este estilo podía tener cierta tranquilidad de que iba a obtener sustento a través del propio trabajo o del trabajo de los demás. Los menos aptos para la caza, que se hallaban en situación de debilidad o desventaja comparativa, podían contar a partir de entonces con muchas más garantías de supervivencia y con un porvenir mucho más interesante que el de morir de hambre o devorado por un animal salvaje.
A partir de entonces, la constitución de Estados para la defensa mutua, la organización (división del trabajo, idiomas, religiones, escritura) de los individuos y todo lo que nos ha llevado a las más altas cotas de civilización, era en cierta medida previsible (sin contar con la Revolución industrial)
Es como si, hasta entonces, el progreso de la civilización (si existiera tal magnitud y fuera mensurable) hubiera seguido el trazado de una función lineal creciente (constituida por el agregado del desarrollo individual de cada uno) para después, a partir de la neolitización, dar un salto abrupto y convertirse en una función exponencial siempre positiva, cuyo fin está en el infinito (hasta que la Tierra desaparezca)
Enorme Dmitri! y x cierto, llevábamos meses sin leerte, se te echaba de menos! Bienvenido de vuelta
Lu, en la Prehistoria existían muchas cosas, chamanes, bisontes, etc., pero no existía la escritura, por eso no es un periodo histórico. No se puede historiar sin tomar un punto de referencia que sí lo sea. En un libro de Historia, así pues, sólo se puede incluir a modo de prólogo. Dime, Dimitri, un solo Estado que no conozca la escritura, no una forma preestatal o protoestatal, sino un Estado hecho y derecho. Tal cuestión daría pie al menos a abrir sobre ello un debate nuevo. Por otro lado, vuelvo a repetir, la humanidad no existe, es un mito, por lo que no se la puede considerar el objeto de ninguna ciencia, salvo la astrología. La Historia de la Humanidad carece de sentido mientras no participemos, a modo de alianza, en una guerra intergaláctica, por poner un ejemplo.
Charoonte, como buen científico, empieza distinguiendo el objeto del sujeto, para permitirnos acabar dándonos cuenta de que en la Historia, con mayúscula, el objeto y el sujeto son el mismo. Lu diría que el hombre, pero todos en el fondo sabemos que no es así, sino el Estado.
La especie, ya aparte, la constituyen todos aquellos individuos capaces de reproducirse entre sí y procrear crías fértiles. Yo creo que, en ese sentido, pertenecemos al homo erectus. El neandertal y el cromañón son subespecies divergentes, las últimas. Ello, por supuesto, si se acepta que todavía les estaba permitido reproducirse entre sí. Pero ni siquiera el cromañón merece una Historia propia, ya que nunca actuó en grupo. En ese sentido no es más que un animal. En todo caso, merece una historia biológica o zoológica, en minúscula, como los dinosaurios.
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Creo que lo que sucede es que, como no es raro en las ciencias sociales, los conceptos son poco unívocos, lo que lleva a imprecisiones. A ver que os parecen estos apuntes:
- Existe una historia como categoría temporal que indica el período en que la humanidad conoce la escritura (dividimos así nuestro devenir entre historia y prehistoria).
- Por otro lado tenemos la historia como disciplina científica, que tiene por objeto el relato de los eventos sucedidos en el devenir temporal de las comunidades humanas. Entiendo que en este caso no tiene un límite preciso en ese IV milenio a.C. en que surgen las primeras formas de escritura, sino que intenta llevar su mirada tan atrás como puede hasta los albores de nuestra especie. Obviamente cuando no tienes una base sobre la que construir el conocimiento-relato, es díficil avanzar, como sucede respecto a las sociedades preagrícolas, pero que no se tengan grandes conocimientos no indica que no se tenga interés, o que no se pretenda que la disciplina de la historia avance en el conocimiento de esa época.
Por último, ciertos autores proponen la idea de que el homo sapiens surgió hace al menos 150 000 años, pero hasta hace 70 000 se rigió únicamente por las leyes de la biología, viviendo milenios con las mismas pautas de comportamiento, realizando los mismos útiles, etc, hasta que llegó un salto genético que provocó una revolución cognitiva (en el 70 000), que conlleva la aparición de la cultura como forma incesante de innovación y adaptación al medio de cada grupo humano. Todo en el devenir humano estaría a partir de entonces mediado por la cultura específica de ese grupo (creencias, tecnología productiva...militar, forma de organización política o valores), siendo esa diversidad de culturas y su evolución, precisamente, el objeto de la historia.
Esta perspectiva me ha llamado la atención por lo novedoso e integrador del planteamiento.
El hombre, en su soberbia, creo a Dios a su imagen y semejanza.