El general Primo de Rivera, dándose cuenta de que imponían poner fin a aquella interinidad ya tan prolongada, en el Consejo de Ministros del 31 de diciembre de 1929 expuso ante el Rey un proyecto para convocar, en el curso del primer trimestre del año 1930, unas elecciones municipales y provinciales, (...)para el retorno a la normalidad constitucional y establecer el estatuto correspondiente.