Luego de la ocupación rusa de la parte oriental de Polonia, en 1939 de acuerdo al pacto con Alemania, alrededor de 26.000 oficiales polacos fueron trasladados a la URSS, luego de rendirse casi sin combatir, estaban convencidos luego de una proclama del general Timoshenko, que serían trasladados, con un salvoconducto a Hungría, desde donde “podrían reemprender la lucha contra los alemanes”.