Retratista del Siglo de Oro holandés, Fran Hals mezcla tradición e innovación, sobretodo en el tratamiento del modelo caravaggiano. Domina el espacio, capta la pose y la elocuencia del gesto. Su factura libre, de trazo vivo, largo y amplio, hace que vibren negros sutiles y las carnaciones se vuelven llenas de vida y vitalidad además de plenas de luminosidad.