Con Antonio Martin i Oliveras - Un arqueólogo es una especie de detective
En primer lugar darle las gracias por dedicar a los lectores de Mundo Historia su tiempo en ésta entrevista. Desde luego es un privilegio poder contar con alguien de su reputación que tanto puede explicar a nuestros lectores.
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Antonio Martín Oliveras. |
M.H.M.: Eres conocido por tus estudios en el campo de la arqueología del vino y sobre todo por lo que respecta a la investigación vitivinícola en época romana, concretamente en el territorio de la antigua regio Laeetana (actual D.O. Alella en Barcelona) y también por extensión en la Provincia Hispania Citerior Tarraconensis pero, ¿podrías hablarnos más específicamente de ti para que te conozcamos un poco mejor?
A.M.: Me llamo Antonio Martín Oliveras, soy arqueólogo, museólogo y gestor cultural. Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Barcelona el año 1992, con especialidade en Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología, poseo un Máster en Gestió Cultural (1999-2001) también por la Universidad de Barcelona y Postgrado en Gestión del Patrimonio Arqueológico el año 2000 por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Durante el Máster en Gestión Cultural hice un stage de seis meses en el Reino Unido, en la City University of London y en la University of Edimburg, dentro de un programa europeo Intensivo ERASMUS/SOCRATES. Del 1993 al 2005 ejercí como arqueólogo profesional, dirigiendo gran número de intervenciones arqueológicas de urgencia y preventivas. Desde el año 2005 trabajo en el Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya, primero en el Museo d'Arqueologia de Catalunya (MAC) y posteriormente en el Servei d'Arqueologia i Paleontologia. Actualmente estoy cursando el doctorado en la Universidad de Barcelona y también me dedico a la investigación. Así, entre los años 2003 y 2009 dirigí el Proyecto CELLA VINARIA para la construcción de un parque arqueológico homónimo situado en Teià (Maresme-Barcelona), que fue inaugurado en junio de 2009.
Hoy por hoy, sigo siendo el director técnico y científico de este proyecto vinculado a un programa de investigación de gran alcance sobre la Arqueología del Vino en Época Romana que incluye un Proyecto de Arqueología Experimental para reproducir todos los procesos productivos, técnicas y tecnología que intervienen en la cadena operativa vitivinícola en la Antigüedad; estudiando también los aspectos relacionados con el envasado, el transporte, la distribución, la comercialización y el consumo de vino sobre todo en la época romana. De hecho, mi tesis doctoral tratará sobre esta temática centrándome en el orígen, el desarrollo y la expansión comercial de la producción vitivinícola en la Laeetana y por extensión en la Tarraconense, entre los siglos I a.C. y V d.C., fenómeno histórico que supuso una auténtica revolución socioeconómica para estos territorios, en todos los ámbitos y en todos los órdenes.
M.H.M.: ¿Cuándo notaste tu interés por la historia?
A.M.: De muy jovencito, con doce años, cuando estudiaba 6º de EGB, la Historia ya era mi asignatura preferida y de hecho fue en ese mismo curso cuando el profesor que nos la impartía nos llevó a visitar el poblado ibérico de Puig Castellar en Santa Coloma de Gramenet muy cerquita de Barcelona. Huelga decir que quedé maravillado con la experiencia.
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Reconstrucción de una villa vinícola romana. |
M.H.M.: ¿En qué momento pasaste al campo arqueológico y de investigación sobre el terreno?
A.M.: Pues, para ser sincero, la primera vez que pisé una excavación arqueológica propiamente dicha fue al año siguiente, en el verano de 1980, en Calella (Maresme-Barcelona) que era la población donde veraneaba. Un amigo que actualmente también es arqueólogo y yo nos enteramos que se estaban realizando unas excavaciones en unos solares situados junto a la antigua carretera N-II, donde se habían localizado restos arqueológicos de una antigua villa romana y que necesitaban “voluntarios” para excavar; ya os podéis imaginar qué ocurrió…
Después en la universidad entré a estudiar Historia pero ya estaba vocacionalmente “convencido” de ser arqueólogo. Trabajaba durante las mañanas y estudiaba por la tardes y por las noches. Y siempre que podía, durante mis vacaciones, me iba a excavar.
M.H.M.: ¿Por qué te interesaste en este campo de investigación y no en otro?
A.M.: Soy curioso por naturaleza y siempre me ha fascinado la historia. Veo nuestro pasado como la esencia de nuestro presente y la arqueología como una disciplina que nos permite aproximarnos al conocimiento de este pasado, muchas veces a partir de muy poca información disponible la cual se recupera metódicamente durante la excavación y que se ha de procesar e interpretar para poder obtener una serie de conclusiones. Mi visión del arqueólogo es, en cierta manera, la de ser una especie de detective de la historia, que a partir de muy pocas pistas intenta aclarar aspectos de la vida cotidiana de nuestros antepasados.
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Prensas reconstruidas al estilo romano, se cuidó no sólo el tratamiento de la madera sino incluso la técnica de prensado para la obtención del mosto. |
M.H.M.: En tu campo de investigación, ¿te has centrado en la producción de vino en época romana en la zona catalana o también has profundizado en la del resto de España y la del resto de Europa?
A.M.: El programa de investigación general que se está desarrollando dentro del Proyecto CELLA VINARIA trata sobre la Arqueología del Vino en la Antigüedad y en especial sobre el estudio de la producción, la distribución, la comercialización y el consumo del vino en época romana; temática la cual tiene múltiples campos de investigación y especialización con enormes posibilidades de estudio.
No obstante, nuestra investigación se desarrolla a dos niveles:
A nivel microespacial hemos partido de los datos obtenidos durante las excavaciones efectuadas los años 1999 y 2003-2005 en el yacimiento de Veral de Vallmora (Teià, Maresme, Barcelona) que constituye nuestro principal objeto de estudio y que corresponde a un gran centro de producción vitivinícola romano con una amplia cronología que ocupa, con más o menos intensidad, casi 500 años de producción ininterrumpida de vino, entre los siglos I a.C. y V d.C.
A partir de aquí desarrollamos un estudio macroespacial para contextualizar dicho yacimiento en el territorio inmediato, inicialmente a nivel regional, que es donde nos encontramos actualmente, para posteriormente y si fuera necesario, alcanzar una dimensión territorial más amplia. Sin embargo, cuanto más profundizamos en el estudio e interpretación de las diferentes estructuras productivas documentadas en el yacimiento de Vallmora y de los procesos de producción asociados a éstas, más preguntas sin responder nos surgen, lo cual nos lleva a buscar paralelos arqueológicos en otros yacimientos de Cataluña, España, Europa y de la cuenca mediterránea.
"Mi visión del arqueólogo es, en cierta manera, la de ser una especie de detective de la historia, que a partir de muy pocas pistas intenta aclarar aspectos de la vida cotidiana de nuestros antepasados." |
M.H.M.: Háblanos de la metodología empleada, de las técnicas que habéis tenido que aplicar para poder desarrollar una investigación tan profunda como la que estáis realizando.
A.M.: A nivel conceptual nuestra investigación se desarrolla en tres niveles de concreción o de conocimiento.
El primer nivel de concreción supone el estudio en profundidad de las fuentes escritas y de la iconografía antigua. Es decir, de un lado, el estudio de los denominados agrónomos latinos: Catón, Plinio, Varrón, Columella, etc., los cuales nos describen las diversas técnicas agrarias, procesos y procedimientos vitivinícolas conocidos y aplicados durante la Antigüedad clásica. Por otro lado, mediante el análisis de las representaciones iconográficas conservadas en distintos soportes (escultura, pintura, gravado etc.) podemos observar imágenes inéditas de diferentes elementos tecnológicos, útiles y herramientas, los cuales muchas veces no se nos conservan por su naturaleza perecedera, aportándonos datos muy interesantes que difícilmente podemos obtener mediante la praxis arqueológica.
El segundo nivel corresponde al estudio de las evidencias arqueológicas documentadas durante la excavación; tanto por lo que respecta a nuestro yacimiento como a otros yacimientos próximos o lejanos de similares características y cronologías. En este segundo nivel también se incluye el estudio de paralelos etnográficos que nos proporcionan diferentes modelos y soluciones tecnofuncionales igualmente susceptibles de ser aplicadas en nuestras interpretaciones.
El tercer nivel de conocimiento es el que nos proporciona la experimentación arqueológica y que consiste en la reproducción rigurosa de los procesos, las técnicas y los procedimientos tecnológicos y funcionales de la producción vitivinícola en la Antigüedad, con el máximo rigor científico, por tal de comprobar o refutar nuestras hipótesis de trabajo las cuales han sido formuladas previamente a partir de los datos obtenidos en los dos niveles de concreción anteriormente citados. En este sentido, actualmente estamos desarrollando e implementando un Viñedo Romano Experimental dentro del propio Parque Arqueológico CELLA VINARIA que nos permita reproducir las diferentes técnicas vitícolas de cultivo y los diferentes sistemas de conducción de viñedos documentados en la época romana en diferentes territorios. Igualmente su objetivo también es producir suficiente uva para poder experimentar en una segunda fase de la investigación los procesos de prensado y las diferentes técnicas de vinificación descritas por las fuentes escritas.
En este sentido se ha de decir que la arqueología se está convirtiendo cada vez más en una disciplina pluridisciplinar donde los equipos de investigación están formados por multitud de profesionales y de especialistas en diferentes áreas de conocimiento: arquitectos, ingenieros, físicos, químicos, biólogos, geólogos, técnicos informáticos, técnicos en conservación-restauración, enólogos, viticultores, etc.
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Plantación al estilo romano, con sarmientos tratando emular a la máxima exactitud el de la época. |
M.H.M: ¿Qué limitaciones o dificultades encontraste y/o te estás encontrando?
A.M.: Básicamente de tres tipos:
Inicialmente de incomprensión, nadie entendía qué hacíamos, porqué lo hacíamos y para qué servía lo que hacíamos. Nos costó mucho esfuerzo convencer y encontrar apoyos a nuestro proyecto.
Posteriormente de injerencias en la gestión del proyecto. Cuando los resultados del trabajo desarrollado durante los primeros años empezaron a ser tangibles y “visibles” los objetivos científicos y de la gestión operativa diaria empezaron a cuestionarse y pasaron a un segundo plano; primándose otros objetivos más políticos a fin de obtener resultados más efectistas a corto plazo. Estas injerencias en la gestión desequilibraron los diferentes programas de trabajo y el proyecto se resintió.
Finalmente, problemas económicos. Así, en nuestro caso, los recursos empleados en la adecuación urbanística y arquitectónica del parque arqueológico se dispararon a nivel presupuestario lo cual fue en detrimento de la musealización del yacimiento que sólo se pudo desarrollar en un 45-50 % de lo inicialmente previsto. Igualmente tampoco se pudo desarrollar un Plan de Comunicación en condiciones que permitiera la correcta difusión y divulgación del propio equipamiento y de las investigaciones realizadas.
M.H.M.: En estos tiempos todos los gobiernos han realizado recortes en investigación cultural, ¿qué opinas al respecto?
A.M.: Que tenemos los gobiernos, los gobernantes y la infraestructura de apoyo a la investigación que nos merecemos y por eso nuestros investigadores tienen que irse al extranjero a formarse, a desarrollar sus proyectos y así poder obtener los recursos y el reconocimiento que aquí se les niega.
"Hemos de saber dónde nos movemos, qué es lo que leemos, de dónde procede la información, si ésta es coherente, fiable, rigurosa y está bien documentada, etc. No nos podemos creer todo lo que está escrito por el sólo hecho de estar escrito y haber sido publicado." |
M.H.M.: ¿Te ha afectado personalmente en tus investigaciones?
A.M.: La verdad es que como ya llevo bastante “rodaje” en este sector, a partir de mi propia experiencia profesional en la gestión de proyectos, me he dado cuenta que la mejor forma de conseguir recursos para la investigación es desarrollando proyectos propios que sean sólidos, atractivos, emblemáticos y de proyección para favorecer su desarrollo e implementación. Sin embargo, para ello has de tener lo que los anglosajones llaman el “know how” y los franceses el “savoir faire”; además has de saber moverte, tener los contactos y contar con los colaboradores y los profesionales adecuados para poder formar un equipo competitivo.
M.H.M.: Es curioso que de todos los entrevistados, la mayoría de los licenciados en Historia terminan como docentes o como escritores (eso sí al final acaban ejerciendo el oficio para el que han estudiado). ¿Qué opinas de aquellos que se decantan por la docencia, repitiendo vez tras vez aquello que otros han investigado y trabajado?
A.M.: Creo que la docencia es una alternativa más como salida profesional de nuestra disciplina, la cual considero que es tan respetable como todas las demás. No obstante, también considero que la investigación es una actividad perfectamente compaginable con otras actividades, que no es exclusiva de nadie y que no está reñida con ninguna de las otras salidas profesionales posibles. Yo mismo he pasado muchos años en la arqueología profesional, ahora estoy en la arqueología de gestión trabajando para una administración pública y mientras tanto estoy estudiando el doctorado y desarrollando paralelamente proyectos de investigación aplicada y no descarto en un futuro recalar en la arqueología académica que también incluye tanto actividades docentes como de investigación básica.
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Reconstrucción de tamaños de vasijas romanas. |
M.H.M.: ¿Cuál crees que es el camino a seguir por aquellos chicos y chicas que ahora están en la facultad, que nos leen, para que al salir puedan tener más alternativas que las anteriormente descritas?
A.M.: Yo considero y supongo que como en todas las demás actividades, por lo que respecta al ejercicio profesional de la arqueología en cualquiera de sus vertientes, no existe una “regla de oro”. Los tiempos cambian y las salidas profesionales, las necesidades de formación continuada, de especialización y actualización de conocimientos, de aplicación de nuevas tecnologías y de recursos multimedia y audiovisuales son cada vez mayores y más necesarias. Estamos en la era de la información y de la comunicación y el futuro pasa por asumir esta realidad, lo que no se comunica y no se difunde y divulga adecuadamente, no existe, no es rentable y no es susceptible de inversiones. Lo que hay que tener son las cosas claras, saber moverse, tener iniciativa, ser imaginativo y estar abierto a nuevas perspectivas para poder innovar y conseguir los objetivos que te propongas ya sean a nivel académico, profesional, de gestión, de investigación o de difusión y divulgación.
M.H.M.: En Mundo Historia tratamos de aportar un espacio donde se permita que tanto profesionales como noveles puedan escribir y desarrollar sus investigaciones históricas, sabiendo que sus resultados serán leídos por un gran número de personas, ¿en qué medida crees que eso es útil o por el contrario igual no es tan necesario ser leído?
A.M.: Aquello de que “el saber no ocupa lugar” es bien cierto. No obstante, este patrimonio común y este conocimiento si no se difunde, no se divulga y no se pone al alcance de toda la sociedad, que al fin y al cabo es quien mayoritariamente financia la investigación mediante el pago de los impuestos, no sirve para nada. Yo llevo unos cuantos años en la práctica profesional de la arqueología, en la gestión del patrimonio arqueológico y en el desarrollo de proyectos de investigación aplicada y os puedo decir que sigo aprendiendo cosas nuevas cada día. También es cierto que hemos de saber dónde nos movemos, qué es lo que leemos, de dónde procede la información, si ésta es coherente, fiable, rigurosa y está bien documentada, etc. No nos podemos creer todo lo que está escrito por el sólo hecho de estar escrito y haber sido publicado en soporte papel o electrónico…
M.H.M.: ¿Cuáles van a ser tus líneas de futuras investigaciones en tus próximos trabajos?
A.M.: Profesionalmente supongo que seguiré vinculado durante unos años a la gestión administrativa del patrimonio arqueológico en la función pública de Cataluña ya que esta actividad me asegura unos ingresos económicos fijos que, paralelamente, me permiten seguir adelante con mi doctorado y con la elaboración de la tesis. Por lo que respecta a proyectos de investigación aplicada ha quedado claro que la continuidad e implementación del Proyecto CELLA VINARIA supone el desarrollo de un Programa de Investigación de amplio alcance a desarrollar a varios años vista. Por otro lado también tenemos contactos para desarrollar un proyecto de colaboración internacional ligado a la excavación, puesta en valor y valorización de una gran villa romana de la Lusitania romana situada en el sur de Portugal; la cual parece ser que presenta muchas posibilidades interpretativas con unas estructuras constructivas muy interesantes y con un nivel de conservación muy bueno… Pero esa ya es otra historia que algún día, más adelante, os explicaré con más detalle…
M.H.M.: Antoni, ha sido un placer tenerte con nosotros y tener a nuestra disposición la oportunidad de entrevistar a alguien que realmente nos da pie para la adquisición de conocimiento mediante sus investigaciones y trabajo, al menos por una vez podemos ver un buen uso de nuestros impuestos.
A.M.: Pues que estoy muy agradecido a la dirección de Mundo Historia por la invitación y por brindarme la posibilidad de dar a conocer, difundir y divulgar mis proyectos y de poder aportar mis opiniones y mi experiencia profesional al respecto; y finalmente decir que ha sido un placer conversar con ustedes y que procuraré mantenerles informados de mis avances en la investigación.
Autor: Jose Manuel Requena
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Simplemente, agradecer al entrevistado su amable colaboración, y añadir que el parque arqueologico-vinatero me ha intrigado terriblemente. Creo que es una magnífica labor, la de desentrañar la historia de una parte tan importante (y tan gratificante) de nuestra cultura.
Cuando vaya a Barcelona a visitar a mis familares, intentaré cuadrar una escapada al Maresme y visitarlo. Y si se puede catar los caldos fermentados in situ, ¡mejor que mejor!
Ya te digo que este hombre en temas de historia antigua y concretamente romanica es una biblioteca con patas, a parte que ese hacer para reconstruir las cosas lo mas exactas posible a lo que fueron en su momento, llama mucho la atencion.
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