Rusia y la Republica española
La sublevación militar del 18 de julio de 1936 contra el régimen republicano español fue para Stalin y los dirigentes rusos una sorpresa. Y lo fue porque no encajaba en lo que "informaban" los dirigentes de la I.C. (Komintern) destacados en España y los del PCE, días antes de esa fecha.
Apoyándose en estos informes, pensaban equivocadamente que la sublevación sería cuestión de días. (Esto mismo creyeron los dirigentes republicanos españoles y también los alzados) Todos se equivocaron, pues no tuvieron en cuenta el tono y las características que se manifestarían en el transcurso de la GCE, que por otro lado, también fue otra sorpresa que deparó a los dirigentes soviéticos.
Para examinar la situación surgida en España, que inmediatamente tomaría el carácter de conflicto internacional, se reunieron la I.C. (Komintern), el Consejo de Comisarios del Pueblo (Gobierno soviético) y el P.C. de Rusia. Rusia, que se manifestaba como supremo poder y dirigente de la revolución proletaria mundial, observó que la revolución española no se ajustaba a los patrones y a la táctica impuesta a los demás Partidos Comunistas que dirigía.
Ello no fue óbice para que se desentendiera o eludiera la cuestión, además de imponérselo el deber de solidaridad con el pueblo y los trabajadores españoles, pues sería un descrédito ante los trabajadores del mundo entero. Por otro lado Rusia aspiraba a una alianza militar con Francia y a un entendimiento con Inglaterra frente a la Alemania nazi. La ayuda era imprescindible pero le resultaba difícil llevarla a cabo, pues si se descubría el carácter revolucionario proletario que la guerra iba adquiriendo por parte republicana además de la normal defensa del poder gubernamental, se vería comprometido su entendimiento con Francia e Inglaterra, que desde el primer momento dejaron claro que admitirían una victoria republicana, pero que el régimen gubernamental tendría que ser de tipo burgués y no revolucionario del tipo triunfante en Rusia en 1917.
Como quiera que los sublevados definieron también rápidamente los objetivos que perseguían, para lo que se apoyaron en la ayuda alemana e italiana, que les fue pronto concedida, las cosas quedaron claras desde los primeros momentos de la guerra civil. Ante ello, la Komintern destacó a Francia y España a varios delegados y agentes, expertos en conflictos internacionales y figuras destacadas de la I.C.: TOGLIATTI, STEFANOV y DUCLÓS, se unieron a los que con carácter permanente había en España: CODOVILA, VIDALI y otros. Después llegaría también el agente de la Sección Especial "G.B." de la NKVD, el checo OTTO KATZ y el húngaro ERNO GERÖE, quienes pusieron en marcha el "Plan" que ya tenían trazado para Cataluña desde el mes de mayo anterior al Alzamiento. Otto Katz, en unión de Willi Wunzemberg, montaron poco después en París, el Centro de Actividades de la "G.B.", exclusivo para España. Rápidamente redactaron un informe de la investigación llevada a cabo en Barcelona, Valencia y Madrid, ante el que Stalin decidió llevar a cabo la primera ayuda soviética a la España republicana, que consistió en mercancías diversas, no decidiéndose aún por el envío de armamento. Junto con las mercancías llegaron también varios agentes soviéticos, que quedaron a los órdenes del denominado "Cónsul General de Rusia en Cataluña, VLADIMIR ANTONOV OVSEENKO , también miembro de la NKVD".
La llegada del primer cargamento de ayuda en el barco "Konsomol" al puerto de Barcelona fue seguida de una desproporcionada propaganda, presentando al pueblo soviético y a la URSS como los mayores amigos del pueblo republicano español. Esto fue el principio de la estrategia diseñada por Stalin para la guerra civil española, que conduciría a su dominio total en el terreno económico, político y militar. La cuestión sindical quedaba relegada a un segundo plano, ya que se dio cuenta que un enfrentamiento con la CNT, dominante en Barcelona no facilitaría sus objetivos.
La contribución de Rusia en hombres en la Guerra Civil española no puede valorarse por el número sino por la calidad de los mismos. Eran técnicos y militares muy cualificados, que influyeron decisivamente tanto en la vida política del bando republicano como en el desarrollo de las operaciones militares. Si bien alguno de ellos ya habían llegado a España con anterioridad incluso al 18 de julio de 1936, no fue hasta el mes de agosto cuando llegó el grueso de los mismos, unos 500 (encargados de negocios, técnicos, agregados, secretarios, policías y traductores) junto con el recién nombrado embajador ruso en Madrid MARCEL IZVALEVIC ROSEMBERG, incorporado el día 27-8-1936, al que unos días antes, el 23-8-1936 se había anticipado en su presentación oficial el Cónsul General de Rusia en Cataluña VLADIMIR ANTONOV OVSEENKO.
Primero actuaron como "observadores" y luego como "consejeros y asesores", al tiempo que técnicos especialistas, aviadores y tanquistas, empezaron a manejar el material de guerra ruso que iba llegando. Sutilmente fueron "infiltrándose" en todos los resortes, tanto del Poder como de las operaciones militares, absorbiendo totalmente la dirección de la guerra, actuando incluso, a veces, sin sujetarse al Gobierno republicano, que nunca consiguió averiguar la exacta realidad del contingente militar ruso.
Al finalizar la Batalla del Ebro empezaron a retirarse, cuando consideraron que la guerra estaba ya perdida por parte republicana, tras serle ésto ordenado por Stalin, quien a partir de la Conferencia de Munich cambió de táctica y retiró el apoyo que venía prestando a la República. Los enviados de la Komintern, establecieron contacto en Madrid con MANFRED LAZAR STERN
Emil Kleber o general Kleber (no confundir con el general Grigori Stern) llegado a primeros de julio, quien los relacionó con el Comandante LUIS BARCELÓ JOVER, Ayudante de Campo del Jefe del Gobierno y Ministro de la Guerra Santiago Casares Quiroga y con el Capitán ESTRADA , miembro del PCE desde el año 1935, a través de los cuales tuvieron contactos con otros miembros del E.M.C. republicano. En septiembre de 1936, se había instalado en el Ministerio de la Guerra republicano un Estado Mayor ruso.
En ese momento, el principal consejero militar soviético de la República, era el general JAN KARLOVICH BERZIN
a) El Viejo, que figuraba como agregado militar y que elevaba informes directos a Stalin y a Vorochilov. Marchó con el Gobierno republicano a Valencia el día 6 de noviembre de 1936. En Madrid, a partir de entonces quedó otro general VLADIMIRO GOURIEV, quien participó activamente en la defensa de la Capital. En el mes de octubre llegó también KIRIL AFANASEVICH MERETSKOV
b) Petrovich, quien primeramente fue adjunto de Líster y después pasó a ser "consejero militar" del General Jefe del E.M.C. republicano, Toribio Martínez Cabrera.
Por iniciativa propia Indalecio Prieto, Ministro de Defensa Nacional, se habilitaron unos despachos en la Subsecretaría de Marina, para que fueran ocupados por la denominada "Comisión de Industrias de Guerra", que se encargaba solamente del Arma de Tierra, formada por: - Coronel SOTO (Artillería) - Coronel VIDAL(Artillería) - TCol. FUENTES(Artillería) - TCol. N. MORELL (Artillería de la Armada) - TCol. FERNÁNDEZ DE LA VEGA (Artillería de la Armada) - Otros Jefes y Oficiales - Elementos de los Sindicatos A finales de agosto de 1936, esta Comisión pasó a denominarse "Comisaría de Armamento y Municiones", regida por Indalecio Prieto. Hasta ella llegaron ofertas de "Consejeros" de Industrias de Guerra, al margen de los organismos oficiales.
Estas ofertas de "Asesores" llegarían de la misma forma que en otros sectores republicanos. La Comisión los aceptó y los fue "acoplando" a equipos de trabajo que organizaba para planear y dirigir fábricas y talleres de armamento. Estos "técnicos" adolecían de aires de suficiencia y empleaban términos autoritarios, lo que originó enfrentamientos con los trabajadores y Comités de fábricas y talleres. Entre estos técnicos, había camuflados elementos políticos y policiacos, que dieron lugar asimismo a conflictos. Manfred Lazar Stern a) Emil Kleber, convertido en el primer "asesor" soviético en la España republicana, recomendó el rápido envío de material de guerra, especialmente aviones y tanques. Su misión en España era mandato directo de Stalin, al igual que los demás "instructores", entre ellos Togliatti y Codovila. Stalin, tuvo que tomar una decisión que no admitía demora. Los informes que le llegaban de los "asesores" e "instructores" eran coincidentes en la urgencia del envío de armamento.
A pesar de que la situación que se iba creando en la zona republicana, no coincidía con lo que tenía pensado sobre sus planes y tácticas a desarrollar en España, se dio la orden de preparar la "ayuda" a la República española, la cual se organizaba "directamente" entre los asesores soviéticos y sus dirigentes. Asimismo estos "asesores" fueron aumentando, infiltrándose en todos los estamentos republicanos, sin que el Gobierno los hubiese solicitado. Aún cuando en "teoría" los agentes de Stalin y de la Komintern llegaban para ayudar a la República, la "realidad" era que se trataba de crear una avanzadilla política y militar con base en el PCE, al que darían la personalidad de la que hasta entonces carecía , logrando captar adeptos a toda costa, especialmente entre los militares.
Mientras Stalin se adhería al Pacto de No Intervención, dando publicidad el 28-8-36 a su Decreto por el que se prohibía en Rusia la exportación, reexpedición o tránsito de armas, municiones, aviones, barcos o cualquier otro material de guerra con destino a España, a partir de Septiembre de 1936, decidió intervenir con la mayor intensidad en la Guerra Civil española. Por esas fechas llegaron a Moscú tres delegados del Gobierno republicano para adquirir gran cantidad de armamentos, ofreciendo para pagarlo el oro de las reservas del Banco de España. Ante esta sustanciosa oferta y no por simple solidaridad con el proletariado español, Stalin decidió entregar material de guerra, eso sí, de modo encubierto para evitarse problemas internacionales.
Con este fin se creó una cadena de empresas comerciales ficticias en varias ciudades europeas, que comprarían el material, incluida Rusia, y lo expedirían a España por distintas vías y medios de transporte. Una de las características de las Misiones Militares soviéticas, que luego siguió empleándose como norma de conducta en otros países, fue el sigilo, disimulo o discreción de su actuación, a la que se unió la selección de sus miembros y el gran poder que adquirieron, ya que no sólo asesoraban o dirigían la política y las fuerzas armadas, sino que su actuación afectó a toda la vida del país, ya que además de su injerencia y absorción de todas las facetas cotidianas por parte de activistas, diplomáticos y militares, controlaban todo el tejido industrial, económico, cultural y social del mismo, bajo la tutela de un impresionante aparato policial que los tenía atemorizados y que les impedía desviarse lo más mínimo de las consignas recibidas.
Autor: Cosmos12
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