Naves Romanas en el Mediterraneo-Batalla de Actium 31 a.C.
Las legiones romanas eran una fuerza terrestre que había consolidado su fuerte poder disuasorio contra temibles adversarios y artefactos, de todo tipo, en todos los confines de su vasto Imperio, inclusive fuera de ellos. Sus técnicas y tácticas, en campo abierto, fueron el pavor de sus enemigos y fue la principal arma que hizo que su Imperio alcanzara límites insospechados en esa época y posteriormente esto se trasladó a consolidarse como primera potencia marítima en el Mediterráneo(llamado por ellos Mare Nostrum). Su marina de guerra, para algunos inexistente, limpió sus aguas de piratas y salteadores y los comerciantes y navegantes pudieron navegar con tranquilidad, durante siglos.
(Legionarios romanos asediando una ciudad de Judea.)
Su papel fue muy secundario en el organigrama militar romano, agravado por los muy pocos estudios sobre este tema, pero muy interesante para nosotros. Tampoco aportan mucha luz los restos arqueológicos encontrados que son mayoría en barcos civiles y muy escasos en militares. En el año 338 a. C., se venció al pueblo latino de Ancio, que disponía de una pequeña flota, que los romanos desmantelaron en sus astilleros y quemaron el resto. Tras el despiece de los barcos se quedaron con los espolones como trofeo y los colocaron en la Tribuna principal del Foro.
Sus orígenes se remontan a la época de finales del siglo IV a.C. periodo en que a excepción de la Magna Grecia, en el sur, la conquista de Italia ya había finalizado y su mirada se posó en el mar. Roma en el 311 a.C. formó un equipo de dos oficiales, para formar la flota. Estos oficiales llamados Duoviri Navales, fueron los encargados de poner en funcionamiento la flota. Se dividió en dos grupos de 10 naves, seguramente Trirremes, mandadas por cada uno de ellos.
(Trirreme en pleno combate, con las velas recogidas. Blog de Josep)
Este periodo de formación y crecimiento es la época más opaca y se carece de cualquier tipo de información que nos dé más luz sobre este tema, con la única excepción de la derrota sufrida ante la flota de Tarento, en el 282 a.C. La primeriza flota romana aún no estaba preparada para grandes gestas navales y siempre buscaba la complicidad de sus aliados con más tradición marinera(los llamados Socii Navales) que le suministraban barcos y marinos, para su apoyo.
LAS GUERRAS PÚNICAS
En el 264 a.C. en la I guerra Púnica, cambió la percepción de la guerra naval en los romanos y su encarnizada lucha contra Cartago, con la que se disputaba el Mediterráneo central y occidental, hizo tomar conciencia en ellos que se debía mejorar su flota, ya que los cartagineses eran una potencia marítima. Se comenzó la construcción de una flota de 20 trirremes y 100 quiquerremes(mayores que los anteriores pero menos maniobrables), con el añadido de una pasarela llamada Corvus,(que simulaba el pico de un cuervo), arriba de lo alto del mástil situado en la borda, en cuyo extremo había un garfio de hierro, que se enganchaba en las naves enemigas para favorecer el abordaje.
(En la batalla de Milae o Milas se utilizó por primera vez el corvus, abordando una nave romana a otra cartaginesa.)
Esta nueva arma pronto demostró su utilidad y en el 260 a.C., batalla de Milas, frente a las costas del norte de Sicilia, el cónsul Cayo Dulio, derrotó sorpresivamente a la escuadra cartaginesa, hundiendo o capturando hasta 50 naves adversarias. Gracias a esta victoria a Dulio le fue concedido el privilegio de celebrar su triunfo en Roma. Esta nueva arma, junto a la mayor experiencia y entrenamiento que los soldados romanos adquirieron, fue esencial en la victorias que más tarde consiguieron en la guerra naval.
(Imagen de la batalla del cabo Ecnomo. Secuelas de la batalla por Radu Oltean.)
Cuatro años después, se confirmó lo antedicho en la batalla del cabo Ecnomo, a pesar del equilibrio entre ambas flotas, Roma demostró su mejor capacidad ofensiva con la aplastante cifra de 198 hundimientos/capturas de barcos cartagineses, contra solo 24 romanos. En las islas Egadas se produjo otra importante victoria naval, el 10 de marzo de 241 a.C. Cayo Leticio Cátulo, con su flota de 200 naves, derrotó a una flota de 250 naves cartaginesas a las que hundió 50 naves y apresó otras 70, mientras que los romanos sufrían la pérdida de 30 naves y 50 averiadas. Tras ello Cartago se vio obligada a pedir la paz.
(Lucha tras el abordaje romano a una nave cartaginesa. Autor Sean O`Brògàin.)
La II Guerra Púnica, reafirmó lo apuntado en la contienda anterior y los cartagineses evitaron cualquier encuentro naval con los romanos, ya que se veían superados estratégicamente por sus enemigos, en materia de abordaje. Su incontestable poder marítimo les llevó a reducir gastos y disolver parte de su flota para reforzar sus legiones.
(Línea de combate de la flota romana en cuña y la cartaginesa en línea, en la batalla del cabo Ecnomo. Autor Charles Rolli.)
Estas medidas repercutieron en la seguridad del “Mare Nostrum” y los piratas, hasta ese momento desaparecidos, resurgieron de tal manera que pusieron en peligro las hasta ahora seguras vías marítimas. Unos de los que mas fama tuvieron fueron los piratas cilicios, que navegando en sus pequeñas y rápidas naves(Liburnas o Hemiolas), bajo el mando de almirantes, formaron importantes flotas que desde sus bases en las costas del Asia menor, asolaron las vías de suministros romanas.
(Batalla de Milas, los marinos romanos cruzando con el orvus, para abordar un barco cartaginés, estos se defienden arrojándoles de todo incluso culebras. Autor Giovanni Rava.)
En el año 70 a.C. incluso llegaron hasta las costas romanas y el Senado tomó medidas al respecto. Tres años después se publicó la Lex Gabinia, que dio poderes a Pompeyo el Grande para limpiar el Mediterráneo de los cilicios. La campaña duró 3 años y Pompeyo dejó libre Cilicia, para poder atacar a los piratas huidos. La paz fue bien gestionada por este, ofreciendo a los piratas, canjear tierras a cambio de barcos y esto propició que las aguas mediterráneas volvieran a ser tranquilas.
(Lucha entre dos naves romanas y dos vènetas en Morbihan. La nave principal es una liburna romana y el barco medio visible, a la izquierda, se asemeja a una quiquerreme, mostrando su sistema de remo.)
JULIO CÉSAR
En el año 56 a.C. en la campaña de las Galias, César utilizó la flota contra los vènetos, en la actual Bretaña, Los barcos romanos no estaban preparados para las aguas más agitadas del océano Atlántico, mientras que sus adversarios disponían de naves más resistentes, con quillas más planas y proas de mayor altitud, desde esa altura podían lanzar proyectiles contra las más bajas cubiertas romanas e incluso dominar las torretas de mayor altura, que César había añadido a sus naves. Sus maniobras a la vela eran muy hábiles, favorecidas por sus velas cuadradas de unos 30/40 metros de largo por 10/12 metros de ancho, que hacían del abordaje una tarea imposible. Buro Albino, comandante de la flota romana, consiguió derrotar en la batalla de Morbihan a una flota de 220 naves vènetas, gracias a la maniobra de acercamiento, ayudados por pértigas con garfios en las puntas, que destrozaron los mástiles de los barcos vénetos y estos perdieron su único apoyo, ya que mayormente no disponían de remos. Los remos romanos, junto a la gran movilidad de sus naves fueron decisivas en esta victoria.
(Barcos britanos.)
Un años más tarde, César volvió a utilizar su flota, en su primera expedición a Britania. Los legionarios partieron en barcas a pocos metros de la costa y consiguieron progresar, a pesar del encrespado mar y con su pesado equipo de campaña a cuestas, bajo una lluvia de flechas y salvando el acoso de la caballería britana. César reconoció que sus legionarios perdían buena parte de sus virtudes en el mar y solo la valentía del porta-estandartes que llevaba el águila, emblema legionario, que arengó a las tropas e hizo que los legionarios le siguieran para evitar la caída de su emblema en manos enemigas los llevó en volandas a la victoria.
(La batalla de Actium. Oleo de Lorenzo A. Castro.1672)
ACTIUM(ACCIO) 31 a.C.
Durante las guerras civiles del fin de la República se utilizó la marina de guerra. Pompeyo al igual que César la utilizaron en sus hostilidades, al igual que más tarde, Octavio Augusto y Marco Antonio. Especialmente estos últimos dirimieron sus disputas también en la guerra naval, siendo la batalla mas conocida e importante la de Actium, en el 31 a.C., que fue la principal de la guerra naval romana.
(Mapa del reparto de las provincias romanas entre Octavio y Antonio.)
Tras la eliminación de los asesinos de Julio César, por Octavio y Marco Antonio, el II Triunvirato se repartió los territorios de Roma: Lépido, comandante de las legiones de César, se quedó con África, mientras Octavio, el heredero de César y Marco Antonio, su lugarteniente, se repartían la parte oriental y occidental del Mediterráneo. Esto llevó a un sinfín de tensiones entre ambos que les llevó a una guerra abierta. Mientras Octavio consolidaba su posición en Roma, Antonio se dejó seducir por la reina Cleopatra, mientras sus partidarios(cónsules y senadores), abandonaban la capital, lo que provocó una escalada de tensiones.
(Anthony and Cleopatra. Pintura de Lawrence Alma-Tadema.)
Entonces Marco Antonio reaccionó, viendo inminente el encuentro entre ambos ejércitos, buscó la complicidad de los reyes orientales para que le apoyaran con sus ejércitos, entre ellos los de: Ponto, Galacia, Capadocia y Mauritania. Tras esto concentró sus tropas en las costas de Grecia, mientras que Octavio y su lugarteniente Agripa, las concentraron en el otro lado del Adriático, para evitar la batalla en Italia. Tras varias acciones de relieve, las naves de Octavio conquistan: Corfú, Pátras y Corinto. Después la escuadra de Agripa destruía una escuadra de Antonio, en la isla de Leúcade, cortando la llegada de suministros a Accio, por ello Antonio quedó bloqueado en el golfo de Ambracia. El puerto contaba con torres defensivas, armadas con catapultas en ambos lados de su entrada, pero la flota de Antonio quedaba cercada dentro, sin poder salir a plantar batalla. Sabedor que la flota de Antonio era numerosa, Octavio buscó la batalla en tierra. Así también se lo plantearon los consejeros de Antonio, que le sugirieron el abandono de su flota y jugárselo todo a una batalla terrestre, en la que ambos ejércitos estaban igualados y además Antonio tendría el apoyo de los reyes leales de Oriente. En caso de perder Antonio, Octavio se haría con las costas griegas y más tarde: Asia menor, Siria y Egipto.
Aquí entra en juego la reina Cleopatra, que le aconseja utilizar sus naves para evitar que Egipto cayera en manos de Octavio. Este como ya he comentado, había cortado las líneas de suministro y ello llevó a un racionamiento en los hombres de Antonio que les desmoralizó y provocó la deserción, tanto de sus hombres como de los reyes aliados. El objetivo de Octavio era Accio y consiguió ocupar el monte Mivalitzi que domina las entradas al golfo de Ambracia.
Antonio no tardó en llegar, acampó, reorganizó sus tropas y recibió refuerzos, se desplegó en formación de combate, pero Octavio sin superioridad numérica, rechazó el combate. La disyuntiva para Antonio era o avanzar hacía el norte, tierra adentro, buscando un lugar idóneo para presentar batalla, abandonando sus naves o salir del cerco del golfo, atacando directamente la flota octaviana.
(Marco Antonio arengando a sus legionarios. Fotograma del fílm "Cleopatra".)
Antonio confió en Canidio a su ejército de tierra e intentó romper el cerco. Sus naves debían llevar el mayor número de tropas a bordo, navegar hasta Alejandria, rehacer su ejército con los que llegaran embarcados y pensar en una nueva táctica para intentar sorprender al enemigo. Mientras los no embarcados se disgregarían por las costas orientales griegas para converger en Egipto o bien en el Asia menor, con sus compañeros. Marco Antonio embarcó unos 20.000 legionarios, arengándoles para conseguir una victoria naval completa, cuando lo que deseaban sus hombres era combatir en tierra, mientras las naves sobrantes eran quemadas. El tesoro egipcio fue secretamente embarcado, en la nave de Cleopatra, ya que de haberse sabido nadie hubiera dudado de que los planes de la reina eran la huida. Antonio ordenó no arriar las velas de sus naves, cosa inhabitual en los combates navales, ya que estas estorbaban en las maniobras de combate. Este les comentó que eran necesarias para perseguir al enemigo que disponía de naves más ligeras y veloces.
Antonio disponía entre 200/500 pesadas y grandes naves, algunos “dieces” y “ochos”(1), aunque la mayoría eran quinquerremes y hexarremes, con torres desmontables con arqueros a proa y a popa, mientras que Octavio contaba, según Plutarco, con 250 birremes y trirremes, mucho más rápidas y maniobrables(otras fuentes hablan de 400 naves), armadas con espolones en su proa y con pequeñas catapultas.
(Batalla de Accio, los trirremes romanos eran más rápidos que los pesados barcos antonianos y les asaltan con facilidad.)
La escuadra de Antonio y Cleopatra era impresionante, comandada en su ala izquierda por el cónsul Cayo Sosio, la central para Antonio, apoyado por Marco Octavio, pariente lejano de su enemigo y el ala derecha para Lucio Gelio Publícola, apoyados por las 60 naves egipcias de Cleopatra, en una segunda fila. Sus filas eran compactas, capaces de vencer cualquier enemigo.
Mientras Marco Lurius se situaba en su ala derecha, junto a Octavio, Lucius Arruntius en el centro y Marco Vipsanio Agripa en el lado izquierdo, como comandante de la escuadra. Se distribuyen en el orden de arco abierto frente a sus adversarios.
El 2 de septiembre del 31 a.C., los barcos de Antonio salieron de su base en el golfo, desplegándose en posición de combate, durante varias horas ambas flotas se estudian. Todos preferían luchar en el interior del mar, alejados de la orilla. Agripa con su escuadra más numerosa, necesitaba espacio y quería al enemigo lejos para poder envolverlo. Se cree que este había sugerido a Octavio, abandonar su estrategia de dejar salir a Antonio y atacarlo por la espalda.
(Desde las torres, montadas en los navíos se lanzaban todo tipo de proyectiles.)
Antonio debía sobrepasar la isla de Lèucade y esperar que a la tarde el viento norte-noroeste le favoreciera, debían tener el viento en popa y espacio suficiente para poder maniobrar, dejar atrás la isla. Para ello debían avanzar y adelantar a sus enemigos, para cuando el viento cambiara a esa dirección.
A medio día, el viento comenzó a virar y Antonio dio la señal a su flota de avanzar. Agripa necesitaba más espacio e hizo retroceder a sus naves, lo que engañó y confió a sus enemigos. Pero acto seguido dio un brusco viraje, dividió a sus naves, ataca sin cuartel los flancos de Antonio. Este que vio la maniobra ordenó el ataque. Mientras el resto de naves octavianas comenzaron el lanzamiento de toda clase de proyectiles, tanto de artillería como desde las torres, ya que embestir esas enormes naves no era una buena solución, buscando después el abordaje, así varías pequeñas naves podrían vencer a otras mayores. También rodeando los pesados quiquerremes, con la intención de quebrar sus remos, con sus espolones.
(El combate naval fue muy cruento.)
Los de Antonio buscaban con sus garfios propiciar el abordaje de las naves más pequeñas. Mientras las naves de Cleopatra contemplaban la batalla desde su cómoda posición, sabedores que la batalla sería decisiva, puesto que la huida en su conjunto de la flota de Antonio era imposible.
Publícola intentó evitar la maniobra de Agripa y abandonando el centro que ocupaba en ese momento, ofreció una línea casi oblicua al resto de la flota para amedrentar a Agripa, dejando un gran espacio en su centro que fue aprovechado por las 60 naves egipcias, izando sus velas, para buscar ese hueco. Rompen sus torres y las lanzan al mar, para ganar velocidad, lejos del viento, aprovecharon su velocidad para evitar el abordaje, ya que sus enemigos más lentos no podían maniobrar a esa velocidad. Antonio al ver ese movimiento abandona su nave insignia(una de las “dieces”) y en una nave más pequeña partió en pos de su amada, acompañado de varias naves más. Las naves de Agripa, sin velas, ni mástiles, enfrascadas en el combate poco pudieron hacer para evitarlo. Entre 70/80 naves escaparon con los amantes, pero atrás quedaron combatiendo hasta dos tercios de la flota de Antonio. Al alcanzar la nave de Cleopatra, Antonio quedó sumido en una gran depresión que le duró hasta tres días, ya que había perdido sus naves y no sabía lo ocurrido a las legiones de Canidio Craso. Este había huido a Macedonia, perseguido de cerca por Octavio. Al conocerse la derrota naval de Antonio, las legiones de Canidio se pasaron en masa a las tropas vencedoras.
La batalla duró escasamente unas cinco horas y no decidió la guerra. Plutarco habla de 5.000 muertos, pero sin aclarar si eran las de Antonio o las totales. En el lugar que Octavio tenía emplazado su campamento, fundó la ciudad de Nicópolis.
(Distribución de las flotas en la batalla de Accio.)
Después de esta batalla naval, habremos de remontarnos hasta el 323 d.C. para referenciar otra gran batalla naval, la del emperador de Occidente, Constantino, a las puertas de Bizancio, el cual derrotó a Licinio, que disponía de 200 trirremes, contra los 80 barcos ligeros de Constantino y con esta victoria puso fin a la era del trirreme, en la marina de guerra romana.
TIPO DE NAVES
El tipo más corriente de embarcación militar en el “Mare Nostrum” era la galera. Existían varios tipos de ellas, según el número de remos que poseyeran, la más corriente era la quiquerreme, que desarrollaba 100 tn. con cinco filas de remeros, 45 mts. de eslora y 5 mts. de ancho, impulsada por 300 remeros(280 según otras fuentes) más 20 tripulantes en cubierta. En caso de combate la cifra de tripulantes ascendía a 120 legionarios, pero solo en este caso especifico, ya que la nave estaba excesivamente cargada. Navegaba entre 10/15 km. hora, disponían de espolón en la proa, con garfios y torres en la proa y popa, donde se instalaban arqueros. Algunas galeras portaban vela cuadrada, que se arriaba cuando entraban en combate.
(Trirreme procedente del Museum of Classical Archeology the Cambridge. Foto Roberto Lérida Lafarga.)
Los Trirremes tenían 36 mts. de eslora y 4,5 mts. de ancho. Disponían de 170 remeros y 20 legionarios,(en caso de combate podían llegar a 200 h.). Desarrollaban 50 tn. y una velocidad máxima de 15 km/h. Los remos de la fila superior medían más de 3,50 mts.
(Birreme, mandado construir por Cneo Pompeyo para combatir en el Mediterráneo.)
Birreme tenía unos 30 mts. de eslora con 50 remeros y 100 legionarios. También existían las liburnas, originarías de Liburnia, costa del Adriático, muy empleadas por los piratas. Desarrollando 15 tn. y 50 remos, con una dotación completa de 70 hombres. Esta embarcación fue muy utilizada en la batalla de Accio, por lo ligeras y maniobrables que eran ante las pesadas galeras de Antonio. En un principio fue una monorreme, pero más adelante se le agregó una nueva fila de remos, más una protección para sus tripulantes.
(Esta nave era un verdadero acorazado de su época “el deceres”, tenía una longitud de 44 mts. Con un casco de 6 mts. Estabilizador: 8,50 mts. Calado: 6/7 ft(C2m) con un total de 572 remeros, 15/30 Marinos y 200/250 infantes de marina. Armamento: 2 torres de lucha y de 2 a 6 catapultas. La flota de Antonio en Actium disponía de quiquerremes y algunos más grandes, entre ellos uno o dos“deceres”. Junto a el, otra nave más maniobrable, la “liburna”, con una longitud de 33 mts. Casco: 3,60 mts- Calado: 3/8 ft(1-1m), con un total de 144 remeros, 10/15 marinos y 40 infantes de marina.)
EL CORVUS
Durante las guerras púnicas, se desarrolló esta magnifica arma de combate denominada corvus por los marinos por su pico(a semejanza de un cuervo).
Constaba de dos secciones: una de 4 y otra de 8 mts. de longitud y una anchura de 1,20 mts con dos vallas(una a cada lado) hasta la altura de las rodillas. Así como una estilete largo en su extremo. Su plataforma podía girar alrededor de un poste de 8 mts. de altura.
Su plancha se dejaba caer sobre el puente enemigo, allí se clavaba o se enganchaba en la borda, lo que provocaba que ambas naves se juntaran. Los Corvus eran magníficos en el combate, pero ingobernables en el mar. Ello conseguía que lo que no lograban el enemigo, lo hicieran los elementos atmosféricos, ya que estos aparatos eran muy pesados en la proa. Cerca de la costa siciliana, sufrieron un fuerte temporal que hizo que 270 naves se fueran al fondo del mar, lo que provocó que dicha arma dejara de utilizarse.
LOS ESPOLONES
Fabricados en bronce, llegaron a pesar hasta 100 kgs. y su forma más habitual en el ataque era embestir a la nave enemiga con este y clavarlo en su costado, lo que provocaba una brecha por donde entraba una vía de agua, provocando su hundimiento posterior. Otra de sus maniobras, solo apta para tripulaciones experimentadas era el acercamiento al costado de la nave para destrozar los remos adversarios.
Otras armas eran el Arpax o Arpajo unas catapultas que disparaban garfios de hierro que se enganchaban en las naves contrarias, en la distancia, para aproximarlas y poder así abordarlas. Este fue un invento de Agripa.
Durante el sitio de Siracusa, en la guerra púnica, se amarraron dos naves juntas, se cargaron torres de asedio para atacar las murallas de la ciudad.
(Monumento dedicado a Marco Vipsario Agripa, en Mérida.)
BASES Y FLOTAS
Las dos flotas principales contaban con dos bases: Miseno, en la bahía de Nápoles. Mandada construir por Augusto, albergaba: birremes, trirremes y quatrirremes y circunstancialmente alguna quiquerreme o hexarreme.(los componentes de esta flota tenían el rango de pretorianos, mandados por un prefecto, dependiendo directamente del emperador) Y la otra, en Ravena, en la desembocadura del Po. Esta última estaba formada por birremes y liburnas. La misión de ambas flotas era la protección de los puertos del Tirreno, como Pozzuoli, donde se recibía el trigo procedente de Alejandria, además del puerto principal de Ostia, que suministraba a todo el Imperio. Al incrementarse las flotas se ubicaron en las bases de Egipto y Siria, para proteger las vías marítimas. Más adelante, tras la conquista de Britania, se estableció una nueva base en Boulogne. Años después hubo flotas en el Rhin, Danubio y el Mar del Norte, destinadas al aprovisionamiento y transporte de sus legiones.
(Fotografía del puerto de Cesárea Marítima, un importante enclave de Judea que llegó a convertirse en capital de su provincia. Su puerto fue el más importante construido en aguas abiertas.)
Estas flotas eran mandadas por un cónsul y la estructura era semejante a la de una legión. mientras que las naves estaban
comandadas por un trierarca(nombre tomado del griego, que significa capitán de una trirreme)
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El prestigioso historiador británico Adrian Goldsworthy, afirma en su obra “Antonio y Cleopatra” que se emplearon naves más grandes, denominándolas: “seises”, “ochos” y “dieces”
Escrito por Josep Subirats
FUENTES
La marina: el ascenso del poder naval de Roma. La marina:naves de guerra. Las Legiones romanas por Peter Connelly. Espasa-Calpe. S.A.1981. Madrid.
Águilas de los Mares, por Estéban Bérchez Castaño. Historia-National Geographic.
Navios de guerra romanos, por Flavius Stilicho. Mundo Historia.
Antonio y Cleopatra, por Adrian Goldsworthy. La Esfera de los Libros. S.L. Madrid.2011.
Las guerras Púnicas. Arrecaballo.es
Historia de las legiones de Roma. La marina de guerra en tiempos de Roma por David Odalric de Caixal i Mata.
Historia de Roma. marcos/historiaderoma.blogspot.com.es
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- Leones2233's blog
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Buen artículo, Josep, como siempre! Aunque he de reconocer que por el título me esperaba que estuviese más centrado en la batalla de Actium.
Me han gustado las imágenes, he reconocido la de Radu Oltean, colaborador de las revistas Despertaferro y Ancient Warfare, está en el número que dedican en AWF a la Primera Guerra Púnica.
Me ha llamado la atención que indicas que lso espolones de bronce podían llegar a pesar 100kg, me esperaba una cifra máxima mucho mayor.
Un abrazo!
Lones, veo que has dejado el artículo en el foro de "Armamento de todas las épocas". Esto ha sido intencionado? Yo lo veo más en Historia de la Antigüedad, si quieres cambiarlo puedo hacerlo yo mismo.
Un abrazo
Perdona me deje lo de las imágenes. A mi también me han gustado mucho....llama mucho la atención como les arrojaban culebras y todo...Hay muchas de estas imágenes que son JPN y no se pueden subir a los trabajos(o al menos yo no sé) y viendo la calidad de las mismas las imprimí, escanee y las puse en JPEG, que si admite la subida a la web. Total gasté un poco más de tinta , pero creo que valió la pena.
Repito las gracias. Un abrazo de Josep
solo hay que convertir el formato de la imagen. Hay algunos programas que hacen eso, incluso photoshop puede hacerlo.
Perdona me deje lo de las imágenes. A mi también me han gustado mucho....llama mucho la atención como les arrojaban culebras y todo...Hay muchas de estas imágenes que son JPN y no se pueden subir a los trabajos(o al menos yo no sé) y viendo la calidad de las mismas las imprimí, escanee y las puse en JPEG, que si admite la subida a la web. Total gasté un poco más de tinta , pero creo que valió la pena.
Repito las gracias. Un abrazo de Josep
solo hay que convertir el formato de la imagen. Hay algunos programas que hacen eso, incluso photoshop puede hacerlo.
Formato JPN? Nunca me lo he encontrado! No será PNG?
Hola Josep
Pon en Google "Irfanview", es un programa gratuito que abre casi cualquier formato de imagen y permite grabarlo en otro formato. Permite una pequeña edición (no gran cosa) y la reducción de definición del JPG (con una dramática reducción de espacio requerido), todo esto de una manera totalmente intuitiva, para nada compleja.
Abrazo
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Hola Merlin.
Como siempre muchas gracias por tus halagos. Lo de los espolones es lo que escribían mis fuentes, era muy conciso y no ahondaba más sobre este tema.
El sentido del trabajo era más sobre la historia de la flota romana, por eso lo del titulo, a lo mejor erre de no ponerlo al reves..."Velas romanas en el Mediterráneo-Actium...etc"...
Un abrazo de Josep