La conspiración de Maguncia: historia secreta de la Sábana Santa (Primera parte)
Esta tela, que según una tradición cristiana sirvió de sudario mortuorio para envolver el cadáver de Jesús después de que fuese bajado de la cruz y depositado en su sepulcro, es reverenciada por millones de creyentes cristianos en todo el mundo, especialmente en el orbe católico, como la contenedora de la impronta que el cuerpo inerte del hijo de dios dejó al desintegrarse de manera repentina a los tres días de su expiación, a consecuencia del proceso de resurrección que entonces se estaba produciendo.
En las siguientes líneas se insertará la elaboración de la Síndone dentro de un contexto histórico determinado, se desvelarán misterios como quien fue el autor de esta venerada reliquia cristiana, por que y cuando se hizo, que técnica se llevó a cabo para elaborarla, y porque la imagen presenta determinadas características.
Introducción
El siguiente artículo es el fruto de un razonamiento personal en torno al mega publicitado lienzo de Turín, conocido como Síndone o Sábana Santa, entre otros nombres.
Esta tela, que según una tradición cristiana sirvió de sudario mortuorio para envolver el cadáver de Jesús después de que fuese bajado de la cruz y depositado en su sepulcro, es reverenciada por millones de creyentes cristianos en todo el mundo, especialmente en el orbe católico, como la contenedora de la impronta que el cuerpo inerte del hijo de dios dejó al desintegrarse de manera repentina a los tres días de su expiación, a consecuencia del proceso de resurrección que entonces se estaba produciendo.
En las siguientes líneas se insertará la elaboración de la Síndone dentro de un contexto histórico determinado, se desvelarán misterios como quien fue el autor de esta venerada reliquia cristiana, por que y cuando se hizo, que técnica se llevó a cabo para elaborarla, y porque la imagen presenta determinadas características.
Por ejemplo, a que se deben pormenores como qué no haya imagen debajo de las manchas de sangre, que la imagen haya sido plasmada en la tela de manera meramente superficial, que la cabellera aparezca volcada hacia adelante y no hacia atrás como en lógica debiera ser teniendo en cuenta la visualización de la efigie en la tela, o a que, según afirman los sindonólogos, la nariz de la imagen aparezca con aspecto de estar rota, pues “el cartílago aparece roto y desviado a la derecha, debido seguramente a una caída”..
¿Es posible engañar la mente humana haciéndola concebir una imagen, y a esforzarse en base a ella a responder a interrogantes que parten de premisas que damos por sentadas como verdaderas pero que en realidad son falsas?..
Aunque popularmente está muy extendida la idea de que la Sábana Santa ha sido profusamente estudiada por numerosos científicos de toda índole, es esta una creencia completamente errónea. Se han realizado fotografías de la Síndone en 1898, la primera, en 1931, en 1969, entonces la primera en color, en 1978 por el equipo del S.T.U.R.P., y los estudios sobre las supuestas características de la imagen se han realizado sobre estas fotografías, nunca sobre el tejido mismo del lienzo.
El Santo Sudario jamás ha salido de Turín, nunca ha sido estudiado en condiciones de laboratorio porque no ha sido llevado a ninguno.
En los siguientes nueve capítulos se desgranan las razones por las que la Sábana Santa debe ser concebida desde una perspectiva distinta a la que marca la fe y el mercantilismo sensacionalista, sumidos ambos en el afán de controlar las consciencias y de hacer lucrativos negocios.

Durante el Congreso Mundial de Sindonología celebrado en 1950, ya en plena Guerra Fría y con el comunismo avanzando política e ideológicamente en todo el mundo, el Papa Pío XII otorgó a la Sabana Santa el calificativo de “extraordinario vestigio de la Pasión del Divino Redentor”, encomendando a los fieles “que se procurase una veneración universal de tan importante reliquia”.
Desde entonces la maquinaria propagandística del Vaticano se puso en marcha para universalizar el conocimiento acerca de esta reliquia, acelerada a partir de los años 70, cuando los movimientos revolucionarios que estaban en auge en el orbe católico, especialmente en América Latina, amenazaban con desestabilizar el estatus quo imperante en el que la Iglesia ostentaba una firme posición de privilegio y poder.
La reliquia más venerada por los católicos es una tela rectangular de aproximadamente 4.27 x 1.10, que se cree sirvió de sudario al cuerpo de Jesús después de su muerte en la cruz.
Se considera que históricamente apareció públicamente por vez primera en Francia en 1357, y se le otorgan extraordinarias características sobrenaturales en lo que atañe a la aparición de la imagen de Cristo en la tela.
1.1.- Rasgos anatómicos inverosímiles
La supuesta imagen del hombre que pudo haber sido cubierto por la tela de lino conocida tradicionalmente como Sabana Santa, Sudario de Turín, o Síndone, adolece de una peculiaridad. Marca perfectamente rasgos fisiológicos del cuerpo, incluso algunos pequeños como los párpados, en cambio de otros no aparece ni el más mínimo resquicio.
Si se observa con atención la imagen, se verá que los brazos aparecen pegados al cuerpo, y los antebrazos formando un ángulo con estos de entre 45 y 60 grados. Teniendo en cuenta que la imagen se correspondería supuestamente con la posición de un negativo, la mano derecha aparece tocando la parte exterior del muslo izquierdo, y la mano izquierda se posiciona sobre la muñeca derecha, cubriendo de tal manera los órganos sexuales. Más que una imagen natural extraída de un sudario sin retocar, parece la imagen de una pose pudorosa, donde los brazos están artificialmente estirados con la finalidad de que no sean visibles las partes pudientes.
Un cuerpo recostado sobre la espalda, con los brazos pegados al tronco, y los antebrazos flexionados formado un ángulo de entre 45 y 60 grados, es anatómicamente imposible que aunque se hubiese producido una ruptura de huesos a la altura de los hombros a causa de la crucifixión, pudiese con las manos cruzadas sobre las muñecas tapar con estas los órganos sexuales.
Ni siquiera con los brazos estirados del todo sería posible poner las manos en esa posición y mantenerlas allí sin que los músculos de brazos y antebrazos se relajasen y cayesen a los lados durante el rigor mortis. Si las manos fueron atadas con cuerdas para mantenerlas en ese lugar no hay rastro de ellas en el sudario.
Y si el cuerpo fue sepultado en una tumba incrustada en una cueva, donde según la tradición permaneció durante cuarenta horas antes de resucitar, ¿para que extenderle los brazos hasta que con sus manos se cubriese los órganos genitales?..¿de que miradas impúdicas se estaba ocultando el cadáver?.
1.2.- Como recubrían los judíos en el siglo I los cadáveres según los evangelios
Para dilucidar acerca de este asunto, podemos comparar dos textos de Juan en los que se hacer referencia a los sepulcros de Jesús y Lázaro. En ambos se alude “en plural” a los vendajes que cubría los cuerpos allí sepultados:
El pasaje relativo al sepulcro de Lázaro dice:
Salió el muerto, ligados con fajas pies y manos, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Soltad-le y dejadle ir. (Juan 11, 44)
Y el relativo al sepulcro de Jesús es taxativo respecto al modo en que su cadáver fue envuelto:
5 e inclinándose, vio los lienzos (vendas); pero no entró.”
6 Llegó Simón Pedro después de él, y entró en el monumento y vio los lienzos allí colocados,
7 y el sudario que habían estado sobre su cabeza, no puesto con los lienzos, sino envuelto aparte. (Juan 20: 5-7)
La utilización de un sudario del de las características de la Sabana Santa es contradictoria con el método de enterramiento descrito en los evangelios canónicos, pues el cadáver de Jesús desde el cuello a los pies, siempre según el relato canónico, fue envuelto en múltiples tiras de lino, y su cabeza lo fue en un lienzo único.
Hacia finales del 2009, un equipo de arqueólogos descubrió un sudario en una excavación en Jerusalén.
Datado en la primera mitad del siglo I, la tela era muy diferente a la del tejido de la Sábana de Turín. El catedrático del Instituto WF Albright de Investigación Arqueológica en Jerusalén Shimon Gibson, participante en la investigación, afirmó al respecto:
“Mientras la tela de Turín tiene un tejido mucho más sofisticado y es una solo pieza, la tela del sudario de Jerusalén es más básica, y consta de dos partes, una para la cabeza, y otra para el cuerpo.”
La Síndone no es pues espejo del evangelio.
1.3.- El tratamiento del cadáver de Jesús antes de ser envuelto en vendajes
En los rituales de enterramientos judíos, los cuerpos eran profusamente lavados antes de envolverlos en telas para su sepultura. Tanto si el cuerpo tenía heridas de las que manaba sangre, como si esta se hubiese coagulado por estar ya muerto cuando fue bajado de la cruz, los rastros de esta hubieran desaparecido tras el lavado ritual al que obligatoriamente debían de haber sometido al cadáver.
El evangelio de Juan revela que tipo de tratamiento recibió el cadáver Jesús:
38 Después de esto, rogó a Pilato José de Árimatea, que era discípulo de Jesús, aunque secreto por temor de los judíos, que le permitiese tomar el cuerpo de Jesús, y Pilato se lo permitió. Vino, pues, y tomó su cuerpo.
39 Llegó Nicodemo, el mismo que había venido a El de noche al principio, y trajo una mezcla de mirra y áloe, como unas cien libras.
40 Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo fajaron con bandas y aromas, según es costumbre sepultar entre los judíos.
41 Había cerca del sitio donde fue crucificado un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual nadie aún había sido depositado.
42 Allí, a causa de la Parasceve de los judíos, por estar cerca el monumento, pusieron a Jesús. (Juan 19, 38-42)
De la lectura de estos versículos se infiere que el cadáver de Jesús fue tratado antes de ser sepultado. La idea esgrimida por los defensores del carácter sobrenatural de la imagen grabada en la Sábana Santa respecto de que el cadáver de Jesús no fue sometido al lavado ritual que prescribía la ley judía porque se aproximaba la Pascua, debiendo por ello enterrarlo apresuradamente, vuelve a contradecir el relato canónico.
A lo que impelió la proximidad de la Parasceve, la preparación para la festividad del sábado, no fue a darle sepultura rápidamente sin proceder a tratar su cuerpo según la ley judía, que implicaba lavarlo y aromatizarlo previamente, sino a enterrarlo en un sepulcro situado en un huerto cercano al lugar donde fue crucificado (Juan 19, 41-42).
1.4.- Controversias científicas
En el año 2002, un químico estadounidense llamado Raymond Rogers esgrimió una tesis acerca de la Sábana Santa según la cual, las muestras de tela tomada de esta por los laboratorios de la Universidad de Oxford, la Universidad de Arizona y la Escuela Politécnica Federal de Zúrich en 1988 estaban contaminados por una sustancia química denominada vanilina.
Según su teoría, esta sustancia se había incorporado a la estructura del sudario tras una reparación efectuada a raíz de un incendio que afectó a parte de esta hacia 1532.
La tesis de Rogers ha sido adoptada desde el 2002 por los defensores de la sobrenaturalidad del Sudario de Turín con la finalidad de poner en entredicho las conclusiones de los tres laboratorios antes mencionados, cuyas investigaciones mediante la aplicación del método del carbono 14 dieron como resultado que cada uno de los pedazos de tela por ellos analizados estarían datados entre 1260 y 1390, por lo que la elaboración de la Sábana Santa habría tenido lugar en algún momento de este lapso temporal.
Posteriormente, la tesis de la contaminación por vanilina de Rogers fue a su vez cuestionada por químicos, que dudaron de la fiabilidad de su trabajo, y por expertos en conservación de tejidos, como Flury-Lemberg.
En su tesis cuestionadora del valor de los análisis efectuados por los tres laboratorios, Rogers habló de una supuesta “reparación invisible” que según algunos especialistas no fue tenida en cuenta por la señora Flury-Lemberg a la hora de desacreditar la hipótesis de Rogers.
Casualmente, y según Rogers, la sustancia contaminante solo se encontraría precisamente en las muestras tomadas para su análisis, descartando que la misma se encontrase en el centro de la sábana, donde está impresa la imagen.
La propia especialista Flury-Lemberg lo volvió a refutar argumentando que el supuesto “remiendo invisible” al que aludía Rogers hubiera sido perfectamente visible para los ojos de los expertos que extrajeron las muestras en el 88, así como que por otro lado era imposible de realizar un remiendo como el que el pretendía que se había realizado, en tejidos livianos como el lino, todo según Flury-Lemberg.
¿Como podía decir Rogers catorce años después de que se tomasen esas muestras que entonces los especialistas fueron incapaces de ver el “remiendo mágico” que el decía que había allí?.
La coartada histórica para justificar que los tres laboratorios habían analizado cada uno de ellos una muestra de la Sabana Santa contaminada por vanilina, sustancia desconocida en el siglo I pero si hacia el siglo XIV, momento hacia el que fue datada la sábana (entre 1260 y 1390), fue un incendio acontecido en 1532, que habría dañado parte del Sudario de Turín, y que habría obligado a su reparación con un tejido diferente al original de la sábana.
Entonces, las monjas que hicieron la reparación del tejido dañado, habrían tomado restos de telas, elaboradas estas entre 1260 y 1390, y las habrían cosido en 1532 a los extremos dañados del sudario. Por ellos ninguno de los tres análisis de 1988 tendría validez alguna, al haberse realizado sobre muestras contaminadas.
Desde el año 1988, todos los estudios sobre la Sábana Santa no se habrían hecho directamente sobre el tejido de esta, sino sobre fotografías de ella tomadas, que luego serían relaboradas en tres dimensiones y digitalizadas, para visualizarlas por ordenador de todas las maneras posibles. Hecho que gran parte de la opinión pública desconoce, al considerar que cuando se habla de este o aquel estudio de la Sábana Santa, se hace de investigaciones que se han efectuado directamente sobre este lienzo, lo que es totalmente falso, y no sobre fotografías y especulaciones acerca de deducciones derivadas de esta, que es lo que realmente ha venido ocurriendo desde 1988.
Respecto a la supuesta presencia de polen del siglo I en el lienzo de la que habló el criminólogo suizo Max Frei, es una falsificación expuesta por este en un artículo publicado en el periódico italiano La Gazzetta del Popolo el 8 de Marzo de 1976.
La aseveración de Max Frei en torno a la presencia de polen del siglo I es anterior al único estudio científico que se ha realizado sobre la Sábana Santa, el de los tres laboratorios que en 1988 dictaminaron que el lienzo fue elaborado entre los años 1260 y 1390.
Así mismo, Max Frei, es el mismo Max Frei-Sulzer que junto con el documentólogo estadounidense Ordway Hilto, certificaron la veracidad de los “Diarios de Hitler”, después de cotejar fotocopias de estos supuestos diarios con escritos auténticos de Hitler sacados de los Archivos Alemanes Federales.
La revista alemana Stern se basó precisamente en la previa certificación de autenticidad otorgada por ambos especialistas en 1983 para publicar los diarios como verdaderos escritos de Hitler..y hacer con ello un fabuloso negocio hasta que el fraude fue desvelado.
1.5.- El proceso de formación de la imagen en el Santo Sudario de Turín
En la Edad Media, se podían reproducir grabados artísticos mediante el método de ranurar previamente con instrumentos cortantes o punzantes su diseño sobre una superficie rígida, como podía ser una plancha de cobre.
La superficie de la plancha era antes que nada untada de barniz, que hacía de elemento protector de la misma, y a continuación era en esta capa protectora sobre la que incidía el instrumento que tallaba los contornos del dibujo, siempre sin llegar a penetrar en la superficie metálica de la plancha.
Con posterioridad a esta etapa del proceso, la plancha de cobre ya untada de barniz y con la imagen tallado sobre el mismo, era sumergida en una solución de agua y ácido nítrico denominada aguafuerte. Si quedaban zonas en la plancha de cobre sin proteger por el barniz, el cobre se corroería precisamente ahí, dejando unos surcos que luego podrían aparecer en el objeto sobre el que esta plancha se proyectase para producir la apariencia de zonas “quemadas”.
La misma utilización de la solución de aguafuerte justificaría la presencia de pequeños restos de barnices y sales de agua en la Síndone.
1.6.- Algunos datos históricos sobre el aguafuerte
La técnica de grabación de dibujos por aguafuerte era conocida ya en el siglo XIV en la Italia medieval, cuyos artistas comenzaron utilizándola no en lienzos, sino en las armaduras de los guerreros:
aguafuerte era, sin duda, el sistema decorativo más extendido. Los artesanos italianos del siglo XV utilizaban un aguafuerte ennegrecido en sus armaduras, pero sabemos gracias a diferentes textos que conocían este método ya desde fines del XIV, aunque las muestras que han llegado hasta nosotros son de la centuria siguiente. Se recubría la pieza por completo con una capa protectora de barniz resistente a los ácidos, pintura al óleo, cera o incluso alquitrán. Seguidamente se trazaba el diseño con un buril y a continuación se sumergía la pieza en ácido, el cual actuaba en las partes no cubiertas con el dibujo al tiempo que este quedaba grabado en el metal; la capa de barniz se eliminaba con aguarrás. El diseño se ennegrecía con una mezcla de negro de humo y de aceite, y la pieza se ponía a calentar hasta que este último se evaporaba. (“Armeros”, Matthias Pfaffenbichler, Ediciones Akal, S.A., 1998)
Conocido por uno de sus apodos como Arabicus Christianus (árabe cristiano), a Ramon Llull se le atribuye como alquimista y divulgador científico, la modificación y divulgación en Europa de la composición química del aguafuerte. Modificación porque sus conocimientos sobre el aguafuerte parecen estar basados en los trabajos muy anteriores de Abu Musa Jabir Ibn-Hay-Yan (721-815), más conocido en Europa como Geber, erudito musulmán que entre otras ramas de la ciencia, destacó sobremanera por sus trabajos en el campo de la química.
El conocimiento de la ciencia del aguafuerte en Europa proviene de un tiempo más antiguo que el siglo XIV, aunque la obtención de este en la forma en que hoy lo conocemos y su utilización como método de grabación de pinturas no se generalizó hasta el siglo XVII.
Pero su aplicación en orfebrería y armería, en la forma entonces conocida del aguafuerte, era aplicable ya en el siglo XII por ejemplo para imprimir leyendas en armas, tal como expone Francisco Esteve Botey en el siguiente texto:
De la invención del aguafuerte
Algunos datos históricos
El descubrimiento de este mordiente data de fecha remota.
Un árabe celebre en la historia de la ciencia química pura y aplicada, mágico y misterioso, llamado Geber, que vivió en el siglo IX, estudió las propiedades del aguafuerte, la cual obtuvo calentando simultáneamente salitre y alumbre (sulfato de potasa y de hierro).
De modo que Raimundo Lulio, a quien ha venido atribuyéndose la invención del aguafuerte, no fue sino a lo que parece el modificador del método de fabricación de Geber siguiera quinientos años antes, pues Lulio, que vivió en los tres últimos cuartos del siglo XIII (1225-1315) y primeros años del XIV, combinó el compuesto que el llamaba espíritu de salitre, calentando una mezcla de nitro (azotato de potasa) y de arcilla o greda. Cavendish fue el que después la dio a conocer.
Esta composición ha venido siendo en el transcurso de muchos siglos la que más o menos modificada se ha aplicado a la decoración de los aceros de Damas, al adorno de ambas, de corazas y de toda suerte de instrumentos de guerra, cuyo derochage se practica hoy con gran progreso bajo la denominación de damasquinado.
Consiste este género de grabado en sumergir en el agua fuerte el metal que se haya de exornar, previamente protegido por algún barniz craso o resinoso, preparado para privar de la acción de aquel las partes en que haya sido cubierto el metal, las cuales conservan luego el pulimento, al tiempo que en las que quedaron desprovistas y, por tanto, sometidas a la acción del ácido, la superficie lisa fue destruida, quedando descubierto el grano del metal oxidado por la acción del mordiente que le atacó.
Passavant, en su Pintor-grabador, cita la espada de Roger, primer Bey de Sicilia, que tenía grabada en su obra esta inscripción latina: “Apulus et calaber, siculus mihi servit et afer”, que cree fue grabada al aguafuerte el año 1150.
GRABADO – Francisco Esteve Botey
Editorial: TIPOGRAFIA LITOGRAFICA A. DE ANGEL ALCOY, MADRID
Año de publicación: 1914
Encuadernación:COMPENDIO ELEMENTAL DE SU HISTORIA, Y TRATADO DE LOS PROCEDIMIENTOS QUE INFORMAN DE ESTA MANIFESTACIÓN DEL ARTE, ILUSTRADO CON ESTAMPAS CALCOGRÁFICAS.
De la presente edición
Editorial MAXTUR, 2003
La técnica del grabado por aguafuerte era sobretodo conocida por orfebres y armeros en el siglo XIV, pero también por aristócratas y caballeros a los que aquellos solían ofrecer sus servicios profesionales.
Según la historia oficial, la Sábana Santa fue vista publicamente por vez primera en el año 1357, cuando la viuda del caballero francés Geoffroy de Charny la cedió a la iglesia de la localidad francesa de Lirey para que pudiera ser públicamente venerada.
1.7.- El mecanismo de impresión de la imagen en la Sábana Santa
Hacia mediados del siglo XV, solo unas décadas después de la fecha en que la historia oficial documenta la primera referencia a la Sábana Santa (1357), Gutenberg utilizó una prensa para uvas del Rhin a fin de hacerla actuar como su primera plancha de impresión. Posteriormente fabricó su primera imprenta efectuando modificaciones en aquel artilugio diseñado para el prensado vitivinícola. Por ello las primeras imprentas tenían cierta apariencia que recordaban a las de prensas para uvas.
Fue precisamente uno de estos artilugios vitivinícolas el que pudo servir de sistema de prensado para forjar la imagen doble del Santo Sudario.
La prensa vitivinícola tenía una base sobre la que caía el peso móvil que aplastaba las uvas. Sobre esta base se fijaba una plancha de cobre sometida al aguafuerte, con la imagen del anverso grabada sobre el barniz. A continuación se colocaba sobre ella la tela, que quedaba fijada a la plancha mediante clavos que traspasaban la superficie de cobre por los agujeros hechos previamente en ella.
Sobre el peso móvil se fijaba otra plancha de cobre al aguafuerte con el anverso (de frente) en ella grabado sobre el barniz, que al caer sobre la tela fijada a la plancha de la base fija imprimiría a la vez por ambos lados la imagen, dando con ello la sensación de un positivo y un negativo de aquella. Dado que la fuerza de las tonalidades de uno y otro lado de la tela serían diferentes debido a la distinta presión ejercida por el efecto del prensado, la imagen de apariencia negativa, que se correspondería con la que estaba en la plancha móvil, tendría mucha más nitidez que la que se hubiese formado en el reverso del tejido.
Luego abría que quitar las planchas tanto de la base fija como de la móvil, y colocar en ambas una plancha con la imagen del reverso (de espaldas), rodar el lienzo hasta posicionar su otra mitad sobre la base fija de la prensa, y volver a repetir la misma operación, ahora con las planchas del reverso.
El hecho de tallar el anverso y el reverso manualmente en planchas diferentes, conllevó que la imagen del reverso quedase con proporciones significativamente mayores que las del anverso.
En la fotografía del anverso y el reverso de la imagen se aprecia nítidamente como los agujeros de fijación del sudario a las planchas de cobre guardan una asimetría claramente intencionada. La versión oficial de la Iglesia atribuye estos agujeros, al igual que los restos de agua hallados en la tela, al incendio fortuito que supuestamente afectó a al Santo Sudario en 1532.
Las ranuras que diseñaban el contorno del dibujo sobre la plancha, tenían la peculiaridad de que al dejar desprotegida la superficie de cobre precisamente en esas zonas, producían ahí un efecto oxidación, que al ser prensada la tela entre las dos planchas, dio como resultado la plasmación de la imagen por oxidación del cobre.
El aguafuerte fue sometido a una fuente de calor para que generase oxidación en las ranuras realizadas sobre el barniz que cubre la plancha de cobre. La utilización de ácido nítrico, sustancia contenida en el aguafuerte, teñiría la tela de una coloración débilmente amarillenta, que es exactamente la que presenta el Santo Sudario, según las conclusiones del S.T.U.R.P., el equipo científico contratado por la propia Iglesia en 1978:
"Observaciones directas y estudios microscópicos:
El lienzo es de lino, color amarillento y tejido en espiga (trama:urdimbre 3:1)"
Evidentemente, esta coloración amarillenta del lienzo, probable signo de que fue teñida con ácido nítrico, está en parte también condicionada por el pase del tiempo que de seguro ha influido así mismo en todo el resto de características del lienzo.
1.8.- Una apreciación jurídica sobre la condena a Jesús
Aunque no viene directamente al caso de la Sábana Santa, quiero terminar este análisis desmantelando otro de los argumentos que los defensores de la sobrenaturalidad del sudario esgrimen para justificar que, según dicen, Pilatos condenase dos veces a Jesús por el mismo delito, una a la flagelación, y otra a morir crucificado, a pesar del principio jurídico de “non bis in ídem” (no dos veces por lo mismo).
Según su argumentación, la naturaleza del delito atribuido a Jesús, un cargo de lesa majestad por haberse proclamado rey de los judíos, justificaba por su gravedad esta doble condena por un mismo delito pese a contradecir el non bis in ídem.
Pero lo cierto es que el principio de “non bis in ídem” recogido en el Derecho romano, según los datos hoy en día disponibles, no comenzó a ser aplicado hasta por lo menos el siglo III, que es cuando se tiene constancia de que aparece por primera vez en una obra jurídica conocida como “Sentencias de Paulo”. Estas sentencias, entre las que se encontraba la del principio de “non bis in ídem”, comenzaron a ser tomadas en consideración por los juristas romanos para aplicarlas a sus actividades relacionadas con el Derecho.
Las mismas eran entonces utilizadas de manera subjetiva, ya que no tenían aún valor de ley. Los escritos de juristas como Paulo, como sus “Sentencias de Paulo”, no serían elevadas al rango de valor de ley hasta que así fue establecido por un decreto del emperador Constantino (272-337).
Por otro lado, el Derecho Romano se aplicaba a los ciudadanos romanos, a los que no lo eran se les aplicaban sus propias leyes.
La universalización de la aplicación del Derecho Romano a todos los ciudadanos del imperio no ocurriría hasta que el emperador Caracalla (211-217), promulgó el edicto que es conocido por su sobrenombre en 212, mediante el que la ciudadanía romana se hizo extensiva a todos los habitantes libres del imperio.
¿Fue acaso Jesús ciudadano romano?..
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Hola José, un artículo increíblemente bueno, y que ahora voy a leer las otras partes.
Sólo añadir un comentario al apartado 1.8 de esta parte, para que se subsane el fallo, si me lo permites.
- Hablas del non bis in idem y las condenas del tipo penal, que en este caso es Lesa Maiestas, o daño a la majestad del pueblo o de Roma y en fin.Esto, es un principio del derecho penal (en los procesos de jurisdicción no-voluntaria) y es que no se puede juzgar (Juzgar o un procedimiento nuevo) dos veces dentro de un mismo tipo penal. No.. de diferentes penas o accesorias, como es el caso: la fustigatio sería una accesoria a la condena. Es decir que un mismo tipo puede tener varias penas, acumulables o alternativas. Y el non bis in idem, también tiene sus excepciones: el recurso de revisión ante el Supremo.La contraparte de non bis in idem en civil sería: Coza juzgada material, para que nos entendamos.
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Un saludo y es un grandísimo trabajo y muy entretenido.
José excelente y documentado artículo. Esta desmitificación de la llamada «sábana santa» debería extenderse a muchos de los símbolos que ha mantenido como ciertos la iglesia católica.
De sobre es dabido que la Edad Media fue una época en que se fabricaban reliquias como churros. No hace mucho leí -norecuerdo exactamente donde- que si se unieran todos las astillas que teóricamente pertenecieron a la santa cruz, habría para hacer al menos 20 cruces.
Sería interesante investigar sobre otro mito, el de la supuesta tumba de Santiago Apóstol, que yo creo que es otro de los «timos» religiosos.
Reitero mis felicitaciones
Yusuf:
La frase respecto a las "astillas de la Cruz", es la postura oficial de la Iglesia Católica frente a la mayoría de las reliquias. Puntualmente la repiten todos los curas y obispos cuando reciben una visita de un relicario con una "astilla de la Cruz".
Este artículo fue publicado por partes en este mismo foro. Mis comentarios están allí. Independientemente de la "religiosidad popular" la Síndone no es reconocida por la Iglesia como auténtica. También expongo que, como químico, no podría fabricar esa imagen por un método como el descripto. Sencillamente las marcas de Nítrico son conocidas por todos los que pasamos por el laboratorio, porque las llevamos encima del guardapolvo y las manos... Esto no quiere decir que alguien conozca (o haya tropezado por casualidad) con algún mordiente que haya podido hacer el trabajo.
Saludos.
P.S.: En cuanto a las reliquias de Santiago, son menos fiables que las de la Cruz. Y el objeto comercial de las mismas es prístino y evidente, salvo obcecación en contrario.
Hola José Ángel:
El ácido nítrico es ácido nítrico. No cambia por su método de obtención. El salitre es Nitrato de Potasio, y fue la fuente de ácido nítrico hasta que se divulgó el método desarrollado por los alemanes en la PGM.
No puede ser obtenido por calcinación del salitre, debe ser una errata. Más bien debe ser el calentamiento en atmósfera reductora.
La calcinación es calentarlo a alta temperatura buscando que se descomponga (como el carbonato de calcio, que da nombre al proceso, al ser calentado a alta tempertura se descompone y queda ... cal). No es viable en caso del nitrato de potasio. El calentamiento en atmósfera reductora es: poner en un crisol leña (mejor carbón) abajo, el salitre y carbón arriba, dar fuego y tapar. Se regula la entrada de aire para que sea escaso entonces, al arder el carbón, se forma monóxido de carbono, que es muy agresivo (y tóxico) y descompone el nitro (salitre) en álcali (carbonato de potasio) y vapores (oxido nítrico) que, recogidos con agua forman ácido nítrico. El procedimiento fue perfeccionado recién en el sXIX con el método de las cámaras de plomo, con la utilización masiva de aceite de vitriolo (ácido sulfúrico).
Saludos
Hola José.
No, no haces el ridículo en lo más mínimo.
Estás haciendo una investigación histórica. Dentro de esto está la crítica de las fuentes.
Supongamos que tu fuente es muy confiable en todos los aspectos pero le agarró un ataque de lirismo, e inventó un dato porque rimaba. Tu repites lo que tu confiable fuente dijo, entonces, por otro método alguien concluye que el dato es falso, lo eliminas y sigues adelante (el caballo blanco de San Martín. Sólo existió en el cuadro del Cruce de los Andes) puede que modifique o no tus conclusiones, pero has avanzado en la búsqueda de la verdad por dejar los datos expuestos a quien sí los puede criticar.
Al revés, incluyes un dato con la precaución de decir que es una leyenda y resulta ser 100% verídico (La lámpara de Tulia), jamás te hubieses enterado que es cierto si no se hubieses contado a un físico.
Cada cual a lo suyo. Tu desentierras los datos, donde puedes valorarlos, bien, donde no, se los pasas a quien puede valorarlos y la investigación que progresa es la tuya.
El agua fuerte que me describes es ácido nítrico. Sin más.
El método de obtención tiene un error, que puede ser debido a que quien lo consignó no tenía idea de lo que estaba viendo.
Saludos
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Hola Coracinero, cuanto tiempo sin hablar
Muchas gracias por tus palabras.
Totalmente de acuerdo con tu argumentación. Lo de la flagelación como segunda condena podrás observar que no es una argumentación mía, sino que lo pongo como un argumento erróneo que yo cuestiono por la ex temporalidad de su aplicación.
Cuídate amigo