Julio César contra Pompeyo - Segunda guerra civil de la Republica (49 a 45 a.C.)
Los años del 63 al 61 a.C. fueron convulsos en Roma, Lucio Sergio Catilina se había enfrentado a Cicerón y Cayo Antonio Hibrida, en una contienda electoral, donde fue derrotado. Tras un plan fallido para asesinar a Cicerón, después de una alocución brillante del filósofo en el Senado, Catilina no tuvo otra opción que huir, luego este y Manlio fueron declarados enemigos de Roma.
En enero del 62 a.C. Catilina y Manlio se enfrentaron en el campo de batalla,en el campo de Tizzoro, cerca de Pistola, con unas fuerzas bastante equilibradas numéricamente al cónsul Petreyo, que había substituido a Antonio enfermo, pero las tropas de Petreyo consiguieron una apabullante victoria y Catilina fue ejecutado. Tras estas vicisitudes se formó un Triunvirato en el 60 a.C., formado por : Julio César, Cneo Pompeyo Magno y Marco Licinio Craso, dividiendo así el gobierno de la República romana.
(Brillante alocución de Cicerón acusando a Catilina, en el Senado de Roma. Véase en el grabado que este es abandonado por sus fieles dejando vacíos sus asientos.)
Estos eran los generales más exitosos de la época; César había sido nombrado cónsul de la Galia Cisalpina, comenzando una guerra en esa nación, que duró desde el 58 al 51 a.C.; Craso, celoso de César quiso seguir sus pasos y pidió ser nombrado gobernador de Oriente combatiéndo contra los partos, en una guerra innecesaria, siendo muerto en Carrhae, en el 53 a.C. Tras ello el mando se dividió entre los dos restantes: César y Pompeyo. César se unió al bando popular, mientras Pompeyo lo hacía en el bando conservador. Julia, su esposa, hija de César murió de parto y así se cortó el fuerte lazo existente entre ambos. Pompeyo tomó como esposa a Cornelia, hija de Publio Metelo Escipión, uno de los críticos más feroces de Julio César.
Ambos partidos, con gladiadores y esclavos en sus filas, dirimían sus diferencias en las calles romanas a base de golpes, creando un clima de terror, que llevó al Senado a escoger a Pompeyo como dictador, con la intención de acabar con estas refriegas callejeras. Pompeyo quiso asegurarse el mando único y dictó una ley que evitaba que César pudiera acceder al consulado, ya que estaba ausente de Roma. Enterado este que debía entregar el mando, se dirigió presto a Rávena, con su legión favorita, la XIII, mientras Pompeyo, en Cápua, reclutaba dos legiones, con levas irregulares.
(César cruzando el Rubicón.)
El Senado otorgaba poderes de excepción a Pompeyo y este se instalaba en Roma , el 10 de enero. Mientras César disfrazaba de labriegos a un pequeño contingente de centuriones y legionarios y cruzaba la frontera por el sur, para ocupar Rimini, con 300 jinetes y la Legio XIII. Aquí César aún disponía del Imperium, que le permitía el mando legal de tropas, pero traspasando esa línea, quedaba fuera de la ley, al hacerlo fue cuando pronunció su famosa frase: “Alea, Iacta, Est”. Esa misma noche avanzaba hacía el Rubicón, frontera entre la Galia e Italia. Allí arengó a su tropa, apercibiéndolos de que no disponía de dinero para financiarlos y si seguían bajo su mando serían considerados traidores a los ojos de Roma y les conminó a marchar a quién quisiera hacerlo. Todos siguieron bajo sus órdenes menos su segundo Tito Lavieno.
CÉSAR EN ITALIA, 49 a.C.
Las fuerzas contendientes estaban equilibradas en Italia: Pompeyo, disponía de 2 legiones y César, la XIII, en el Rubicón y otra, en Rávena. No así en el resto de posesiones, donde Pompeyo disponía de más legiones. César tomó la iniciativa dirigiéndose al encuentro de Marco Antonio, en Arinium, ordenando a este, que con 5 cohortes se dirigieran a ocupar Arretium, tras atravesar los Apeninos. Mientras él con una fuerza similar, conquistaba: Pano, Ancona y Pisauro.
Estas funestas noticias, llenaron de pavor al Senado y a Roma, donde ya se apretujaban los refugiados que huían de las ciudades adriáticas, junto con la multitud que abandonaba la capital. Sabedores que César contaba con la simpatía de las clases populares y los pueblos itálicos. Pompeyo ordena abandonar la ciudad y su Senado, bajo pena de traición a los senadores que se negaran a obedecer el mandato.
César recibe refuerzos de las legiones de la Galia y persigue a los senadores, derrotando a Publio Accio Varo en Osimo, cuando reclutaba soldados para la causa pompeyana.
Lucio Domicio era el nuevo gobernador de la Galia Transálpina y enemigo declarado de ambos contendientes. Pompeyo le había ordenado que se fuera hacia el sur, pero este le desobedeció y quiso detener a César en su campaña italiana, fortificándose en Corfinium, que controlaba un estratégico enclave de caminos, pero César la sitió y conquistó el 19 de febrero.
Mientras Pompeyo se replegaba hacía Rimini, para desde allí cruzar el Adriático y buscar más recursos en Grecia y Oriente, donde disponía de más tropas. César siguió tras el hacia esa ciudad y no consiguió evitar que Pompeyo lograra cruzar el mar, en dirección a Dirraquio, con la mitad de su fuerza, mientras esperaba la flota para embarcar. César echó mano de su ingenio y comenzó la construcción de un rompe-olas para impedir la salida a mar abierto del puerto, pero la pronta llegada de la flota pompeyana, consiguió evacuar las tropas. El 16 de marzo, César entró en Roma, para exigir los fondos de emergencia de la ciudad y con ellos inició el reclutamiento de dos legiones que mandó a Cayo Estrabonio Curión para que conquistara Sicilia y más tarde, Cerdeña, protegiendo la ruta del trigo hacia Roma. Tras ello, pasó a África, para conquistar esta provincia, bajo el mando de Varo. Tras unos éxitos iniciales, Curión fue derrotado y muerto en el río Bragadas, por las tropas de Varo.
En el mar, la escuadra de Pompeyo era más poderosa y consiguió derrotar a los cesarianos de Dolabela, en Dalmacia, mientras Cayo Antonio capitulaba en Lliria.
(Legiones cesarianas colocadas en la triplex acies)
LA GUERRA SE EXTIENDE A HISPANIA. 49 a.C.
Pompeyo disponía de 7 legiones(33.600 hombres) y unas 80 cohortes auxiliares(38.400 hombres), en Hispania y desde allí buscaba bloquear los suministros hacia la península italiana. Concretó pactos con Dacia, Egipto y con Farnaces del Ponto.
El reto estaba lanzado y César no se amedrentó y se dirigió a Hispania, para librar una campaña lo más breve posible, ya que no disponía de tiempo ni para preparar sus campañas, ni para acumular más legiones. César disponía de 9 legiones(no completas, ya que este combatió con legiones de 3.000 hombres, a base de reforzar su primera línea en detrimento de la 2ª y 3ª), 10.000 auxiliares y 6.000 jinetes de caballería. César se adelantó y envió 3 legiones para controlar los pasos pirenaicos y más tarde con el resto de sus legiones, sitió Marsella, dejando allí las tres primeras, mandadas por Cayo Trebonio y Décimo Justo Bruto Albino, para continuar el asedio, mientras el partió hacia Hispania.
(Ballista utilizada en diversos sitios por los romanos.)
Los pompeyanos mandados por Afronio y Petreyo(5 legiones), evitaron la batalla con César, mientras este quería una campaña con las menores bajas posibles. Mientras Fabio ocupaba los pasos de los Pirineos y buscaba la complicidad de las tribus locales, para después llegar y acampar hasta los arrabales de Ilerda(Lleida). Más tarde construyó dos puentes de madera sobre el Segre, mientras los pompeyanos controlaban el de piedra.
El 20 de junio, los pompeyanos llegan a Ilerda y ahora si están dispuestos a la batalla y envían cuatro legiones para tomar un puente. Una sola legión al mando de Lucio Munacio Planco detuvo esta intentona al ocupar una colina cercana al puente, hasta que la llegada de refuerzos de Fabio hizo retirarse a los pompeyanos. Tres días después llegó César con los 900 jinetes germanos de su guardia personal, ordenando la reconstrucción de uno de los puentes destruidos, que fue realizada en esa misma noche y dejando una guarnición en el campamento de 6 cohortes, marchando con el resto de legiones hacía Ilerda. Una vez allí cavaron una fosa de de 4,50 metros de profundidad, se destinaron unas tres legiones a esta obra y el resto les dieron cobertura.
(Maniobras de los ejércitos contendientes en la batalla de Ilerda(Lleida)
ILERDA
Había desplegado su ejercito en triplex acies(tres líneas), muy próximas a Afranio. Los pompeyanos presentaron batalla, pero César la rehuyó continuando la construcción de la fosa. En tres jornadas esta estuvo concluida y desde el campamento de Fabio le llegaron los pertrechos.
Existía un llano de unos 450 metros, donde había una pequeña colina, entre Ilerda y las tropas pompeyanas, que César quiso ocupar para bloquear el acceso a esa ciudad, de sus enemigos, enviando 3 legiones. Estas fueron avistadas por Afranio que se quiso adelantar a su enemigo. El combate se generalizó y ambos ejércitos enviaron refuerzos al llano, comenzando la batalla.
La colina fue tomada por los pompeyanos, la posición de César era pues delicada, ya que podrían quedar envueltos. Apercibido de ello, este envió la Legio IX como refuerzo y consiguió que los pompeyanos se replegaran hacía la ciudad, pero sus hombres quedaron atrapados entre la altura e Ilerda, desde donde les arrojaban todo tipo de proyectiles. César a las cinco horas de combate, ordena a su caballería proteger la retirada. Los cesarianos tuvieron 300 muertos(con 4 centuriones), más unos 600 heridos. Afranio mandó fortificar esa altura, dejando una pequeña fuerza.
Las condiciones meteorológicas en forma de tormenta destruyó los dos puentes de madera y se interrumpieron los suministros y la posibilidad de atravesar el Segre. Mientras el pompeyano de piedra resistió y por este cruzaron los suministros necesarios para Afranio, mientras los de César no podían recibir trigo de sus bases. Para reconstruir los puentes, César mandó una fuerza de 6.000 hombres a proteger una caravana, con materiales de construcción, que debía atravesar el rio. Afranio se enteró y envió contra ellos unas 3 legiones y su caballería. Al ataque fue sorpresivo, pero los cesarianos aguantaron el envite y la mayor parte pudo huir hacía las montañas.
(Caballería republicana romana.)
El 10 de julio, por fin César construyó un puente con barcazas de poco calado y restableció los suministros y empleando su caballería pudo cortar los de los pompeyanos. La superioridad de la caballería de César era aplastante: 3.000 de ellos veteranos, otros tantos jóvenes jinetes galos y 900 germanos. Pompeyo disponía de tan solo 5.000 jinetes, mayormente hispanos.
Los pompeyanos de Afranio marcharon hacía Mequinenza, para no verse atrapados en Ilerda y por allí cruzan el Ebro, donde se unirían a las 2 legiones de Varrón. Dejó atrás una pequeña fuerza para defender el campamento y el puente y el 25 de julio, marchó con sus legiones hacía el sur. Apercibido César de las intenciones de Afranio, envió su caballería y les siguió con sus legiones. El 29 de julio, la caballería les cerró el paso hacía el Ebro, Afranio viendo esa maniobra quiso volver sobre sus pasos hacia Ilerda, pero sufrió una derrota a manos de los jinetes cesarianos el 2 de agosto y sus soldados derrotados engrosaron las filas del César.
Mientras el revés sufrido por los cesarianos en África, hizo que las pérdidas se equilibraran, pero César tuvo que hacer frente a un nuevo contratiempo grave en Placentia, norte de Italia, con la rebelión de la Legio XI, veterana de la guerra de las Galias, al no haber recibido los 500 denarios pactados(su salario de dos años), prometido por César. Este les replicó que nunca faltaba a sus promesas, pero que la guerra aún no había finalizado, pero se dejó convencer por centuriones y soldados y no masacró la XI, solo ejecutó una décima parte de sus cabecillas(12 de 120).
(Julio César al frente de sus legiones.)
CAMPAÑA GRIEGA 48 a.C.
El 4 de enero del 48 a.C. César embarca 7 legiones en Brindisi,(muy mermadas en sus efectivos, se cuenta que la Legio VI disponía de solo 1.000 hombres), en unos pocos barcos mercantes. Unos 20.000 hombres más unos 500 jinetes y escasos barcos de guerra para proteger el convoy, contra la mayor flota pompeyana, mandada por Bibulo, antiguo compañero de César y ahora ansioso por luchar contra el. César agudizando su ingenio se hizo a la mar, fuera de la campaña habitual estacional y la suerte que no le abandonaba hizo el resto, consiguiendo llegar a Palaeste en el Épiro.
Bibulo capturó varías naves vacías en el viaje de retorno y logró interceptar los suministros cesarianos, en un momento crítico, pues era a finales de otoño(calendario romano) y se debían que esperar meses para recolectar alimentos y forraje sobre el terreno. Pompeyo disponía de 9 legiones completas(36.000 hombres), 7.000 jinetes y 5.000 auxiliares(arqueros y honderos), mientras esperaban la llegada de 2 legiones al mando de Metelo Escipión desde Siria.
(Legionarios consumiendo sus víveres, antes de entrar en combate.)
César no estuvo ocioso y forzando su marcha llegó hasta la ciudad de Oricum, la base de suministros pompeyana, conquistándola. Más tarde hizo lo propio con Apollonia, consiguiendo un mejor botín. Esto le envalentonó y se dirigió a Dyrrachium, en Albania, pero los espías de Pompeyo advirtieron a este de los planes del César y Pompeyo se adelantó hasta la ciudad a marchas forzadas por un escaso margen llegó antes que su enemigo. César sabedor de su inferioridad, no libró batalla y se dedicó a defender sus preciadas conquistas: Oricum y Apollonia.
BATALLA DE DYRRAQUIUM.48 a.C.
César estaba desesperado esperando las ansiadas legiones de Marco Antonio, desde Brindisi, pero la flota pompeyana cercenaba todos los intentos de cruzar el Adriático. A tal punto llegó su abatimiento que pensó que tan solo con su presencia podía acelerar el embarque de tropas. Para ello embarcó en un pequeño navío, en una cruenta noche de tormenta y tuvo que calmar al capitán del barco, con estas palabras: ”Su navío porta al César y la buena suerte del César”, pese a ello los elementos le hicieron desistir en su empeño y los refuerzos estaban cada vez más lejanos. Pompeyo no cabía en sí de gozo, ya que la escasez de los cesarianos le venía bien a sus planes, aunque su bien preparado ejército también tenía graves problemas en esa estación. Hasta el 10 de abril, no llegaron Marco Antonio con 4 legiones y 600 jinetes.
(César dirige a sus legionarios al combate.)
César contaba ahora con 11 legiones, más mermadas que sus enemigos y con estas fuerzas decidió atacar la base enemiga de Dyrraquium, mientras los pompeyanos había fortificado su campamento en una colina, llamada Petra, que dominaba una bahía que formaba un puerto natural, para poder aprovisionar a sus hombres. Los cesarianos estaban más alejados, ya que Cneo Pompeyo, con naves egipcias, se apoderó de las naves cesarianas en Oricus y luego incendió las que transportaron a Marco Antonio desde Brindisi, perdiendo César su escuadra en Grecia.
César mandó construir una cadena de fortificaciones de 22 km. de largo, siguiendo la posición de Pompeyo, de la que solo le separaba un torrente. Pompeyo construyó sus defensas de 12 km. de largo a 1'50 km. de la costa, dudando entre invadir Italia o atacar, decidiéndose por esta última opción. Seguidamente atacó el centro del muro que circunvalaba su posición, pero estos resistieron y le obligaron a retirarse.
La deserción de dos nobles galos de las filas cesarianas, proporcionó una información privilegiada a Pompeyo, sobre el punto débil de las defensas del César. El 9 de julio, tras algunos éxitos iniciales de los pompeyanos, sorprendieron las dos cohortes que guarnecían el sector de las fortificaciones inacabadas, pero la rápida intervención de César y Marco Antonio, con 33 cohortes, consiguen ahuyentar a los pompeyanos. Tras esto, los legionarios de César atacaron un antiguo campamento de la Legio IX, ahora en poder de los pompeyanos. El ataque fue inesperado y por sorpresa, pero una de sus columnas confundió un terraplén con la muralla que se dirigía en una dirección contraria y la siguieron. Pompeyo contraatacó con su caballería más 60 cohortes y puso en fuga a los atacantes.
(César tratando de contener la huida de sus legionarios en Dirraquio.)
César trató en vano de detener a sus hombres, que presos del pánico se dieron a la fuga. Las pérdidas cesarianas fueron de casi mil hombres y 32 centuriones(entre muertos y heridos) y 32 estandartes. Labieno hizo ejecutar a los prisioneros cesarianos.
César emprendió la retirada y durante esta, sus legionarios acapararon provisiones en unas tierras que no habían sufrido combates, ni expolio, cosechando el grano suficiente para cubrir sus necesidades. La ciudad de Gomphi les cerró sus puertas y se negó a avituallar a los cesarianos. César la rindió por asalto y tras su airada reacción, el resto de pueblos griegos aprendieron la lección y no negaron los víveres al César.
Pompeyo, como perro de presa le seguía a distancia, sin atacarle, agotando con su estrategia los suministros cesarianos que ya en el mes de agosto habían mejorado substancialmente. Los senadores que acompañaban a Pompeyo, hicieron valer sus quejas para presionar a este, para que librara una batalla decisiva que pusiera fin a la guerra. Este disponía de superioridad en infantería y aún más en caballería y una batalla en campo abierto, le ofrecía una ocasión inmejorable para derrotar a su enemigo.
(Disposición de tropas en la batalla de Farsalia.)
FARSALIA 48 a.C.
La mañana del 9 de agosto, César contaba con 22.000 legionarios(80 cohortes) y mil jinetes, había dejado unas 7 cohortes de retén en su campamento(otras fuentes nos hablan de 30.000 hombres, 2.000 jinetes galos y germanos y 7.000 auxiliares). Formó una triplex acies, con su Legio X ocupando un lugar privilegiado, a la derecha de la línea, flanqueada por la caballería y algunas cohortes de infantería ligera. A la izquierda, sus debilitadas: Legio VIII y IX, muy mermadas tras Dyrraquium, sobre todo esta última. César dividió sus tropas en tres sectores: M. Antonio a la izquierda con 2 legiones, Cneo Domicio Calvino, en el centro con 3 legiones, Publio Sila, a la derecha, con 3 legiones, la caballería y otras tropas. Situando 6 cohortes ocultas en la retaguardia. Mientras el se otorgaba amplia libertad de movimientos, pero sobre todo a la derecha con su Legio X.
(Armamento de un legionario.)
Enfrente en la llanura, 11 legiones de Pompeyo, en tres líneas, sumando unos 45.000 hombres, 7.000 jinetes(númidas, hispanos, itálicos y sirios)más 9.000 auxiliares, con sus cohortes formadas por 10 de fondo; las de César contaban con la mitad, cuatro o cinco de fondo. Los más veteranos en el centro y los flancos, con la línea en tres secciones; derecha para Lucio Afranio, con 4 legiones cilicias e hispanas, el centro para su suegro, Escipión con 3 legiones sirias y la izquierda para Lucio Domicio, con 4 legiones italianas, junto con 6.400 jinetes de Labieno y en su retaguardia: honderos, arqueros e infantes.
Pompeyo asegurando el ala derecha del río con los 600 jinetes restantes, lanzaría la caballería de Labieno contra la mermada caballería cesariana, atacaría la retaguardia y los flancos de las legiones, envolviéndolos. La multitud de jinetes en la llanura era imposible de ocultar y César preparó una medida consistente en sacar una cohorte de la tercera línea de cada legión y formar una cuarta línea oculta, tras su caballería.
Mientras los ejércitos se estudiaban, se utilizaban contraseñas para hacer menos confusa la lucha entre contendientes que llevaban el mismo uniforme e idéntico lenguaje. La de César era “Venus, portadora de la victoria” y la de Pompeyo “Hércules, el invencible”. Labieno realizó la carga, pecando de inexperiencia, igual que sus oficiales para manejar una gran masa de tropa montada, con los caballos sobre-excitados y muy cercanos unos a otros, debido a la estrechez de la llanura, hizo que el orden se rompiera y para colmo de males antes de que pudiera rehacerse y agruparse, entró la cuarta línea del César, oculta tras su caballería. Se ordenó a los legionarios usar la pila como lanza y esto surtió el efecto deseado, los de Labieno retrocedieron confusos y provocaron la huida de toda esta amalgama de jinetes hacia su retaguardia. No se sabe si la caballería cesariana se pudo reagrupar y perseguir a la caballería enemiga, pero esta desapareció del campo de batalla.
(Las pilas volaron sobre los enemigos.)
Mientras los legionarios cesarianos avanzaron, acelerando su carrera como antesala al arrojamiento de pilas, entre 30/40 metros del enemigo. Los pompeyanos no siguieron esta táctica y se mantuvieron a la espera, para enfrentarse a ellos. Los del César al ver esta maniobra, no arrojaron sus pilas hasta encontrarse a una distancia eficaz. Llegado este momento, los atacantes se detuvieron y los centuriones reorganizaron sus hombres. Tras ello reanudaron su marcha, arrojando sus pilas a unos 10/15 metros, cargando seguidamente.
La lucha estaba igualada cuando aparece la cuarta línea de César, atacando el flanco izquierdo pompeyano y su primera fila retrocedió. Después la tercera línea cesariana entró en la pelea y los de Pompeyo iniciaron la huida. César afirmó que los pompeyanos sufrieron 15.000 pérdidas y unos 24.000 prisioneros(otras fuentes nos hablan de unos 6.000 muertos) más la pérdida de 9 águilas legionarias y 180 estandartes. Mientras las suyas propias fueron de 200 soldados y 30 centuriones(distintas fuentes elevan la cifra a 1.200 muertos.)
Pompeyo se embarcó en Lesbos con dirección a Mitilene, para reunirse con su esposa, Cornelia y una vez juntos, con una pequeña flota se dirigieron primero a Creta y luego a Egipto, con la intención de recabar ayuda de su faraón, Ptolomeo XXX, de tan solo 12 años. Este lo tuvo esperando unos días y luego envió una pequeña embarcación a recoger a Pompeyo. Una vez allí, un ex-centurión junto a los consejeros del faraón, lo asesinaron sin piedad y posteriormente lo decapitaron. El 2 de octubre del 48 a.C. César llegó a Alejandria y allí le entregaron la cabeza de su enemigo. Este ni llegó a mirar el macabro regalo y más tarde le dispensó un entierro honroso.
Este país se encontraba en una guerra civil, entre hermanos, César como testamentario de Ptolomeo XII, medió entre ellos: Cleopatra y Ptolomeo XIII y les ordenó licenciar ambos ejércitos. El faraón no lo hizo y al descubrir que su hermana había seducido al César, comenzó a agitar a la población civil contra los romanos y con unos 20.000 hombres se dispuso a plantar batalla a César, para controlar su país. En septiembre de este año, César quedó sitiado en el Palacio Real de Alejandria, resistiendo heroicamente durante 4 meses, a la espera de los refuerzos de su aliado, el rey de Pergamo. Durante la lucha la famosa Biblioteca de Alejandría fue pasto de las llamas, perdiéndose entre ellas un preciado tesoro artístico de 400.000 libros.
(Legionarios romanos con su estandarte iniciando un ataque.)
En enero del 47 a.C. los ansiados refuerzos acamparon en las afueras de esta ciudad, apercibido César hizo una salida nocturna y se reunió con ellos, consiguiendo una victoria total contra las tropas del faraón, que sufrieron unos 20.000 muertos(entre ellos el mismo faraón y Ganímedes, su brazo derecho) y unos 10.000 prisioneros. Victorioso César encumbró a Cleopatra al trono de Egipto y junto a ella, realizó un suntuoso crucero por el Nilo, pero el romance pronto quedó interrumpido pues sus enemigos seguían conspirando contra el y contra Roma.
(Muerte de Cleopatra de Guido Cagnacci.1568)
Farnaces II, hijo de Mitriades IV, había derrotado a un ejército romano, tras invadir el Ponto. César rehízo sus legiones y con una pequeña fuerza, lo derrotó en Zela y la rapidez de su triunfo le hizo pronunciar la famosa frase de “veni, vidi, vici”. Ese 2 de agosto, Farnaces disponía de unos 20.000 hombres, muchos carros y caballería, puso en marcha una maniobra contraria a las normas del arte militar, atacando a los cesarianos cuando construían un paso elevado. La sorpresa de ese ataque hizo parecer que la victoria se decantaría por las tropas de Farnaces, pero los legionarios se rehicieron y dieron buena cuenta de sus adversarios. Farnaces fue asesinado a la llegada a su reino por un rival.
(Escena de la batalla de Thapsus).
Tras esta victoria, César en abril del 46 a.C. se enfrentó a los pompeyanos en Thapsus y por vez primera, César no controló a sus legiones. En el fragor de la lucha César dudó y frenaba a sus legionarios, hasta que la intervención de un trompeta, sin mediar órdenes en ese sentido, tocó la señal de ataque. Al oírla, sus legiones se pusieron en marcha, en dirección al enemigo, desoyendo las órdenes de sus centuriones. César, consternado vio que no había forma humana de contener a sus hombres y el, cabalgando en su corcel encabezó el ataque.
Mientras su enemigo, Metelo Escipión dio la orden de atacar a sus elefantes, que fueron repelidos por los arqueros y honderos cesarianos y los pocos que consiguieron atravesar las líneas fueron contenidos por la Legio V, de tal manera que luego lucirían con honor un elefante en su insignia.
Las pérdidas de los pompeyanos se estiman en unos 5.000 según César(otras fuentes van de los 20.000 muertos a los 50.000 que cuenta Plutarco). Varios miles de ellos fueron masacrados cuando intentaron rendirse, entre ellos el propio Metelo. Las bajas cesarianas se cuentan, en unos 50 hombres(otras fuentes nos hablan de unos 1.000).
Después de Thapsus, Cesar tuvo el conocimiento que Cneo Pompeyo(hijo de su enemigo), había aprovechado la rebelión contra Casio en Hispania, para afianzarse allí y no tardó en desembarcar con 8 legiones y 8.000 jinetes, tardando casi mes en llegar a Córdoba. Allí se dirigió a Munda, ocupada por los pompeyanos e instaló su campamento al amparo de un pequeño arroyo, frente al ejército enemigo. Estos mandados por Labiano, que contaba con 55.000 hombres, 12.000 auxiliares y 6.000 jinetes, tomaron posición con Munda y su campamento a su espalda, enfrente César opuso sus 35.000 hombres, 5.000 auxiliares y 8.000 jinetes, en sus alas.
(César al frente de sus legionarios en la batalla de Munda.)
César dio comienzo la batalla tras cruzar el arroyo, ambas caballerías junto con los auxiliares y la infantería ligera se enfrascaron en la lucha. Los cesarianos avanzaron hacía las altitudes, mientras las legiones III y V resistieron la caballería de Labieno. En el climax de la batalla, la caballería(gala y germánica) y la Legión X cesariana hicieron retroceder el ala izquierda enemiga. César lo aprovechó para encabezar la Legio X para hacer añicos las tropas de Labieno. Este reaccionó y ordenó a sus auxiliares de su ala derecha, taponar la brecha, abandonando a su caballería.
Esto espoleó a los númidas cesarianos del rey Bogud, que atravesarons las líneas de los jinetes pompeyanos. Mientras Labieno al romperse sus alas, se retiró para guardar su campamento del ataque del rey Bogud, pero entre sus hombres prevaleció más la opción de huir. Se rompió la línea y la suerte de la batalla quedó resuelta.
Las legiones de César dieron buena cuenta de sus adversarios, que cogidos entre dos fuegos, los legionarios y la caballería, no pudieron reaccionar. Las bajas fueron apabullantes: 33.000 bajas incluidos los hijos de Pompeyo, contra 1.000 cesarianos y 500 heridos(otras fuentes hablan de 1.000 heridos). Sus legionarios presentaron las cabezas de Tito Labieno y Publio Accio Varo, al César, incluidas águilas pompeyanas y armas. Los restos de ese ejército huyeron hacía Córdoba.
(Recreación histórica que muestra los legionarios arengando a Julio César.)
Tras una guerra civil de tres años de duración, César regresó a Roma como vencedor, en el 45 a.C. Allí festejó sus triunfos, con la única excepción de la victoria sobre Pompeyo, ya que se trataba de una victoria sobre romanos mismos. El durante la contienda hizo gala de su clemencia , perdonando a sus enemigos en más de una ocasión. Muchos cayeron en compararlo con Sila, que actuó así en un principio y más tarde ejerció una brutal venganza. Sin embargo estos temores fueron infundados.
Escrito por Josep Subirats
FUENTES
Pompeyo y la guerra civil en Roma por Antonio Cascón. Profesor de Filología Latina en la Universidad Autónoma de Madrid. Historia National Geographic.
Antonio y Cleopatra, por Adrian Goldsworthy. La Esfera de los Libros. S.L. Madrid.2011.
Grandes generales del ejército romano por Adrian Goldsworthy. Editorial Ariel S.A. Barcelona2005.
César por Colleen McCullough. Novela histórica.Booket.com.Planeta.
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