Jean Paul Marat: "La Ira del Pueblo"
Nace en Boudry, una localidad suiza del cantón de Neuchâtel en 1743. A la muerte de su madre, cuando él todavía es adolescente, decide viajar y conocer mundo. Se dedica a estudiar ciencias empíricas, completando sus estudios de medicina en Burdeos, Toulouse y Lyon. Finalmente se instala en Newcastle, Inglaterra, donde sus servicios serán tan apreciados que recibe el diploma de "ciudadano de honor."
Seguramente, los once años en ese país, basado en el mercantilismo y gobernado por el parlamentarismo, forman la base para el librepensamiento de Marat.
Publica "Las Cadenas de la Esclavitud" durante su estancia en Inglaterra, un artículo bastante violento contra la nobleza, pero que en Francia no verá la luz hasta 1792, cuando queda poco para la abolición del trono Borbón.
Con treinta y cuatro años es contratado como médico para el conde de Artois durante diez años, cosa que no hace más que radicalizar su pensamiento y afirmar sus ideas sobre los abusos de la nobleza. Mientras tanto continúa con sus investigaciones de física, y publica una memoria sobre la causa de los colores en las láminas de vidrio.Realmente, su obra científica no deja indiferente a nadie: Benjamin Franklin es un vivo fan de sus experimentos, mientras Goethe lo desprecia privándole del reconocimiento que merece. A los cuarenta y cinco años, cuando estalla la revolución, ya goza de una amplia reputación, no sólo como científico (pese a que la academia sigue sin reconocerlo) sino también como filósofo polemista.
Es ahora cuando Marat descubre su auténtica vocación, la de voz defensora de los derechos del pueblo. A la convocatoria de los Estados Generales por Luís XVI, Marat responde con artículos sobre la realidad del Tercer Estado, aislado y privado del poder que merece, así como con críticas hacia los miembros de la corona y sus manejos en la política. Su aspiración reformista encuentra su punto álgido durante el 89, cuando se hace evidente la necesidad de una nueva constitución que supere las injusticias del anciem regime y abola los privilegios del primer y segundo estado.
Su primera actuación durante la asamblea nacional es criticar el borrador de la constitución, ya que acaba con los privilegios de las clases altas pero no hace nada por las bajas. Lanza sus críticas desde "El Monitor Patriota", un pequeño panfleto al estilo inglés. Más tarde, publica su Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, donde, influenciado claramente por Rousseau, plantea toda su ideología en un breve páarafo: "¿De qué sirve la libertad política para los que no tienen pan? Sólo tiene valor para los teorizantes y los políticos ambiciosos."
Con el asentamiento de la revolución, su periódico pasa a llamarse El amigo del Pueblo, y se dedica a lanzar ataques contra todo el que ostenta el poder. Son estas críticas las que le hacen ganar el apodo "La Ira del Pueblo," y es adorado por éste, en contraste con los grupos que se encuentran en el poder. A causa de esto, es encarcelado durante un mes. A principios de 1790 regresa a Londres para evitar ser arrestado, y publica "Denuncias contra Necker."
Vuelve a París poco después de retomar su antiguo periódico, y acaba ocultándose en las catacumbas de la ciudad por temor a las represalias. Es en esta etapa donde contrae una enfermedad en la piel que le obliga a darse baños de agua tibia para aliviar el dolor. Llega incluso a instalarse una bañera en su escritorio para continuar con el trabajo, en el que sigue criticando a diestra y siniestra a todos los personajes públicos, en especial a los más moderados, aunque también es conocido como un partidario de la abolición de la monarquía.
Vuelve a huir a Londres debido a las amenazas en el 1791, aunque vuelve llamado por los jacobinos cuando estos llegan al poder, aunque sigue recibiendo críticas incluso de este grupo por su fanatismo, por lo que vuelve a esconderse hasta que el pueblo asalta el Palacio de las Tullerias y la Asamblea Legislativa pone a la familia real bajo su protección. Ahora Marat pasa a ocupar un asiento en la comuna de París y, viendo que los juicios contra los monárquicos no llegan, utiliza su periódico para remover los ánimos en el pueblo. Realmente, consigue más actuando desde su diario que desde la comuna.
Llega a apoyar los asesinatos de prisioneros en masa, y formará parte del Comité de Vigilancia, desde donde redactará listas negras de contrarevolucionarios que serán ejecutados sin dilacíon. Escribe: "Quinientas o seiscientas cabezas cortadas habrían asegurado tu descanso, libertad y felicidad, pueblo de París. Una humanidad falsa ha sostenido tus brazos y ha suspendido tus soplos; debido a esto, millones de tus hermanos perderán sus vidas."
En septiembre de 1792, al ser instituida la República Francesa, Marat es elegido como representante del pueblo para la Convención Nacional. Su panfleto pasa a ser el Diario de la República Francesa, aunque sigue fiel a su actitud crítica con toda persona que ocupa el poder, incluso dentro de su mismo grupo o pensamiento. Así que fue grande la sorpresa cuando durante el juicio de Luís XVI (o Luís Capeto) Marat no apoya su ejecución, aunque solicita la ejecución del rey por el bien del pueblo.
La ejecución de la familia real fue un tema espinoso en la política de esos años, donde hubieron fuertes enfrentamientos entre jacobinos y girondinos, que se oponían a las reformas jacobinas y entre los que se encontraban antiguos aristócratas. Marat estuvo al frente de la lucha contra estos, a los que acusaba de ser enemigos ocultos del pueblo, aunque llegó a ser juzgado por el Tribunal Revolucionario por una orden de la convención, aunque es absuelto, y eso le permite volver con aun más apoyo, tanto popular como de su propio grupo.
Óleo del pintor francés David sobre la muerte de Marat.
En 1793, a mediados de año, es finalmente traicionado y asesinado mientras estaba en su bañera. Una joven pidió permiso para entrar en la habitación, diciendo que era una mensajera de los jacobinos que venía desde Caen, y traía nombres de girondinos que intetaban crear una célula fuerte en Normandía. Después de apuntar los nombres de los traidores, la chica sacó un cuchillo y se lo clavó, convirtiendo así a Marat en el Mártir de la Revolución. A causa de esto, cientos de adversarios de los girondinos fueron arrestados y ejecutados por traición.
Autor: Nabukudrakara
Bibliografía
Historia y Vida, nº 478, págs. 78-85
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