El faraón Nekao II
En el reinado de los faraones egipcios, (el cual duró más de 3.000 años) vio entre sus líderes faraones de todo tipo y condición; faraones que intentaron reinar tranquila y pacíficamente y otros que llevados por la ambición, no solo pensaron en sus propios intereses, sino que también quisieron engrandecer Egipto para mayor gloria de su país.
En la época que nos ocupa ahora, el siglo VII a. de C., el reinado que mayor esplendor dio a los distintos periodos de los reinados faraones, se había dejado mucho tiempo atrás.
Ramsés III fue quizá, el último gobernante de la época gloriosa de los faraones; posteriormente la clase sacerdotal egipcia del culto al Dios Amón, (la cual había acumulado un poder desmesurado, no solo religioso como primer culto del reinado egipcio, sino también en las esferas de poder) aprovechando un periodo tras Ramsés III en que los faraones fueron débiles, intentó arrogarse un poder equiparable o superior al del faraón.
Fue un periodo triste, que conllevó al fin del imperio egipcio, ya que llegó un momento en que la clase sacerdotal se hizo con el poder en el sur del país, dejando el norte del reino al faraón.
¡Años oscuros!, en que la moral, el poder débil del reinado faraónico junto con el empobrecimiento del país y la ruina económica al bajar el comercio muchos enteros, llevaron a Egipto al borde de la aniquilación.
Sin embargo los súbditos egipcios no gobernaron 3.000 años simplemente porque sí; sacaron fuerzas de donde no había y siguieron viviendo en la espera de que algún gobernante quisiera sacarles del periodo de tinieblas en que estaban viviendo.
No se sabe a ciencia cierta quién sería el faraón responsable de ello; posiblemente ese periodo coincidió con que el poder en el país empezó a ser detentado por una clase gobernante que tenía sus orígenes en la región de Nubia o Kushita.
Nubia en el pasado había sido gobernada por los egipcios, sacando provecho de las minas de oro que había en el país, junto con el aprovechamiento militar humano, ya que los arqueros nubios tenían fama por la destreza en el manejo de sus arcos.
Esto fue aprovechado por muchos faraones, que reclutaron, sobre todo en periodos de crisis, a estos magníficos soldados que manejaban el arco tan diestramente; quizá un faraón nubio llamado Pianjy (717-746 a. de C.).
Pianjy unificó el reino egipcio, aunque el norte del reino no estaba lo suficientemente consolidado y tuvo que ser su sucesor, Shabako, el que consolidara dicha posición; el caso es que Pianjy fue el primer faraón de origen nubio, fundador de la XXV dinastía faraónica, la cual hasta el año 656 a. de C. conoció el reinado de una serie de faraones de origen nubio.
Soldado asirio luchando con arquero nubio
Una vez unificado el país egipcio, el reinado de los faraones siguió su curso, en el cual parece que se olvidó el anterior periodo convulso en el que la ambición del culto al Dios Amón llevó a Egipto a sufrir un cáncer perniciosos que casi lleva a su país a la destrucción total.
Después de este resumen rápido de la anterior época que nos ocupa, hablemos del nuestro personaje; Nekao II fue un faraón ambiciosos que quiso para su país lo mejor y en la medida de lo posible, recuperar las antiguas posesiones que ocupó en Asia Menor.
La región de Fenicia y la antigua Siria más al norte, habían sido protectorados (que desde la época de la expulsión de los invasores Hicsos) que funcionaron como “colchón” para prevenir al país de la invasión de un pueblo extranjero.
Los mismos habían dejado de pertenecer a Egipto hace muchísimos años, pero ahora Nekao II había creído llegado el momento para poder recuperarles, ¿Por qué en este momento?, la respuesta es muy sencilla, ¡pero dejadme preparar un poco el terreno para ello!.
Nekao II pertenecía a la XXVI dinastía de los faraones egipcios, hijo de Psamético I, un gobernante que gobernó el país con sabiduría; este restauró la prosperidad del país en su largo reinado de 54 años y estableció buenas relaciones con los gobernantes helenos, alentando a muchos colonos griegos a establecerse en Egipto y servir como mercenarios en su ejército.
Estas medidas eran importantes tanto económicamente como defensivamente, ya que Egipto anteriormente había visto como el cruel gobierno del imperio Asirio había dirigido sus ojos al país de los faraones.
En el siglo VIII a. de C., los distintos faraones egipcios, habían combinado el uso de sus ejércitos con el de pagar oro a los pueblos de la zona de Asia Menor para que se rebelaran contra sus opresores asirios.
Esto tenía enfurecidos a los mismos, pero las mismas rebeliones le impedían a los reyes asirios dar una respuesta contundente a los faraones egipcios por su perniciosa intromisión en sus asuntos.
Sin embargo llegó el día en que un rey asirio tomó como prioridad acabar con Egipto; primero fue el rey asirio Esarhaddon quien invadió el norte de Egipto, tomando Menfis y saqueándola sin compasión y luego fue el rey asirio Assurbanipal quien no solo invadió el norte de Egipto, sino que avanzó al sur, tomando la milenaria ciudad de Tebas y devastándola, la cual quedó reducida a poca más que una aldea.
Pero Egipto se sacudió el yugo de los asirios y los expulsó; las rebeliones en los pueblos ocupados por los asirios eran frecuentes, así que Asiria no tuvo fuerzas para retomar Egipto y este país volvió a la senda de la prosperidad, gracias al acertado reinado de Psamético I.
Estela del faraón Nekao II
Pero Asiria, la cual se apoyaba en el poder de su ejército, había visto como sus fuerzas militares estaba trabajando a marchas forzadas en todo el reino; aplacaba una rebelión en una zona y le salía otra en la parte opuesta del imperio, era una lucha despiadada y sin cuartel.
El modo de tratar de los egipcios a los vencidos, entre los que se practicaba las deportaciones, malos tratos, humillaciones, asesinatos, violaciones, el pago de tributos enormes que sangraban a los pueblos vencidos; todo esto desde luego no era la manera de calmar a un pueblo vencido, ciertamente parecía que servía para darles alas a que cuando recuperaran sus fuerzas se lanzaran a otra rebelión.
Los asirios nunca rectificaron en su modo de tratar a los vencidos, era una raza superior que disfrutaba aplastando sin compasión a los pueblos que ocupaban, desangrando sus fuerzas con humillantes tributos anuales; quizá la táctica del “palo y la zanahoria” podría haber funcionado, pero los asirios solo conocían el “palo”, el cual sacudían con evidente satisfacción.
Mientras el ejército asirio siguiera funcionando como una máquina perfectamente engrasa, toda rebelión era abortada, pero al final del reinado de del rey asirio Assurbanipal en el año 627 a. de C., se inició un periodo de gran debilidad para el imperio Asirio.
Los hijos del rey asirio se lanzan a una guerra civil haber quien sale vencedor, entre Ashur-etil-ilani, Sinsharishkun y Sin-shumu-lishir la lucha es enconada y no solo eso, coincide con que en babilonia accede al poder un monarca fuerte llamado Nabopolassar.
Este hubiera tenido que ser investido por el rey asirio, pero en aquellos momentos Asiria estaba debilitada, en consecuencia el rey babilonia accedió al poder por su propia condición y sin rendir pleitesía a nadie.
Esto fue garrafal para asiria, ya que dio una vez más pretexto a los babilonios para lanzarse a la rebelión, apoyados por el pueblo de los “medos”, los que en futuro formarían el tan temido imperio persa.
Los medos demostraron con el tiempo ser un rival formidable para los asirios; en la época de la muerte de Assurbanipal, los medos junto con los babilonios atacaron de manera inmisericorde al imperio asirio, el cual empezó a debilitarse de modo alarmante.
En el año 612 a. de C. los ejércitos medo y babilonio toman y saquean la capital del imperio Asirio, Ninive; ¡una inmensa alegría entre los pueblos opresores del yugo asirio debió brotar de sus pechos!, pero los asirios no estaban completamente destruidos, y había que darles el golpe de gracia.
Rey babilonio Nabopolasar
Cerca de esta época, en el año 610 a. de C. fue cuando Nekao II accedió al poder; heredaba de su padre un país próspero y militarmente eficaz para defenderse de sus enemigos; sin embargo, el faraón sondeó sus opciones, ya que la debilidad a Asiria le daba la oportunidad de ampliar sus dominios ante un gigante derrotado.
El faraón podía seguir dos opciones, la primera y más inteligente era aprovechar que Asiria estaba de capa caída y herida de muerte, podía apoderar de sus dominios en Asia Menor en cuanto ahora mismo ,los asirios luchaban con los babilonios y medos en la misma Mesopotamia.
Pero Naekao II optó por una segunda opción, algo peligrosa y audaz, que si le salía mal podía poner en peligro la integridad de su reino; pero el joven faraón se consideraba fuerte en la empresa que deseaba realizar y que le llevaría a tomar las antiguas posesiones de Fenicia y Siria que antiguamente habían pertenecido a Egipto.
Pero además de estos actos, Nekao II entró en alianza con los antiguos enemigos de Egipto, ¡los asirios!; ¿Qué le llevó a realizar este descabelladlo plan?. El mismo se apoyaba en que si Babilonia salía vencedora, esta se convertiría en una nueva gran potencia de Mesopotamia, con lo que solo se sustituiría una amenazante Asiria por otra llamada Babilonia.
El faraón sopesó que más valía una Asiria debilitada que una Babilonia fuerte y pletórica de fuerzas; si las tropas egipcias enlazaban con las asirias, quizá el equilibrio de fuerzas podía llevar la región de Mesopotamia a un equilibrio de poderes y no a un desequilibrio en el que Babilonia saldría como potencia dominadora e indiscutible, claro está junto a los medos.
Pero los demos están muy al Este, en cambio los babilonios, se estaban aproximando a Asia Menor en la toma de zonas ocupadas por Asiria; y esta era lo que temía Nekao II.
De Asia Menor a la frontera egipcia solo había un paso y quizá el rey Nabopolassar intentar lo que los asirios hicieron en el pasado, ¡ocupar Egipto!, así que el faraón decidió tomar medidas preventivas que pusieran fin a los intentos babilonios de engrandecer mucho su imperio.
Era el año 609 a. de C. cuando el rey Nekao II preparó a sus ejércitos, con los cuales penetró en el Sinaí en ruta norte para enlazar con las fuerzas asirias, y de paso, tomar todos los territorios por donde pasara, los cuales eran las zonas de Fenicia y Siria.
Posiblemente con alianza con los asirios y apoyándose en la debilidad de estos, los asirios no protestarían con la ocupación de sus antiguos territorios por los egipcios, ¡estarían más preocupados en su angustiosa lucha por la supervivencia!.
Médico egipcio atendiendo enfermos
Nekao II penetró en el Sinaí, marchando rumbo norte, donde sucedió un hecho decisivo que hizo que los egipcios acudieran tarde para enlazar sus fuerzas con las de los asirios en la lucha con los babilonios y medos.
Los egipcios penetraron en el reino de Judá, país títere que gobernaban los asirios por el medio de pago de tributos a cambio de que ellos se gobernaran internamente y solo reconocieran públicamente la hegemonía de Asiria.
Por aquella época su rey llamado Josías, posiblemente ya habría dejado de pagar el tributo asirio, ya que por aquel entonces la debilidad asiria era más que manifiesta y ya no estaba en condiciones de hacer pagar caro la deslealtad de ningún país tributario suyo.
El caso es que los egipcios tenían que atravesar el reino de Judá; es posible que Josías fue aliado de los babilonios, ya que el fin de los asirios propiciaría el dejara de pagar tributos a sus opresores o también es posible que Josías tuvo noticias de que un gran ejército egipcio (buena parte de sus tropas eran mercenarios) se dirigía al norte para ayudar a los asirios a sostenerse contra los babilonios.
Esto no podía consentirlo Josías, ya que podía ocurrir que si Asiria se sostenía se pudiera volver a los tiempos anteriores; el caso es que Josías reunió sus modestas fuerzas y las concentró en el valle de Jezreel.
Allí llegó Nekao II con su ejército después de atravesar la “Vía Maris” (antigua ruta comercial que enlazaba Egipto, Siria, Anatolia y Mesopotamia) con la flota egipcia como apoyo, la cual bordeaba la costa mediterránea.
Nekao II tenía una prisa inmensa por enlazar con los asirios, los restos del ejército y de la nobleza se habían replegado y reorganizado ahora sobre otra de las antiguas capitales asirias llamada Harrán dirigidos por su nuevo rey Ashur-uballit II, allí enlazarían los egipcios con sus aliados.
La velocidad era esencial, así que toda negociación diplomática con los hebreos de Judá estaba descartada, aunque parece que formalmente Nekao II pidió permiso; pero Josías se lo denegó, impidiendo por las malas toda unión entre Egipto y Asiria.
Como también estaban haciendo los egipcios, Josías había ocupado zonas del sur del antiguo reino de Israel, aprovechando la debilidad de Asiria; posiblemente los egipcios reclamaran estos territorios como suyos, algo que el rey hebreo no consentiría, posiblemente esto ayudó en las fracasadas negociaciones diplomáticas.
Armas de combate egipcias
El caso es que el rey hebreo era consciente de la debilidad de sus fuerzas contra las egipcias, pero se dejaría aplastar antes de que volviesen los tiempos antiguos de pago de tributos y extorsión asiria, eso sin contar con que los babilonios le podrían castigar en el futuro al no haberse opuesto a las fuerzas egipcias.
Lo que se conoció como la “segunda batalla de Megiddo” en el año 609 a. de C., fue una derrota aplastante de las fuerzas hebreas de Judá ante el más numeroso ejército egipcio, donde resultó muerto el rey de Judá; pero la victoria salió cara a los egipcios, les retasó bastante el reorganizar sus tropas y seguir rumbo norte.
Tras la muerte de Josías, fue sucedido en el trono por su hijo Joacaz. Sin embargo, Nakao II todavía entaba en la zona, y desde luego, lo que no deseaba era un rey hostil en el trono (los egipcios habían matado a sus padre) que pudiera atacarle por retaguardia.
El faraón, además de imponer un tributo de 100 talentos de plata y un talento de oro en el reino, nombró a su hermano mayor Eliaquim como rey, el cual demostró ser lo bastante sumiso a los egipcios como para que estos le concediera el trono de Judá.
Nekao II también cambió el nombre de este nuevo rey en Joacim; mientras, el depuesto Joacaz fue llevado cautivo a Egipto, donde se convirtió en el primer rey de Judá a morir en el exilio.
El año anterior los asirios habían perdido la ciudad de Harrán, concentrándose en la de Carchemish; allí enlazaron con los egipcios, junto a los cuales harían frente a la coalición medo-babilonia que se acercaba para enfrentárseles.
Nekao II podía momentáneamente estar satisfecho de la situación, sus tropas habían conquistado territorios que abarcaban Fenicia y Asiria; el imperio de Tutmosis III había nuevamente renacido en las manos de Nekao II, lo cual era un orgullo para él.
Pero ahora tocaba lo más difícil, conservar las conquistas, Nekao II se había aliado con las fuerzas asirias, pero estas ya no eran las de tiempos antiguos, ciertamente conservaban su capacidad de lucha, pero también es cierto que numéricamente eran débiles.
Para colmo de males, los oponentes de Nekao II y los asirios eran fuerzas poderosas; lideradas las fuerzas babilonias por Nabucodonosor (hijo de Nabopolassar, el cual envió a su hijo en campaña por estar el demasiado viejo para tales traqueteos) y las de los medos por Ciaxares, juntas formaban un ejército poderoso, quizá más de lo que pudieran aguantar las fuerzas egipcio-asirias.
En el año 605 a. de C. en la ciudad de Carchemish, se dio la gran batalla entre ambas fuerzas, los egipcio-asirios fueron derrotados con claridad y no tuvieron más remedio los supervivientes que marchar rumbo sur maltrechos y vapuleados.
Con ellos los babilonio-medos ocuparon las regiones de Siria y Fenicia, con lo que las posesiones de Nekao II apenas le duraron cuatro años.
Rey asirio Assurbanipal
Antes de seguir, comentar que hubiera sido interesante saber qué pasó con las fuerzas asirias tras la derrota sufrida; la verdad es que al poco tiempo no se lee nada en los registros antiguos, por lo que les pasó fue una auténtica incógnita.
Yo personalmente apuesto a que entraron a formar parte como mercenarios de las fuerzas egipcias de Nekao II; a fin de cuentas se les podía considerar “apátridas”, ciertamente ya no tenían reino por el que luchar, Asiria había sido borrada del mapa.
También quizá se dispersaron, convirtiéndose en soldados de fortuna, dispuestos a ofrecer su espada al mejor postor o algún cacique local que quisiera contratar sus servicios.
Pero dado que eran soldados y militares, que acompañaban al faraón Nekao II en la retirada y que este conocía su destreza en combate, creo que el faraón estaría más que dispuesto a ofrecerles una vida de soldados con un sueldo seguro; por lo que me inclino más a la hipótesis de que entraron como mercenarios del Ejército egipcio.
Allí pasarían el resto de sus vidas, viviendo en el país que les acogió, casándose entre los de su raza o entre los egipcios, formando matrimonios mixtos, hasta fundirse con el paso de los años con el pueblo egipcio.
Pero todavía no habían acabado las inquietudes para Nekao II, Nabucodonosor no había olvidado la ayuda que había prestado al pueblo asirio y estaba deseoso de ajustar cuantas al faraón egipcio.
La campaña para invadir Egipto tuvo que ser aplazada, ya que la muerte de su padre Nabopolassar en el año 605 a. de C., le hizo tener que marchar para reclamar el trono; pero una vez que hubo afianzado su poder, preparó en el año 601 a. de C. una invasión para dar su merecido a Nekao II.
Cuando los egipcios volvieron a su país tras la fallida campaña, Nekao II decidió emprender acciones para revitalizar la economía del país; uno de sus proyectos era levantar un canal entre el río Nilo y el mar Rojo, lo cual haría que la navegación y el comercio se fortaleciera más con esta medida.
Inició los trabajos en esta medida, aunque no llegó a concluirlos; como medida de si dicha empresa era provechosa, decidió patrocinar una expedición marítima para ver si se podía navegar del Mediterráneo al mar Rojo circunnavegando África, un fantástico viaje de más de 20.000 Km., hecho el cual fue relatado por el historiador griego Herodoto.
Mujer egipcia
Contrató a navegantes fenicios (los mejores del mundo) para la realización de dicha empresa, así como también una flota fenicia, pertrechada y financiada por el faraón.
La empresa tuvo éxito tras un viaje de tres años; sin embargo aunque el viaje se coronó con éxito, no tuvo un desenlace decisivo en la construcción del canal al mar Rojo, y solo quedó el suceso como logro científico.
Nekao II también optó por tomar medidas defensivas encaminadas a retrasar la invasión babilonia; realizó lo que los anteriores faraones habían hecho para prevenir la invasión asiria de Egipto; mediante el pago de oro o promesas de ayuda, agitaron las poblaciones del Asia Menor para mantener a las fuerzas babilonias lo suficientemente ocupadas para que no invadieran Egipto.
Sin embargo en el año 601 a. de C., Nabucodonosor estaba preparado e invadió Egipto; sin embargo solo quedó el asunto en un intento. Nekao II a pesar de la debilidad de sus fuerzas, comparadas con las de Nabucodonosor, tuvieron la suficiente energía para rechazar su invasión (la moral de defender su patria, fue decisiva a la inferioridad numérica de los defensores).
La debilidad militar terrestre de Nekao II era manifiesta, quedó patente cuando a pesar de que había instigado la rebelión en Asia Menor con dinero, la ciudad de Ashkalon situada al norte de Gaza, fue la última de las ciudades de la zona en resistir la envestida de Nabucodonosor.
A pesar de que Ashkalon apeló desesperadamente a Nekao II para recibir ayuda militar, sus súplicas cayeron en oídos sordos; Nekao II antes hubiera ayudado encantado, pero tras la batalla de Carchemish en el año 605 a. de C., el faraón ya nunca más pudo disponer de un ejército poderoso para campaña alguna.
Ashkalon sucumbió posteriormente, la ciudad fue entregada a las llamas y sus ciudadanos deportados como ejemplo de lo que cualquier ciudad podía encontrarse si se le ocurría rebelarse contra el rey babilonio.
Bastante milagroso si cabe fue que las fuerzas egipcias pudieran contener la avalancha babilonia tres años después; pero lo hicieron, lo cual dice mucho en su favor.
La derrotada debió crear cierta confusión en las invictas tropas babilonias, ya que consta que persiguiendo a los derrotados babilonios, Nekao II tomó la zona de Gaza, por lo que tuvo una zona de Asia Menor para poder ser utilizada como colchón en prevención de cualquier posterior invasión a su País.
Fragmento de vasija con el nombre de Nekao II
Nekao II era consciente de que Nabucodonosor no intentaría aflojar la presa y de que más tarde cuando se rehiciera, podría volver a intentar lo que en antes había fracasado, ¡invadir Egipto!.
Nekao II estudió seriamente la situación y comprendió que en el terreno de un enfrentamiento militar terrestre, el faraón llevaba las de perder, ya que la potencia militar babilónica era demasiado fuerte para sus fuerzas militares, mucha más modestas.
Así que cambió de estrategia y pensó en intentar derrotar a los babilonios por mar; con este fin emprendió la organización y creación de una poderosa flota, encargada a los corintios, asegurándose el dominio de los mares Mediterráneo y Rojo.
Nekao II siguiendo la estela de su padre Psamético II decidió reanudar las relaciones con los países de la Grecia continental; en particular, los corintios fueron objeto preferido de contacto con Nekao II, ya que fueron útiles por su pericia marítima y en su habilidad como artesanos en la construcción de barcos para preparar la flota egipcia.
Pero en el año 595 a. de C. fallecía Nekao II, antes de llevar a cabo su ambicioso proyecto de conquista a través del mar.
Con esto se ponía fin al reinado de Nekao II, hombre que quiso llevar a Egipto a unas conquistas imperiales, emulado al mismísimo Tutmosis III, en el hecho de llevar las fronteras a la misma Siria; pudo realizarlo, pero solo conservó sus conquistas cuatro años, ya que tenía que conservarlas ante un enemigo temible, el imperio babilonio.
Tuvo que retroceder y milagrosamente no vio su país invadido; tras finalizar su aventura imperial, Nekao II intentó restablecer el comercio de su país con los países helenos emergentes y con cualquier país que quisiera comerciar con ellos, lo cual resultó beneficioso para el país.
Nekao II viendo que militarmente por vía terrestre había sido vapuleado, aprovechó las riqueza económica que disfrutaba el país para crear una potente flota que se hiciera dueña del mar Mediterráneo, buscando la crear problemas a los babilonios en este terreno, ya que no disponían de ninguna flota digna de mención; Solo la muerte de Nekao II impidió que sus planes pudieran llevarse a cabo.
Carros de guerra egipcios en acción
Autor: eljoines
Bibliografía:
- http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/personajes/4030.htm.
- Wikipedia.
- Satrapa1.
- “La Tierra de Canaán” de Isaac Asimov.
- “Los egipcios” de Isaac Asimov.
- eljoines's blog
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Hola Eljoines!! muy bueno el trabajo, eres una maquina!!
Te comento que creo que te has equivocado en algo, o por lo menos se te mezclaron las campañas de Necao. A ver si soy claro... por lo menos es lo que tengo entendido yo.
En una primer campaña Necao avanza hacia el norte, toma varias ciudades, ocurre la batalla de Megido contra las fuerzas de Judá, y se une luego a los Asirios (que habian retrocedido hacia lo que hoy conocemos como Siria) e intentan tomar Harran, en lo que sera la segunda vez que un faraon egipcio cruce el Eufrates (el primero habia sido Tutmosis III). Fracasan en este intento y Necao decide retirarse. Deja una fuerte guarnicion en Karkemish, y con el resto de las fuerzas se vuelve para Egipto. Es en este viaje de vuelta que al pasar por Juda pone en el trono a Joacim. La vuelta a egipto de Necao es triunfante (entre comillas, pues no pudo impedir la caida de Asiria, pero tomo posesion de buena porcion de territorio) y como ves, lo de Joacim es antes de Karkemish.
Luego si, al adoptar babilonia una actitud ofensiva en la region, el enfrentamiento se hizo inevitable. Primero los babilonios tomaran Kummuh (al norte de karkemish), y Necao intentara retomarla en lo que sera su segunda campaña en la region, y lo lograra aunque solo por unos pocos meses aprovechando que la mala salud de Nabopolasar lo obligo a retirarse hasta que el principe heredero, Nabucodonosor retoma la campaña. Entonses si, sobrevendra la derrota en la batalla de karkemish. Al parecer toda o una parte del ejercito egipcio huyo sin combatir, pues se sabe que los babilonios persiguieron hasta Hamat a los sobrevivientes de la batalla y alli fueron masacrados. Se suele decir que aqui participaron tambien los asirios, pero ni en las cronicas Babilonicas, ni en la Biblia (en Jeremias menciona la batalla) se los menciona (Herodoto no menciona la batalla). Asi que se podria poner en duda su participacion en esta batalla y podriamos considerar que luego del fracaso de Harran, los asirios ya habian abandonado la escena.
En karkemish lo que se ponia en juego era el poder de las dos potencias de la region, Egipto y Babilonia, nada de reinos asirios en decadencia o cosas asi (en toda la 2da campaña no se menciona a los asirios). Esa es mi opinion.
saludos
PD: Para las fuentes de la batalla de karkemish ver Jeremias 46.2 y las cronicas babilonicas (Nabucodonosor), les dejo un recorte de estas ultimas:
1. En el vigésimo primer año [605 / 604, nota 1], el rey de Acad [Nabopolasar] se quedó en su tierra, Nabucodonosor, su hijo mayor, el príncipe heredero,
2. reunió el ejército de Babilonia y tomó el mando de sus tropas, marchó a Karchemiš que se encuentra en la orilla del Eufrates,
3. y cruzaron el río para ir en contra del ejército egipcio, que estaba en Karchemiš.
4. Lucharon entre sí y el ejército egipcio se retiró antes que él.
5. Él logró su derrota y los golpeaba a la no-existencia (causandoles la muerte??). En cuanto al resto del ejército egipcio
6. que se había escapado de la derrota con tanta rapidez que ningún arma los había alcanzado, en el distrito de Hamat
7. las tropas de Babilonia los alcanzó y derrotó de manera que ni un solo hombre se escapó a su propio país.
8. En ese momento Nabucodonosor conquistó toda la zona de Hamat.
No hay problema!! en lo que te pueda ser util, tu me dices...
saludos
Bueno creo que lo he arreglado bien marvel. Ya que pareces entendido en el tema, ¿que opinas de lo que les pasó a los asirios tras la toma de Harran?, las fuentes dicen que se perdió el rastro de ellos tras estos acontecimientos.
Yo soy de la opinión de que como su imperio había desaparecido y de que volver eran imposible, (al menos para la casta militar) podían optar para servir en algún país lejano como mercenarios.
Dado que estaban por conveniencia aliados con los egipcios, ¿no crees que es posible que se fueran con las tropas de Nekao II a Egipto?. Allí es posible que fundiéndose con la población a lo largo de los años, se perdería la pista sobre ellos.
Posiblemente, Nekao II aceptara como mercenarios a dichas tropas, dado que eran buenos combatientes y de que su alianza con los asirios, hubiera hecho que los babilonios estuvieran furiosos con los egipcios, por lo que su respuesta no tardaría en llegar. Habría que estar preparado, y echar mano de todo posible soldado útil al que poder contratar, y, ¡que mejor que los combatientes asirios!.
saludos
Bueno, yo me permito dudar si en karkemish estuvieron los asirios presentes, creo que fue una batalla entre egipcios y babilonios. Si hubo tropas asirias, seguro que estas no estaban en representacion de un reino asirio, o cosa por el estilo. Mucho menos los medos, estos seguro que no participaron.
En cuanto a lo de Asiria como entidad politica independiente, si desaparecio. Pero como pueblo, no creo en ningun tipo de genocidio, por decirlo de alguna manera. No creo en la desaparicion de los asirios. Incluso, es muy verificable, la continuacion del "sistema" asirio en el imperio neo-babilonico. Pero esto lo dice mejor que yo, el asiriologo Simo Parpola, en un texto que ya puse y que veo no lo han leido!!!!! jajaja... aqui lo repito, es muy interesante y aclaratorio. Palabras de un experto en los asuntos asirios.
Los Asirios despues de Asiria: En el año 612 antes de Cristo, y tras una prolongada guerra civil, dos antiguos vasallos de los asirios, babilonios y medos, conquistaron y destruyeron Nínive, la capital del imperio neo-asirio. Esa gran ciudad desapareció bajo las llamas y nunca recuperó su antiguo estatus. Tres años más tarde, esos mismos rebeldes arrasaron la metrópolis occidental asiria, Harran, rompiendo las últimas defensas del último de sus reyes, Assuruballit II. Este hecho selló el destino del imperio asirio y marcó el punto a partir del cual se suele hacer terminar la historia asiria en los libros oficiales.¿Qué le ocurrió a ese pueblo tras la caída de su último imperio? La pregunta es difícil de responder por dos razones. Primero y principalmente, porque el asunto apenas ha sido abordado por los asiriólogos. La mayoría de ellos dan tácitamente por buena la idea de que fueron más o menos borrados del mapa, tal y como sugirió en 1925 Sidney Smith: «La desaparición del pueblo asirio permanecerá siempre como un fenónemo único y llamativo de la historia antigua. Otros reinos e imperios similares desaparecieron igualmente, pero sus gentes sobrevivieron... Ninguna otra tierra parece haber sido tan completamente saqueada como lo fue Asiria». En segundo lugar, y en contraste con la abundante información que poseemos sobre el periodo imperial asirio, los conocimientos existentes acerca de lo que ocurrió tras su caída son insuficientes y dispersos. La casi total falta de información acerca de la Asiria post-imperial vendría a apoyar la idea de que el pueblo derrotado fue víctima de un genocidio, al que, por otro lado, se refieren antiguos testimonios. Cuando el historiador griego Jenofonte atravesó la antigua patria asiria, doscientos años después de la caída de Nínive, y visitó dos de las grandes ciudades asirias, sólo encontró ruinas. Poco pudo el heleno averiguar a partir de los testimonios de los campesinos que vivían en sus aledaños. El territorio donde yacían esas ciudades desiertas pertenecía a los medos por aquel entonces y los griegos dieron por hecho que sus antiguos habitantes eran también, por tanto, medos. Hoy está del todo claro que los asirios no fueron sistemática y completamente masacrados. Es cierto que algunas de sus grandes ciudades fueron enteramente destruidas y saqueadas (así lo han confirmado los arqueólogos). Es cierto, también, que parte de su pueblo fue deportado y que, muy probablemente, toda su aristocracia fue pasada por las armas. Sin embargo, Asiria era un país vasto y densamente poblado, y fuera de los pocos centros urbanos destruidos, la vida continuó normalmente. Esta afirmación está probada por un archivo post-imperial de la capital provincial asiria Dur-Katlimmu, situada junto al río Jabur, recientemente descubierto, en el que se han hallado documentos comerciales tallados en cuneiforme asirio diez años después de la caída de Nínive. Aparte del hecho de que estos documentos están fechados de acuerdo a los años de reinado de un monarca babilonio, Nebuchadnezzar II, no hay nada ni en su formulación ni en su apariencia externa que sugiera que no fueron escritos bajo el imperio asirio. Otro pequeño archivo descubierto en Assur, cincelado en una variedad de cuneiforme desconocida previamente, prueba que los joyeros asirios todavía trabajaban en la ciudad después de la caída del imperio, si bien, en este caso, bajo las órdenes de los medos.
Además, más de cien personas con nombres claramente asirios han sido recientemente identificadas en documentos de muchos yacimientos babilonios datados entre el 625 y el 404 antes de Cristo, e indudablemente, otros muchos aguardan a ser identificados en futuros hallazgos. No sabemos bien, es cierto, si esos asirios que sobrevivieron al hundimiento de su imperio eran deportados o inmigrantes cuyas familias se habían asentado en Babilonia antes de la caída de Nínive. En cualquier caso, eso prueba inequívocamente la supervivencia de muchos de ellos tras el hundimiento de su último imperio y la continuidad de la identidad, religión y cultura asiria. Buena parte de esos nombres hallados en los documentos contienen el divino nombre Assur. Algunos, además, ocuparon elevadas posiciones sociales. Así, por ejemplo, sabemos que un tal Pan-Assur-Lumur fue el secretario de la princesa Cambises durante el reinado del persa Ciro II, en el año 530 antes de Cristo. Nombres asirios fueron también encontrados en textos griegos y arameos más tardíos desde Assur a Hatra, Dura-Europus o Palmira, y continuaron siendo atestiguados hasta el comienzo del periodo sasánida. Estos nombres son reconocibles por las divinidades asirias a las que aluden, claro que si anteriormente los nombres eran predominantemente acadios, ahora son exclusivamente arameos. El que en estos textos se utilice tanto el lenguaje como el alfabeto arameo demuestra que estos asirios de tiempos más tardíos ya no usaban el acadio como lengua materna. En todos los otros aspectos, no obstante, continuaban con las tradiciones del periodo imperial. Los dioses Assur, Sherua, Ishtar, Nanava, Bel, Nabu y Nergal continuaron siendo adorados en Assur, al menos hasta el comienzo del siglo III después de Cristo; el calendario de los cultos locales era también el del periodo imperial; el templo de Assur fue restaurado en el segundo siglo de nuestra era y las estelas de los gobernantes locales se parecen a las de los reyes asirios del periodo imperial. Es también oportuno llamar la atención acerca del hecho de que muchos de los nombres arameos que aparecen en las inscripciones post-imperiales de Assur están ya presentes en textos del mismo lugar ochocientos años más antiguos.
Assur no fue la única ciudad donde la religión asiria y sus cultos sobrevivieron a la caída del imperio. El templo de Sin, el gran dios de la luna de Harrán, fue restaurado por el rey babilonio Nabónido a mediados del siglo VI antes de Cristo, y el rey persa Ciro asegura haber devuelto una imagen de Ishtar a su templo original de Nínive. Otras fuentes clásicas atestiguan la continuidad de cultos asirios en otras ciudades sirias hasta la antigüedad tardía. En Harrán, los cultos de Sin, Nikkal, Bel, Nabu, Tammuz y otros dioses asirios sobrevivieron hasta el siglo décimo después de Cristo y todavía son citados en fuentes musulmanas. Sacerdotes típicamente asirios con su característico sombrero cónico largo y sus túnicas aparecen pintados en bastantes monumentos greco-romanos del norte de Siria y el Este de Anatolia.
Sabemos poco del estatus político de Asiria en las décadas que siguieron a su caída, pero parece que la parte occidental del imperio, hasta el Tigris, cayó en manos de los babilonios, mientras que la oriental, al otro lado del Tigris, Assur incluido, quedó bajo gobierno medo. Bajo el imperio aqueménida, las áreas occidentales anexionadas a Babilonia formaron una satrapía llamada Athura, un préstamo lingüístico, tomado del término arameo Athur, que significa Asiria, mientras que el corazón de Asiria, Assur, continuaría incorporado a la satrapía de Mada (vieja designación persa de la Media). Ambas satrapías pagaban anualmente un tributo y contribuían con hombres a las campañas militares y a la construcción de edificios para los reyes persas. Soldados asirios participaron en la expedición de Jerjes contra los griegos, en el año 480 antes de Cristo, de acuerdo a Herotodo, y asirios procedentes de ambas satrapías, Mada y Athura, participaron en la construcción del palacio de Darío en Susa, entre los años 500 y 490 antes de Cristo. Fueron los asirios medos quienes llevaron a cabo los trabajos de orfebrería y vidriería, mientras que los de Athura proporcionaron desde el Líbano la madera del palacio. En la versión babilonia de la inscripción persa, el nombre Athura es en este punto traducido como Eber Nari, “Tierra al lado del río (Éufrates)”. Esto demuestra que los habitantes de la mitad occidental, originalmente arameos, eran ya en esa época claramente identificados con Asiria propiamente dicha, un asunto importante sobre el que después volveremos.
En vista de lo dicho vemos que, en tiempos de los aqueménidas, Asiria, aunque dividida en dos, había resurgido como una entidad política de considerable poder militar y económico. En el 520 antes de Cristo, tanto los habitantes de Athura como de Mada se unieron y protagonizaron una revuelta contra Dario. De ese modo, intentaban recobrar su independencia. La rebelión fracasó, pero en cierto sentido, el imperio asirio se había reestablecido nuevamente desde tiempo antes. De hecho, nunca fue destruido, tan sólo cambió de propietario. Primero, fue a parar a manos de medas y babilonios, y posteriormente, a la de los persas. Historiadores griegos de la época y más tardíos no hicieron de hecho grandes distinciones entre el Imperio Asirio y sus sucesores. A sus ojos, la monarquía o hegemonía universal que habían sostenido los asirios había sido simplemente tomada o usurpada por otras naciones. Por ejemplo, Ctesis de Cnidus escribe: «Fue bajo Sardanapalo cuando la hegemonía asiria sobre el imperio cayó en manos de lo medos, después de haber durado más de treinta siglos». El rey babilonio Nabónido, que reinó sesenta años después de la caída de Nínive, y en realidad originario de una ciudad asiria, Harrán, se refirió a Asurbanipal y Esarhadoon como sus antepasados reales. Su predecesor, Nebuchadnezzar y los reyes persas Ciro y Artajerjes están igualmente referidos a los reyes de Asiria tanto en la tradición griega como en la bíblica. Estrabón, escribiendo en los tiempos del nacimiento de Cristo, nos dice que las costumbres de los persas eran «como las de los asirios» y llama Babilonia a una metrópolis de Asiria (la cual, de hecho, había sido también completamente destruida y reconstruida por los asirios a comienzos del siglo séptimo antes de Cristo). De acuerdo a la visión que de ellos había en la antigüedad, los reinos babilonios y medas y el imperio persa deberían ser vistos como las versiones sucesivas de la misma estructura de poder multinacional. O, en otras palabras, el imperio se hundió y renació cada cierto tiempo bajo un nuevo liderazgo, con el poder político saltando de una nación a otra. Ciertamente, el Estado sufrió modificaciones tras cada uno de esos relevos políticos, pero dichos cambios pueden considerarse en cierta forma como cosméticos. De todos es sabido, por ejemplo, que el lenguaje de las élites gobernantes mudó inicialmente del asirio al babilonio y luego al meda, el persa y el griego. Es igualmente conocido que todos los conquistadores mantuvieron su vestimenta tradicional, sus costumbres nacionales y su propia religión (Assur fue reemplazado de su puesto de primer dios imperial en beneficio del babilonio Marduk y, posteriormente, del iranio Ahura Mazda y del griego Zeus, entre otros). En su conjunto, sin embargo, las viejas estructuras del imperio prevalecieron y, a largo plazo, se impusieron. De hecho, la escritura cuneiforme (ahora en sus formas babilonias, elamitas y persas antiguas) continuó siendo usada en las inscripciones monumentales y el arameo conservó el estatus de lengua imperial franca que había tenido bajo la etapa de dominación asiria. Además, los dioses de las nuevas élites fueron gradualmente asimilados a los de los asirios. La divinidad suprema de los persas, Ahura Mazda, era ahora representada por el disco alado de Assur mientras que la diosa irania Anahita adquirió las facciones de Ishtar y finalmente acabó siendo asimilada, a todos los efectos y casi plenamente, a ella. Lo mismo le ocurrió a Mitra, que acabó transformado en el equivalente iranio de los dioses asirios Nabu y Ninurta.
La lista podría ser mucho más larga. El calendario asirio y los nombres de los meses siguieron en uso en todo Oriente Próximo, hasta el día de hoy. Y lo mismo ocurrió con otras medidas imperiales; con el sistema de impuestos y de reclutamiento militar; con la ideología real en general y, más concretamente, con el simbolismo del arte imperial, la organización y las ceremonias de la corte o las prácticas diplomáticas...
La continuidad de la cultura imperial asiria fue ciertamente facilitada por el hecho de que tanto babilonios como medos habían estado durante siglos bajo yugo asirio, mientras que los persas, en tanto que antiguos vasallos de los elamitas y los medos, también habían estado sujetos a su influencia cultural. Ambos conquistadores de Asiria, el babilonio Nabopolassar y el medo Kyaxares, habían servido previamente como gobernadores asirios en sus respectivos países.
Leanlo, no tiene desperdicio.
saludos!!
Yo ya lo leí en dos días el trabajo de Simo, la verdad es que es un trabajo interesante. La verdad yo también creo que la población civil asiria no fue tocada, aunque personalmente no comulgo con lo que le pudo pasar con los restos del venido ejército asirio y sobre todo sus oficiales.
No creo que estos volviera a sus lugares de origen, quizá demasiado estigmatizados por la vergüenza de haber sido derrotados por los que antes dominaban con una bota sobre el cuello, ¡ahora les tocaba a los asirios probar el sabor amargo de la derrota!.
Conociéndoles un poco, creo que tenían un ego demasiado grande para tragarse la derrota y volver a sus lugares de origen a ser unos simples agricultores, comerciantes, artesanos etc...
Para los soldados, la guerra era su profesión., para la Élite de su nobleza, en la que la guerra y el poder era el pilar de su función, no les veo como pacíficos asirios resignados a su suerte.
Más les veo en el papel de "apátridas", mercenarios buscándose a un Señor que quiera comprar sus servicios, en los que creo, el faraón Nekao II hu otros gobernantes de países circundantes alquilaron sus servicios. Pero, ¡claro está!, esto solo queda relevado al campo de la hipótesis, ya que las fuentes antiguas tras la toma por medos y babilonios de Harrán, la última fortaleza Asiria, el rastro de los asirios desaparece casi por completo.
saludos
Eso de "apatridas" se puede leer en la pagina de satrapa1, en el trabajo sobre el final de Asiria. Corre por cuenta de Satrapa, el sabra por que lo pone. Bueno... yo por lo menos desconozco evidencias de que los asirios lucharan como apatridas para potencias que no fueran las mismas que los dominaron a ellos. Y me refiero al mencionado caso (mencionado por xenophon en mi trabajo ultimo sobre la tactica asioria en la Ciropedia de Jenofonte) donde los asirios aperecen entre las tropas de los persas invasores de grecia. Pero eso de imaginarnos una especie de "legion" asiria perdida (al estilo de la legion perdida de Craso) es algo que me cuesta aceptar.
Y esto de los ejercitos integrados por diferentes naciones, sea aliadas o como vasallas del poder de turno, era algo que los mismos asirios hacian (y heredaron sus sucesores). El mismo ejercito asirio incluia importantes contigentes de pueblos dominados por ellos (se pueden identificar en los relieves incluso, por la diferente vestimenta, ej: arqueros Israelitas). Podemos imaginar que tras las derrotas en batalla y las ciudades tomadas por sus enemigos, todo su sistema de poder y, obviamente, su sistema de reclutamiento, se veria totalmente resquebrajado. Asi que salvo los puramente asirios, el resto de los contingentes serian leales segun que conveniencia.
Por otro lado, el traspaso de poder de Asiria a Babilonia no es algo tan conflictivo.
Pero, ¡claro está!, esto solo queda relevado al campo de la hipótesis, ya que las fuentes antiguas tras la toma por medos y babilonios de Harrán, la última fortaleza Asiria, el rastro de los asirios desaparece casi por completo.
Bueno eljoines, si leiste lo de Simo, ya deberias saber que esto NO es asi. El rastro de los asirios no esta perdido, ni casi, ni completo.
saludos
Bueno marvel, me refería que desaparece el rastro de los sirios como entidad política independiente., queda claro por Simo que la población civil se aclimató a las circunstancias reales que ahora imperaban, acatando quien gobernase la parte donde ellos viviesen., ya fueran babilonios, medos etc...
La estructura militar asiria debió quedar tan desestructurada y desecha por la derrota, que ya no tuvieron fuerzas para intentar si quiera, un amago de reconquistar partes de su antiguo imperio.
Respecto a la palabra "apátridas", creo que está bien dicha, (aunque también se puede utilizar a personas desposeídas de la nacionalidad de la que eran poseedoras, si no tuvieran ninguna más, como la doble nacionalidad) ya que eran hombres que no tenían patria debido a que sus enemigos les habían dejado, sin patria y sin imperio.
Por supuesto, había leído el relato de Satrapa1 de la caida del imperio asirio, pero la palabra, aunque coincidente con la de ese foro de historia, creo que está bien dicha, dicho claro está, con todos los respetos je,je.
saludos
Te entiendo, y respecto a la cuestion "politica" no lo dudo. Asiria nunca mas volvera a gravitar politicamente. Es en este sentido que se puede decir que "desaparecieron" o se "esfumaron" o lo que se nos ocurra. Pero repito, solo politicamente hablando. Por lo tanto, los demas aspectos que construyen una identidad cultural, o por decirlo de alguna manera, la patria Asiria (para llamarlos "apatridas" es porque podemos definir una "patria" asiria) de ninguna manera desaparecieron o se esfumaron. Asiria siguio siendo una region habitada por asirios, sus artesanos siguieron trabajando (lo mismo el resto de los oficios, podemos suponer), sus hombres combatieron para sus conquistadores (Herodoto), etc etc etc... deberia repetir todo lo dicho por Simo Parpola...
Es decir, todo lo que construye una identidad asiria, la "patria asiria", no desaparecio, incluso es tan fuerte que las influencias en los pueblos que estuvieron bajo su dominio es muy notoria aun habiendo sido derrocado por estos.
Sabemos que Siria es la manera griega de referirse a esta region para diferenciarla de la Asiria propiamente dicha, pero que tal distincion no fue tan verificable en tiempos del imperio asirio ¿Es probable que las elites gobernantes se fueran trasladando hacia Siria a medida que eran derrotados y sus ciudades cayeran en manos de sus enemigos? Podria ser probable, porque Harran se encuentra bien al oeste, y es donde recibieron el apoyo egipcio, etc.. El ultimo esfuerzo de las elites asirias (las que se mantendrian rebeldes, es probable que muchas otras pactaran con el enemigo) por recuperar el poder se dio en Siria. Una vez derrotados pudo pasar cualquier cosa, se habran resignado a la dominacion extrangera (y no tanto, despues de todo seran babilonios) o, como tu dices, habran buscado el exilio ¿Cuantos habran hecho esto? imposible saberlo ¿A ti te gusta la idea de que combatieron con los egipcios? no me atrevo a negarlo aunque me parezca algo fantasioso. Pero eso si, como "apatridas" si que no.
Bueno, son ideas nomas, lo dejo aqui no quiero desvirtuar mas el trabajo sobre Nekao!!
Saludos
PD: patria como "la tierra de nacimiento" o "la tierra de mis padres" etc.. es solo una parte del concepto de patria, y tal vez el menos importante. "Patria" en el sentido original es mas parecido al concepto de "Nacion".
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Gracias por la aclaración Marvel, intentaré corregirlo., otra vez los librillos de Historia de Isaac Asimov me han salido rana. Me parece que para futuros trabajos, ¡no los tocaré ni borracho!.
saludos