Aclaraciones sobre la Guardia de Napoleón
La Guardia de Napoleón en los inicios de su corta historia tuvo una función común, la de proteger en cuerpo y alma a la persona de Napoleón, tanto en periodo de paz como en época de guerra, acompañándolo en campaña o en retaguardia, ¡allí donde fuera!.
Los inicios de la Guardia fueron más debido a sus cortos efectivos, la de protección: pero con el paso del tiempo, su número creció exponencialmente, incorporando nuevas unidades a la Guardia.
El espíritu de Corps que Napoleón instauró en sus fuerzas, junto con el deseo de convertir a dicho cuerpo en una unidad de guerra de élite, lo convirtió durante las guerras napoleónicas, en la mejor fuerza de combate del ejército de Napoleón.
Integrada por fuerzas escogidas, la Guardia se nutrió de los mejores soldados de las fuerzas regulares francesas o también, de los regimientos de Línea de Napoleón.
Esto ocurrió desde la creación de la Guardia en el 1800, año en que se denominó, “Guardia Consular”, (debido a que por entonces Napoleón era el Primer Cónsul de la nación junto a otros dos Cónsules) hasta su denominación como Guardia Imperial en 1804 al proclamarse Napoleón como emperador de los franceses.
Jinetes del regimiento de granaderos de la Guardia
El año 1809 marcó un punto de inflexión en las unidades de la Guardia; a finales del año 1799 en que Napoleón tras el golpe de estado gestado por él en Francia, había heredado la Guardia del anterior gobierno francés llamado “El Directorio”, el cual había tomado formalmente las riendas del poder en Francia tras la revolución en Francia en 1789.
Gobernaron formalmente desde 1795 a finales de 1799, creyéndose rodeados de muchos peligros decidieron crear una unidad militar para proteger a los miembros del gobierno, unidad militar de la que Napoleón heredó cuando asumió las riendas del poder.
La unidad era un pequeño cuerpo de 2.089 hombres al cual sometió a depuración de elementos indeseables e indisciplinados junto con hombres demasiado mayores para las futuras tareas que tenía Napoleón en mente que dicha unidad desempeñarían.
Con los años, Napoleón nutrió dicha fuerza con soldados veteranos “escogidos” pertenecientes los distintos cuerpos las fuerzas armadas francesas: infantería, artillería, caballería, ingenieros, marina, gendarmería etc…; en el año 1808, la Guardia era una fuerza de 15. 361 hombres prácticamente insuperables, tanto en veteranía, como en equipamiento y adiestramiento.
Poco a poco desde el 1800, sometiendo a sus tropas a un adiestramiento intensivo junto a una disciplina férrea, habían convertido a esos soldados veteranos en la mejor fuerza del mundo.
Mameluco de la Guardia
En Italia, en la batalla de Marengo en el año 1800 contra los austriacos, supuso su bautismo en combate, distinguiéndose por su valentía ante fuerzas muy superiores, si bien es cierto, parece que salió mal parada del evento con muchas bajas.
A partir de entonces, la Guardia Solo fue utilizada en momentos de peligro, (Napoleón calificaba a su fuerza como los mejores soldados del mundo, y en consecuencia, no los exponía a riesgos innecesarios) la unidad contribuyó a las victorias de Napoleón en el periodo de 1805-07 sobre los ejércitos de Austria, Prusia y Rusia.
Napoleón estaba en la cúspide de su gloria, sin embargo Napoleón comprendió que dicha unidad de élite tenía que ser explotada plenamente para servir no solo a sus intereses militares, sino también a sus intereses políticos.
La Guardia solo encontraba hueco en soldados veteranos, elegidos rigurosamente y tras haber servido en las tropas regulares francesas con distinción y valentía mucho tiempo.
Sin embargo Francia no estaba sola, había otros territorios y naciones vasallas dentro del imperio de Napoleón que ya en el 1808 eran numerosos; había que dar a dichas naciones una muestra de confianza y que mejor manera que permitir que alguna unidades de dichas naciones militaran en la Guardia napoleónica, como muestra de confianza y compromiso político.
La joven Guardia en acción
También había otros reclutas en la nación francesa que también podían ser cortejados por Napoleón; la juventud francesa desde el año 1800, había vivido las glorias de la Guardia imperial en el campo de batalla; pero la inclusión de veteranos en la Guardia imposibilitaba su entrada en tan gloriosos cuerpo.
Napoleón también encontró una solución a dicho problema, la creación de la “Joven Guardia” dentro de la Guardia imperial, solventó el problema; no solo entrando jóvenes en dicha unidad, sino también adolescentes, que con el paso del tiempo podrían entrar en la joven Guardia y después en las unidades veteranas de la Guardia.
De los 15.392 hombres aumentó hasta los 56.169 de 1812; sin embargo, este aumento masivo de estos tres años se realizó con relativa seriedad. ¡Efectivamente!, la Guardia se dividió en tres partes:
- Los miembros de la “Vieja Guardia”, englobando la “Créme de la Créme” de la Guardia.
- La Media Guardia, tropas de nivel medio.
- La Joven Guardia, donde militaban los más novatos del Cuerpo militar.
La joven Guardia experimentó desde su creación un aumento de efectivos sin precedentes, englobando tanto a franceses como a italiano, alemanes, holandeses etc… pertenecientes a los países satélites de Napoleón a los que él quería tener contentos, y, ¡qué mejor manera que permitirles que se enrolaran en su Guardia!.
Cazador de la Guardia
Pero no nos engañemos, a pesar de su gran número, las nuevas unidades recibieron un entrenamiento de hierro, acorde con el espíritu de este cuerpo de élite, a la par que la disciplina fue rígida con todo rigor.
Sin embargo no encontramos con otro punto de inflexión que a generado mucha polémica a lo largo del tiempo y que yo creo que tiene fácil explicación, y es los efectivos de la Guardia de los años 1813 y 1814.
Tras la campaña de Napoleón en Rusia en 1812, su ejército fue literalmente destruido y no le fue mucho mejor a su Guardia; los efectivos de la misma que rondaban los 50.000 hombres, sucumbieron casi en su totalidad.
Solo quedaron con vida 1.300 efectivos, de los cuales 200 nunca pudieron reincorporarse al servicio activo; de los 1.100 que siguieron activos, entre los supervinientes estaban:
Artillería de la Guardia
- Del tercer regimiento de Granaderos holandés de la Guardia, 11 hombres de un total de 1.496.
- En la Vieja Guardia quedaban 408 veteranos en los regimientos de Granaderos 1º y 2º, y 415 veteranos de los regimientos 1º y 2º de Cazadores.
- De la Media Guardia, el Regimiento de Fusileros-Granaderos tenía 118 supervivientes y el Regimiento de Fusileros-cazadores 126.
Como se puede ver, Napoleón tenía que casi que reconstruir el Cuerpo de la Guardia imperial casi por completo, desde que Napoleón volvió de su expedición en Rusia a París en diciembre de 1812 hasta la primavera de 1813 trabajó incansablemente por construir un nuevo ejército con el que hacer frente a sus enemigos.
Y como es de suponer, también reconstituyó su Guardia imperial; pero aquí empiezan las dudas, ya que se le da unos efectivos de 92.472 hombres. Este aumento de efectivos se debe al aumento de efectivos de la “Joven Guardia”, los cuales casi se triplican.
Y es que a partir de ahora la Guardia pasa a tener un nuevo cometido en las batallas, antes su participación había sido hecha con prudencia y solo cuando tenía como misión participar en algún momento grave o cuando podía desequilibrar la batalla en algún momento clave de la misma a favor de Napoleón.
Lanceros polacos de la Guardia
Pero a partir de ahora su participación como formación de choque será mucho más frecuente, y con el paso del tiempo, ¡mucho más!.
Los efectivos de la Vieja y Media Guardia han sido recompuestos sin problemas gracias al remanente de veteranos que hay en el ejército de Napoleón en todo el imperio, pero los efectivos de la Joven Guardia serán novatos y con poco adiestramiento, ya que Napoleón no tiene tiempo como años anteriores, de crear poco a poco una Joven Guardia bien entrenada.
Espera que el entusiasmo de los jóvenes reclutas y el hecho de pertenecer a un cuerpo de prestigio como la Guardia, compense en gran parte su deficiente adiestramiento. Y así ocurrió, no se pudo entrenarles todo lo que se debería, pero lucharon los jóvenes con un ardor y valentía que compenso su insuficiente adiestramiento.
Los reclutas, que desde hacía 13 años habían mamado las glorias proporcionadas por la Guardia Imperial, junto al hecho de que su jefe fuera el gran Napoleón, le valió una gran afluencia de jóvenes voluntarios (en la Guardia solo militaban voluntarios) en las filas de la Guardia.
Eso sí, Napoleón, que antes había hecho que para entrar en la Joven Guardia tuvieran que cumplir sus reclutas unos requisitos exigentes, ahora los rebajó muchísimo, por lo menos los reclutas de la Joven Guardia, (en la Media y Vieja Guardia los requisitos se mantuvieron altos) para que estos pudieran alistarse en la Guardia en gran número.
Napoleón pasando revista al 1º regimiento de granaderos de la Guardia
Sin embargo algo no me cuadraba mucho, en otras sitios encontraba que el número de la Guardia no era tan alto, con efectivos más modestos y en los que se tildaba el número de la Guardia de 1813 como falsa, así que me decidí a buscar haber que había de cierto en ello.
Así fui a toparme en una web en la que se relataba en inglés la historia de la Guardia de Napoleón con bastante detalle; el autor de la historia era un tal Emilio Marco de Saint- Hilaire.
La historia se desgranaba con gran profusión de datos, pero en la misma cuando llegó al año 1813 me encontré con la célebre cifra de 92.472 hombres, pero descubrí un elemento clave, y es que esos efectivos que daba a todas las unidades, eran si las hubieran contado con todos los efectivos al completo.
En esos años, las unidades militares, ¡a pesar de los números!, nunca contaban con los efectivos al completo y más en tiempo de guerra cuando los números de los efectivos bailaban con más actividad.
Las bajas por enfermedades, accidentes, muertes etc.., hacían que los efectivos de una unidad, aunque fueran repuestos regularmente, nunca se llegaran al 100% de sus efectivos reales u originales.
Cazadores de la Guardia en la batalla de Plancenoit 1815
Quizá antes de la campaña de Napoleón en Rusia los efectivos de la Guardia tuvieran una cierta asiduidad o constancia, pero a partir de entonces, a pesar de la seriedad que se imponía en un cuerpo como la Guardia, el baile en los efectivos debió ser bastante caótico.
Mucho más si se tiene en cuenta que Napoleón solo dispuso de unos meses para reconstruir la Guardia en su totalidad, por lo tanto es más que probable, que a pesar de que Napoleón reconstituyo la Guardia, ¡y no solo eso!, sino que además la aumentó con nuevos efectivos, estos nunca llegaron a tener todos sus efectivos al completo.
¡Es más!, creo o es arto probable, que algunas unidades estuvieron con unos efectivos, ¡más que raquíticos!, con lo que solo el nombre de “regimiento” era lo realmente verdadero, ya que el número de sus fuerzas fue mucho más inferior al que realmente hubieran debido tener.
Un ejemplo de ello lo tenemos en octubre de 1813, en la batalla de Leipzig; en la batalla los efectivos de la Guardia reales fueron de 43.000 hombres, mucho menos de los 92.000 hombres reales que se atribuía a la Guardia.
Sargento zapador de los granaderos de la Guardia
Se puede especular con que a lo mejor a lo largo de 1813, en la Guardia entraron esos 92.000 hombres, pero este no es el caso, ya que la descripción de la unidades de la Guardia creadas por Napoleón en 1813 las desgrana minuciosamente Saint- Hilaire y arroja unos efectivos exactos de 92.000 hombres, estos, ¡claro está!, si hubieran contado con sus efectivos al completo, cosa arto improbable.
Refiriéndonos al año 1814 la cosa ya es más que imposible, Napoleón en un momento caótico y cuando las infraestructuras de su imperio se desmoronan, en enero de 1814 ordena que su Guardia eleve sus efectivos hasta los 112.482 hombres.
Ni que decir tiene que eso es absolutamente imposible, Napoleón no tuvo el beneficio de contar con unos meses como en 1813 de reconstruir su Guardia, la cual había salido quebrantada de los combates de 1813 y sobre todo, de la batalla de Leipzig.
Cierto es que la Guardia no había sido destruida como en 1812, pero aquí Napoleón, que contaba con que le dejarían los aliados en paz en el invierno para reconstruir y reorganizar sus tropas, no contó con este elemento a su favor, ya que los aliados no detuvieron su ofensiva con él y entraron en las fronteras naturales de Francia, ese mismo enero de 1814.
Ni que decir tiene que a Napoleón, aunque bajó los estándares para entrar en la Joven Guardia todavía más, hasta casi hasta dejarlos como en el ejército regular (de hecho solo se exigía buena salud física y tener entre 20 y 40 años o entre 18 y 50 años si están bien físicamente) nunca pudo incorporar salvo unos poco miles más.
Jinetes de los "Regimientos de Honor" de la Guardia 1813-14
En la Vieja Guardia al menos, los estándares de calidad nunca se rebajaron, ni aun en el peor de los momentos, los componentes de la Vieja Guardia sabían que cuando entraba un nuevo recluta, este era un veterano auténtico.
Elevar la Guardia con 20.000 hombres más era imposibles en un país invadido, con poca fe en la victoria y con sus infraestructuras a todos los niveles desechas o en colapso.
Napoleón pudo aumentar un poco sus efectivos, si bien estos fueron muy modestos, legando estos a los 27.500 hombres (17.500 de infantería, 5.000 de caballería y 5.000 artilleros e ingenieros).
Entre estos efectivos estaba la Vieja Guardia casi al completo, con los cuales en esa campaña de 1814 escribiría Napoleón una de las páginas más brillantes de su historia, quizá superior a la de 1805-07, cuando con unos efectivos muy modestos, con hábiles maniobrar y tácticas, puso en jaque a la más poderosa fuerza aliada del momento.
Sin embargo todo fue en vano y el 6 de abril de 1814 Napoleón capituló ante sus enemigos vendiendo cara la piel y capitulando después de hacer todo lo humanamente posible por poner las cosas difíciles al adversario.
Lancero holandés del 2º Rgto de Caballería Ligera de la Guardia Imperial 1811
Autor:eljoines
Bibliografía:
- eljoines's blog
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Fantástico de nuevo. Absolutamente todos estos trabajos del período napoleónico son fascinantes.
En cuanto a la frase "Napoleón capituló ante sus enemigos", más bien los generales de Napoleón y su hermano José capitularon y entregaron parís cuando el propio emperador estaba a unos pocos días de marcha..estoy seguro de que un poco de valor y sangre fría para resistir podría haber sostenido el imperio, sobre todo con la fantástica campaña que llevaba.
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